1. III Domingo de
Cuaresma – Ciclo C
Pastoral del Sordo
de Valencia
Parroquia de Santo Tomas
Apóstol y San Felipe Neri
2. TERCER DOMINGO DE CUARESMA
CICLO C
Éxodo, 3,1-8.13-15
Moisés es pastor.
Moisés cuida el rebaño de su
suegro, Jetró
Jetró es sacerdote en la tierra
de Madián.
Moisés lleva el rebaño por el
desierto hasta llegar al monte
Horeb (Sinaí)
El Horeb es el monte de Dios.
El Ángel de Dios se aparece en
una llamarada entre las zarzas.
Moisés observa con atención:
la zarza arde, pero no se
consume.
Moisés piensa: “Voy a
acercarme para mirar ese
espectáculo extraño: la zarza
arde pero no se quema”.
Dios ve a Moisés acercándose
y le llama: “Moisés, Moisés”
Moisés contesta: “¡Aquí estoy!”
Dios dice: “No te acerques.
Quítate las sandalias de los
pies.
La tierra que pisas es sagrada.
Yo soy Dios de tus padres
(antepasados).
Dios de Abrahán, de Isaac y de
Jacob.
Moisés se tapa la cara porque
tiene miedo de ver a Dios.
Dios dice:
“Yo he visto la esclavitud de mi pueblo (Israel) en Egipto.
Yo oigo sus quejas contra los egipcios. Yo observo sus sufrimientos.
Yo bajaré a librarlos de los egipcios, a sacarlos de esa tierra, para llevarlos a una tierra buena y
espaciosa (muy grande).
Una tierra donde la leche y la miel son abundantes (como fuentes)”.
Moisés contesta a Dios:
“Mira, yo iré a los israelitas y les diré:
Dios de nuestros padres me ha enviado a vosotros.
Si ellos me preguntan cómo se llama ese Dios. ¿Qué debo contestar?”.
Dios dice a Moisés: “Soy el que soy”
Tú dirás a los israelitas: “Yo soy” me envía a vosotros”.
Esto dirás tú a los israelitas: El Señor, Dios de vuestros padres, Dios de Abraham, Dios de Isaac,
Dios de Jacob, me envía a vosotros.
Este es mi nombre para siempre: Todos me llamaréis así en todas las generaciones".
3. Primera Carta de San Pablo a los Corintios, 10,
1-6.10-12
Yo, Pablo, he enseñado que nuestros padres
(antepasados) estuvieron todos bajo una nube
y todos atravesaron el mar y todos fueron
bautizados con Moisés, en la nube y en el mar.
Y todos comieron el mismo alimento espiritual;
y todos bebieron la misma bebida espiritual,
pues bebían de la roca espiritual que les
seguía;
Y la Roca era Cristo.
Pero la mayoría de ellos (los israelitas) no
agradaron a Dios.
Sus cuerpos quedaron enterrados en el
desierto.
Todas estas situaciones del pasado son un aviso
para nosotros:
No debemos buscar el mal como lo hicieron
nuestros padres.
No debemos protestar como protestaron
algunos de ellos.
Estas cosas sucedían y fueron escritas como
un aviso para nosotros que estamos viviendo
ahora (estos tiempos).
¡Cuidado! Aquellos que piensan estar seguros
(de no perderse) pueden también fracasar (en
el camino).
Evangelio según San Lucas, 13, 1-9
Algunos hombres vienen a contar a Jesús un suceso:
Pilato, el gobernador había ordenado matar a unos galileos, mezclando su sangre con la sangre
de animales sacrificados.
Jesús contesta: “¿Os parece que esos galileos eran más pecadores que todos los demás
galileos, porque murieron así (de forma impura)?
Pues, yo digo que no; Y vosotros, si rechazáis la conversión, moriréis igual que ellos.
Y aquellos dieciocho hombres que murieron aplastados por la Torre de Siloe.
¿Os parece que eran más culpables que los otros habitantes de Jerusalén (porque murieron de
repente)?
Pues, yo digo que no; Y vosotros, si rechazáis la conversión, moriréis igual que ellos”.
Y Jesús añade una parábola:
“Un hombre tenia una higuera plantada en su viña, y fue a buscar fruto en ella, pero no
encontró nada.
Entonces el señor dice al (criado) viñador:
“Tres años busco fruto en esta higuera y no lo encuentro. ¡Córtala! ¿Para que va a ocupar
terreno (si no vale para nada)”?.
Pero el viñador contestó:
“Señor, déjala todavía este año. Yo la cuidaré ablandando la tierra y echando abono para que de
fruto.
Si no hay (fruto) el año que viene la cortarás”.