1. Día II: Ex 2, 24 - 4,18. La vocación de Moisés
Moisés cuidaba las ovejas de Jetró, su suegro, sacerdote de Madián. Una vez llevó las ovejas
muy lejos en el desierto y llegó al cerro de Horeb, esto es, el Cerro de Dios. Entonces fue cuando
el Angel de Yavé se presentó a él, como una llama ardiente en medio de una zarza. Moisés
estuvo observando: la zarza ardía, pero no se consumía. Y se dijo: “Voy a dar una vuelta para
mirar esta cosa tan extraordinaria: ¿por qué la zarza no se consume?”
Yavé vio que Moisés se acercaba para mirar; Dios lo llamó de en medio de la zarza: “¡Moisés,
Moisés!”, y él respondió: “Aquí estoy.”Yavé le dijo: “No te acerques más. Sácate tus sandalias
porque el lugar que pisas es tierra sagrada.”Luego le dijo: “Yo soy el Dios de tus padres, el Dios
de Abrahán, el Dios de Isaac y el Dios de Jacob.” Al instante Moisés se tapó la cara, porque tuvo
miedo de que su mirada se fi jara sobre Dios.
Yavé dijo: “He visto la humillación de mi pueblo en Egipto, y he escuchado sus gritos cuando lo
maltrataban sus mayordomos. Yo conozco sus sufrimientos, y por esta razón estoy bajando, para
librarlo del poder de los egipcios y para hacerlo subir de aquí a un país grande y fértil, a una
tierra que mana leche y miel, al territorio de los cananeos, de los heteos, de los amorreos, los
fereceos, los jeveos y los jebuseos. El clamor de los hijos de Israel ha llegado hasta mí y he visto
cómo los egipcios los oprimen. Ve, pues, yo te envío a Faraón para que saques de Egipto a mi
pueblo, los hijos de Israel.” Moisés dijo a Dios: “¿Quién soy yo para ir donde Faraón y sacar de
2. Egipto a los israelitas?” Dios respondió: “Yo estoy contigo, y ésta será para ti la señal de que yo
te he enviado: Cuando hayas sacado al pueblo de Egipto, ustedes vendrán a este cerro y me darán
culto aquí.”
Canción: Sal de tu tierra (CD En clave de Carisma)
Parafraseando el texto:
Un encuentro misterioso: ¿qué ese eso que estoy viendo, el fuego no
consume ese arbusto!!!!
“Voy a dar una vuelta para mirar esta cosa tan extraordinaria: ¿por qué
la zarza no se consume?”
El llamado de Dios: mi nombre sale de ese fuego, ¿quién eres, qué quieres?
“Sácate tus sandalias… Yo soy el Dios de tus padres…”
Envío: ¿por qué estás aquí?
“He visto la humillación de mi pueblo… y por esta razón estoy bajando”
Pero, ¿por qué me has llamado a mí? Yo no puedo hacer eso que me pides, mejor envía a
otro. Yo no puedo…
“yo te envío a Faraón para que saques de Egipto a mi pueblo… Yo estoy contigo”
Constataciones (claves para reflexionar el texto)
1. Dios llamó a Moisés en el desierto del Sinaí, le llamó desde una zarza que aunque ardía
en fuego, no se consumía, este fue un hecho extraordinario que le llamó mucho la
atención a Moisés. De esto se valió Dios para llamarlo y enviarlo a liberar al pueblo de
Israel que se encontraba esclavizado por Egipto.
2. La vocación de Moisés nos deja ver la unidad de la experiencia humana y la experiencia
espiritual. Moisés ha visto la miseria en la que vive el pueblo de Israel en Egipto. Moisés
deja de pensar en sus intereses y pasa a pensar en los demás, en los que necesitan de
libertad.
3. Luego en el desierto Dios se le manifiesta y toma conciencia de sus limitaciones para
cumplir la misión, esto lo hace descubrir a un Dios que todo lo puede y que es Cercano.
El fuego de Dios, visto en la zarza es la fuente del ENCUENTRO, del
RECONOCIMIENTO. Moisés descubre su misión en un encuentro personal con Dios, en
el diálogo personal con Él.
3. 4. Dios llama a Moisés para liberar a su pueblo, esto nos muestra que toda vocación está
ligada a una misión. Toda vocación es destinada a la liberación de nuestros hermanos y
hermanas. Moisés, como nosotros, también tiene temores y limitaciones (Ex 4, 10-17),
pero esto no impide a que él lleve a cabo el encargo que Yahveh le hace.
Preguntas personales:
1. El fin de toda vocación es la
liberación del pueblo, liberación de los sistemas
opresores, de los vicios, del egoísmo, etc., y
llevarlo a hasta el encuentro con. Liberar a los
seres humanos hasta el punto de que éstos se
sientan tan libres, que puedan hacer alianza con
Dios. “¡Soy el que soy. Estando en la presencia de
Dios es como se descubre la verdadera vocación,
estando a los pies de Dios es que aprendemos
nuestra verdadera identidad.
¿Cómo me siento ante la
posibilidad de que Dios me llame a una misión especial (temeroso,
incrédulo, indiferente, alegre, en paz)?
¿Me identifico con las negativas de Moisés? ¿Cuáles son mis propias
negativas?
¿Cuáles son las esclavitudes de las que quiero que Dios me libere?
¿Qué capacidades tengo para ser instrumento de liberación para los
demás?
2. Cuando Moisés duda de sus aptitudes para la misión encomendada, Dios le
promete “yo estaré contigo…” ¿Descubro en mi experiencia de vida la acción
maravillosa de Dios, que supera mis propias capacidades? Escribe algún hecho
que te haya ocurrido en ese sentido
“El creyente acepta la llamada,
convencido de que es un instrumento
salvador en las manos de Dios y no el
sujeto protagonista de la salvación.”