Este documento es una colección de fragmentos poéticos y reflexivos sobre temas como la búsqueda del sentido, la identidad, la conciencia y la existencia humana. Los fragmentos exploran estas ideas a través de imágenes, diálogos y citas de Nietzsche que cuestionan las certezas, los límites del yo y la posibilidad de despertar al ser a través de la escritura y el pensamiento.
2. Aquí, nosotros que nos buscamos,
somos desnudos desconocidos,
desconocidos que nos desnudamos,
que no nos hemos buscado nunca.
Somos tinta en llamaradas de
vaporosa vida, extraviados en
marañas de pensamientos, lejos del
mundo y cerca una mirada suya.
Un buen recuerdo de desnudez, a
veces, es una palabra de lejos que
cubre un después... nos quedamos
quietos, inmóviles y, el mundo se
nos escapa, no hay sentido, no hay
bordes que nos acerquen a
nosotros mismos. Somos humanos
muy humanos…
3. En la búsqueda que interroga por el sin-sentido del
ser en Nietzsche, me lleva a pensar en la lucha entre la
existencia, pensamiento y las grietas en el “despertar”
del ser desde los límites de pensarse a sí mismo
Desde los más profundo de la irreductibilidad de esta oscuridad
escribo, para pensar en las formas en que podemos expresar las
angustias, nuestros miedos y querer ser y, tener un lugar propio, en
el espacio, en el tiempo, en el movimiento de la ambigüedad del
propio yo.
4. Pues ahora sé, que no es una prisión el conflicto para externar al ser, son varias
prisiones interpuestas como capas que impiden mirar el drama de la vida, de los
espacios íntimos y la habitación intervenida en la prolongación de la piel.
Nos paseamos dentro de esas prisiones como gatos, tenemos sueños clandestinos y
cuando llega la noche se esparcen como una proposición de aquello que se espera.
5. Pero…esa falta de cuestionamiento, sobre la
intensificación domesticadora del laberíntico
paisaje personal que producimos, entre
fragilidad y fuerza, se trata de una forma de
engaño, ficción y deseos en la materialidad de
los cuerpos. En este breve escrito, trataré de
exponer, las formas en que se puede
despertar al ser-humano de manera muy
peculiar desde el espacio “ficcional-personal”.
6. Quiero iniciar dirigiéndome a ti, ese adentro que
cruza todo tiempo sin tiempo, todo espacio sin
espacio y pienso en ese rastro de sensaciones,
emociones y angustias provocadas
7. Pienso en lo productivo de este encuentro, al
escucharte como si estuvieras aquí,
revelándome tus pensamientos, tu sentir y me
encuentro con un oda de crueldad que
despierta al más dormido. Entablo un diálogo
al encuentro conmigo y, ahí estás, con tu
reprensión: “‹Yo he hecho eso›, dice mi
memoria. Yo no puedo haber hecho eso —
dice mi orgullo y permanece inflexible.
8. Más no puedo no pensar-me
en ese lugar y no cuestionarlo,
no puedo dejar pasar los
tropiezos por los que configure
un sentido de mundo.
Me pregunto ahora de forma
diferente, veo el mundo de
manera disímil y no puedo
sentarme a esperar y ver qué
pasa simplemente.
Voy por otro camino, yendo
siempre sobre sí, penetro en
los lugares de mi pensamiento
más correoso y me miro.
9. Hay letras subterráneas
moviendo mi re-flexión, el
viento corre tras las hojas
derramadas en tus sonrisas,
que son recogidas en mis ojos
y el corazón de la pluma que
describe, no sólo los contornos
de ese terrible mirar sobre el
mundo de tu época, que es
hoy mi época, busca, también,
narrar las fauces blandas del
lápiz encarnado con que
cambie ese terrible morir de
todos los días en el sin-sentido
de ser.
10. Estas letras de extraño contorno,
no quieren complacer tu lectura
huésped, en ellas brillan
mensajes despedidos en palabras
aladas, dirigidas a mi pensar
liberado por el diario contenido
en la fuerza con que afirmas:
“Corazón sujeto, espíritu libre. —
Cuando sujetamos con dureza
nuestro corazón y lo
encarcelamos, podemos dar
muchas libertades a nuestro
espíritu: ya lo he dicho una vez.
Pero no se me cree, suponiendo
que no se lo sepa ya…”
(Nietzsche, 1986:95).
11. Son tuyas estas páginas
plagadas de mis adentros,
donde me sorprendo en la
avergonzada inmoralidad del
tiempo de mi tiempo, pienso
en las cosas que he dejado
pasar, las que no han de
llegar, las que se fueron ya.
En todo aquello que ha sido
posibilidad e imposibilidad de
ser, ese lugar oscuro, lugar
deshabitado de mi y habitado
por mi propia moralidad.
12. La espacialidad y tiempo de
pensar-nos, es como una
promesa siempre lejos,
arrancando una hoja de
diario, escribiendo una
carta a la lentitud del
vértigo y el lápiz recorre los
contornos de nuestra
casa….
La espera se hace eterna...
¿Qué palabras tan afuera de
nos-otros acuden a la boca
desde ayer? ¿Qué significa
ser hombre o mujer?
13. Escudriño ahora, la
profundidad de tus
argumentos y des-cubro
inquietante quietud,
“cuando más difícil
resulta ofender a nuestra
vanidad es cuando
nuestro orgullo acaba de
ser ofendido” (Nietzsche,
1986:99).
Pues, la vanidad, es toda
oscuridad, su beso es un
suicidio...
14. ¡Ah! Es sólo que después
de penetrar en tan amplio
pensar, aparece la
pantalla de la conciencia y
cierra los ojos en un beso
mi querida soledad, habla
la urgencia de
penetrarme y mi muerte
quema en tus dedos,
encontrando el recuerdo
que dispone de las
grandes épocas de mi
vida.
15. Sin embargo, me duele la
sombra entretenida en el
sueño, cosas muertas,
comentario impasible y
detrás...la mordaza. No he
estado contando las rocas que
pateo al andar, ni buscando
explicaciones imposibles, he
preferido un golpe de vez en
cuando, con la colaboración de
tus palabras para no vivir de
sueños. Algo debe ocurrir y no
puedo salir, la tierra besa mis
pasos y la inclemencia traga
mis visiones.
16. Veo calles retorcidas en todos lados,
tiempo con título de aprendiz, avenidas
colocadas en postiza torre. Es tan sólo un
recuerdo que mata una res por semana.
Tiendas y comercios del dios que
amanece hasta que anochece y se vende
caro.
Aceras clausuradas de tu presencia y mi
telégrafo para perder el tiempo, no tiene
señal en las autopistas de fuego porque
no hay más que la superioridad que olvida
de aquellos que dicen “construir mundo” y
colocan timbres postales que escasean,
campanas que tocan de mañana y sin
ruta despojan los cuerpos.
17. Qué mundo es este? ¿Qué
telones ocultan al ser
encarnado en tragedia? ¿Qué
teatro oculta la cárcel y el
carcelero de esta comedia?
¿Es el ser nuestra propia cárcel
del jamás? No lo sé con
exactitud, no obstante, bañas
la voz y muerdes las puertas
del miedo. Déjame tu mirada
acuestas, mira que no se
pueden evadir conductas
suicidas en las autopistas
inundadas por los días sin
nadie...
18. Resuenas en la lentitud
del masticar de tus
palabras y no puede ser
verdad...que las manos
estén desoladas, cual
marea en la tierra como
ilusión en la hoguera.
Aquí, no se huye a la
humedad, incluso, en lo
profundo, es tinta del
jamás en una habitual
mañana gris.
19. Se enredan...la esperanza y el
sigilo, la pregunta y la
respuesta, mi duda y mi
problema, el pasado y la
sombra, el tic tac y mi sien
entre el tumulto y la levedad
del ser. ¿Qué es la voluntad en
este espacio del pensar?
Vuelves, me nombras,
murmuras que “la voluntad de
superar un afecto no es, a fin
de cuentas, más que la
voluntad de tener uno o varios
afectos distintos” (Nietzsche,
1986:100).
20. Tal vez, hoy es día propicio
de mirar el intersticio de
noches perdidas, ganadas o
gozadas en la sombra de la
marea de ser, misma que no
es mejor que una dulce
cama que te arranca del
aburrimiento con extraño
gozo, cercano a los meses
que van colgados de las
nubes cual papalotes
alzados por la furia del
viento.
21. Pese a todo, si llegaras y sorprendieras mis
renglones, callaría la vergüenza de pensar y
escribir. Si el más ligero rumor te despertara, no
sería misterio hecho ausencia, sería viveza y me
adueñaría del vestido de mis signos, ocasión de
pasar por esa casa y frondosa esquina de vida
manuscrita.
No quiero impresionarte y, tampoco, ser tan sin
comparación. Más si ya lo sabes y te quedas
viéndome alguna vez, verás natural arrogancia,
corre las cortinas de mi casa, camina como si yo
pudiera entrar en la tuya, pero no desayunes a
fuerza. Escribe en mi puerta y pinta palabras
nunca oídas, si no, conviértete en tema de todas
las conversaciones. La calle es libre y de ventana
a ventana…el mirar… se distorsiona. ¡Ah! ¿Las
palabras? Retenlas en la memoria.
22. La cabalgata apenas empieza…
Buen camino y espero se
reencuentren consigo mismos…en
esta experiencia de-formación…