Las viviendas en la Edad Media eran simples, generalmente pequeñas cabañas de madera, adobe o piedra con techo de paja. Los campesinos vivían con sus animales domésticos en cabañas de 2 a 6 metros, con piso excavado para mantener el calor. El mobiliario era escaso, con algunas ollas, platos, mesas y taburetes. La nobleza vivía en castillos feudales más grandes y complejos.