2. DOMINGO 27 TIEMPO
ORDINARIO CICLO A
Isaías, 5, 1-7
Mi amigo me ha encargado un
canto de amor a su viña.
Yo cantaré en su nombre:
“Mi amigo tenía una viña en una
tierra buena.
El cavó, quitó las piedras y plantó
buenas viñas.
El construyo en medio una torre y
cavó un lagar.
Mi amigo esperaba que la viña
tuviera frutos, pero no dio nada.
Ahora pues, vosotros, habitantes
de Jerusalén, juzgad.
Vosotros, hombres de Judá,
haced de jueces entre mi viña y
yo.
Yo la he cuidado en todo… ¿Por
qué no ha dado frutos?
Pues ahora, yo os diré a vosotros
lo que voy a hacer con mi viña:
Yo quitaré la valla para que entre
el ganado.
Yo derribaré la tapia para que la
pisen los caminantes.
La dejaré sin regar, sin limpiar.
En la viña crecerán zarzas y
cardos.
Las nubes no lloverán sobre ella”.
La viña es el pueblo de Israel:
Son los hombres de Judá.
Dios esperaba de ellos justicia y
libertad.
Y ellos han dado asesinatos y
opresión.
El Reino de Dios se dará a un
pueblo que dé sus frutos
Carta de San Pablo a los Filipenses, 4, 6-9
Hermanos:
Vosotros no os preocupéis por nada;
En cualquier situación, presentad a Dios vuestras peticiones,
con oraciones y suplicas, acompañadas de la acción de
gracias.
La paz de Dios que es más grande que cualquier sabiduría,
cuidará vuestros corazones y vuestros pensamientos en
Cristo Jesús.
Hermanos, vosotros dad importancia a todo lo que es
verdadero, noble, justo, puro, amable, honorable. Todo lo
que es valioso y virtuoso.
Todo lo que habéis aprendido, recibido, oído y visto en mí,
Pablo, ponedlo por obra.
Y el Dios de la paz estará con vosotros.
3. Evangelio según San Mateo, 21, 33-43
Jesús habla a los sacerdotes y senadores de Israel:
“Escuchad otra parábola: Un propietario plantó una viña, la rodeo con una valla, cavo en
ella un lagar, construyó la casa del guarda, la arrendó a unos labradores y se marchó de
viaje.
Cuando llegó el tiempo de la vendimia, el propietario envío criados a los labradores para
recibir los frutos que eran suyos.
Pero los labradores, dieron palos, tiraron piedras y mataron a los criados.
El propietario envío más criados, pero los labradores también los mataron.
El propietario envió a su
hijo, pensando que a su hijo
lo respetarían.
Pero los labradores al ver a
su hijo, pensaron:
“Este es el heredero; lo
matamos y nos quedamos
con la herencia”.
Y, cogiéndolo con violencia
lo arrastraron fuera de la
viña y lo mataron.
Y, ahora, cuando vuelva el
dueño de la viña, ¿qué hará
con aquellos labradores?”
Ellos le contestan:
“Hará morir de mala muerte
a esos malvados y
arrendará la viña a otros
labradores que le den los
frutos a su tiempo”.
Entonces Jesús les dice:
“¿Vosotros habéis leído en
la Escritura: “La piedra que
rechazaron los arquitectos
es ahora la piedra angular.
Es el Señor quien lo ha
hecho. Ha sido un milagro
patente?”
Pues yo os digo que el
Reino de Dios se os quitara
a vosotros y se dará a un
pueblo que dé sus frutos”.