2. más de 15.000 eƟquetas impresas entre
1854‐1954, de las que sólo están expues‐tas
8.000, procedentes de Jerez de la Fron‐tera,
El Puerto de Santa María y Sanlúcar
de Barrameda, algunas de ellas desapare‐cidas
en la actualidad.
La colección, perteneciente a D. José Sal‐daña
Trigo quien traspasó el legado a Bo‐degas
Garvey, está agrupada por temas y
bodegas, siendo posi‐ble,
además, admirar
una colección de bote‐llas
pintadas a mano del
siglo XIX
Información
Bodegas Grupo Garvey.
Ctra. N‐IV. Circunvala‐ción
Teléfono y Fax: 956 319
650.
www.grupogarvey.com
web@grupogarvey.com
Horarios
‐ De lunes a viernes: De 9:00 a
14:00
Precios
‐ De lunes a viernes: 5 € /
adulto y 3 € / niños y fines de
semana y fesƟvos: 6 € / adul‐to
y 4 € / niños
etiquetas de vino
Museo de Etiquetas del Vino de Jerez Siglo XIX
Bodegas Garvey de Jerez de la Frontera ha
añadido un nuevo atracƟvo para los visi‐tantes
a sus instalaciones: una colección
única de más de 15.000 eƟquetas de vino
de Jerez, correspondientes a diversas épo‐cas.
Las bodegas de Jerez consƟtuyen una
de las visitas más solicitadas de la locali‐dad
gaditana.
El museo de eƟquetas de vino cuenta con
3. jugetes
Congost
Tal y como hemos comentado amplia-mente
en anteriores artículos de esta
misma web, las personas que ahora
tenemos algo más de treinta años go-zamos
de una infancia llena de jugue-tes
de calidad.
No solamente muchos de estos juegos
y juguetes estaban bien realizados en
lo que hace referencia a su construc-ción
física, es decir, con plásticos y
materiales de calidad, sino que ade-más
disponían de un componente pe-dagógico
importante, siendo los años
que van de la década de los sesenta
hasta principios de los ochenta una
edad de oro para los llamados “juegos
educativos”, gracias a los cuales
aprender resultaba de todo menos
aburrido.
Dentro de la categoría de juegos edu-cativos
o instructivos, podíamos en-contrar
desde el "Electro L" de Airgam
hasta el propio Tente de Exin, pasan-do
por excelentes productos de mu-chas
otras marcas como por ejemplo
Comansi, Famosa, Puch y como no,
también la marca protagonista de esta
serie de artículos: Congost.
Aunque las comparaciones son odio-
4. "Rescate
espacial",
con el cual
el pequeño
o pequeña
jugadora
necesitaba
grandes
dosis de
precisión,
potenciando
la capacidad
motriz de
los más pequeños además que servía
para aumentar su capacidad de con-centración.
En este aspecto diríamos
que Congost se asemejaba bastante a
la Exin de los inicios, pues ambas fa-bricaban
muchos y variados juegos de
estas características.
Otra cosa eran los productos que fabri-có
y distribuyó Congost como la muñe-ca
Barbie o la figura de acción “Big
Jim”, los cuales eran patentes de Mat-tel,
los cuales aunque contaban con
una calidad extraordinaria, no eran
exactamente lo mismo que los produc-tos
gestados y desarrollados por la
propia Congost. Y también de Mattel,
no cabe olvidar le Blandi Blubb, que
aun a pesar de ser un juguete divertido
y en cierto modo inédito a todo lo que
existía en aquel entonces en el merca-do,
era producto de otro estilo de jue-gos
bastante alejado de la línea propia
de Congost, pensado también para un
consumidor americano con preferen-cias
y gustos diferentes al ibérico.
Es por esta razón que en este artículo
nos intentaremos centrar en la marca
Congost en sí y los juguetes de cose-cha
propia que comercializó con bas-tante
éxito durante muchos años. Pero
sin duda alguna sería muy difícil com-prender
la historia de Congost sin an-tes
conocer el carácter emprendedor
de su fundador, el señor Lluis Con-gost.
Lluis Congost, fundador de la compa-ñía
juguetera que llevaría su nombre,
nació el año 1913 en una población de
la provincia de Girona.
Siendo de pequeño un chico bastante
inquieto, ya desde muy joven demos-tró
una gran capacidad para el diseño
y sobretodo unas dotes realmente ex-celentes
para el cálculo, habilidades
que en el futuro le serían imprescindi-bles
para su trabajo.
Pero no avancemos acontecimientos y
quedémonos todavía con el Sr. Lluis
Congost de pequeño, pues con pocos
años, y suponemos que fascinado por
los incipientes avances en lo que a
aviación se refiere, nuestro protago-nista
de pequeño ya diseño y constru-yó
su propio avión-planeador con ma-teriales
muy simples, como por ejem-plo
cañas y sábanas.
jugetes
sas, pues nunca son del todo acerta-das
y exactas, para hacernos una idea
de cómo era Congost podríamos com-pararla
con la Exin de sus primeros
años. Es decir, ambas empresas sur-gen
en la época de recuperación de la
post-guerra, inicialmente estuvieron
ubicadas en el área metropolitana de
Barcelona (y de hecho no demasiado
lejos la una de la otra), compartieron
mercado durante muchos años y las
dos basaban sus productos en juegos
educativos o que precisaban de cierta
habilidad de sus pequeños propieta-rios
para su consecución.
Aparte de estos puntos en común, y
algunos más que se irán descubriendo
a lo largo de este artículo, ambas em-presas
son totalmente diferentes, sien-do
la historia de Congost y la de su
fundador realmente apasionante.
En lo que hace referencia a los juegos
fabricados por esta marca, a grandes
rasgos se podrían dividir en dos gran-des
grupos: los desarrollados por la
propia Congost y los que fabricó/
distribuyó de terceros como por ejem-plo
de la gigante Mattel.
Acerca del primer grupo de juegos,
destacar algunos como el titulado
5. jugetes
Según nos explicó la propia familia del
señor Congost, con los que tuvimos la
suerte de hablar mientras preparába-mos
esta serie de artículos, el "piloto"
de pruebas de este aeroplano tan arte-sanal
fue un mozo que trabajaba en la
casa de los Congost. Desconocemos
gran parte de los detalles del vuelo
que este buen hombre hizo convenci-do
por el joven Lluis y si el aterrizaje
fue más bien plácido o con algún que
otro problema, pero lo importante es
que el avión voló durante algunos ins-tantes
a una altura de siete metros,
cosa que no está nada mal conside-rando
la juventud de su diseñador y la
dificultad en aquel entonces en encon-trar
guías o manuales a la hora de
construir un planeador, por pequeño y
simple que fuera.
Dicha anécdota viene a ilustrar exce-lentemente
el carácter emprendedor
que el señor Lluis tenía ya de bien
pequeño, y como no, nos muestra
también ciertas dotes de persuasión
que tenía para convencer al trabajador
involucrándolo en dicha aventura.
Pasaron algunos años y durante la
6. años cuarenta.
Finalizados sus estudios trabajó para
la compañía Pegaso realizando traba-jos
de ingeniería para algunos camio-nes
que justo en aquella época la firma
estaba empezando a producir. Hay
que hacer notar que los talleres de la
marca Pegaso estaban situados en
Barcelona y eran los mismos que unos
años atrás habían sido propiedad de la
marca Hispano-Suiza, caída en des-gracia
durante la Guerra Civil Españo-la
al producir motores para aviones del
bando republicano.
Pero el señor Congost continuaba
siendo el muchacho inquieto de siem-pre
y gracias a su experiencia como
ingeniero entró a trabajar en la marca
de motocicletas Motor-Rex como dise-ñador
y constructor de los motores de
la marca, montando algunas unidades
las cuales iban destinadas a competi-ción
con el ánimo de promocionar la
marca entre el público. Precisamente
una de estas motocicletas compitió
pilotada por la que sería su propia es-posa.
Paralelamente, como trabajo curioso,
también decir que Lluis estuvo al car-go
del mantenimiento de una colec-ción
de relojes propiedad de un impor-tante
coleccionista.
La compañía Congost
Amante de la ingeniería, al señor Con-gost
le encantaban una cosa por enci-ma
de las otras, los juguetes que fabri-caría
gracias a la constitución de la
empresa que llevaría precisamente su
propio apellido: Congost.
Xylomatic de la marca CongostFunda-da
en los años cincuenta, la empresa
Congost inicialmente estaba ubicada
en la calle Numancia número 73 de
Barcelona aunque al cado de unos
años trasladó sus instalaciones hasta
la población de Prenafeta, cerca de
Montblanc (Tarragona). Dicho traslado
se realizó a causa de una importante
ampliación de producción en la firma,
la cual explicaremos un poco más
adelante.
Los primeros juegos realizados por
Congost eran bastante sencillos, utili-zándose
de forma abundante el porex-pan
dada su facilidad a la hora de ma-nipularlos.
Aparte que para el consu-midor
final resultaba bastante econó-mico.
En esos primeros juegos uno de los
temas recurrentes era el militar, como
por ejemplo casamatas con soldados
en su interior que disparaban o bien
un juego en que el protagonista princi-pal
era una batería antiaérea. Cierta-mente
estos eran juegos de una épo-ca
en la que el recuerdo de la guerra
todavía estaba muy presente y se
jugetes Guerra Civil Española nuestro prota-gonista
fue incorporado a filas, partici-pando
en contra de su voluntad en
dicha carnicería. Mientras estaba en la
enfermería curándose de diversas he-ridas,
aprovechó la ocasión para esca-parse
saltando un muro del hospital en
el que estaba recluido. Consecuencia
de un mal cálculo, tuvo la desgracia de
romperse una pierna aunque esto no
fue impedimento para que continuara
su huida hacia la casa de sus padres
en Girona.
Después de alguna que otra aventura
y llegado a su casa, pudo ocultarse el
resto del tiempo que duró el conflicto
bélico, impidiendo de esta forma que
los militares lo apresaran culpándolo
de desertor, cargo que equivalía a un
severo castigo y corriendo serio peli-gro
su propia vida.
No obstante, este hecho no le impidió
seguir sus estudios gracias a una di-namo
que él mismo se construyó y
que le generaba la electricidad sufi-ciente
para encender una bombilla e
incluso hacer funcionar una radio con
la cual fue siguiendo los acontecimien-tos
que se iban sucediendo en el exte-rior.
Finalizada la Guerra Civil Española
Lluis Congost pudo continuar de forma
normal sus estudios especializándose
en ingeniería. Tal y como se ha co-mentado,
nuestro protagonista era un
estudiante espléndido, tanto fue así
que gracias a una conferencia que dio
ante publico sobre el tema que estu-diaba
le sirvió para convalidar ni más
ni menos que dos cursos de los estu-dios
que realizaba, pudiendo comple-tar
así su carrera de Ingeniero Indus-trial
en Barcelona a mediados de los
7. jugetes
quiera o no, estos productos se ven-dían
bastante bien. No obstante, el
señor Lluis tomó conciencia de que el
juguete había de tener grandes cuali-dades
pedagógicas y que los juguetes
que él inventaba podían servir para
algo más que como entretenimiento de
los más pequeños.
Según recuerdan sus descendientes,
en los primeros años de la empresa su
propietario realizaba los prototipos de
los juguetes en su propio domicilio.
Además, como detalle curioso e indi-cador
de hasta que punto era una em-presa
familiar en esos inicios, comen-tar
que la propia esposa de Lluis fue
una de las primeras comerciales de la
compañía.
Aparte de la calidad con la que Con-gost
fabricaba sus juguetes, estos te-nían
un claro componente educativo a
la vez que, tal y como se ha comenta-do
anteriormente, desarrollaba la ca-pacidad
motriz de los más pequeños.
Como ejemplo de estas características
podemos citar varios de sus juegos
educativos como “Rescate espacial” o
8. sus juegos, existiendo referencias
como “Auto Escuela Congost”, con-sistente
en un circuito urbano por el
cual, mediante imanes situados bajo
un tablero con patas, el pequeño/a
podía conducir su coche por su su-perficie
respetando a rajatabla las
señales de tránsito dibujadas en la
parte superior, aprendiendo de esta
forma tan divertida las señales de
circulación. Por cierto, comentar que
los vehículos de “Auto Escuela Con-gost”
no eran fabricados por la propia
compañía, sino que utilizaba modelos
de la marca de miniaturas Eko con
algunas modificaciones estructurales y
que los convierten actualmente en pie-zas
muy buscadas. Hay que decir que
Eko era una proveedora habitual de
Congost en lo que hace referencia a
coches miniatura usados en sus jue-gos.
Los técnicos de Congost llegaban a
desarrollar entre ocho y nueve juegos
nuevos cada año,
aunque muy a menu-do
el número de jue-gos
nuevos que veían
la luz anualmente era
solo cinco. La rentabi-lidad
y diversos filtros
internos de la propia
empresa eran los res-ponsables
de esta
reducción de juegos.
La puesta a punto de
un juguete finalizaba
cuando chicos y chi-cas
de la edad a
quien iban destinados
los juguetes los pro-baban
y los técnicos
valoraban los pros y
los contras. En un
principio este trabajo se realizaba de
forma muy sencilla, facilitando estos
juegos a un pequeño grupo de niños
para que ellos mismos los probasen.
Con el tiempo se fue profesionalizan-do
el proceso, invitando a los chicos y
chicas a visitar un recinto preparado
para su observación gracias a grandes
espejos que en verdad eran cristales
en cuya parte posterior técnicos apun-taban
cada una de las reacciones de
los pequeños.
Congost y sus alianzas internacio-nales
Aproximadamente en 1975 la norte-americana
Mattel, una de las principa-les
multinacionales jugueteras a nivel
mundial decidió entrar en el mercado
español, creando una efectiva cabeza
de puente que le permitiría introducir
los productos en un mercado cerrado
aunque realmente apetitoso.
Para desempeñar tal difícil labor, eligió
jugetes
su derivación “Lem 200”. Otro de los
juegos conocidos de Congost y desa-rrollados
por la misma empresa fue
“Auto Cross”, que consistía en una
consola que simulaba un tablero de
mandos de automóvil con su volante y
cambio de marchas incluido combina-do
con un circuito en el cual, el objeti-vo
principal consistía en “pilotar” co-rrectamente
un pequeño coche y pro-curar
que se mantuviera dentro de los
límites del circuito. Estamos como no
en los años sesenta y setenta, una
época de esplendor para el juguete
nacional y también para la propia com-pañía.
Otros reconocidos juegos de la época
son el "Xylomatic", un pequeño instru-mento
musical basado en el xilofón, el
"Bingo Congost" con su particular sis-tema
para evitar que se perdieran las
bolas del bingo o "Los Imposibles" que
se trataba de una colección de peque-ños
juegos en los que a destreza era
primordial para lograr resolver cada
uno de los enigmas que nos presenta-ba
el juguete.
Y es que verdaderamente Congost se
tomaba muy en serio la pedagogía en
9. Congost poco a poco fue perdiendo
personalidad, absorbida por los pro-ductos
externos que ella misma fabri-caba
y distribuía.
Evidentemente se continuaban desa-rrollando
y comercializando juegos
propios, pero sin duda los que mejores
resultados económicos daban eran los
procedentes de Mattel. Barbie de por
sí era un gran producto que todavía
hoy funciona estupendamente (no olvi-demos
que fue Congost la primera em-presa
en dar a conocer la muñeca en
España). No obstante, son los núme-ros
económicos los que mandan en
una empresa y resultaba más rentable
fabricar y distribuir un producto rodado
que investigar, diseñar y poner a pun-to
uno de propio. A pesar de esto,
Congost siguió creando sus propios
juegos, aunque el ritmo de novedades
al año fuera menor.
Pero este no fue el único pacto comer-cial
con una empresa reconocida a
nivel mundial, sino que también creó
alianzas con la juguetera Tomy y con
Revell, marca con la cual tendría una
relación de unos doce años. Congost
también tendría otras licencias muy
conocidas y sobretodo fructíferas, co-mo
Disney o Barrio Sésamo.
Durante esta época de expansión,
Congost abrió una fábrica en Francia,
creando para ella la marca “Congost
France, S.A.”, la cual disponía de la
misma capacidad que la fabrica matriz
catalana, así como delegaciones en
Estados Unidos e incluso en Alema-nia.
Transformación en épocas de crisis
Logotipo de la nueva Congost No obs-tante,
llegarían para todas las marcas
jugueteras nacionales épocas de crisis
y Congost no sería una excepción a
ello, además que dicho periodo coinci-diría
con diversos sucesos infortuna-dos
que decidieron el futuro devenir
de la marca.
En el año 1990 fallecería el señor Lluis
Congost después de dos años de me-recida
jubilación, aunque es justo co-mentar
que durante este periodo estu-vo
todavía activo, pues continuaría
diseñando y desarrollando juguetes
incluso para otras marcas como por
ejemplo Famosa, aunque desgracia-damente
pocos verían la luz debido a
los malos tiempos que el sector atra-
jugetes una empresa constituida que fuera
capaz de desarrollar los planes que
Mattel tenía previstos para ella y fue
precisamente Congost la elegida, con-virtiéndose
en distribuidora pero so-bretodo
también en fabricante de pro-ductos
Mattel.
Así pues, uno de los principales jugue-tes
que fabricó y distribuyó Congost en
aquella época fueron las figuras de
acción “Big Jim” y “Barbie” en 1978
(del proyecto Barbie se venia concre-tando
desde 1975). Otro de los juegos
creación de Mattel que distribuyó Con-gost
fue el recordado “Blandy Blubb”,
una especie de masa viscosa verde
que se guardaba en un bote de plásti-co
del tamaño de un baso y que simu-laba
un bote de basura redondo al
estilo americano.
Ante la duda de si Congost fabricó o
bien solo distribuyó juegos de Mattel
en España que tuvimos a la hora de
plantearnos este artículo, la respuesta
de personas muy cercanas a la em-presa
es que efectivamente Congost
fabricaba con moldes alquilados de la
propia Mattel aunque con el tiempo
pudo utilizar moldes propios.
Tal y como comentábamos, Congost
fabricó la muñeca Barbie la cual era
idéntica a la versión americana pues
estaba realizada inicialmente con los
mismos moldes. A propósito, comentar
que a menudo algunos grandes alma-cenes
realizaban "pases de modelos"
con muñecas Barbie como protagonis-tas
y con vestidos diseñados por los
modistos y modistas más conocidos
del país.
Aunque el acuerdo con Mattel permitió
a Congost vender sus productos en el
exterior, sobretodo en Estados Unidos,
10. bién adoptó el clásico logotipo de la
marca.
Pero curiosamente la marca “Lluis
Congost, S.A.” tampoco desaparecería
del todo, ya que Tecnitoys (la misma
empresa que fabrica actualmente Sca-lextric)
adquiriría la denominación inte-grándola
en su grupo de empresas y
declarándola como una empresa de
fabricación de juguetes mecánicos en
general ideados por un departamento
propio de creación en productos de
electrónica y modalismo. Dicha marca
cuenta en la actualidad con una veinte-na
de personas empleadas.
Agradecimientos
Por último comentar que no fue nada
fácil reunir información sobre la firma
Congost para la realización de este
artículo, y tal trabajo hubiera resultado
casi imposible a no ser por la ayuda
que nos ofrecieron los propios descen-dientes
del señor Lluis Congost. Así
pues, es justo dar un merecido agra-decimiento
a estas personas por la
atención que nos prestaron y agrade-cer
también las historias que nos con-taron,
permitiéndonos confeccionar un
perfil aproximado del carácter del fun-dador
de la empresa.
http://www.rosaspage.com
jugetes
vesaba. Otro de los factores negativos
para la firma Congost fue el paulatino
deterioro de relaciones con Mattel, la
cual finalmente dejó plantada a Con-gost
abandonándola a su suerte.
Debido a la condición de sociedad
anónima de la empresa catalana y de
que la familia Congost no poseía la
mayor parte del capital de la empresa,
el resto de socios acordó dar un brus-co
golpe de timón a la nave y reorien-tar
la empresa hacia otra actividad,
también relacionada con artículos de
plástico pero sin nada que ver con ju-guetes.
Fue así como la empresa cambió de
nombre, pasando de “Lluis Congost,
S.A.” a “Congost Plastic, S.A.”, adqui-riendo
nuevas instalaciones en Santa
Eulalia de Ronçana (Barcelona) y fa-bricando
equipamiento plástico para la
industria, como por ejemplo contene-dores,
bandejas, etc… Aunque no to-do
cambió, pues esta nueva empresa
(que en el momento de escribir este
artículo todavía está en activo) tam-
11.
12. El objetivo del jue-go
era el de realizar
un rescate de los 3
tripulantes de la
capsula espacial
(mediante el famo-so
sistema de con-gost
de imanes)
dirigiendo el heli-cóptero,
y dejarlos
sanos y salvos en
la barca de salva-mento.
Cada tripulante
incorpora un pe-queño
imán que se
adhiere a la
"cuerda de salva-mento"
imantada
que tiene colgando
el helicópte-ro...
posteriormente también otro imán
en la barca permite dejarlos en ella.
Tres mandos rotativos permiten con-trolar
al helicóptero (velocidad, altura y
ruta). Congost seguía realizando ju-guetes
de habilidad y destreza, cosa
que permitía horas y horas de juego
incansable entre los niños de aquellas
épocas.
El sistema de pilas, que se incorpora-ban
en la base del brazo del helicópte-ro,
permitía ofrecer el contrapeso per-fecto
para operar con el juguete. Tal
como se indica en las instrucciones,
no todas las pilas funcionaban bien,
solamente las blindadas "en aquellos
tiempos" permitían jugar correctamen-te
al juego.
La realidad es que había que poseer
gran destreza, que con el tiempo se
adquiría para jugar con el.
Quién tenia este juego era la envidia
de todo el vecindario...
LA BUHARDILLA DE POL
http://
labuhardilladepol.blogspot.com.es
jugetes
Congost: Rescate Espacial (año 1969)
Congost seguía sorprendiendo en sus
juguetes.
¿Un juguete que recreaba un salva-mento
marítimo de la tripulación de
una capsula espacial?
Congost lo fabricaba.
Congost se había superado...Este fué
uno de los mejores juguetes que fabri-có
Congost, y todavía tiene muchos
seguidores que lo recuerdan con cari-ño
y algunos todavía lo desean.
13. Mediante una manivela
que se le va dando vuel-tas,
se puede poner en
funcionamiento la maqui-na
de tren que irá dando
vueltas y pasando por la
"estación-garaje" del cual
irán saliendo los diferen-tes
vagones (6) y acoplan-dose
a la máquina.
También hay una palanca
que se accionaba para
que los vagones
(mediante un ingenioso
sistema de imanes en la
base) salieran automática-mente
del garaje para acoplarse.
El sistema de meterse en el garaje era
un poco más basto...siendo uno mismo
y con precisión milimétrica, ajustarlo
jugetes
Congost: Magic Tren (años 70)
Un juguete si es de Congost, es
apuesta segura por la innovación y la
calidad de los juguetes. Una de las
casas jugueteras que optaron por
realizar diversos juguetes educati-vos
y enseñar a los más peque-ños,
incluyendo la habilidad como
base.
Lluis Congost es el artífice, funda-dor
y padre de la gran casa jugue-tera
en los años 50 que inicial-mente
se ubicó en la C. Numancia
nº 73 de Barcelona, para poste-riormente
trasladarse a Tarrago-na.
Posteriormente podremos centrar-nos
en las casas jugueteras. Pero
vamos a hablar de este juguete
llamado Magic Tren.
La facilidad para poder divertirse
con una cosa tan simple, pero a la
vez tan bonita se pone de mani-fiesto
en este juguete.
en la entrada del garaje y mediante la
palanca delantera pulsarla para meter-los
dentro.
Verdaderamente los juguetes de Con-gost
eran una obra maestra y con sim-ples
ideas hacian que los niños "hoy
mayores" pusieran en práctica su in-genio
y habilidad a la vez que se dis-frutaba.
http://
labuhardilladepol.blogspot.com.es
14. de fabricación que ofrecía el plástico y
otros avances tecnológicos como la
aplicación de la electrónica para que
los juguetes tuvieran un mayor realis-mo.
El fundador de la marca intuyó
muy pronto que los juguetes tenían
que ser algo más que un puro entrete-nimiento
para los más pequeños.
Congost se fundó en 1963, en Barcelo-na,
de la mano creativa y emprendedo-ra
del ingeniero industrial Luis Congost
(Banyoles, 1917-Barcelona, 1989). Lo
que nació como una empresa familiar
se convirtió, en poco tiempo, una de
las grandes marcas en nuestro país.
El éxito empresarial animó a sus direc-tivos
a abrir una nueva planta en Hos-pitalet
de Llobregat en 1970 y una fá-brica
en Montblanc (Tarragona) en
1977 Congost producía, comercializa-ba
y distribuía sus propios juguetes
pero también buscó alianzas con fabri-cantes
extranjeros. Así, en 1974 firmó
un acuerdo con Mattel (Barbie, Big Jim
o el Blandi Blub) y en 1979 se asoció
con la estadounidense Revell con
quien creó kits de montaje y modelis-mo.
Los planes de expansión internacional
llevaron a la empresa a conceder en
1975 licencias de fabricación de sus
juguetes a Epoch Toys & Games
(Japón), a Spears and Sons
(Inglaterra) y en Las Jouët Rattionels
(Francia); ya crear en 1979, bajo el
nombre de Congost-France, una fábri-ca
en Rivesaltes (Rosellón).
La muerte de Luis Congost y los años
de crisis de la industria del juguete
supusieron el cierre de la empresa en
1992.
Las piezas que conforman esta expo-sición
forman parte del fondo del mu-seo
y han sido dadas a la Fundación
del Museo del Juguete de Cataluña /
Figueras por:
Marc Batlle Izard, Concepción Blasco
Masip, Jaume Carol Queraltó, Enrique
Clusa Tejerina,
Jordi Coll, Pascal Comelade, Francis-co
Daban Hijazo, Josep Maria Joan
Rosa,
Marina Laball Vehí, Alfonso Martínez
Puig, Montserat Mas Codina, Emilia
Labrador Buisan,
Jordi y Cristina Peris Gallardo, José
Vilà Castaño
jugetes
“Los mejores de Congost”
Del 16 de julio al 19 de octubre de
2014 "LOS MEJORES CONGOST" en
el Museo del Juguete de Cataluña, de
Figueres. Una exposición para recor-dar
los juguetes que marcaron toda
una época.
Congost fue una de las marcas rele-vantes
del mundo del juguete en Cata-luña
entre los años 60 y 80 del siglo
XX. Tal es así que es
casi imposible encontrar,
en todo el Estado espa-ñol,
un niño que no haya
jugado con algún Con-gost
durante las décadas
de 1960 a 1980.
La buena reputación de
que gozaba la empresa
se debía a la calidad ma-terial,
la calidad estética
y la calidad pedagógica y
educativa de sus produc-tos.
Desfiladero supo aprove-char
las oportunidades
15.
16. Ferias - mercados - desembalajes - mercados de trueque
agenda octubre
23. Numismática de la Corona Catalano-Aragonesa medieval (785-1516)
sigue el criterio cronológico, intercalando
las ramas paralelas a los puntos más cer‐canos,
pero sin fraccionarlas por reina‐dos,
con los que no pueden coincidir siem‐pre
con exacƟtud.
En la catalogación se han hecho constar
los pesos y diámetros de las monedas así
como la composición química o el conjun‐to
de plata o bien oro. También se amplía
al máximo la descripción de detalles en
aquellos casos de piezas que por su rare‐za
o situación histórica representan un
momento clave o se deducen de ellas da‐tos
más importantes para la historiogra‐
İa en general o más específicamente nu‐mismá
Ɵca.
En la edición de este libro, simultánea‐mente
en catalán y castellano, han deci‐dido
uƟlizar una nomenclatura unificada
para designar países, reyes y nombres de
las monedas, a fin de evitar la doble
transcripción. Se ha adoptado el criterio
de uƟlizar la propia de cada reino, es
decir, la catalana para Cataluña, Mallor‐ca
y Valencia y la castellana para Ara‐gón.
Para los dominios italianos se da la
catalana si es documentada, seguida de
la italiana.
Biblioteca Sant Antoni‐Joan Oliver
C/Comte Borrell, 44‐46
08015 Barcelona
Tel. 933 297 216
Fax. 933 296 728
hƩp://www.bcn.cat/bibjoanoliver
DATOS DEL LIBRO
Nº de páginas: 434 págs.
Encuadernación: Tapa dura
Editoral: VICO
Lengua: CASTELLANO
ISBN: 946717851516
libro Miquel Crusafont
i Sabater
Es la mayor auto‐ridad
en cuanto a
moneda catala‐na.
De hecho ha
dedicado parte
de su vida a la
invesƟgación de
la numismáƟca
catalana, publi‐cando
infinidad
de arơculos y los
principales catá‐logos
que usan
todos los que se
acercan a este
Ɵpo de piezas.
El objeƟvo de este libro es el de ofrecer
un manual manejable, úƟl y preciso para
poder clasificar correctamente las mone‐das
acuñadas en Cataluña, al principio y
más adelante en los diferentes países que
se fueron incorporando al conjunto que
hoy conocemos con el
nombre de Corona Cata‐lano‐
Aragonesa. Las citas
bibliográficas que se han
incorporado nos dan la
información complemen‐taria
necesaria a la perso‐na
que quiera profundizar
un aspecto concreto.
Siempre que es posible se
24. El Troc ‐ La hoja del Coleccionista, es una nueva publicación iniciaƟva promovida
por El Troc—Boleơn de coleccionismo
ParƟmos del trabajo previo realizado por EL TROC, en los úlƟmos años y recupe‐ramos
la cabecera de una publicación que se hizo, hace varios, por el promotor
de encuentros, ferias y exposiciones, Julián Arteaga de Madrid. “La hoja del Co-leccionista”.
Esta nueva publicación nace con la idea de dar a conocer el máximo de actos de
Coleccionismo que se realizan en el país y presentar iniciaƟvas de coleccionismo
(Museos, exposiciones, colecciones, WEBS, …)
Este boleơn se distribuirá por Internet mediante lista de distribución creada por
El TROC.
Más información: eltroc@eltroc.org www.eltroc.org
Si quieres colaborar en la difusión del boleơn puedes hacerlo ayudando a sufra‐gar
los gastos de la WEB. 1/4 de página 10 Euros, 1/2 página 15 Euros, página
portada 25 Euros.
El TROC Boleơn de coleccionismo—c/Elkano 24 bajos 08004—Barcelona
Correo electrónico eltroc@eltroc.org hƩp://www.eltroc.org