El documento es una oración dirigida a Jesús crucificado donde el autor se postra ante su presencia y ruega fervientemente que Jesús imprima en su corazón sentimientos vivos de fe, esperanza y caridad, así como verdadero dolor por sus pecados y la firme determinación de no volver a ofenderlo. Mientras contempla las cinco llagas de Jesús, cita las palabras del profeta David sobre cómo sus manos y pies fueron taladrados y sus huesos contados.