Si a la vida, los adolescentes

1. Martes 19 de septiembre de 2017
Sí a la vida
"El aislamiento no permite a los niños decir "sí a la vida". Por ello, los
sentimientos de exclusión que experimentan en situaciones de
hostigamiento escolar son tan dolorosas y al mismo tiempo, tan
peligrosas..."
Por: Neva Milicic, Psicóloga
l vínculo que las personas tienen con la vida es de vital importancia para habitar el presente
con energía vital y con alegría. Un sí profundo a la vida proviene de tener conciencia de lo
maravilloso que es estar vivo y de haber establecido vínculos de apego seguro con los padres.
Jessica Riberi, en su libro "Vínculos de vida", destaca la importancia de las constelaciones familiares
en la forma en cómo nos vinculamos con la vida y sostiene: "Mis comportamientos están
condicionados por mi historia personal y también por la de mis ancestros". Y continúa más adelante
diciendo: "El sistema familiar es como la tierra a la semilla. Si está sin nutrientes, germinará poca
vida. Por el contrario, si tiene acceso al agua y campos fértiles, la vida fluirá bien".
El aislamiento no permite a los niños decir "sí a la vida". Por ello, los sentimientos de exclusión que
experimentan en situaciones de hostigamiento escolar son tan dolorosas y al mismo tiempo, tan
peligrosas. En esa situación los niños experimentan, junto con los sentimientos de soledad y de gran
incertidumbre, miedo al futuro. Desde esta confusión emocional suelen perder su energía,
aumentar sus niveles de ansiedad y ver severamente afectada su valoración personal.
Baltazar, de doce años, que es el menor de dos hermanos y con una gran diferencia de edad con su
hermano mayor, ha tenido que enfrentar diversos cambios de colegio, por la separación de sus
padres y el trabajo de su madre. Esto ha generado en él un sentimiento de pérdida y mucho temor
para enfrentar situaciones nuevas. En la medida en que sus compañeros perciben su gran
vulnerabilidad, lo escogen como víctima preferida de las situaciones de acoso. Con ello, Baltazar ve
confirmada su creencia de que el mundo es un lugar peligroso y que él no tiene las competencias
necesarias para hacer frente a las exigencias académicas y sociales que supone la vida escolar. De
esta forma, adopta una actitud de aislamiento, no se relaciona con sus compañeros y trata de no ir
al colegio.
En la terapia, el reencuentro con un padre protector que comienza a ocuparse de él, le devuelve la
imagen de sí mismo como alguien valioso y capaz de establecer vínculos y conexiones emocionales
positivas.
A pesar de las adversidades, es necesario que los padres alienten y sean un modelo de decir "sí a
la vida".
E