3. Palabra creada por el crítico francés Félix Fénéon
en 1887 para caracterizar el movimiento artístico
de fines del siglo XIX liderado por Geroges Seurat
y Paul Signac, quienes primero exibieron sus
trabajos en 1884 e la muestra de la Société des
artistes Indépendants en París. El término de
Fénéon señalaba que las raíces de
esos desarrollos se situaban en las artes visuales
del Impresionismo, pero se ofrecía, a su vez, una
nueva lectura del color y la línea en la práctica de
Seraut y Signac , y el tras fondo teórico de los
escritores de Chevreul y Charles Blanc.
4.
5. -Preocupación por el volumen.
- Formas concebidas dentro de una geometría de masas puras,
bien definidas (pero sin perfiles).
- Preocupación por el orden y la claridad.
- Retorno a la ordenación meditada del cuadro, aplicando los
principios clásicos de la composición.
- Aplicación firme del principio de la mezcla óptica: los tonos
son divididos o descompuestos en los colores básicos puros para
que el ojo los restituya en la visión lejana normal.
- Utilización de la técnica del puntillismo: los cuadros son
pintados mediante pequeñas pinceladas o punteados de colores
puros para así lograr la mezcla óptica.
- Predilección por asuntos como puertos, orillas de ríos y
escenas circenses (Signac).
6.
7. Georges Seurat
Pintor francés, uno de los
máximos representantes del
neoimpresionismo. Seurat nació
en París, el 2 de diciembre de 1859
y recibió su formación en la
Escuela de Bellas Artes.
Rechazando el efecto borroso de
las pinturas impresionistas,
realizadas con pinceladas
irregulares, inventó la técnica más
científica del puntillismo, en el
que las formas sólidas se
construyen a partir de la
aplicación de muchos pequeños
puntos de colores puros sobre un
fondo blanco. El revolucionario
puntillismo de Seurat encontró
muchos seguidores e imitadores.
8. Paul Signac
Paul Signac destacaba por su
personalidad más abierta y
temperamental. Esto propició que
fuera el defensor más activo en
defensa de la causa
Neoimpresionista.
Nació, como Seurat, en una
familia acomodada y próspera (su
padre tenía una guarnicionería).
Igual que en el caso de Seurat,
estuvo libre de preocupaciones y
estrecheces económicas, por lo
que pudo desarrollar más
libremente su creatividad, sin la
obligación de tener que vender
sus obras para sobrevivir.