El documento habla sobre la felicidad desde diferentes perspectivas como la filosofía, psicología, sociología, antropología y religión. También discute la felicidad en la doctrina católica y ofrece consejos para ser feliz como cuidar la salud física y mental, relacionarse con los demás y disfrutar los pequeños detalles de la vida.
1. La felicidad Exposición de D. Josemaría Monforte 1 de abril de 2011 Parroquia San Josemaría Foro de Solter@s
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3. Introducción Mitologías modernas Los problemas de la evolución Mitología sexual Relativismo y democracia El silencio de Dios San Agustín como referencia -Anécdota del tiempo -Libro de las Confesiones -Modelo de hombre que busca -Paradigma de un alma pensante Terminología de la felicidad Estado de ánimo de la persona que se encuentra plenamente satisfecha de tener lo que desea o disfrutar de una cosa buena Satisfacción, contento, suerte, dicha, ventura, bienestar, fortuna, etc. La sabiduría de Mafalda : Buen día, Señor, vengo a que me haga la llave de la felicidad.- Con mucho gusto nenita ¿a ver el modelo?.- ¡Astuto viejito…!
4. Algunas frases ingeniosas Mi felicidad consiste en que sé apreciar lo que tengo y no deseo con exceso lo que no tengo León Tolstoi 1828-1910 Existen dos maneras de ser feliz en esta vida, una es hacerse el idiota y la otra el serlo Sigmund Freud 1856-1939 La felicidad es interior, no exterior; por tanto, no depende de lo que tenemos, sino de lo que somos Henry Van Dyke 1852-1933 La dicha de la vida consiste en tener siempre algo que hacer, alguien a quien amar y alguna cosa que esperar Thomas Chalmers 1780-1847 Felicidad no es hacer lo que uno quiere sino querer lo que uno hacer Jean Paul Sartre 1905-1980 El verdadero secreto de la felicidad consiste en exigir mucho de sí mismo y muy poco de los otros Albert Guinon 1863-1923 Lo que se necesita para conseguir la felicidad, no es una vida cómoda, sino un corazón enamorado Josemaría Escrivá Surco, nº 795 La felicidad es la certeza de no sentirse perdido Jorge Bucay 1949-?
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6. La felicidad en la Filosofía La pregunta por la felicidad es esencial en la ética griega. Los filósofos encontraron respuestas muy diferentes, lo que demuestra, como ya apuntaba Aristóteles, que todos estamos de acuerdo en que queremos ser felices, pero en cuanto concretamos el cómo, comienzan las discrepancias. 1º) El eudemonismo : ser feliz es autorealizarse, alcanzando las metas de un ser humano (Aristóteles y Platón) 2º) Cinismo y estoicismo : ser feliz es ser autosuficiente, valerse por sí mismo sin valerse de nada ni de nadie (Sócrates, Séneca) 3º) Hedonismo : ser feliz es experimentar el placer intelectual y físico y conseguir evitar el sufrimiento mental y físico (Epicuro)
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8. La felicidad en las religiones orientales El hinduismo : Dos polos en sus creencias: el Atman (respirar) y el Brahman (el misterio profundo de las cosas).El fin de todo hindú es la unión de estos dos elementos. Hay que liberarse del mundo sensorial sometido a la ley de la acción (karma), que es propio del samsara (reencarnaciones) hasta su fusión con el Bien Absoluto (Brahman). Son polteístas: Brahma, Siva y Visnú. El yoga, camino de liberación. Las castas: brahmanes (sacerdotes), castrillas (nobles guerreros), vaisyas (comerciantes, agricultores y pastores) y los paroas. Su meta espiritual es la insensibilidad y la inacción. El budismo : Rechaza el atman hinduista. Doctrina de no yo. El sufrimiento, el único mal del ser humano (duhkah). Las cuatro verdades: universalidad del dolor, su causa (el deseo que provoca la serie repetida de nacimientos), su remedio (la supresión del deseo) y el camino (que conduce a la supresión del dolor). Este tiene 8 ramificaciones: la vista justa, el pensamiento justo, la palabra justa, la acción justa, la concentración justa. Con un vaciamiento interior total se llega al nirvana. Además del dharma como camino al nirvana, es esencial un tercer elemento: la fraternidad o comunidad (samgha). Una religión monástica .
9. La felicidad en las religiones trascendentes El judaísmo : Los libros del AT revelación de un Dios uno y único. Esperanza en el Mesías. Significado del Templo. Las sinagogas. Fe absoluta en Dios Omnipotente y en su Palabra. Normativa moral: El Decálogo. Las fiestas: el sábado; etc. El islamismo : Mahoma, el Profeta (570). Fe en un Dios único, Alá; y en el día del Juicio cada uno será evaluado según sus acciones. Su libro sagrado es el Corán, dictado por Dios a través del arcángel san Gabriel. Los cinco pilares: -la profesión de fe en Alá y su profeta -la oración ritual cinco veces al día -la ofrenda de la limosna ritual -el ayuno durante el mes de Ramadán -y la peregrinación a la Meca una vez en la vida La guerra santa (jihad) evoca la idea de esfuerzo, en general, bélico
10. La felicidad en la religión cristiana Teología Moral de la Persona
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12. La Teología Moral es la parte de la Teología que estudia los actos humanos, a la luz de la razón iluminada por la fe, en orden a conocer la manera en que deben ser realizados, a fin de que sirvan para la gloria de Dios y perfección del hombre . Es la reflexión científica, desde los datos que ofrece la Revelación, sobre la actividad moral humana como respuesta a la vocación cristiana. Centra su atención, por tanto, en las conductas humanas realizadas libre y responsablemente, en cuanto son capaces de ordenar el hombre a Dios como fin sobrenatural. La vida moral, constituida por múltiples y variados actos singulares, es, sin embargo, una. También lo es la Teología como ciencia que trata de esa actividad moral humana . Pero esa actividad, objeto de la Teología Moral, puede ser considerada desde ámbitos o perspectivas diversas y, como consecuencia, da lugar a partes o tratados diversos dentro de la unidad de la Teología Moral (Teología Moral Fundamental; Teología Moral Especial, dividida a su vez en Moral Teologal, Moral de la Persona y Moral Social).
14. Moral de la Persona es la parte de la Teología Moral que estudia la actividad moral humana desde la consideración de la persona que responde a la vocación cristiana. La dimensión ética es una característica propia del obrar humano: la persona está implicada siempre, en la totalidad de sus dimensiones, en cada una de las acciones que realiza. Toda la actividad moral es de la persona, es «personal». A la vez se debe tener presente también que, como creada «a imagen de Dios», que «es Amor», la persona humana es un ser constitutivamente abierto a la relación con Dios y con los demás: es un ser «religioso» y «social». La persona sólo se realiza como tal (y, en consecuencia, llega a la perfección a la que está llamada) en la medida en que ama, es decir, desarrolla su existencia como donación.
15. En el nivel del discurso, por tanto, y de acuerdo con el ámbito más directo de relación, es posible distinguir, dentro de los actos que el hombre realiza, los que se refieren a Dios, a los demás y a uno mismo. De estos últimos se encarga la Moral de la Persona, que, por eso, se puede definir como la parte de la Teología Moral que trata sobre el obrar moral directamente relacionado con la persona como sujeto singular y en cuanto que, gracias a ese obrar, puede hacer de su existencia cristiana (o llamada a serlo) una respuesta adecuada a la vocación de hijo de Dios . Ocupándose de los actos humanos desde la perspectiva de la persona (considerada como sujeto de la acción moral y también como regla o referente normativo de la moralidad), trata de aquellos actos que, referidos más directamente a la persona como sujeto singular, sirven para su realización personal en conformidad con el designio salvador de Dios. Ésta es la razón de que la consideración de los contenidos estudiados en los distintos bienes deba ser completada por la perspectiva con que son tratados en las otras partes de la Teología Moral: particularmente en la Moral Teologal y en la Moral Social .
16. La persona, sujeto de la moral El término «persona», en la expresión persona humana, designa siempre el ser humano histórico: el creado a imagen de Dios y redimido en Cristo. Las inclinaciones naturales a las que nos referiremos son las de la persona destinada desde toda la eternidad a ser hija de Dios en Cristo. La ley natural, de la que esas inclinaciones son expresión, es participación de la ley eterna o plan divino de salvación. Dice, por tanto, relación directa con la ley nueva; la única que, llevando a plenitud las inclinaciones naturales, puede conducir a la persona a la posesión del Bien Supremo, a la Bienaventuranza.
17. Por otra parte, la reflexión sobre los contenidos de la «moral de la persona» desde estas inclinaciones, nos sitúa en la perspectiva del sujeto. Permite, en efecto, considerar las cuestiones desde la persona que busca, consciente y voluntariamente, obrar el bien para llegar a la felicidad . Y como la persona es un ser relacional y se realiza en la medida en que, mediante el amor, entra en comunión con Dios y con los demás, se resalta a la vez el papel insustituible de la persona en la respuesta que ha de dar a su vocación fundamental e innata al amor. Se pone de relieve que la Teología Moral no tiene como finalidad ofrecer un elenco de normas o prescripciones que, a modo de código y actuando desde fuera, muevan a obrar en una determinada dirección (Primera Parte) [El tratamiento por extenso se hace en la Teología Moral Fundamental].
18. La consideración de la persona «en Cristo» hace posible el estudio de las conductas humanas como respuesta a la vocación a realizarse en los distintos ámbitos de la existencia. En este contexto, más que la determinación de unas normas de conducta que señalen cómo se debe actuar, interesa sobre todo mostrar el tipo y calidad de acciones capaces de llevar a la persona a realizarse como tal. Porque, como recuerda el Concilio Vaticano II, la Teología Moral ha de tratar sobre el modo en que los fieles han de obrar para responder a la vocación en Cristo a dar frutos en la caridad [cfr Conc. Vaticano II, Decreto Optatam totius (28X.1965), n. 16]. Esta perspectiva permite además integrar debidamente, en la unidad del único designio divino de salvación, el recurso a la categoría de ley natural en el tratamiento de las cuestiones . Si la moralidad de las acciones se define por su referencia al bien de la persona, y ésta ha sido asumida como tal —es decir, como una totalidad unificada de alma y cuerpo— por el Verbo en su encarnación, sólo en Cristo se puede encontrar de manera plena el valor y sentido de la ley moral que el hombre alcanza con las luces naturales de su razón [cfr VS, nn. 6-27: «Cristo y la respuesta a la pregunta moral»].
19. Esta perspectiva aúna de alguna manera la «moral de virtudes» y la «moral de preceptos». La «moral de virtudes», porque el tratamiento adecuado de la responsabilidad moral sólo es posible desde la consideración del sujeto moral. Pero, a la vez, únicamente en Cristo la persona humana encuentra la respuesta plena a la pregunta moral [cfr VS, n. 8]. Sólo Él es el camino para hacer efectiva esa respuesta por parte de la persona en y por medio de su actividad moral .
20. Por eso, la Teología Moral, al tratar de las acciones humanas en los diversos ámbitos, no puede prescindir de considerarlas desde el ángulo del sujeto que obra y, por eso mismo, desde la consideración de la conducta humana como participación en las virtudes. Pero como esas acciones —la vida moral—— constituyen el camino o modo de participar activamente en la vida de Cristo, será necesario que la Teología Moral considere siempre los actos y las virtudes a la luz del misterio de Cristo: desde la incorporación de la persona a Cristo. Se deberá evitar el riesgo de hacer un discurso exclusivamente racional de la vida moral al que luego se añada, como un apéndice, la consideración sobrenatural o cristiana de las cuestiones.
21. Tampoco podrá estar ausente la «moral de preceptos», porque, dadas las dificultades que, como consecuencia del pecado original, el hombre ha de superar en el conocimiento y realización del bien moral, siempre será necesaria la ayuda de preceptos que le indiquen cuál debe ser su modo de actuar. Los mandamientos, que «indican al hombre el camino de la vida eterna» y «constituyen la primera etapa necesaria en el», «están destinados a tutelar el bien de la persona humana, imagen de Dios, a través de la tutela de sus bienes particulares» [cfr VS, nn. 12-13].
22. Los bienes de la persona y la felicidad No hay unanimidad en los autores cuando se trata de delimitar el campo propio de esta disciplina. Tampoco cuando se trata de fijar el modo en que se ha de organizar el estudio de esos contenidos, ni el camino que debe seguirse en la determinación de los modelos o normas de las conductas singulares. ¿Por qué? Porque, una vez determinado el campo o ámbito de consideración, son dos las cuestiones implicadas en ese tratamiento: ¿cómo se ha de sistematizar ese estudio?; y ¿de qué manera la persona —el sujeto moral— puede conocer el procedimiento a seguir a la hora de actuar, a fin de que esa actuación sea la respuesta adecuada a su vocación cristiana?
23. Para la determinación del objeto sobre el que ha de centrarse la «Moral de la Persona» puede ser de gran ayuda la consideración de las tendencias o inclinaciones fundamentales del ser humano. A propósito de la cuestión sobre si la ley natural comprende uno o muchos preceptos, Santo Tomás, después de recordar que el bien o fin es lo primero que mueve al hombre, pasa a enumerar esas inclinaciones naturales. Éstas señalan la vía para realizar aquella inclinación básica de la persona al bien en cuanto tal y, en consecuencia, describen los contenidos más fundamentales del comportamiento moral y, por eso, de la ciencia teológica moral [cfr S.Th., I-II, q. 94, a. 2: en este caso, de la «Moral de la Persona», como parte de la «Teología Moral Especial»].
24. Esas inclinaciones más básicas son la inclinación al bien; la inclinación a la conservación del ser o de la existencia, es decir, de la vida humana y de cuanto impide su destrucción; la inclinación a la unión sexual: a la transmisión y educación de la vida; la inclinación a la verdad; la inclinación a la vida en sociedad. Pero como la inclinación al bien es la primera en la fundamentación del orden moral (aunque cubre todo el dominio de la moral), y, por eso, tiene su tratamiento más adecuado en la «Teología Moral Fundamental», se puede decir que son cuatro los ámbitos en torno a los que cabe ordenar el estudio del comportamiento moral que estudia la «Moral de la Persona». En concreto,…
25. Resumen 1 Moral fundamental : principios o fundamentos del actuar ético (juzgar cuándo los actos son buenos o malos ). Moral especial : materia y temas concretos en los que el hombre y la mujer han de vivir moralmente. 1600 : separación Dogmática y Moral: 1) para iluminar más de cerca la conducta de los cris- tianos; 2) para ayudar a los sacerdotes a instruir y orientar a los fieles en la confesión. Unos autores estructuran la moral especial sobre el esquema del De- cálogo , otros en torno a las virtudes , otros siguiendo el esquema “ Moral de la Persona ” - “ Moral Social ”. ME 1 de 141
26. Resumen 2 Tres objetivos de la Moral Especial 1 Mostrar que las exigencias morales de los Diez Mandamien- tos no son un añadido a la persona: no son impuestas por la sociedad, ni por los padres o maestros, ni por la Iglesia o sus ministros, sino que nacen de la propia vocación personal, pues el hombre es un ser moral por naturaleza . 2 3 Enseñar que la conducta moral posibilita que el hombre y la mujer se comuniquen amistosamente con Dios . Enseñar que la conducta moral es un elemento imprescin- dible para que exista una convivencia armoniosa entre los hombres . Vida moral : ámbito natural en el que la persona se perfecciona a sí misma , vive en comunión con Dios y logra la paz entre los hombres . ME 2 de 141
27. Resumen 3 CCE 2070 : “Los diez mandamientos pertenecen a la revelación de Dios. Nos enseñan al mismo tiempo la verdadera humanidad del hombre. Ponen de relieve los deberes y, por tanto, indirectamente, los derechos fundamentales, inherentes a la naturaleza de la persona humana. El Decálogo contiene una expresión privilegiada de la ley natural ”. Jesús lleva a la perfección la Ley antigua.Algunos cambios: condena no sólo la muerte delinocente, sino la simple injuria e irritación, y no sólo el adulterio, sino el pensamiento contra la virtud de la castidad; corrige la ley del Talión enseñando devolver bien por mal; condena el aborrecimiento al enemigo enseñando a amarlo ; etc.. ME 3 de 141
28. Resumen 4 CCE 1717 : “Las bienaventuranzas dibujan el rostro de Jesucristo y describen su caridad; expresan la vocación de los fieles asociados a la gloria de su Pasión y de su Resurrección; iluminan las acciones y las actitudes características de la vida cristiana; son promesas para- dójicas que sostienen la esperanza en las tribulaciones; anuncian a los discípulos las bendiciones y las recompensas ya incoadas; que- dan inauguradas en la vida de la Virgen María y de todos los santos”. ME 4 de 141 Los Mandamientos explicitan la ley natural. Las Virtudes capacitan para discernir y elegir lo más acertado, y hacerlo con satisfacción .
29. Resumen 5 Reverso de una existencia cristiana Ateísmo : para el “a-teo” Dios no existe . No es un fenómeno origi- nal , sino originado: hasta el punto de que entre los datos que la pa- leontología usa para distinguir entre restos humanos o de animal, concluye que se trata de un ser humano si, junto a ellos, se encuentra algún elemento de culto . Agnosticismo : afirma que la inteligencia humana no puede demos- trar ni negar la existencia de Dios o, simplemente, prescinden de El en su vida. Su vicio inicial: escasa confianza en la razón . Relativismo : si todo es relativo, no hay respuestas definitivas. Secularismo : trata de organizar el mundo y las estructuras sociales al margen de Dios. Moral cristiana : ni clericalismo ni secularismo. ME 5 de 141