2. Convergiendo en la acción recíproca de paciente, analista
y ambiente obtenemos un insiht adicional del gran poder
que tiene la situación psicoanalítica como instrumento
terapéutico. Además, puede proporcionarnos otra
ocasión de esclarecer las complicadas interacciones de los
tres elementos esenciales: paciente, analista y ambiente.
3. Sólo una paciente fuertemente motivado podrá
laborar de todo corazón y con perseverancia en la
situación psicoanalítica.
Los síntomas neuróticos o rasgos discordantes de
carácter tiene que hacer sufrir al paciente lo
bastante para que soporte los rigores del
tratamiento psicoanalítico
Tiene que estar dispuesto a soportar la pena de
revelar sus experiencias íntimas cargadas de
culpabilidad y angustia: tiene que estar dispuesto a
gastar bastante tiempo y dinero, renunciar a las
ventajas secundarias de su padecimiento y además
no pensar en resultados rápidos ni temporales.
MOTI
VACI
ÓN
4. Se pide que el paciente sea capaz de:
1) De regresionar y progresar.
2) De ser pasivo y activo.
3) De renunciar al control de mantenerlo.
4) De renunciar a la prueba de la realidad y de conservarla.
APTITUDES
RASGOS DE PERSONALIDAD Y CARÁCTER
Las motivaciones y capacidades del paciente que le permiten
laborar en el análisis están íntimamente relacionados con sus
rasgos de carácter y personalidad y dependen de ellos al
determinar si un paciente será capaz de satisfacer las
exigencias de la situación psicoanalítica es más fácil concretar
en lo tocante a los criterios negativos que a los positivos.
5. En la práctica del psicoanálisis terapéutico, el psicoanalista tiene que llevar a cabo
ciertos procedimientos técnicos en el paciente y en sí mismo. Para ejecutar estos
procedimientos debidamente, el psicoanalista tiene que utilizar ciertos procesos
psicológicos que se producen dentro de él, porque las cosas que suceden dentro de
su propio cerebro son los medios más valiosos que tiene para penetrar en la mente
de otra persona.
6. LAS DESTREZAS QUE DEBE TENER EL
PSICOANALISTA
El talento más importante que debe tener el psicoanalista es la facultad
de traducir los pensamientos, sentimientos, fantasías, impulsos y modos de
proceder conscientes del paciente a sus antecedentes inconscientes. Tiene
que ser capaz de advertir lo que está detrás de los diversos temas que toca
el paciente en la sesión analítica.
Tanto la empatìa como la intuición son medios de lograr una
comprensión rápida y profunda. La empatìa es un modo de establecer
contacto íntimo en términos de emociones e impulsos. La intuición hace lo
mismo en el dominio de las ideas.
Entender lo inconsciente
7. Comunicación con el paciente
El analista tiene que informar al paciente el material que ha comprendido.
Es necesario formular el material con palabras ordenadas de tal modo que
resulten lo más claras y precisas que sea posible.
Las palabras, el lenguaje y tono de voz desempeñan un papel especial y
fundamental al tender un puente sobre el espacio que separa al paciente del
analista.
El lenguaje y el habla son funciones yoicas relativamente autónomas, pero
susceptibles de regresión, reinstitulaciòn y reinvasión por los conflictos
neuróticos.
8. La situación psicoanalítica exige del psicoanalista la capacidad de
relacionarse con su paciente de modo tal que éste tenga una neurosis de
transferencia y forme también una alianza de trabajo.
Hay dos requisitos básicos que el analista debe cumplir para favorecer la
aparición de la neurosis de transferencia en el paciente: Frustrar
consecuentemente el ansia de satisfacción y tranquilizaciòn neuróticas del
paciente, y mantenerse además en un anonimato relativo.
Facilitación de la formación de la neurosis de transferencia y la alianza de trabajo
9. Las destrezas que la situación
analítica requiere del psicoanalista
se derivan no sólo de su
capacitación y experiencia sino
también de su personalidad y
carácter, o sea su temperamento,
su sensibilidad, sus actitudes,
hábitos, valores e inteligencia.
RASGOS DE PERSONALIDAD Y CARÁCTER DE PSICOANALI
10. La capacidad y voluntad de buscar el insight aun cuando sea
doloroso, el amor a la verdad, tiene su origen en objetivos orales
tempranos introyectivos e intrusivos, así como fálicos.
La empatìa es un medio de establecer el contacto con un objeto de
amor perdido, el paciente no entendido.
Rasgos relacionados con el entendimiento de lo inconsciente
Cuando el analista ha logrado entender al paciente se encuentra frente
al problema de comunicar eficazmente el insight. La capacidad de calcular
la dosificación, el momento oportuno y el tacto necesario para una
interpretación depende de muchas aptitudes.
Rasgos relacionados con la comunicación del paciente
11. Las actitudes y los rasgos de carácter que favorecen la formación de la
neurosis de transferencia se oponen fundamentalmente a las que favorecen la
alianza de trabajo.
Freud: hablaba de la necesidad de que todas las reglas fueran flexibles.
Fenichel: describía las oscilaciones del analista y la necesidad que tiene
éste de ser natural y desembarazado.
Rasgos relacionados con el fomento de la neurosis de transferencia y la alianza de trabajo
12. Las motivaciones son más difíciles de analizar porque tienen su origen en las
pulsiones instintuales inconscientes primitivas y las primeras relaciones de
objeto. Son difíciles de verbalizar con alguna precisión y casi imposibles de
verificar.
El afán de proporcionar insight a otra persona puede convertirse en medio de
reparar, por sentimientos de culpabilidad relacionados con la fantasía de haber
hecho daño a pequeñuelos y enfermos, o sea hermanos, rivales, etc.
Una de las aportaciones principales de Simmel fue su visión del papel del
doctor como oportunidad de reactuar el mal endendimiento sexual,
sadomasoquista de la escena primaria de la infancia.
MOTIVACIONES QUE REQUIERE EL ANALISTA LA SITUACIÓN ANALÍ
Componentes principales de la labor psicoanalítica:
1. El analista, recolector y transmisor de insight y entendimiento.
2. El analista, blanco de la neurosis de trasferencia.
3. El analista, curador de los enfermos y dolientes.
13. La designación de “encuadre analítico” se refiere al
contexto físico y los procedimientos acostumbrados de la
práctica psicoanalítica que son parte integrante del
proceso de psicoanalizar.
Spitz subrayaba también el hecho de que el paciente
está acostado y por ende más abajo que el analista, que
está sentado detrás de él, que la locomoción y los
movimientos corporales del paciente está restringidos y
que habla pero no ve a quién; todo esto lleva al paciente
en dirección de la ausencia de objeto.