1. Trastorno Bipolar
Se llama trastorno bipolar o trastorno afectivo bipolar a un trastorno depresivo de larga
evolución, en el que los episodios depresivos se ven interferidos por la aparición de otros
episodios caracterizados por un estado de ánimo elevado (euforia excesiva), expansivo
(hiperactividad anómala) o irritable. Las fases de exaltación, alegría desenfrenada o
irritabilidad y grosería, alternan con otros episodios en que la persona está con depresiones
intensas, con bajo estado de ánimo, incapacidad para disfrutar, falta de energía, ideas
negativas y, en casos graves, ideas de suicidio.
El periodo de exaltación se llama “episodio maníaco”, de una palabra griega, “mania”, que
significa literalmente “locura”.
El nombre de afectivo se refiere a las enfermedades de los afectos, nombre genérico que se
da a los trastornos depresivos, en general, y al trastorno bipolar. Indistintamente lo
nombramos como trastorno bipolar, o como trastorno afectivo bipolar.
Por lo tanto, un trastorno bipolar es una enfermedad en la que se alternan tres tipos de
situaciones:
Episodios depresivos, con características parecidas a un episodio depresivo mayor. Las
fases depresivas cursan con:
o Sentimientos de desesperanza y pesimismo.
o Estado de ánimo triste, ansioso o "vacío" en forma persistente.
o Sentimientos de culpa, inutilidad y desamparo.
o Pérdida de interés o placer en pasatiempos y actividades que antes se disfrutaban, incluyendo
la actividad sexual.
o Disminución de energía, fatiga, agotamiento, sensación de estar "en cámara lenta."
o Dificultad para concentrarse, recordar y tomar decisiones.
o Insomnio, despertarse más temprano o dormir más de la cuenta.
o Pérdida de peso, apetito o ambos, o por el contrario comer más de la cuenta y aumento de
peso.
o Pensamientos de muerte o suicidio; intentos de suicidio.
o Inquietud, irritabilidad.
o Síntomas físicos persistentes que no responden al tratamiento médico, como dolores de
cabeza, trastornos digestivos y otros dolores crónicos.
2. Episodios de normalidad o eutimia (de unas palabras griegas que significan: humor normal,
o ánimo normal).
Episodios maníacos, con los síntomas que se exponen a continuación. Un episodio maníaco
cursa con algunos de los siguientes síntomas (más de tres):
o Autoestima exagerada, o sensaciones de grandeza.
o Disminución de la necesidad de dormir.
o Ganas de hablar, mucho más de lo que es necesario.
o Sensación de pensamiento acelerado.
o Gran distractibilidad, pasando de una a otra cosa con facilidad.
o Aumento de la actividad (en el trabajo, en los estudios, en la sexualidad...).
o Conductas alocadas, implicándose la persona en actividades más o menos placenteras, pero
que suponen alto riesgo (compras excesivas, indiscreciones sexuales, inversiones
económicas...)
o Euforia anormal o excesiva.
o Irritabilidad inusual.
o Ideas de grandeza.
o Aumento del deseo sexual.
o Energía excesivamente incrementada.
o Falta de juicio.
o Comportarse en forma inapropiada en situaciones sociales.
o La persona puede estar hostil y/o amenazar a los demás
o Olvido de las consideraciones éticas.
o Un episodio maníaco causa una gran incapacidad en las actividades habituales de la persona
que lo padece. Normalmente la persona está exaltada y “fuera de razón”, y no sigue las
normas adecuadas en sus conductas laborales, sociales o de estudios. Puede tener
consecuencias desagradables:
Empobrecimiento del juicio.
Hiperactividad improductiva.
Hospitalización involuntaria.
Problemas legales y/o económicos.
Conductas antiéticas (por ejemplo: disponer de dinero no propio, o apropiarse de hallazgos de
otras personas).
Cambios inadecuados en cuanto a apariencia (indumentaria llamativa, maquillajes extraños,
intentos de aumentar un aspecto más sugerente en lo sexual, etc.)
3. Actividades que demuestran actitudes desorganizadas o raras (repartir dinero, dar consejos a
desconocidos con quienes se cruzan, etc.)
Episodio “hipomaniaco”: Se llama episodio “hipomaniaco” (literalmente, “menos que
maníaco”) si lo que hay es un episodio como el anterior, pero sin llegar a provocar un deterioro
laboral o social.
Episodios mixtos: Son episodios en que aparecen, al mismo tiempo, alteraciones propias de
la fase depresiva y alteraciones propias de la fase maníaca.Es decir: al mismo tiempo
depresión y exaltación, hiperactividad, insomnio, ideas negativas. Especialmente complejos
son los episodios mixtos que cursan don ideación depresiva, pues existe una mayor
posibilidad de que el paciente pase a la acción y realice tentativas de especial letalidad,
buscando incluso la espectacularidad en su autolisis. Las características más comunes en los
episodios mixtos son (al menos tres):
o Alternancia rápida de distintos estados de ánimo (depresión, euforia, irritabilidad)
o Predominio de la disforia (mal genio)
o Agitación.
o Insomnio.
o Alteración del apetito.
o Ideación suicida.
o Síntomas psicóticos (delirios, alucinaciones).
Clasificación de los trastornos bipolares (o Trastornos afectivos
bipolares):
Según los episodios de exaltación sean "maníacos" o "hipomaníacos" tenemos:
trastorno afectivo bipolar tipo I, con episodios depresivos y maníacos.
trastorno afectivo bipolar tipo II, con episodios depresivos e hipomaníacos.
Episodios afectivos mixtos (con síntomas maníacos y depresivos al mismo tiempo)
Pacientes cicladores rápidos, con al menos cuatro recurrencias al año. El trastorno ciclotímico
o ciclotimia es una alteración crónica y con fluctuaciones, con periodos que comportan
síntomas hipomaníacos y periodos que comportan síntomas depresivos. Ni unos no otros
tienen la gravedad ni la cantidad suficiente como para hablar de una fase hipomaníaca o de
una fase depresiva. Para muchos autores es una especie de "predisposición" para otras
enfermedades (depresión, trastorno bipolar), y afecta a un 1% de la población. Como siempre,
estos trastornos deben ser tratados si constituyen un malestar significativo para el paciente o
4. para las personas de su entorno. El tratamiento es el mismo del que aplicaríamos en un
trastorno bipolar.
¿Cómo es de largo un trastorno afectivo bipolar?
El paciente, a lo largo de su vida, va presentando episodios depresivos, alternando con los
maníacos o hipomaníacos. De hecho, la existencia de uno solo de estos episodios hace que
debamos hablar ya de trastorno bipolar. En este sentido cabe calificarlo siempre como
potencialmente crónico, de por vida.
¿Qué sabemos del origen de los trastornos afectivos bipolares?
El origen del trastorno es del todo orgánico. No sabemos a ciencia cierta todos los
componentes biológicos del trastorno, pero parece claro que uno de los problemas implicados
es el mal aprovechamiento de los neurotransmisores cerebrales (serotonina y dopamina). Se
comprueba la organicidad por la existencia de patrones genéticos de herencia.
La incidencia familiar demuestra la probable acción del componente genético:
Para la población general, el riesgo de tener una enfermedad bipolar es del 1 %.al 4,5 %
según estimaciones de diversos.
Cuando uno de los padres tiene enfermedad bipolar, el riesgo para cada niño es del 15-30 %.
Cuando ambos padres tienen una enfermedad bipolar, el riesgo aumenta a un 50-75 %.
El riesgo en hermanos y gemelos es del 15-25 %.
El riesgo en gemelos idénticos es aproximadamente del 70 %.
Las exploraciones de neuroimagen (TAC, Resonancia Magnética) no muestran alteraciones.
En cambio sí aparecen en la prueba llamada TEP (Tomografía por Emisión de Positrones), si
bien los hallazgos no añaden información para el tratamiento. Solamente se emplea con fines
de investigación
Las características más importantes del trastorno afectivo bipolar son las
siguientes:
Es un trastorno orgánico (no psicológico) que depende de alteraciones biológicas del cerebro.
Es un trastorno crónico. La persona que haya tenido un episodio de manía o de hipomanía,
aunque haya sido solamente uno, debe tener precauciones toda su vida para que no se
repitan estos episodios.
5. Requiere tratamiento biológico con medicamentos que regulan el funcionamiento de los
neurotransmisores cerebrales. El tratamiento debe ser crónico, a temporadas muy largas, o de
por vida en aquellos casos con tendencia a las recaídas constantes.
¿Cómo hacemos el diagnóstico de un trastorno afectivo bipolar?
El diagnóstico se hace por criterios clínicos. Es decir: hemos de comprobar si la persona
presenta los síntomas que antes hemos definido, tanto para los episodios depresivos como los
maíacos o hipomaníacos. La existencia de un solo episodio de exaltación es suficiente para
diagnosticar un trastorno bipolar.
¿Se puede confundir con otras enfermedades? (Diagnóstico diferencial)
Si nos encontramos con un episodio maniaco, y no hay antecedentes claros de depresión, las
fases de exaltación se parecen, a veces, a un trastorno psicótico como la esquizofrenia. Nos
ayuda al diagnóstico la existencia de exaltación, euforia y, sobre todo, alteraciones
importantes del sueño.
El curso de la enfermedad, a la larga, es muy esclarecedor. El tratamiento de un cuadro
maníaco y de un brote psicótico como la esquizofrenia pueden ser parecidos, pero los
episodios maniacos suelen curar sin demasiadas secuelas.
La importancia de afinar en el diagnóstico es que el trastorno bipolar tiene tratamiento
preventivo que puede llegar a ser muy eficaz.
Los trastornos mentales a descartar son:
Trastornos del estado de ánimo inducidos por sustancias. Amfetaminas, cocaína y
estimulantes en general.
Inducción de la manía por un tratamiento antidepresivo. Si desaparece por completo al reducir
la medicación antidepresiva se diagnostica como inducido por sustancias (antidepresivos).
Inducción por el tratamiento electroconvulsivante (ECT, TEC, electroshock, electrochoque). Es
muy raro, pero posible.
trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH) especialmente si el niño presenta,
al mismo tiempo, síntomas depresivos, lo que puede plantear dudas con un episodio mixto).
Los trastornos orgánicos que deben ser evaluados ante la sospecha de un trastorno bipolar,
son:
Esclerosis múltiple, con afectación del lóbulo frontal.
6. Tumores cerebrales
Enfermedad de Cushing (por exceso de actividad de las glándulas suprarrenales, o por haber
tomado un exceso de corticoides).
Demencias que cursan con frontalización (enfermedad de Pick, por ejemplo).
Ingestión de sustancias o drogas de abuso capaces de inducir estados parecidos a los
maníacos (cocaína, amfetaminas, etc.)
Hipertiroidismo.
¿Hay riesgo de suicidio en el trastorno afectivo bipolar?
Normalmente en las fases depresivas, hay el mismo riesgo que vemos en las personas con
depresión mayor. La tasa de suicidio en nuestro país es de 10 casos por 100.000 habitantes.
El 80% de estos casos viene dado por personas con depresión grave, trastorno bipolar,
alcoholismo o esquizofrenia.
Con cualquier paciente que presente graves síntomas depresivos es necesario hablar de
forma franca y sin tapujos para explorar las ideas de suicidio y, sobre todo, de la posibilidad de
que las mismas se lleven a cabo.
¿Qué enfermedades se presentan junto con el trastorno afectivo bipolar?
Es muy frecuente que las personas con trastorno bipolar presenten otras enfermedades
psiquiátricas. Es reiterada la asociación con trastornos por dependencia o por abuso de
sustancias, o con trastornos inducidos por ellas.Es factible que se asocien trastornos de la
personalidad o dificultades para el control de los impulsos. A veces es difícil discernir si los
síntomas corresponden a un trastorno de personalidad o a un episodio maníaco. Lo
importante, en estos casos, es tratarlos como si de síntomas maníacos se tratase.
También son frecuentes los episodios de ludopatía (juego patológico) y comportamientos
antisociales.
¿Cuáles son los tratamientos habituales del trastorno afectivo bipolar?
En las fases depresivas:
Antidepresivos: Los medicamentos de este tipo son, hoy en día, bien tolerados. Los modernos
antidepresivos son medicamentos útiles, “limpios” (es decir, sin efectos indeseables graves) y
muy eficaces. No todos los pacientes son iguales ni responden a los mismos productos en las
mismas dosis. A veces es un trabajo complicado llegar a encontrar el medicamento adecuado
7. y a las dosis pertinentes. Hay que tener paciencia y seguir unos pasos sistemáticos. Para el
manejo de los antidepresivos hay que tener en cuenta los siguientes factores:
o El riesgo de la ciclación del estado de ánimo inducido por antidepresivos existe; y debe ser
controlado.
o No se ha demostrado que los antidepresivos sean más efectivos que los eutimizantes en la
depresión bipolar aguda y se ha demostrado que son menos efectivos que los eutimizantes en
la prevención de recaídas depresivas en el trastorno bipolar.
o Los eutimizantes, especialmente el litio y la lamotrigina, han demostrado su eficacia en el
tratamiento agudo y profiláctico de los episodios depresivos bipolares.
Eutimizantes: Este nombre viene de unas palabras griegas que significan "ánimo perfecto".
Son los medicamentos que previenen la aparición, especialmente de las fases maníacas. Los
explicamos un poco más abajo.
En las fases maníacas e hipomaníacas, se emplean las siguientes actuaciones:
Diagnóstico exacto: La fase maníaca es minimizada por el paciente, que se encuentra
estupendamente bien, en apariencia y desde su punto de vista. Si hay síntomas psicóticos,
debe evitarse sobrediagnosticar esquizofrenia (aunque, en la fase aguda, el tratamiento es
muy similar). La historia clínica debe ser detallada, evaluando los síntomas a través del
tiempo, y recabando la opinión de familiares, amigos, et. los cuales normalmente ofrecen
datos que el paciente infravalora o, simplemente, ignora.
Medicamentos eutimizantes (normalizadores del humor).
Medicamentos antipsicóticos. Desde los antiguos (haloperidol, tioridacina, trifluoperazina,
etc.) hasta los más modernos: risperidona, olanzapina, quetiapina y ciprasidona. Las
dosis son oscilantes. Son necesarios en la fase aguda maníaca o hipomaníaca.
En las fases maníacas agudas, lo habitual es hacer el tratamiento en régimen de
hospitalización. Es necesario un ambiente tranquilo y bien estructurado, atendido por
profesionales que sepan actuar con distanciamiento, lo que es difícil en el ambiente familiar.
Por otra parte, en régimen de hospitalización será posible mantener una evaluación continua
del proceso, y corregir las actuaciones momento a momento.
Hay que hacer exhaustivos controles orgánicos: control electrocardiogréfico, analítico, et.
En las fases mixtas: Mismo tratamiento que en las maníacas. En general tienen menos
respuesta al litio, y mejor respuesta con valproico.
8. ¿Cuáles son los medicamentos eutimizantes?
El más importante es el litio. Le hemos dedicado una página completa.
Carbamacepina (Tegretol®) un antiepiléptico. Dosis: 16-17 mg por kg de peso y día. Se
emplea también la Oxcarbamacepina (Trileptal®), mejor tolerado que la carbamacepina (que,
con facilidad, produce vértigos y mareos). Los riesgos más importantes de la carbamacepina,
y que deben ser evaluados, son las bajadas de glóbulos blancos y las bajadas de sodio.
Lamotrigina (Lamictal®), un antiepiléptico. Su efecto garmacocinético consiste en el bloqueo
de los canbales de sodio de las membranas neuronales, lo que reduce la secreción de
neurotransmisores excitantes. Las dosis oscilan alteredor de los 200 mg/d, aunque puede
llegarse hasta 600 mg diarios. Es el más probado en cuanto a prevenir los episodios
depresivos, o para emplearlos con el tratamiento antidepresivo.
Sus características son:
o No tiene efectos secundarios significativos, no causa virajes hacia manía y es eficaz en cuanto
a prevenir estados depresivos.
o No produce aumento de peso.
o No afecta la memoria ni la concentración.
o No tiene efectos secundarios sobre la sexualidad.
o No afecta el hígado.
o Su único inconveniente es que, en ciertos casos, provoca un exantema (erupción en la piel) en
un 8.3% de los casos, que puede llegar a ser grave en el 1 por mil de los pacientes.
o Los exantemas se resuelven espontáneamente.
o Los graves, en el 1 por 1000 de los casos, son difusos, confluentes, afectan cabeza y cuello, y
se resuelven suspendiendo la medicación.
o La lamotrigina debe emplearse a dosis de 25 mg/día durante las dos primeras semanas,
pasando a 50 mg/d durante dos semanas más y a 100 mg/d a partir de la quinta semana. Su
uso no requiere controles de laboratorio.
o Las dosis deben dividirse por dos si se emplea conjuntamente con ácido valproico
(Depakine®). Deben doblarse si se emplea junto con carbamazepina (Tegretol®).
Valproato o ácido valproico (Depakine®) También antiepiléptico.
o En estos momentos es el más empleado en USA, por encima del litio incluso. Es bastante bien
tolerado. Dosis de 1000 a 1500 mg/día.
o Descrito desde 1996, su eficacia está comprobada en un 55% de los casos. Está bien
documentado su efecto en cuadros de manía mixta y en la manía aguda. Es un fármaco de
primera elección, casi tan recomendado como el litio.
9. o En España está comercializado como Depakine®, Depakine Crono®, o Depamide® (esta
última es la amida del ac, valproico).
o Las dosis suelen estar alrededor de 20 mg por kg de peso y día.
o Los niveles plasmáticos eficaces se calculan entre 45 125 µg/ml Interactúa con la lamotrigina
(Lamictal®) duplicando los niveles de esta última.
Clonazepan. Tranquilizante y antiepiléptico. Dosis, de 2 a 6 mg diarios. Da somnolencia.
Topiramato (Topamax®). Antiepiléptico. Dosis de 50 a 100 mg diarios, o más. Muy adecuado
en pacientes con bulimia, porque tiende a reducir el apetito aparte de ser un buen controlador
de los impulsos. Tener en cuenta su capacidad para provocar disfunciones cognitivas
(problemas de concentración) a algunas personas, así como efectos secundarios neurológicos
en forma de calambres musculares. En tales casos debe abandonarse este tratamiento.
Gabapeptina (Neurontin®). Antiepiléptico. Dosis, hasta de 3600 mg diarios. Tiene un
moderado efecto ansiolítico, aunque no está del todo claro su efecto como normalizador o
estabilizador.
¿Pueden combinarse entre sí los medicamentos eutimizantes?
Sí. Es normal hacer combinaciones de varios eutimizantes cuando no es suficiente con uno de
ellos. Es aconsejable hacer los niveles plasmáticos (análisis sanguíneos) para comprobar que
no haya interferencias entre los diversos eutimizantes que se empleen.
¿Qué es más importante, la fase maníaca o la fase depresiva, en el trastorno
bipolar?
Los episodios maniacos son más espectaculares, especialmente si cursan con síntomas
psicóticos (o sea, alucinaciones y pensamientos delirantes).
Pero los episodios depresivos ocupan más tiempo en lqa vida de una persona con trastorno
bipolar. En comparación los episodios depresivos ocupan de 1 a 3 veces más tiempo que los
episodios de manía, en el caso de pacientes con trastorno bipolar tipo I, y 37 veces superior
en trastorno bipolar.
De ahí la importancia de tratar adecuadamente los episodios depresivos. La recomendación
de la Asociación Americana de Psiquiatría, desde 2002, es el empleo de un estabilizador del
ánimo, de preferencia el litio o la lamotrigina en el tratamiento de la fase aguda depresiva.
El empleo de antidepresivos debe ser muy cuidadoso, y siempre en asociación con los
estabilizadores del ánimo. Los antidepresivos pueden empeorar el curso de la enfermedad si
inducen un viraje (también llamado cambio de ciclo o ciclaje). Un viraje se define como la
10. aparición de un cuadro de manía, hipomanía o mixto, durante el tratamiento agudo de la
depresión bipolar.
Los antidepresivos más peligrosos, en cuanto a desatar un viraje, son los que actúan de forma
prioritaria sobre los neurotransmisores noradrenalina y dopamina. Hay que tener en cuenta
que uno de estos antidepresivos, el bupropion, se emplea en la desintoxicación tabáquica
(bajo los nombres de Zyntac® o Zyntabac®). Tales fármacos llegan a provocar un 50% de
virajes, aún administrados conjuntamente con un estabilizador.
Todos los antidepresivos, en mayor o menor grado, tienen el riesgo de provocar virajes. Los
menos "agresivos" son los ISRS (Inhibidores selectivos de la recalpación de la serotonina)
como Prozac®, Seroxat®, Besitran®, Zoloft®, Serropram®, Prisdal®, Cipralex®, Esertia®). E·l
porcentaje de virajes suele estar, con estos, alrededor del 3-5 %. La venlafaxina (Vandral®,
Efexor®, Dobupal®) provoca alrededor del 25
Algunos autores consideran que el uso de antidepresivos no es adecuado ni en las fases
depresivas. En general los pacientes recaen al dejar el antidepresivo /aproximadamente el 75
% de los casos) y también sin dejarlo (41 % de recaídas al cabo de unos 12 meses).
En lo que existe consenso es en que deben usarse siempre en asociación con algún
estabilizador. El Dr. J.L. Calabrese (Case Western Reserve University, Cleveland. Ohio, USA)
fue el primero en comprobar el efecto de la Lamotrigina (Lamictal®) en el tratamiento de la
fase depresiva del trastorno bipolar, demostrando que provocaba un buen número de
respuestas posiutivas, sin virajes hacia la fase maníaca.
Lamotrigina (Lamictal®) ha demostrado también ser un excelente tratamiento profiláctico para
evitar fases depresivas, si es empleado a largo plazo. El litio es un buen profiláctico de la
manía, pero, sin duda, la lamotrigina es mucho más efectiva en cuanto a la prevención de la
depresión.
Los medicamentos, ¿pueden "disparar" una fase maniaca?
Sí. Los antidepresivos potentes pueden hacer que el paciente pase de estado depresivo a
estado maníaco. Es por ello que las subidas deben hacerse en forma controlada, prefiriendo la
suavidad a la rapidez. Los mejores antidepresivos son los ISRS (Prozac, Seroxat, Besitran,
Seropram, Prisdal), aunque también puede usarse la venlafaxina (Vandral, Dobupal), los
antidepresivos antiguos (tricíclicos) o los IMAO (inhibidores de la monoaminoxidasa). Siempre
con precaución y administrando, conjuntamente, un eutimizante.
Hay ocasiones en que un paciente con depresión no bipolar puede pasar a un estado parecido
al maníaco, de forma excepcional, al tomar algún medicamento antidepresivo nuevo, o con
dosis altas de uno que ya hubiera probado. En tales casos no se considera un trastorno
11. bipolar, sino un "trastorno maníaco inducido por el antidepresivo". Desaparece este episodio al
reducir el antidepresivo o cambiarlo por otro más suave. Algunos médicos consideran que los
pacientes que hacen estos "virajes" pueden tener predisposición a padecer trastorno bipolar.
¿Es cierto lo contrario? ¿Pueden los medicamentos "disparar" una fase
depresiva?
También es posible pasar de una fase maníaca a una depresiva. Es aconsejable emplear
algún eutimizante, de preferencia lamotrigina, para prevenir el descenso depresivo.
¿Es útil la terapia electro convulsivante (TEC, electroshock, electrochoque)
en el tratamiento del trastorno bipolar?
La respuesta es sí. Muchas veces, en los casos en que no actúa la medicación, el
electrochoque es una terapia perfectamente válida. Le recomendamos que vea nuestra página
sobre esta controvertida, pero eficaz, técnica.
¿Hay que hacer psicoterapia en el paciente con trastorno afectivo bipolar?
El trastorno afectivo bipolar es una enfermedad "poco psicológica" en cuanto a su origen. Ya
hemos comentado que es muy orgánica. El principal tratamiento debe ser el biológico: los
medicamentos en las proporciones adecuadas.
Lo que sí es muy importante es la pedagogía. El paciente y sus familiares deben ser
aleccionados acerca de las características de la enfermedad, de su tratamiento, de la
importancia de seguir las pautas para cada caso, de las limitaciones que impone la
enfermedad, distintas en según qué fase.
Todos deben estar muy imbuidos acerca de la necesidad de mantener la medicación, aún
cuando la persona se encuentre perfectamente bien. En pocas enfermedades como en el
trastorno afectivo bipolar es importante no dejar la medicación aunque uno se encuentre
perfectamente bien.
¿Sirven las asociaciones y los grupos de autoayuda?
Son excelentes medios de apoyo para el paciente y para sus familiares. En ellas se organizan
cursillos, charlas, actividades, sesiones de grupo, asesoramiento individual, etc.
El paciente ve que no es un caso único, y puede compartir experiencias con otras personas
que sufren sus mismas dificultades.
Los familiares encuentran las explicaciones adecuadas para resolver problemas cotidianos, y
se benefician de las experiencias que otras personas, con similares inconvenientes, han
empleado para resolverlos.
12. ¿Cómo es el médico idóneo para tratar pacientes con trastorno afectivo
bipolar?
Una de mis frases favoritas acerca de este trastorno es:
"Si el médico lo hace mal, el trastorno bipolar se convierte en un drama y todo sale mal. Si el
médico lo hace bien, perfecto incluso, el trastorno afectivo bipolar, a lo mejor, no es un drama
y algo sale bien".
Quiero decir con ello que el trastorno afectivo bipolar es muy variable, cambiante incluso en un
mismo paciente. Los médicos debemos seguir unas pautas, pero sin encastillarnos. Debemos
estar dispuestos a cambiar la táctica, día a día si conviene, para amoldarnos a las variaciones
y cambios que experimenta la enfermedad.
El médico debe ser muy humilde y aceptar que todo cuanto sabe, o cuanto cree saber, puede
ser insuficiente en cualquier momento de la enfermedad. Siempre debe estar dispuesto a
aprender y a consultar con otros médicos.
El médico adecuado para pacientes con trastorno afectivo bipolar debe ser un médico que
disfrute con el tratamiento de este trastorno. Para bastantes psiquiatras el paciente con
trastorno afectivo bipolar es molesto, demasiado difícil, o que requiere demasiados esfuerzos.
El médico adecuado se crece ante los pacientes difíciles, los cuales no le molestan en
absoluto sino que le dan ocasión para poner en marcha todos sus recursos, estrategias,
conocimientos y ganas de aprender.
Relación con alcohol y drogas
No creemos que el uso de alcohol y de drogas cause el trastorno bipolar. Ahora bien, el uso
de tales sustancias, siempre peligrosas, puede agravar un trastorno previo no diagnosticado.
Más cierto creemos que los niños con trastorno bipolar son los que tienen más posibilidades
de acercarse al consumo de drogas y alcohol.
En cualquier caso de adolescente o preadolescente que tiende al consumo demd drogas, es
necesario establecer el diagnóstico psiquiátrico, con la posibilidad de hallarnos con trastorno
depresivo, trastorno bipolar, TDAH u otros.
El tratamiento debe hacerse conjunto: tratar la adicción a las drogas y la patología psiquiátrica
al mismo tiempo.
13. Psicoeducación
Los padres y familiares deben ser entrenados para ayudar a sus hijos con:
Contener (no aumentar) las rabietas practicar y enseñar a su hijo sistemas para calmarse y/o
relajarse.
Reducir el estrés en casa.
Comprobando que su hijo no sea exigido de forma desproporcionada en la escuela.
Ayudar al niño a anticipar y evitar, o prepararse para situaciones de estrés.
Mostrar un entorno libre, pero con unos límites muy claros.
Retirar objetos (o guardarlos en lugar seguro) que el niño pueda utilizar para dañarse o dañar
a otros. Armas, cuchillos, garrotes, medicamentos...