PARASITOSIS INTESTINAL en Pediatría, Enfermería y Familiar II
+Q9meses Digital nº28 Irene Iglesias
1. l correcto desarrollo de nuestro organismo depende entre otros
factores, de una lactancia exitosa. Si no necesitáramos mamar no
seríamos mamíferos. Eso significa 6 meses mínimo de lactanciaEmaterna exclusiva y luego compaginándolo con la alimentación
complementaria hasta los 2 años, y a partir de ahí lo que madre e hijo
deseen.
Cuando el bebé nace la mandíbula está bastante
por detrás del maxilar superior, para permitir
que la barbilla se pegue al pecho y favorecer el
parto. Una vez nacido el niño esa mandíbula
debe crecer hacia adelante. Los movimientos de
succión del pecho promueven es te
desplazamiento anteroposterior y hacen que
este hueso crezca y arrastre al maxilar superior
y con él el resto de la cara.
Cuando erupciona el primer diente el niño
comienza a comer sólidos y no es el momento de
destetar. La mandíbula va adquiriendo un
volumen adecuado y en modo alguno el hecho
de que haya dientes es una justificación para
dejar de amamantar. Tiene que seguir creciendo
hacia adelante y también en anchura.
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IRENE IGLESIAS RUBIO
irene@e-boca.es
LACTANCIA Y SALUD BUCODENTAL
Revista +Q9meses
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Al salir la primera muela el bebé ya puede masticar, ya puede moler los alimentos
al deslizar la mandíbula lateralmente. La deglución es correcta porque no ha
tenido opción de interponer inadecuadamente la lengua como sucede con el
chupete o la tetina del biberón. El pecho es el mejor aparato de ortodoncia
preventiva que hay. Es imposible utilizarlo mal, y por mucho que el niño mame eso
no va a perjudicar al desarrollo. Mamar menos de un año está asociado a más
maloclusiones, más apiñamiento y menor calcificación de la mandíbula.
En cuanto a las temidas caries de la primera
infancia, no hay una sola evidencia científica que
explique cómo y por qué la lactancia materna
puede producir caries: en ausencia de hidratos de
carbono fermentables la lactosa es insuficiente
para que las bacterias desmineralicen el diente,
por tanto lo lógico es eliminar en lo posible esos
otros azúcares y seguir lactando. La higiene
deficiente es una causa directa de caries, por tanto
desde que sale el primer diente hay que limpiarlo
con gasa o cepillo, y desde que sale la primera
muela utilizar dentífrico fluorado. Acostar al niño sin cepillarle los dientes es una
práctica de alto riesgo que debemos reducir al mínimo, así que el cepillado
nocturno ya sabemos que es imprescindible. Pero aunque el niño mame por la
noche, siempre que la boca esté libre de otros restos, el descenso del pH no es
significativo, y de hecho es similar a que se enjuagara con agua.
Prestaremos atención a azúcares que entran en contacto directo con los dientes y
no son “chuches” como yogures líquidos, zumos, galletas, cereales de caja, potitos
de frutas y postres lácteos de todo tipo.; y además medicamentos que lleven de
excipiente sacarosa, y que, sobre todo si se administran de noche, multiplican el
riesgo de caries.
Muchas conductas que tenemos con los bebés son muy cariogénicas, y no nos
damos cuenta, y sin embargo amamantar es una conducta saludable, se mire por
donde se mire, y dudamos de ello sin ninguna base y asumiendo como verdades
conceptos que sólo son falsos mitos.
Irene Iglesias Rubio
Centro Dental Eboca. Nº col. 40005606
Odontología General, Odontología para el bebé y la embarazada
Coordinadora de grupo local en EPEN-El Parto es Nuestro
Revista +Q9meses
Irene Iglesias Rubio