Esto muestra las diferencias sustanciales entre la aplicación e implementación de la Ley de Inclusión en Chile (pais tercermundista) y Finlandia un país desarrollado
Las cinco diferencias entre la educación de chile y finlandia
1. Las cinco diferencias entre la educación de Chile y Finlandia
Educación gratuita de pre-kínder a posgrado, profesores que se evalúan a sí mismos y que trabajan
en aula sólo media jornada y un modelo educativo cuyos valores centrales son la ciudadanía, lo
público y la inclusión. Esas son sólo algunas características de la educación en Finlandia que no
existen en Chile.
Eevamaija Vuollo estudió un magíster en educación intercultural en la Universidad de Oulu, en Finlandia
1.- Una reforma educativa y política
En los 60, Finlandia apostó por el desarrollo a través de una reforma educativa basada en la idea de equidad
para toda la ciudadanía. Eso se acompañó de otra reforma: una tributaria. Hoy, quienes más ganan pagan
sobre un 50% en impuestos. “Todos pagan porque todos usan lo público y porque se entiende que la educación
es bienestar común”, explica Vuollo. Esto permite que la educación (arancel, transporte, materiales,
alimentación) sea totalmente pública y gratuita, desde preescolar hasta el posgrado.
“En Chile hemos avanzado en reconocer la educación como derecho, donde el Estado debe garantizarla. Pero
aún falta la discusión de por qué necesitamos una educación pública”, señala Loreto Jara, investigadora de
Política Educativa de Educación 2020.
2.- Los colegios no compiten
En los colegios finlandeses no existe la selección académica. Los niños y niñas estudian en el colegio que está
cerca de su casa, porque se trabaja para que todos sean de calidad. Los colegios colaboran y no compiten,
porque no se realizan rankings entre ellos.
En Chile, con la ley de inclusión, se avanzó en terminar con la selección académica y económica. Sin embargo,
aún existe segregación territorial: las familias más pobres se concentran en la periferia y los colegios más
efectivos en el centro de las ciudades. Además, los colegios públicos y subvencionados compiten por matrícula
para recibir la subvención. Esta competencia es desigual y perjudica a la Educación Pública, que ha caído de un
80% de la matrícula nacional a un 40% en 30 años.
3.- Ser profe es una carrera popular
La reforma finlandesa puso en el centro al profesorado: la idea de calidad educativa se basó en la calidad
docente. Hoy, sólo pueden enseñar quienes tengan un magíster en educación. “Cada año postulan miles de
personas y sólo es elegido el 10%, porque pedagogía es una carrera popular, reconocida económica y
socialmente”, afirma Vuollo. La evaluación docente es personal. El horario de los colegios es de 9 a 14 horas,
con recreos de 15 minutos cada una hora. Durante la tarde, cada profe tiene tiempo para evaluar y planificar.
“En Chile, la profesión docente está desprestigiada, las condiciones laborales están al borde de la
precariedad, no existen las horas suficientes para realizar su trabajo y al mismo tiempo tienen una cantidad
de horas frente al curso de las más altas del mundo y, en algunos contextos, una gran cantidad de
estudiantes por sala”, sostiene Jara, sin embargo, destaca algunos avances de la carrera docente, que mejoró
los salarios y los tiempos para preparar las clases.
4.- Currículum flexible, sin evaluaciones estandarizadas
En los 90 hubo una segunda reforma de descentralización. “Porque la cultura del norte es distinta a la del sur”,
asegura Vuollo. El currículum nacional finlandés contiene valores y objetivos de enseñanza y se actualiza
2. cada diez años. En base a él, directivos y profes de cada escuela desarrollan un currículum propio, “porque
son ellos quienes los expertos, quienes saben qué necesitan los niños”. No existen las evaluaciones
estandarizadas, porque cada estudiante es diferente. Se evalúan procesos, no resultados.
“El currículum chileno es ambicioso, tiene muchos objetivos de aprendizaje por asignatura. Además es
complejo de comprender porque ha vivido muchas modificaciones. La apropiación curricular es un desafío
pendiente, para que cada escuela que quiera adaptar su propio currículum tenga menos trabas para hacerlo”,
asegura Jara.
5.- Innovación educativa
En Finlandia prima la pedagogía de la diversidad: todos los niños, niñas y jóvenes pueden aprender, pero lo
hacen distinto. Así que se implementan varias pedagogías. El rol docente es apoyar la construcción del
aprendizaje, no transmitir contenidos. La escuela es un espacio para el desarrollo holístico. Además de
disciplinas tradicionales, se estudia salud, artesanía, ética, lenguajes y religiones.
¿Qué es la innovación educativa y cómo puede transformar nuestra educación?
Eevamaija Vuollo cuenta: “la enseñanza se basa en fenómenos, porque la vida no está separada en
asignaturas. Un ejemplo: la migración. Para lectura, se leían autores de esos países. Para geografía, se
revisaban las rutas tomadas por esas personas. Se escuchaba su música. Y al final, escribimos cartas de
bienvenida para esos niños y niñas migrantes”.
“En Chile sabemos que hay muchas escuelas que se están atreviendo a implementar metodologías por
proyecto, que abordan el aprendizaje de forma integrada y no de forma asignaturista. Aún falta avanzar,
seguimos reproduciendo una enseñanza donde lenguaje y matemática son más importantes que disciplinas
como el arte. También los procesos de aprendizaje están muy centrados en el rol del profe en lugar de darle
un rol activo a los estudiantes”, reflexiona Jara.
“No es que queramos copiar tal cual lo que ocurre en Finlandia. Son países y culturas diferentes. Lo que
destacamos son los valores presentes en su modelo educativo: inclusión, reconocimiento docente y
aprendizaje basado en experiencias reales”, concluye Manuel Sepúlveda, Director de Política Educativa de
Educación 2020.