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                       ANÁLISIS: EL ACENTO

                    El futuro en un lápiz
10/10/2010



Para conseguir el Nobel de Literatura es necesaria la pluma de Mario Vargas Llosa.
Para ganar el de Física sobra con el lápiz de Andre Geim y Konstantin Novoselov. El
grafeno por el que los dos científicos han recibido el galardón es un nuevo material con
virtudes extraordinarias. Pero es de lo que están hechas las minas de los lápices, y la
razón de que escriban. Todos lo hemos producido en pequeña cantidad al escribir sobre
un papel. Todos hemos dejado escapar el Premio Nobel. A diferencia de Geim y
Novoselov, no hemos sabido mirar.

El grafeno es una más de las asombrosas manifestaciones del carbono. La vida es otra:
todas las moléculas orgánicas, y por tanto toda la biología, se basa en cadenas de
carbono. Los diamantes son de carbono. Y también el grafito de los lápices, que
consiste en millones de capas de grafeno apiladas una sobre otra. Cada capa tiene el
espesor de un solo átomo, y está unida a sus dos capas vecinas por fuerzas muy débiles:
de ahí que los lápices escriban. Un trazo de lápiz en un papel tiene miles de capas, pero
es probable que haya algo de grafeno -una sola capa- en sus márgenes, allí donde el
trazo ya no se ve, pues el grafeno es transparente.

La transparencia es una de sus propiedades útiles. Hace al grafeno un buen candidato
para fabricar pantallas táctiles. Un grupo de científicos surcoreanos ya ha construido
un prototipo. Se puede doblar como un periódico, o enrollar como un diploma, pero le
puede caber una biblioteca entera. El papel será tarde o temprano un anacronismo o un
lujo. Seguirá habiendo libros y periódicos, pero serán de grafeno. Los lectores seguirán
siendo de carne durante un tiempo.

El grafeno es un conductor eléctrico tan eficaz como el cobre, y un material 100 veces
más resistente que el acero. Permitirá construir nuevos materiales fuertes y ligeros con
los que se harán los aviones y los coches del futuro. IBM ya tiene chips de grafeno.
Otras aplicaciones pertenecen aún al ámbito de la imaginación, y habrá otras que ni
siquiera ha imaginado nadie todavía.

Es increíble lo que puede llegar a salir de un lápiz, o de una pluma, cuando están en
manos de un talento creativo.

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