1. Historia de Piura
Mucho es lo que tienen aún por descubrir los historiadores en este departamento, en cuyo territorio, asiento de ayahuancas,
huancapampas, tallanes y sechurasse encuentran vestigios que sin lugar a dudas pertenecen a tiempos muy remotos, hasta el
extremo de haber inducido a algunos estudiosos a pensar que en esta parte de nuestro territorio podría encontrarse la fase
más antigua del hombre de la costa. Por ejemplo en Amotape se han hallado puntas líricas y morteros que evidencian la
existencia de campamentos de recolectores y cazadores; en la desembocadura del Chira habría florecido la cultura Sicches; y
vestigios de aldeas sustentan la hipótesis, en la etapa preincaica, de una sociedad organizada y densamente poblada.
Eran hombres que “vivían más en la mar que en la tierra”, trasladándose de un lugar a otro en grandes balsas movidas a remo
y vela, dedicados a la pesca, que se proveían de agua y vegetales desde lugares lejanos, y que acampaban en medio del
desierto para estar protegidos de sus enemigos.
Al llegar los tallanes a la región, provenientes de la sierra, estos primeros habitantes huyeron hacia el norte,para no regresar
más.
En la antigua Piura se ubicaron numerosas etnias,dieron lugar al nacimiento de los pueblos que ahora se conocen,éstos
establecían disputas entre ellos para el dominio de los territorios y manifestar así su poderío frente a los demás;estas
comunidades luego fueron invadidas por los ejércitos incas,que con fiereza los capturaron,destruyendo sus construcciones y
objetos, todo esto ocasionó que el dominio inca se impusiera en nuestro departamento.
Estos pueblos eraAyabaca, Huancabamba y los Bracamoros. Conformado por ocho provincias y 64 distritos. Provincias: Piura,
Sullana, Talara, Paita,Sechura ,Huancabanba y Morropon.
A los antiguos ayabacas,el nombre alude a “tierra de muerte” o “sepulcro”, se les recuerda por su espíritu beligerante,
renuente a aceptar la autoridad de un jefe supremo ni siquiera entre sus propias poblaciones. Para contener el avance de
invasores en sus territorios se confederaban temporalmente y lo hicieron con éxito frente a la amenaza de los huancabambas y
los Bracamoros, pero no pudieron ofrecer suficiente resistencia al poderoso ejército inca.
Fueron sometidos por HuaynaCápac tras dura batalla, que incluyó, según el historiador piurano Héctor Cevallos (1962), el
exterminio de veinte pueblos del Alto Piura. El sitio de Aypate, cerca de la actual ciudad de Ayabaca, es de factura inca.
Pertenecen en cambio a los propios ayabacas los petroglifos de Samanga, cuyos trazos tienen similitud con la iconografía
Chavín.
El caserío de Pingola pertenece la provincia de Ayabaca, se encuentra a unos 22 km aprox. De la dicha provincia. Celebra su
fiesta patronal el día 20 y 22 de noviembre conmemorando a la imagen de Santa Sofía patrona del caserío. La imagen mide
unos 35 cm, sostiene una fuente donde se dice que en ella deposita sus lágrimas (llora) por eso dicen que hace milagros con
sus ojos, teniendo muchos fieles. Sus parroquianos son muy devotos a esta imagen. En esos días de fiesta realizan sus
costumbres, platos típicos y bebidas como: cupus, maryores, huaraposy invita a las gentes de sus alrededores a participar de
ella trayendo sus bandas.
Huancabambas
Los huancabambas moraban entre la cadena occidental y el ramal andino de Tabaconas. Ofrecieron dura resistencia a la
presencia inca, siendo duramente castigados y sus monumentos derruidos, de lo que resulta la actual escasez de testimonios
de su cultura originaria.
Para los incas, esta localidad adquirió gran importancia política. Fue poblada con numerosos grupos de mitmacs y, según
cuenta Pedro Cieza de León (1553), los incas erigieron “una agraciada fortaleza y un templo del sol” y construyeron un camino
de ancha traza que conducía a Quito hacia el norte y empalmaba con el camino a Cajamarca hacia el sur.
Añade Cieza que Huancabamba inca devino un importante centro de reverencia y tributo: “De la comarca de estas regiones
venían a adorar a este templo y a ofrecer sus dones; las mujeres vírgenes y sus ministros que en él estaban eran reverenciados
y muy estimados, y los tributos de los señores de todas las provincias se traían aquí”.
Bracamoros
Los bracamoros o pacamoros estaban entre las regiones de Huancabamba y Jaén, posiblemente provenientes de la Amazonía.
Concuerdan los cronistas acerca de su bravura, que les permitió vencer a dos expediciones de conquista incaicas.
Eran una cultura fluvial, con distintos asentamientos ribereños y una arquitectura característica. Sus testimonios más
importantes en zona andina están ubicados en territorio actualmente cajamarquino.
Tallanes
El territorio del departamento presenta vestigios que sin lugar a dudas, pertenecen a tiempos muy remotos, hasta el extremo
de haber inducido a algunos estudiosos a pensar que en esta parte del Perú, podría encontrarse la fase más antigua del
hombre de la costa del pacífico sur.
2. Los tallanes o yungas fueron los primeros pobladores de Piura. Procedieron de la sierra durante una época no precisada y
vivieron en behetrías, que fueron poblaciones sin organización ni jefe único, fueron sometidos por los mochicas, que les
permitieron conservar su organización y su lengua. Se presume que cuando los mochicas estuvieron acosados por los incas, los
Tallanes lograron una suerte de autonomía. Serían conquistados durante el gobierno de Inca Yupanqui o Túpac Inca Yupanqui,
unos cuarenta años antes de la llegada de los españoles.
Vicús
En Piura se desarrolló la Cultura Vicús, conocida originalmente como Sechura, cuya cerámica de gran plasticidad llamó mucho
la atención de arqueólogos y coleccionistas. Sus tumbas profundas y sus rasgos de forma y decoración la vinculan con las
culturas regionales del Ecuador y Colombia, pero a su vez, su constante asociación y semejanza con la cerámica Mochica,
establece un vínculo muy fuerte con las Culturas Lambayeque y Trujillo. Desde luego, los antecedentes de Vicús se remontan al
período formativo, donde pueblos como el de Ñañañique muestran una cultura muy semejante. Después de Vicús y luego de
un largo proceso de desarrollo, se forjó la Cultura Piura, cuyos últimos representantes fueron conocidos con el nombre de
Tallanes. En esta etapa surgió el urbanismo, con centros importantes como Narihualá.
Imperio Incaico
El Imperio de los Incas, con Túpac Yupanqui, inició la conquista de la región sometiendo a los Ayahuacas y a los Huancapampas,
que habitaban las regiones que forman hoy las provincias de Ayabaca y Huancabamba.
CONQUISTA Y VIRREINATO
Las referencias que hay sobre los pueblos de Piura en tiempos de la conquista española son aún escasas; sin embargo,
sabemos que tuvieron una estrecha relación con el reino de Chimú, aun en tiempo de los incas, que los cronistas los llamaron
«Lailanes» y que su lengua era el sec, sobre la cual hay apenas unos pocos datos.
Conquista de Piura
Esta lengua era al parecer un dialecto distinto al muchic o yunga que se hablaba en los valles de Trujillo, aun cuando la
evidencia lingüística es tan pobre que es difícil afirmar tal cosa sin algunas reservas. Los tallanes fueron, pues, dominados
sucesivamente por los chimús y los incas, y estos últimos utilizaron como mitimaes al grupo étnico de los guayacondos o
huayacuntus. Se sabe que por este territorio pasaba el camino a Quito, mandado a construir por Tupac Inca Yupanqui (tramo
Huancabamba, Ayabaca, Cuenca Quito). Garcilaso escribió que Huancabamba era muy grande y estaba poblada por diversas
naciones que hablaban idiomas distintos y se gobernaban independientemente, guerreaban constantemente entre sí y
sometían a los vencidos a duros castigos.
Los incas debieron de realizar una larga campaña militar para poder someterlos, perdiendo en la contienda cerca de 8 mil
hombres. Una vez incorporados al incario, la zona prosperó, afianzándose como región agrícola.
Ése era el panorama a la llegada de Pizarro con sus soldados para emprender la conquista del Perú. Como se sabe, sus
primeros contactos con los naturales de Tumbes (en su tercer viaje) fueron hostiles, y obligaron a los conquistadores a buscar
lugares más propicios para ponerse a cubierto de sorpresas por parte de los lugareños.
La Conquista
Los conquistadores llegaron a las costas de lo que es hoy el departamento de Tumbes. Sin embargo, viendo Francisco Pizarro
que Tumbes no era lugar apropiado para establecer su base de operaciones, decidió seguir viaje al sur en busca del lugar ideal
para establecerse. Este sitio lo encontró en el valle de Tangarará a orillas del río Chira. Allí fundaron la primera ciudad española
que se erigió en el Perú, a la que llamaron "San Miguel". Existen diversas versiones sobre los motivos de esa denominación,
señalando unos que fue porque se fundó el día de San Miguel, mientras que otros afirman que Pizarro quiso agradecerle un
milagro al santo o que fue por el mercedario Fray Miguel de Orenes. Pero así como se discrepa de los orígenes del nombre de
la ciudad, también se discute sobre la verdadera fecha de fundación de San Miguel, lo que indujo a la creencia de que la
ceremonia de fundación se habría celebrado el día en que se celebra la festividad del arcángel. Es importante señalar también
que fue en Piura donde se construyó la primera iglesia del continente, exactamente en el pueblo pesquero de Colán.
El historiador peruano Enrique del Carmen Ramos, sumando días y haciendo una serie de conjeturas llega a la conclusión de
que San Miguel debe haber sido fundada a mediados de Julio de 1532, entre el 11 y el 15. Empero el único documento que
podría servir para determinar la fecha exacta es el acta de fundación de la ciudad que se encuentra perdida.
Pero así como se discrepa sobre los orígenes del nombre de la ciudad, se discute también sobre la verdadera fecha de la
fundación de Piura, bautizada San Miguel, lo que indujo a la creencia de que la ceremonia de fundación se habría realizado el
12 de mayo de 1532, en el día que se celebra la festividad de San Miguel Arcángel.
3. Con motivo de la conmemoración del IV Centenario de la fundación de Piura se ha adoptado como fecha oficial el 15 de julio.
Pero el padre Rubén Vargas Ugarte sostiene que ni el itinerario seguido por Pizarra hasta llegar a Cajamarca, ni la cronología de
su viaje pueden precisarse con exactitud; basta recordar que de Tumbes salieron los expedicionarios el 16 de mayo y que la
fundación de San Miguel de Tangarará, en tierras del cacique La Chira, debió de tener lugar a fines de agosto o en los primeros
días de setiembre. Con Piura sucedió lo mismo que con otras poblaciones fundadas por los españoles, que tuvieron que
cambiar de lugar. El sitio escogido para establecer la población resultó insalubre y, aunque ya se había hecho reparto de
solares para los fundadores y primeros vecinos, hubo que buscar un lugar más apropiado. Eligieron entonces los vecinos de la
población los terrenos cercanos al cerro Pilán, que más tarde fueron la hacienda «Monte de los Padres», y allí se establecieron.
Con el tiempo se dieron cuenta de que el lugar escogido era igualmente insalubre.
Aproximadamente en 1571, la mayoría de piuranos se trasladó al puerto de San Francisco de Buena Esperanza de Paita,
debido a que el clima en Montes de los Padres molestaba a la población. Con la incursión del pirata inglés Cavendish (de enero
a mayo de 1587), quien se apoderó de un gran botín (25 libras de plata y 5500 libras de metales finos) y arruinó la ciudad, los
pobladores se fueron a vivir al valle de Catacaos, junto a la represa de Tacalá. Entonces la ciudad supo mantenerse en el Chilcal
de Tacalá, encontrando el elemento que la caracterizó siempre, el río Piura. por lo que en 1578 los vecinos abandonaron la
ciudad para trasladarse a la zona de Catacaos, según unos, o a la de Amo tape, según otros.
La proximidad de la costa atrajo a los pobladores de Piura hacia el litoral y al poco tiempo el núcleo central de la población se
había desplazado hacia Paita, lugar en el que decidieron establecerse con el ánimo de permanecer definitivamente allí,
poniéndose bajo la advocación de San Francisco de Buenaventura. Una nueva amenaza se irguió contra los vecinos de esta
ciudad: los piratas, que no dejaban de merodear las costas del virreinato atraídos por las riquezas mineras que se enviaban por
mar a España. Cuando no las encontraban saqueaban e incendiaban los pueblos indefensos.
Nuevamente se decidió cambiar de sitio la ciudad y el 15 de agosto de 1588 se fundó en el lugar que actualmente ocupa, de
acuerdo con el permiso concedido por el virrey Fernando Torres y Portugal, conde de Villar don Pardo, siendo puesta bajo la
protección de la Virgen de la Asunción.
Por real cédula del 7 de diciembre, el rey concedió escudo de armas a la ciudad de San Miguel, en la misma fecha que acordó
similar distinción a la ciudad de Lima.
Hasta fines del siglo xvi la ciudad fue conocida con el nombre de San Miguel en los documentos oficiales pero entre los
pobladores de la región era más familiar el más simple: Piura. A partir de 1590 se comenzó a llamar oficialmente Piura a la
ciudad.
La alejada posición de Piura de la capital del virreinato hizo que el centro de mayor importancia del norte se trasladara a la
ciudad de Trujillo. Por esto, si bien la región fue en la colonia un centro de importancia agrícola, en el que se habían radicado
desde los primeros momentos familias de linaje, la ciudad de Piura no tuvo en los primeros tiempos del virreinato la
importancia que han tenido otras ciudades del Perú.
Durante la época de la colonia, la vida transcurrió en paz y tranquilidad, llegando a ser paso obligado hacia Lima, ya que por
aquel entonces, el Puerto de Paita ofrecía las mejores ventajas para los barcos que venían de la metrópoli.
EMANCIPACIÓN Y REPÚBLICA
La vida colonial apacible y tranquila de esta ciudad se convirtió en un foco de inquietud libertaria cuando los patriotas piuranos
se incorporaron a la lucha por la independencia y el 4 de enero de 1821 la proclamaron en la iglesia piurana de San Francisco,
en una gesta encabezada por los próceres José Lamas, Baltazar Taboada, Santiago León, Tomás Cortez, Fernando Córdova,
Miguel Seminario y muchos otros. La independencia de Piura fue un ejemplo para muchas poblaciones del norte que
rápidamente se unieron a la lucha patriota. Su contribución a la causa fue generosa y con la división Piura, formada por más de
mil hombres, cimentaron la victoria de Pichincha el 24 de mayo de 1822.
En 1820, con las incursiones de los almirantes Brown y Cochrane de la expedición libertadora de don José de San Martín, la
población piurana se suma a la causa libertadora, llegando el 4 de enero de 1821 a proclamar la independencia en el atrio de la
Iglesia San Francisco. La proclama fue una gesta encabezada por los próceres José de Lamas, Tomás Cortés, Baltasar Taboada,
los hermanos Seminario y otros. De igual forma, la división Piura de 1000 hombres contribuyó victoriosamente en la
independencia de Ecuador, tomando parte en la Batalla de Pichincha, el 24 de mayo de 1822.
Durante la Guerra del Pacífico, el Almirante Miguel Grau y Seminario, nacido en esta tierra el 27 de julio de 1834, se convirtió
en héroe durante la gesta de Angamos, demostrando el amor por su patria y la nobleza de su corazón.
4. El 30 de enero de 1837 fue elevada a la categoría de Provincia Litoral. Durante los primeros años de la vida republicana, los
piuranos tomaron partido por los diferentes movimientos políticos que se daban en aquella época, llegando a ser escenario de
reñidas luchas por uno u otro caudillo.
En 1861 se crea el Departamento de Piura con tres provincias: Piura, Paita y Ayabaca. El 14 de enero de 1865, Huancabamba se
convierte en la cuarta provincia de Piura.
En los años de la república el progreso material del departamento no corrió parejo con el desarrollo de su riqueza agrícola, una
de las más desarrolladas del país.
En la década de 1980, el departamento conoció un ascendente y pujante desarrollo comercial, industrial y socio-económico, a
pesar de haber sido devastado en el desastre de 1983, como consecuencia del fenómeno del Niño, manifestado en torrenciales
lluvias durante seis meses que afectaron su industria, comercio y su infraestructura urbana.
Emancipación de Piura
Al inicio de la república sólo existían tres provincias: Ayabaca (Huancabamba, Ayabaca, Alto Morropón), Paita (Sullana, Talara y
el actual departamento de Tumbes) y Cercado (Piura, Alto Piura). Wilfredo Kapsoli nos habla de un movimiento de rebelión de
los colonos de Piura hacia 1825 «en el contexto de una profunda crisis económica (generada por las guerras de la
independencia)», buscando la conversión de las haciendas en propiedad comunal. Este movimiento fracasó con la captura de
su líder, Isidoro Palomino. Otro pronunciamiento popular se produciría en 1883 con la rebelión de los «chalacos».
En los años 30 del presente siglo Piura sufre la proliferación de bandoleros y salteadores, que establecieron su «cuartel
general» en Cruz de Caña, aunque su accionar incluía desde la Solana y Lancones en Sullana, hasta las alturas inaccesibles de
los cerros Ayabaquinos. Los más famosos fueron Carmen Domador y Froilán Alama; este último inmortalizado por el escritor
piurano Francisco Vegas Seminario, en su novela Taita Yoveraqué.
A finales del siglo pasado se inició la exploración y explotación tecnificada de los yacimientos petrolíferos de Talara, a manos
de empresas extranjeras.
La International PetroleumCompany (IPC), corporación canadiense, se estableció en Perú como subsidiaria de la Standard
OilCompany (hoy Exxon), tras haber adquirido en 1924 los derechos de propiedad de La Brea y Pariñas. A través de
transacciones diversas, llegó a controlar la mayor parte del área productora de Talara; sin embargo, declaraba explotar un área
muchísimo menor de la que realmente poseía. En 1967 el Congreso dictó unas leyes que reconocían el derecho inalienable de
propiedad del Estado sobre los yacimientos petrolíferos nacionales, declarándose por tanto nulos los convenios anteriores que
los otorgaban en propiedad.
Con este marco legal, en 1968 el gobierno y la IPC suscribieron el Acta de Talara, por la cual dicha empresa entregaba al Estado
peruano los pozos e instalaciones petroleras, recibiendo a cambio una concesión para la operación de la refinería.
Poco después, el 3 de octubre, se produjo el golpe de Estado del general Juan Velasco, cuyo gobierno anuló todos estos
tratados y declaró de necesidad pública la expropiación del complejo industrial de Talara, que fue ocupado el día 9 por las
fuerzas armadas nacionales.
Entretanto, el ministerio de Energía y Minas quedó a cargo de todos los procedimientos legales necesarios para culminar con el
proceso de expropiación. En 1974 el gobierno peruano, a través de Petroperú, firmó los contratos necesarios para la
construcción del oleoducto norperuano, considerado estratégicamente necesario para la refinación y comercialización del
petróleo hallado en la selva. Esta obra, concluida en 1977, tiene 855 km de largo, y desemboca en el terminal de Bayóvar,
donde se almacena en enormes tanques.
En los años de la República, el progreso material del departamento no ha corrido parejo con el desarrollo de sus riquezas
naturales. Sólo en los últimos años su capital ha comenzado una etapa de lenta transformación urbana.
Como parte de esta revaloración del departamento, se está construyendo actualmente la central hidroeléctrica de Curumuy,
junto a la caída de agua del mismo nombre, a unos 12 km de la presa derivadora Los Ejidos; y en breve se iniciará, igualmente,
la construcción de la represa derivadora de Sullana.