Aunque todos sabemos que los niños disfrutan moviéndose, no siempre se tiene la sensibilidad para crear contextos que les permitan moverse y desplazarse en forma segura. A veces los ambientes familiares y escolares restringen la necesidad imperiosa que tienen los niños de moverse.
1. Pedagogía del movimiento
Por Neva Milicic, Escuela para padres, Psicologa PUC, El Mercurio
Aunque todos sabemos que los niños disfrutan moviéndose, no siempre se tiene la
sensibilidad para crear contextos que les permitan moverse y desplazarse en forma segura.
A veces los ambientes familiares y escolares restringen la necesidad imperiosa que tienen
los niños de moverse.
El instituto Loczy de Budapest, basado en la pedagogía de Emmy Pikler, tiene como meta
garantizar la seguridad física que permita a los niños desarrollar libremente sus
movimientos para asegurar su autonomía. La idea central es que los niños pequeños
necesitan más ser acompañados que dirigidos o estimulados en su forma de moverse. El rol
de los adultos es crear las condiciones para que puedan desplazarse y favorecer las
actividades autónomas que los niños pequeños despliegan en forma espontánea.
Un educador interesado en los niños, que acompaña y que es capaz de transmitirles su
entusiasmo, piensa que aquello que han descubierto hacer es importante y valioso, y que
deben respetarse sus movimientos. La idea es no interrumpirlos, observarlos y seguirlos en
sus acciones, transmitiéndoles la sensación de que tienen plena libertad para moverse.
Estar presentes con la mirada, estableciendo relaciones estables y cariñosas, es central para
la creación de vínculos amorosos y respetuosos con el niño. Vestirlo o mudarlo no es
simplemente una tarea rápida, sino que es un espacio privilegiado de encuentro entre el
niño y el adulto, donde el pequeño tiene la posibilidad de percibir que es muy querido y
visibilizado. En este sentido, la forma y las conversaciones que se dan en la interacción
cotidiana con quien lo cuida, son esenciales para su crecimiento emocional y para sentirse
bien tratado. Tomar conciencia de que el niño necesita moverse en forma autónoma, nos
llevará a crear y buscar espacios donde puedan jugar y moverse libremente, como ir a
parques y plazas donde exploren y jueguen en espacios amplios con otros niños, en vez de
ir a centros comerciales atochados de personas, donde correr y trepar es mal mirado. Es
más sano ir a un picnic que a un restaurante, hacer una escapada a la playa a mirar las olas,
donde podrá construir esos maravillosos castillos de arena que ya casi no se ven. Sentirse
libre para explorar y moverse, es una condición necesaria para el desarrollo de los niños