Antonio García publico todos los salmos en presentación pps.
El salmo 150 es una enseñanza sobre la oracion y la alabanza
Esta versión tiene algunos sonidos y canciones para ayudar aun mas a la oración.
LA PARÁBOLA DEL HIJO PRÓDIGO: CLAVES PARA LA REFLEXIÓN.pptx
Salmo 150 Antonio Garcia Versión adaptada
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3. El libro de los Salmos concluye con esta invitación a entonar un solemne “canto” en honor del Creador, que habita en su Santuario cósmico, sobre la majestad del cielo. La invitación se dirige a todos los seres, y el motivo de la alabanza son las “proezas” del Señor, manifestadas en la creación y en la historia. que pregonan su grandeza y su poder.
4. 1. CON ISRAEL El título del "libro de los salmos", en hebreo es "alabanzas". Este salmo 150 es el último, y la conclusión. La sinfonía se termina con 10 versos que comienzan todos con ¡"Allelou-Hou" igual "alabadlo"! Así como hay un decálogo, las diez leyes, hay también las diez aclamaciones de alabanza. Esta alabanza resuena en todo sentido, hacia todos los horizontes. La victoria final de Dios es este "aleluia" eterno que repercute sin fin.
5. 2. CON JESÚS "¡Te alabo, Padre!" Esta oración surge explícitamente del alma exultante de Jesús, un día. Exultado de alegría bajo la acción del Espíritu Santo Jesús dice: "¡Te alabo, Padre!" (Lucas 10,21). Este debía ser el clima habitual de su oración, y sus largas noches pasadas con el Padre, debían resonar con su alegría y su alabanza: Jesús, más que nadie, conocía "las acciones sublimes de Dios"
6. 3. CON NUESTRO TIEMPO La invitación a la fiesta que nos hace este salmo, no debe hacernos olvidar los problemas que impone la condición humana. ¡Pero esto no impide que Dios haya hecho la humanidad para la alegría! Uno de los papeles del cristiano, es recordarlo a este mundo, creer en ello a pesar de todo lo que nos lastima, y "celebrarlo" en nuestras liturgias. Nunca olvidemos que la palabra "Evangelio" significa "Buena Nueva". "Toda liturgia cristiana es un anticipo del cielo... Donde no habrá más gemidos, ni lágrimas, ni duelo, ni sufrimiento" (Apocalipsis 21,4), y cuya única ocupación será la "alabanza", la fiesta eterna, el canto, la danza, la música (Apocalipsis 4,8; Apocalipsis 5,8; 14,2; 15,2; 19,1-8).
9. alabadlo en su fuerte firmamento El templo es el lugar de la presencia de Dios en la tierra: por eso refleja la morada celeste de Dios, cuyo pavimento es el firmamento. La liturgia terrestre quiere imitar la celeste.
11. alabadlo por su inmensa grandeza. Dios ha revelado su grandeza en las obras magníficas que ha ido realizando.
12. Alabadlo al son de trompetas, El Shofar es el cuerno d e u n animal y su sonido es como de trompeta. Es usualmente el cuerno de un carnero, pero un Shofar puede ser hecho también de otro animal, como un borrego, cabra, antílope o gacela. Cuando Dios nos dio los diez mandamientos en el Monte Sinaí, los Israelitas escucharon el sonido del Shofar. El Shofar es un llamado a la redención. El Shofar nos recuerda que Dios redimió al pueblo judío.
18. Todo ser que alienta alabe al Señor. Todos los seres que han recibido de Dios un aliento de vida se han de ocupar en la alabanza de Dios… Que toda nuestra vida sea oración en una liturgia de santidad
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20. « Todo ser que alienta alabe al Señor» Cada vez que escucho música, pienso en ti, Señor . La música es la creación más pura del hombre y es donde más se acerca a ti en la expresión de su alma y en la sublimidad de su arte. Sonido puro, armonía sin palabras, aire hecho belleza, espacio vibrante de alegría. Al escuchar las obras maestras de la humanidad, me asombro al pensar qué toque de inspiración angélica puede haber logrado ese estremecimiento de perfección desnuda que eleva la mente a regiones más allá de este mundo. Te encuentro, Señor, entre las cuerdas de un cuarteto o los acordes de una sinfonía, con un realismo que es casi gracia sacramental, en consagración redentora de todo mi ser. Gracias, Señor, por el don de la música en mi vida.
21. T e alabamos, Señor, por tus obras magníficas, porque en este día has sacado de entre los muertos al gran Pastor de las ovejas, nuestro Señor Jesucristo; que todo ser que alienta alabe tu nombre, Señor, ahora y por los siglos de los siglos. Amén.