Este documento discute la evaluación en educación física básica. Explica que la evaluación ha evolucionado para adaptarse a diferentes enfoques educativos a lo largo de la historia. Actualmente, la evaluación busca desarrollar sujetos autónomos mediante la adquisición de conocimientos, habilidades y competencias. También describe tres tipos de evaluación - diagnóstica, formativa y sumativa - y cómo cada una contribuye al proceso educativo de diferentes maneras.
1. 6. La Evaluación en la
Educación Física Básica
6.1 Nociones Generales sobre la Evaluación en Educación
La Evaluación es un término complejo que ha sido utilizado con diferentes
intencionalidades, obedeciendo a criterios y conceptos de educación,dominantes
en diferentes momentos históricosociales determinados. En este sentido, en algunos
casos ha sido instrumento al servicio del poder de un grupo social dado, del maestro
mismo o de la perpetuación de un sistema educativo con unas características definidas.
Es así como cada concepto de evaluación se puede decir que está en relación directa
con el concepto de sociedad, ser humano y educación dominante que se sigue o se
desarrolla en un contexto determinado.
Siguiendo estos lineamientos, se puede deducir que si el modelo educativo es
transmisionista, la evaluación es o debe ser diseñada de modo que dé cuenta del tipo de
aprendizaje que pregona dicho modelo; si por el contrario, el modelo educativo es
caracterizado por principios teóricos emancipadores, constructivistas y modelos
desarrollistas, la evaluación se transforma para dar cuenta de los postulados que
orientan los nuevos tipos de aprendizaje y modelos propuestos.
Sin embargo, en el contexto de desarrollo actual de la sociedad, la educación tiene sus
metas propuestas en la formación de sujetos autónomos y con las competencias necesarias
y adecuadas para adaptarse a situaciones que varían y se modifican permanentemente.
Se trata ya de, la adquisición de conocimientos, la aplicación de esos conocimientos
y el desarrollo integral como ser humano y social, que se dimensione en un contexto
planetario de responsabilidad histórica, cultural, y ecológica.
Bajo esta dimensión, la evaluación adquiere un significado que trasciende la
recopilación y repetición de información y, a la vez, se convierte en una nueva
herramienta educativa que adquiere nuevos horizontes, los cuales pueden ser dirigidos
hacia el desarrollo de las potencialidades del ser humano en los procesos formativos.
2. Se puede plantear en términos generales, que la evaluación consiste en valorar o
emitir juicios sobre el comportamiento de algo o alguien de acuerdo con un proyecto
determinado, implícita o explícitamente.
En este sentido, según Blázquez (1990), evaluar es una actividad prácticamente
cotidiana, que puede incluir acciones como las de recopilación de información, el emitir
juicios de valor a partir de unos referentes dados e incluso, el tomar decisiones.
En el ámbito educativo actual, la evaluación debe atender a situaciones diagnósticas
y pronósticas relacionadas con fortalezas, debilidades, carencias y oportunidades de los
estudiantes y, de este modo, contribuir a la construcción de proyectos pedagógicos que
motiven el desarrollo de los sujetos individuales y colectivos.
Igualmente, la evaluación debe proporcionar información sobre las competencias
logradas durante los procesos y al finalizar un período dado, asunto que posibilita la
adopción de correctivos o estrategias pedagógicas orientadas a la optimización en el
desarrollo de las capacidades humanas.
La evaluación también nos proporciona la información y los datos requeridos sobre los
niveles de desarrollo de cada estudiante, lo que permite realizar la planificación de nuevas
propuestas sobre bases pertinentes, de modo que los procesos educativos puedan conducir
a los y estudiantes a niveles superiores de formación personal y desempeño.
Para Lafrancesco G. (1996, 4), «la evaluación es un proceso sistemático y permanente
que comprende la búsqueda y obtención de diversas fuentes acerca de la calidad del
desempeño, avance, rendimiento o logro del estudiante y de la calidad de los procesos
empleados por el docente , la determinación de su importancia y pertinencia de conformidad
con los objetivos de formación que se espera alcanzar, todo con el fin de tomar decisiones
que orienten el aprendizaje y los esfuerzos de la gestión docente.
Desde esta perspectiva, según Lafrancesco , la evaluación se constituye en parte integrante
e integradora del proceso global de la educación en todos sus niveles, y en esta misma
dirección los objetivos direccionan los sentidos y significados de la evaluación, ya que es a
partir del conocimiento y la claridad sobre lo deseado de la única forma que se pueden
emitir juicios y tomar decisiones con respecto a los procesos de enseñanza y fundamentalmente de aprendizaje de los estudiantes.
Al comprender la evaluación desde su dimensión integral y globalizadora, es necesario
advertir que todos los aspectos que afectan la acción educativa, se constituyen en objetos
de evaluación, como por ejemplo, la formulación de los mismos objetivos, las estrategias
metodológicas, los recursos, los programas, los planes de clase, las actividades didácticas,
los proyectos y las tareas, entre otros.
3. Un aspecto importante a resaltar en la evaluación, es su intencionalidad centrada en la
búsqueda de las causas, variables y factores que pueden afectar el aprendizaje; todo ello,
con el objetivo de corregir, mejorar o mantener las acciones que se realizan.
6.2 Clases de Evaluación
Lafrancesco (1996, 6) propone clasificar la Evaluación en: Evaluación Diagnóstica,
Evaluación Formativa y Evaluación Sumativa.
6.2.1 La Evaluación Diagnóstica
Ésta tiene como propósito determinar cuál es el estado general del estudiante antes
de iniciar un proceso educativo determinado. Se pretende adquirir información básica
sobre los niveles o grados de conocimiento respecto a las temáticas a tratar, de sus
aptitudes (capacidades) relacionadas con los contenidos que se pretenden desarrollar y de
las motivaciones e intereses con relación al aprendizaje. Con los datos obtenidos en la
evaluación diagnóstica se pueden tomar decisiones sobre la continuidad o la reorganización
del programa propuesto.
En síntesis, la evaluación diagnóstica proporciona información sobre las condiciones
generales, tanto conceptuales como procedimentales, intelectivas y actitudinales en las
que se encuentran los estudiantes antes de iniciar los procesos de aprendizaje para adecuar
las propuestas planteadas en los procesos de enseñanza-aprendizaje.
6.2.2 La Evaluación Formativa
La intencionalidad de este tipo de evaluación está centrada en la formación, por ello,
lo que se pretende es acompañar a los estudiantes durante los procesos de aprendizaje,
tratando de brindar una orientación respecto a los logros, los avances e incluso con
relación a las dificultades que se puedan presentar en el camino.
Según Lafrancesco (1996, 7), en la evaluación de carácter formativo es fundamental
el seguimiento permanente de los estudiantes con relación a los aprendizajes propuestos.
Esto permite verificar si los estudiantes han desarrollado las capacidades necesarias para
aplicar los elementos aprendidos en un momento determinado, y especialmente da
cuenta de la competencia para la toma de decisiones y la solución de problemas que se
presentan en la vida cotidiana y en el ejercicio profesional.
6.2.3 La Evaluación Sumativa
Esta evaluación consiste en la valoración sobre el alcance total de los objetivos
propuestos para el proceso educativo, es decir, la tarea de la evaluación sumativa está
referida a la comprobación o verificación de la obtención de los objetivos propuestos
4. para un ciclo educativo o un proceso dado. Ésta tiene como función determinar aspectos
como la aprobación de cursos, asignaturas, prácticas, seminarios, talleres, etc. Generalmente,
por medio de ella se determina el paso de un nivel o ciclo formativo a otro
6.3 La Evaluación en Educación Física
Como lo expresan Bolívar Carlos y Camacho Hipólito, en Educación Física Básica
Primaria. (1998) «la Evaluación en el área de la Educación Física se entiende como el
proceso permanente a través del cual se obtiene información confiable para valorar el
estado de los diferentes aspectos y componentes curriculares orientados a fortalecer los
elementos positivos y corregir aquellos en los cuales existen problemas».
Desde una visión proactiva se observa explícitamente el valor de la evaluación, al
manifestarse o expresarse que cuando ésta genera transformaciones favorables para los
procesos educativos, se supera el concepto tradicional de «calificar». En este sentido, los
autores destacan algunas características del Decreto 1860 de 1994 del Ministerio de Educación
Nacional que a continuación se presentan:
6.3.1 Evaluación Participativa, Permanente e Integral
En la perspectiva de la Evaluación Integral, es necesario considerar todo proceso educativo
como un asunto complejo y transdiciplinar que está relacionado con todas las dimensiones
del ser; en tal sentido, debe atender al desarrollo de competencias conceptuales (desarrollo
de conocimientos) competencias aptitudinales (saber hacer y desarrollo intelectivo) y
competencias actitudinales (ser mejor y aprender a vivir con los otros).
- La Evaluación debe ser Participativa
Es decir, se debe tener en cuenta a padres de familia, estudiantes y directivos. Este
elemento requiere de un proceso permanente de comunicación entre todos los actores del
proceso educativo, y especialmente se debe mantener adecuadamente informados a los padres
de familia, para que se puedan comprometer más de lleno con la educación de sus hijos.
- La Evaluación debe ser Permanente
Este aspecto significa que la evaluación es un componente fundamental de la estructura
didáctica y de todo el proceso pedagógico; debe realizarse en todas las clases y en cada
momento de las clases. Se trata de construir una cultura de la evaluación, donde el
profesor puede recurrir a fichas de observación y otros instrumentos que son o pueden
ser llevados por los y las estudiantes.
- La Evaluación debe ser Integral
Este elemento trata dos asuntos básicos: Primero, la evaluación sobre el desarrollo
de competencias del o de la estudiante en todas sus dimensiones, y segundo, la
evaluación de todas las personas que participan en el proceso educativo.
5. 6.3.2 Autoevaluación, Coevaluación y Heteroevaluación
Finalmente, con respecto a la Evaluación, Bolívar y Camacho, recomiendan incorporar
en la Educación Física la Autoevaluación, la Coevaluación y la Heteroevaluación.
- Autoevaluación
Es entendida como la valoración que cada persona hace de su propio trabajo y el
desarrollo de sus competencias, refleja su autoestima, su sentido de responsabilidad y
permite considerar aspectos que sólo quien se autoevalúa conoce a profundidad».
- Coevaluación
Es una evaluación colectiva. En ella, diferentes personas de un grupo hacen una
valoración del desempeño de cada uno de los integrantes frente al logro de objetivos
propuestos, destacan de manera equilibrada aspectos positivos y por mejorar en los
diferentes ámbitos del comportamiento humano». Es un proceso que se da entre pares,
(evaluación entre compañeros que pertenecen a un mismo grado o nivel).
- Heteroevaluación
Es la evaluación realizada por otro actor que generalmente está en una escala de formación diferente a la del evaluado; comúnmente es la que hace el profesor al estudiante en
todas sus dimensiones, utilizando para ello diferentes instrumentos que faciliten y hagan
más eficaz su tarea. Ésta evaluación también puede hacerse por parte de estudiantes a
profesores, padres de familia, administradores, directivos, instituciones, etc.
6. Gráfico No. 45: La Evaluación en Educación Física
6.4 Logros e Indicadores de Logro para la
Educación Física en la Educación Básica
El término Logro hace referencia específica a la capacidad que se desea potenciar,
desarrollar y conseguir durante los procesos de formación; el Logro está relacionado
con el comportamiento que se pretende, desea o espera por parte de los y las estudiantes.
Generalmente, el logro está asociado con la actuación de quienes están participando en
los procesos educativos.
Se habla de logros de desempeño alcanzados, cuando los niños y niñas manifiestan
cambios favorables en sus formas de comportarse, en su atención, en la disposición
para el desarrollo de las actividades, en sus actitudes y el manejo de los conceptos.
La formulación de logros debe ser el producto de la reflexión y estudio por parte
del equipo de maestros y maestras de la institución educativa, reflexión que debe ser
orientada por procesos histórica y socialmente contextualizados.
Para Bolívar y Camacho en Educación Física. Básica Primaria. (1998) el término
logro «hace referencia al producto alcanzado después de un proceso sistemático e
intencionado», concepto que implica que los logros se elaboran y definen teniendo como
referencia básica los objetivos consignados en los planes y programas del área.
7. Desde la perspectiva de la evaluación integral, se adopta para esta guía el mismo
concepto que Bolívar y Camacho retoman de término de logro deseado, que es
propuesto por el equipo de investigación para el desarrollo de la Educación Física en el
departamento del Huila. Al respecto, estos investigadores dicen «el logro deseado se
considera como un resultado que se espera obtener después de un proceso intencionado,
planificado y metódico, que está consignado en el proyecto educativo de área» y en su
construcción participa toda la comunidad educativa.
Los indicadores de evaluación son un medio que se utiliza para constatar hasta qué
grado o nivel los y las estudiantes han conseguido u obtenido los logros esperados. En
tal sentido, éstos no se alcanzan u obtienen. Son un instrumento para observar, detectar,
identificar y percibir los comportamientos cognitivos, procedimentales (el hacer) y
actitudinales de los y las estudiantes.
Como puede develarse, los indicadores se constituyen en una herramienta
fundamental para el desarrollo adecuado de los procesos evaluativos, y por tanto, es
necesario que la institución a través de su equipo de profesores construya un instrumento
confiable e idóneo que permita dar cuenta de los procesos formativos.
Por su parte, el Indicador de Logro, se constituye en una categoría cualitativa, que
permite describir los niveles de aprendizaje y desarrollo de niños y niñas durante el proceso
educativo (como su nombre lo dice, el Indicador, «describe» el nivel de cualificación de
niños y niñas con relación al dominio, adquisición, introyección y apropiación del logro).
6.5
El Desarrollo de la Competencia Motríz
y la Evaluación
Según Pinillos (2002, 1), la evaluación considerada en el campo de la educación,
desde el punto de vista pedagógico, se constituye en un componente fundamental para
dar cuenta, en la forma más adecuada posible, de los procesos de enseñanza-aprendizaje.
Para ello, es necesario establecer como referente previo la elaboración de criterios e
indicadores que estén de acuerdo con los fines, objetivos, contenidos y medios determinados,
en los procesos educativos y, en tal sentido, hace parte de la didáctica, entendida ésta
como la teoría y la práctica de la enseñanza para algunos o del currículo para otros.
Las competencias en general pueden ser consideradas como comportamientos o
actuaciones adecuadas, pertinentes e idóneas, que resultan de prácticas y tareas concretas y
determinadas, las que igualmente son desarrolladas dentro de contextos en los que
tienen significado y significación o sentido.
Como puede develarse desde estos referentes, la evaluación por competencias
requiere de la asimilación, acomodación y equilibrio de conceptos y el desarrollo de
8. capacidades, la adquisición de habilidades y la construcción de saberes en las diferentes áreas
o disciplinas y su aplicación en situaciones específicas que favorezcan o permitan encontrar
soluciones variadas, adecuadas y pertinentes a los problemas o situaciones que se presentan.
El aspecto más relevante de la competencia, consiste en llevar a la práctica con
eficiencia y eficacia, el conocimiento teórico adquirido, es trascender el saber hasta
llevarlo al saber hacer, es la traducción del aprender a conocer en el aprender a hacer, y
preferiblemente en el aprender a hacer en compañía de otros. La competencia se preocupa
por formar a los estudiantes para que apliquen sus conocimientos éticamente en el
mundo de la vida, en el mundo del trabajo.
Partiendo de los aspectos desarrollados hasta el momento, la escuela en los procesos
de evaluación de competencias, debe procurar que el desarrollo de los y las estudiantes
sea observable por medio del desempeño en las actividades que desarrolla en los diferentes
contextos (en el aula y en la vida cotidiana).
Para la educación básica las competencias son agrupadas por grados para cada área
y se desagregan en logros de desempeño esperados.
6.5.1 Los Conceptos de Competencia y Competencia
Motriz
Según Whiteen (1959), citado por Ruiz (1995: 19), el concepto de competencia
«hacía referencia a la «capacidad de un organismo de interactuar con su medio de manera
eficaz», resaltando que en los seres humanos se manifiesta una constante incitación para
ser competentes en su medio».
Estos elementos en el contexto de la Educación Física o las actividades físicas y deportivas,
implican que durante la realización de una tarea motriz determinada, los seres humanos se
encuentran en situaciones motrices, en las cuales se presentan permanentemente interacciones
con el medio, medio cambiante en el que la persona debe moverse y desempeñarse de
manera eficiente y eficaz para lograr los objetivos y metas propuestos.
En este sentido, Keogh (1981) citado por Ruiz (1995: 19) expresa que «el desarrollo
de la competencia motriz es un proceso dinámico y complejo caracterizado por una
progresión de cambio en el control de uno mismo y de sus acciones con otros o con los
objetos del medio».
De ahí que el concepto de competencia motriz hace referencia «al conjunto de
conocimientos, procedimientos, actitudes y sentimientos que intervienen en las múltiples
interacciones que realiza en su medio y con los demás y que permiten que los escolares
superen los diferentes problemas motrices planteados, tanto en las sesiones de Educación
Física como en su vida cotidiana». Ruiz (1995: 19).
9. Ser competente en el campo de la motricidad, requiere del desarrollo de las
experiencias y capacidades necesarias que permitan al sujeto aprender y apropiarse
de un conjunto o repertorio de habilidades motrices que le permitan tener y emitir respuestas
adecuadas y pertinentes para situaciones motrices que frecuentemente son nuevas.
Para lograr esto es necesario adquirir los conocimientos, procedimientos y las actitudes
indispensables que permitan desarrollar las prácticas motrices con autonomía.
Según Ruiz (1995: 19, 20), los niños aprenden a ser competentes, en la medida en que
desarrollan la capacidad para interpretar de mejor forma, las situaciones que requieren
de actuaciones eficaces, y cuando desarrollan los recursos suficientes o necesarios, para
responder adecuadamente a las demandas de la situación.
Estos aspectos de acuerdo con Harter (1980), citado por Ruiz (1995: 20) propician
el desarrollo de sentimientos, de capacidad para actuar, de sentirse con seguridad y
confianza para salir adelante ante diferentes situaciones problemáticas que se presentan y para
manifestar satisfacción y alegría por ser causa o por participar en transformaciones del medio.
En esta perspectiva, y estando de acuerdo con los planteamientos de (Griffth y Keogh,
1982 y Ruiz, 1980), según Ruiz (1995: 20), la noción y el significado de la competencia
motriz, pueden entenderse desde una visión de complejidad, en la que con las dimensiones
cognitiva, comunicativa, social y motriz, interactúan otras esferas del ser humano como
son la motivacional y afectiva. Dimensiones que son fundamentales en todos los procesos
en los cuales el ser humano debe tomar decisiones, y específicamente en las edades infantiles,
influye notablemente en la elección de las actividades y tareas, en la perseverancia para el
desarrollo de las prácticas y en el rendimiento durante la ejecución de las mismas.
Gráfico No. 46: Competencia Motrizy Capacidades Humanas
10. 6.5.2
Desarrollo de la Competencia Motriz en el Niño
Los procesos de desarrollo motriz del niño , se logran a través de la adquisición, aprendizaje y perfeccionamientos de las habilidades básicas y específicas, como resultado de la
interacción de todas sus capacidades perceptivomotrices, físicomotrices, sociomotrices,
cognitivas y volitivas. A su vez, las habilidades como tales se constituyen en el fundamento del desarrollo de las capacidades, todo esto como el producto de la relación
entre el desarrollo natural, de la especie, desarrollo filogenético, potenciado por medio
de la ontogénesis a través de la educación y la acción que ejercen la cultura y la sociedad
en el ser humano.
El desarrollo de las capacidades físicas, perceptivas, cognitivas, sociales, afectivas,
volitivas y motrices, son el soporte fundamental para la adaptación del niño al medio
ambiente; motivo por el cual, durante las edades de formación del individuo, es tarea
básica de la educación, procurar a través de la Educación Física, que estos desarrollos se
logren en la forma más adecuada posible.
6.6
El Pacto Pedagógico
Como elemento importante que ha estado latente durante el desarrollo de la propuesta,
se presenta en forma implícita y explícita, que en todos los componentes del proceso
educativo, están presentes los niños , los padres de familia, los y las directivas de las
instituciones, lógicamente los maestros , es decir, toda la comunidad educativa.
En tal sentido, la educación de los niños se constituye en un compromiso que debe
ser asumido por todos, compromiso en el cual toda la comunidad tiene tareas, derechos
y responsabilidades.
Así, como se ha expresado de manera reiterada, la construcción del proyecto educativo
institucional es tarea de todos, y de la misma manera, el proyecto de área debe ser el
producto de una negociación, de un pacto, en el que estén plasmados los objetivos de
toda la comunidad educativa.
Para lograr este importante cometido, se deben aprovechar todos los espacios de la
vida institucional, las reuniones y las escuelas de padres, además de ser espacios formales
para enseñar, aprender y entregar información sobre los niños, deben planearse para
estructurar diálogos de saberes interculturales, diálogos que se constituyan en espacios
formativos, tanto para padres como para maestros; estos espacios brindan información pertinente que debe tenerse en cuenta en la planeación escolar; igualmente, son
espacios en los cuales se debe llegar a acuerdos que deben quedar plasmados en todo el
proceso educativo, tanto con los padres de familia como con los niños.
11. De la misma manera, el desarrollo de los proyectos de área deben estructurarse,
planearse y aplicarse a partir de la conversación y negociación que se establece de manera
continua y permanente entre profesores, profesoras y alumnos, alumnas, de modo que
considere todos los elementos del proceso pedagógico y la estructura didáctica, a saber,
formas de relación entre todas las personas que participan en las actividades, los
contenidos, objetivos, metodología de las clases, compromisos, normas y reglas, sistemas
de evaluación, logros, indicadores de logro, etc.
Lógicamente, esta negociación está estructurada partiendo de los Fines y Objetivos
de la Educación plasmados en la Ley General de la Educación, Ley 115 de 1994; de los
lineamientos curriculares propuestos inicialmente por las comunidades educativas en el
Departamento de Antioquia, (Plan Departamental para la Educación Física) y el contexto
nacional por el Ministerio de Educación Nacional y de los Fines y Objetivos de la
Educación Física, que están formulados con la intencionalidad de mejorar la calidad de
vida de los niños y niñas y el avance y desarrollo de la comunidad local, departamental
y de la sociedad colombiana.
Gráfico No. 47: El Pacto Pedagógico