1. Cómo conservar y cultivar una amistad, por Paola Karina Fagill
Tal vez sería más fácil escribir una nota acerca de “Cómo dañar una amistad”. Efectivamente,
hay muchas formas de dañarla y todas conocemos alguna pero, en resumen, todas se pueden
expresar en una sola frase: falta de respeto.
La gente, se ha dicho, está aún más necesitada de respeto que de amor. No se respeta al prójimo
cuando se discute de forma impertinente y agresiva sus creencias o ideologías (lo que no
significa que no podamos discutir aunque, ¡ojo!, podemos hacerlo si estamos seguras de que
mantendremos un nivel alturado). No se respeta al prójimo cuando nos inmiscuimos en su vida
privada o le damos consejos que no nos ha pedido. No se respeta al prójimo cuando se quieren
imponer lo que en Programación NeuroLingüística se llaman “frames” o “marcos” –es decir,
implicaciones, “guiones vitales”- de “yo soy la diosa que se las sabe todas y tiene una vida
excitante y tú eres mi mascota o mi amiga feíta/gordita a la que le hago el favor de comentarle
(o de darle interminables conferencias de 6 horas de duración) acerca de mi fascinante vida”.
No se respeta al prójimo cuando se pretende “bajarle los humos” o “que no se vaya a creer” o
“ponerlo en su lugar”. Todas estas conductas, típicas de personalidades narcisistas, son el
camino apropiado para destruir una amistad.
La amistad nace, por lo general, de afinidades, de intereses y gustos en común. Los amigos
suelen ser muy distintos entre sí pero siempre tienen algo en común. En la infancia no pocas
amistades se cimentan en base a compartir juegos. Nunca olvidar esto, cultivar siempre las
afinidades y gustos en común es un primer paso.
Una amiga está contigo en las buenas y en las malas. Hay que reconocer que, a veces, la amistad
puede implicar sacrificios e incomodidades pero hay que estar dispuesto a ello.
La amistad –y ésta es su gran ventaja sobre el amor- no conoce los celos.
Una amiga no adula, no finge estar de acuerdo en todo. Pero expresa sus diferencias con
respeto.
Una amiga te dice la verdad, no miente por agradarte, te dice la verdad, aunque sea incómoda.
Pero lo hace con respeto.
Y vamos a repetirlo una vez más, para que quede bien claro: con respeto.
Con respeto, con respeto, con respeto.
Amistad= respeto.