1. LA EDUCACIÓN
¿Te imaginas lo que sería no saber leer y escribir?¿Qué ocurriría si
no hablaras el idioma oficial de tu país? ¿Y si no supieras dónde situar tu
tierra natal en un mapa del mundo?.
COMO indica la The World Book Encyclopedia, uno de los objetivos
principales de la educación es preparar a los niños para la vida cotidiana, y
La educación como humana, útil y práctica busca formar a los individuos para
que se desarrollen exitosamente en la sociedad. Ahora ¿por qué es importante
el papel de la educación?.
Porque la transmisión de los conocimientos, habilidades y saberes que
forman la cultura humana, se hace mediante LA EDUCACIÓN. Si es que
este hecho no se diera, la humanidad estaría condenada a desaparecer, pues,
sin los productos culturales nos encontraríamos totalmente desvalidos y
vulnerables. Por ejemplo, los animales tienen incorporados a su propio cuerpo
lo que necesitan para protegerse del frío o del medio ambiente; los humanos
para esto fabricamos vestidos. Los animales tienen garras y nosotros
fabricamos herramientas que sustituyen y superan a esas garras, etc.
La cultura generada a partir del trabajo se transmitió de generación
mediante la educación; por lo que fue posible que cada nivel cultural
signifique una mejora o superación de lo anterior
Por otro lado, la educación es básica para que en la sociedad, las personas
trabajen por la mejora social, por la equidad y la justicia, de modo que la
naturaleza humana no sea destruida por los grupos humanos privilegiados
mediante la explotación.
En resumen podemos decir que la educación es de mayor importancia para la
supervivencia para la humanidad y para el progreso hacia mejores condiciones
de vida y de transformación. Bien se podría decir que, históricamente, el
trabajo y la educación han construido la humanidad. Y, una buena educación
prepara a uno para una mejor vida. La persona bien educada tiene muchas
ventajas que la persona poco educada no tiene.’
2. “La educación debe ayudar a las personas a ser miembros útiles de la sociedad. También debe
ayudarlas a concienciarse de su legado cultural y a disfrutar de una vida más satisfactoria.”
COMO indica esta cita de The World Book Encyclopedia, uno de los objetivos principales de la
educación es preparar a los niños para la vida cotidiana,
La educación de mayor importancia
● ¿Cuál debería ser el factor de mayor importancia en la educación de los jóvenes hoy día? El bien
conocido antropólogo Ashley Montagu escribió recientemente en una revista estadounidense para
profesores, Today’s Education, que “lo que deberíamos estar enseñando en nuestras escuelas” es
a amar. Basándose en sus estudios, declaró: “Comprendemos por primera vez en la historia de
nuestra especie que la más importante de las necesidades sicológicas fundamentales del hombre
es la necesidad de amor. Esta ocupa una posición central entre las necesidades humanas, tal
como nuestro Sol ocupa una posición central en nuestro sistema solar.”
Montagu también declaró: “El niño que no ha sido amado es biológica, fisiológica y
sicológicamente muy diferente del que ha sido amado. El primero hasta se desarrolla de manera
diferente al último. Lo que ahora sabemos es que el ser humano nace para vivir como si el vivir y el
amar fueran una misma cosa. Esto, por supuesto, no es nuevo. Es una confirmación del Sermón
del Monte.”
¿Son éstas las observaciones de un sentimental fanático religioso? El científico responde: “Yo,
que no soy cristiano ni miembro de ninguna asociación religiosa, digo esto.” Así, un estudio objetivo
corrobora lo que el Creador del hombre ha revelado.—1 Cor. 13:13.
3. La educación traspasa las fronteras del aula, involucrando a toda la sociedad. Para
poder lograr una educación de calidad es necesario que todos los agentes involucrados
sean consientes de su responsabilidad y rol dentro del proceso educativo.
Se ha instituido el día internacional de la educación para recordarse el 1º de abril de
todos los años.
La educación constituye un elemento de formación del ser humano para su normal
desenvolvimiento existencial en sus medios civilizados o núcleos poblacionales del
mundo en que se vive.
La educación promueve el conocimiento o el aprendizaje y adquisición de la practica de
las humanidades, la ciencia, la técnica, las artes, el fortalecimiento físico, el ejercicio
del deporte. Prepara para la vida y el trabajo y fomenta la solidaridad. Es deber del
estado promover el desarrollo científico y tecnológico.
La formación ética y el conocimiento de la constitución así como de los derechos
humanos son de necesidad vital en todo proceso educativo.
La educación es imparte en todos los centros educativos; primarios, secundarios y
superiores.
4. La educación es un proceso que tiene por objeto el completo desarrollo de la
personalidad, inspirada en los principios de la comprensión o entendimiento entre los
seres humanos.
La educación, es el desarrollo de las facultades intelectuales y morales, así como de los sentidos y
fuerzas físicas. Y la educación como la salud y el trabajo, es uno de los rubros más importantes
para el Estado. La misión del Estado consiste en reconocer y garantizar la libertad y la enseñanza.
Asimismo, en destinar una partida en el presupuesto de la nación para sufragar la enseñanza
pública.
El Día Mundial de la Educación se aplicó por los Acuerdos entre la ONU y la UNESCO, por lo que
cada 01 de Abril se recuerda el Día Mundial de la Educación. Desde el año 2003 al 2012 se
conmemora la 'Década de la Educación Inclusiva'.Los padres de familia y los profesores cumplen
un rol muy importante en la educación. Los padres educan en el hogar y los profesores en el
colegio, en la formación integral de los educandos; está ligada al desarrollo de las ciencias, las
humanidades, las técnicas, las artes y el deporte para tener una mente lúcida y una inteligencia
cultivada en un cuerpo sano. Una verdadera educación es la que contribuye a formar hombres y
mujeres útiles para el mañana, es la que los prepara para la vida, con una profesión que les
permita vivir con dignidad, de igual a igual y sin marginaciones de ninguna clase.
En la tarea educativa les corresponde a los maestros enseñar, auxiliándose con las mejores
5. técnicas pedagógicas y a los estudiantes prestar toda la atención posible, participar activamente
en los ejercicios que se proponen, hacer con prontitud y esmero las tareas encomendadas y asistir
con puntualidad y pulcritud a las clases. El día de la educación es un día que sirve para fortalecer,
aun más la relación existente entre los educadores y los alumnos, entre el hogar y la escuela.
EDUCACIÓN
Desarrollo de las facultades intelectuales y morales, así como de los sentidos y fuerzas físicas.
La educación se logra mediante 1) explicación y repetición; 2) disciplina y corrección administradas
con amor (Pr 1:7; Heb 12:5, 6); 3) observación personal (Sl 19:1-3; Ec 1:12-14), y 4) censura y
reprensión. (Sl 141:5; Pr 9:8; 17:10.)
Jehová Dios es el gran Educador e Instructor, y nadie se le puede igualar. (Job 36:22; Sl 71:17;
Isa 30:20.) A su hijo terrestre, Adán, se le creó con la capacidad de hablar un idioma (Gé 2:19,
20, 23), y se le dio instrucción sobre la creación (Gé 1 y 2) y los requisitos de Dios para él. (Gé
1:28-30; 2:15-17.)
G95 22/12 7-11
¿Debería ir mi hijo a la escuela?
¿SE IMAGINA lo que sería no saber leer las palabras de esta página? ¿Qué ocurriría si
no hablara el idioma oficial de su país? ¿Y si no supiera dónde situar su tierra natal en un mapa del
mundo? Infinidad de niños crecerán en estas circunstancias. Pero ¿qué hay de sus hijos?
6. ¿Deberían ir a la escuela? En muchos países, la enseñanza primaria y secundaria es
obligatoria, y a menudo gratuita. Tanto la Convención sobre los Derechos del Niño como la
Declaración Universal de Derechos Humanos consideran la educación formal un derecho
fundamental. No obstante, en algunos lugares la escolarización no es gratis y supone una carga
económica para los padres. Examinemos este asunto desde la perspectiva de los padres cristianos
que desean que sus hijos se instruyan, ya sea mediante un sistema educativo formal o mediante
cualquier otro recurso.
Factores que contribuyen a la buena educación
HACE poco el periódico The New York Times presentó un artículo de portada sobre una
estudiante de escuela secundaria de 16 años llamada Latoya. Cuando tenía 11 años, su padre
empezó a golpearla y a abusar sexualmente de ella. Su madre, que era drogadicta, había
abandonado a la familia. El periódico decía que “su hogar era un apartamento abandonado sin
cuarto de baño, o una habitación en la que el miedo le impedía dormir”. No obstante, Latoya fue
excepcional: a pesar de esta situación, la nombraron presidenta de la Sociedad Nacional de Honor
de su escuela y mantuvo un promedio de notable en las clases de estudiantes avanzados.
¿Qué puede ayudar a un joven que incluso se ha criado en un mal ambiente a progresar en la
escuela? Por lo general, uno de los factores para obtener una buena educación es contar con un
adulto —preferiblemente uno de sus padres, o ambos— que se preocupe por él, lo ayude y se
interese profundamente en su educación. A una estudiante de enseñanza media le pareció tan
importante este factor que se vio impulsada a decir: “Solo se puede sobrevivir en la escuela si se
cuenta con el apoyo de los padres”.
La mayoría de los maestros concuerda con ella. Un profesor de Nueva York afirmó: “Por cada
estudiante que progresa y triunfa en el sistema educativo, y son muchos, hay un padre que lo
ayudó en toda su trayectoria”.
El apoyo de los padres es un factor importante
El año pasado la revista Selecciones del Reader’s Digest examinó la cuestión: “¿Por qué
algunos jóvenes son mejores estudiantes que otros?”. Una de las conclusiones a las que llegó fue
que “los jóvenes de familias sólidas rinden más en la escuela”. Los padres de tales familias
atienden a sus hijos con cariño y les enseñan valores y metas correctas. Pero, como dijo un padre,
“no puede darse la orientación correcta si no se sabe lo que ocurre en la escuela”.
Una buena forma de enterarse es visitándola. Una madre que lo hace escribió: “Cuando camino
por los pasillos de la escuela de mi hija, oigo lenguaje soez y obsceno; veo por todas partes a
jóvenes besuqueándose. Si se tratara de una película, sería solo para mayores de 18 años”. Esas
visitas pueden ayudarle a darse cuenta de lo difícil que es para los jóvenes obtener una buena
educación hoy día, así como mantener una buena moralidad.
La publicación The American Teacher 1994 hizo la siguiente observación: “Los estudiantes que
han sido víctimas de violencia suelen decir que sus padres rara vez se presentan en la escuela,
como en las reuniones con maestros o con otros padres, o para hacer alguna visita”.
Una madre preocupada expresó lo que necesitan hacer los padres: “Vayan a la escuela. Que la
administración sepa que a usted le interesa lo que aprende su hijo. Yo visito la escuela con
frecuencia y escucho las clases”. Otra madre hizo hincapié en la importancia de abogar por el hijo.
Explicó: “Mis hijos fueron a la oficina para hablar con algún consejero y no se les hizo ningún caso.
7. Pero al día siguiente, cuando acompañé a uno de mis hijos a la oficina, se desvivieron por
ayudarme a mí y a él”.
Esta madre de cuatro muchachos también recalcó la importancia de interesarse en las
actividades escolares que afectan directamente la educación de los hijos. “Aproveche las
oportunidades de conocer a los padres de otros alumnos, asista a las exposiciones de proyectos
científicos estudiantiles y a todo lo que le inviten que se relacione con lo que hace su hijo, así
tendrá la oportunidad de conocer a sus maestros. Ellos necesitan saber que usted cree que la
educación desempeña un papel muy importante en la vida de su hijo. De este modo se sentirán
más inclinados a dedicarle tiempo y esfuerzos adicionales.”
Cooperación con los maestros
Cuando las escuelas programan reuniones especiales por las tardes para que los padres se
relacionen con los maestros, es posible que a algunos padres les parezca que tienen cosas más
importantes que hacer. Pero, en realidad, ¿qué es más importante que apoyar a los que quieren
ayudar a su hijo a obtener una buena educación? La colaboración entre padres y maestros es
fundamental.
En Rusia hay una buena provisión para fomentar la cooperación entre padres y maestros.
Todas las tareas escolares se anotan en un Dnievnik, que es un calendario donde se registran las
actividades diarias. El estudiante debe llevar su Dnievnik a todas las clases y mostrárselo al
profesor cuando se lo pide. También tiene que mostrar el Dnievnik a sus padres, quienes deben
firmarlo todas las semanas. Como dijo Victor Lobachov, un padre moscovita con hijos en edad
escolar, “esta información ayuda a los padres a enterarse de las tareas y calificaciones de sus
hijos”.
Pero hoy día los maestros se quejan de que los padres no se interesan en la educación de sus
hijos. Un maestro de secundaria de Estados Unidos dijo que en cierta ocasión escribió a 63 padres
poniéndolos al corriente del deficiente desempeño académico de sus hijos. Solo tres se pusieron
en comunicación con él.
No hay duda de que eso es muy triste. Los padres deberían estar muy interesados en la
educación de sus hijos, que es principalmente su responsabilidad. Un educador expresó muy bien
la cuestión al decir: “El objetivo primordial de la educación formal es ayudar a los padres a criar
adultos responsables”.
Por lo tanto, los padres deben tomar la iniciativa en conocer a los maestros de sus hijos. Como
dijo una madre: “Los maestros necesitan sentirse libres para llamarnos en cualquier momento”. Y
los padres deberían escucharlos de buena gana cuando les hablan con franqueza de sus hijos, e
incluso animarlos a que lo hagan. Deben hacerles preguntas específicas como: ¿Tiene problemas
con mi hijo? ¿Es respetuoso? ¿Asiste a todas las clases y llega a tiempo?
En caso de que el maestro hiciera algún comentario desfavorable de su hijo, no llegue a la
conclusión de que es falso. Desgraciadamente, muchos jóvenes que al parecer llevan vidas
honradas en casa o en su lugar de culto, en realidad llevan una doble vida. De modo que escuche
respetuosamente al maestro y compruebe lo que le diga.
Cuando su hijo llega a casa
¿Cómo se siente usted, si es padre, cuando llega a casa del trabajo? ¿Tenso? ¿Frustrado?
Puede ser que su hijo se sienta incluso peor cuando llega de la escuela. Por esa razón un padre
recomendó: “Haga que su llegada a casa le resulte agradable. Es probable que haya tenido un día
muy duro”.
De ser posible, conviene que uno de los padres esté presente cuando llega el hijo. Como dijo
una madre, “los niños no pueden contarle lo que les pasa si usted no está allí para hablar con ellos;
por eso me propongo estar en casa cuando llegan los muchachos”. El padre no solo tiene que
saber lo que hace su hijo, sino también lo que piensa y siente. Averiguarlo requiere mucho tiempo,
esfuerzo y sondeos discretos. (Proverbios 20:5.) La comunicación diaria es importante.
8. Un maestro de primaria de Nueva York dijo: “Su hijo se puede contagiar en cualquier momento
de los valores de este sistema escolar en crisis. Esté al tanto de lo que se desarrolla en su
corazón. Prescindiendo de lo cansado que usted se encuentre, tómese el tiempo suficiente para
hacer que exprese sus sentimientos y para procurar que sustituya los valores malos por los
buenos”. (Proverbios 1:5.)
Así mismo, un experimentado maestro de secundaria aconsejó: “En vez de simplemente
preguntar cómo le fue en la escuela, sería provechoso hacer preguntas concretas y específicas
respecto a lo que hizo durante el día. No es necesario hacerlas con formalidad o indiscreción, sino
en la conversación casual”.
Richard W. Riley, el secretario de Educación de Estados Unidos, recomienda: “Hable
francamente con sus hijos, especialmente con los adolescentes, acerca de los peligros de las
drogas y el alcohol y de los valores que usted quiere que tengan. Aunque usted se sienta incómodo
con esas charlas, a ellos pueden salvarles la vida”.
El padre, especialmente el que tiene responsabilidades en la congregación cristiana, jamás
debería dar la impresión de que está demasiado ocupado como para escuchar a sus hijos. Aunque
escucharlos pudiera ser motivo de preocupación, hágales saber, con sus expresiones faciales y su
modo de tratarlos, que agradece que le hablen con libertad. Una estudiante aconsejó: “No se
escandalice cuando su hijo le hable del consumo de drogas o de la inmoralidad sexual de su
escuela”.
Debido a la desintegración de la vida familiar, hoy día hay muchos jóvenes a quienes puede
calificarse de “huérfanos de padre”. (Job 24:3; 29:12; Salmo 146:9.) En la congregación cristiana
existen personas que pueden ofrecer su ayuda a los jóvenes que la necesitan. ¿Es usted una de
ellas?
Fomente el estudio y la responsabilidad
Pocos jóvenes se dedican tanto a las tareas escolares como Latoya, la muchacha que se
mencionó en la introducción. La mayoría necesita mucho estímulo para estudiar. El anterior
coordinador de las escuelas de la ciudad de Nueva York, Joseph Fernandez, dijo con respecto a
sus propios hijos: “En casa teníamos períodos obligatorios de estudio. Les suministrábamos libros,
los animábamos a ir a la biblioteca y a dar prioridad a la asistencia a la escuela y la participación en
ella”.
Otro administrador escolar dijo: “Necesitamos rodear a nuestros hijos de libros y relatos de la
misma manera que ahora los rodeamos de televisión, películas, vídeos y tiendas”. Mientras los
niños hacen sus deberes escolares, los padres pudieran tratar de estar cerca de ellos estudiando o
leyendo. De este modo sus hijos verán que usted valora la educación.
En muchos hogares la televisión es el mayor impedimento para el estudio. Un educador dice
que “a la edad de 18 años, los jóvenes han pasado once mil horas en clase y veintidós mil frente al
televisor”. Quizá los padres tengan que limitar la cantidad de tiempo que sus hijos ven televisión, e
incluso viéndola ellos mismos solo en ocasiones. Además, propónganse aprender algo junto con
sus hijos. Lean juntos; programen tiempo para revisar diariamente las tareas escolares.
A sus hijos se les asignarán en la escuela muchas tareas que tienen que efectuar en casa. ¿Las
harán? Seguramente, si usted les ha enseñado a atender sus responsabilidades en casa. Un modo
importante de hacer esto consiste en fijarles una rutina diaria de quehaceres y pedirles que la
realicen en un horario específico. Es cierto que esta preparación exigirá mucho esfuerzo de su
parte, pero enseñará a sus hijos el sentido de responsabilidad que necesitan para triunfar en la
escuela y, después, en la vida.
El interés del estudiante es un factor esencial
El orientador Arthur Kirson mencionó otro factor que contribuye a la buena educación cuando
dijo lo siguiente respecto a Latoya, mencionada al comienzo: “La conocí después de uno de los
9. graves incidentes que sufrió en su casa. La vi sentada con la cara rasguñada [debido al presunto
maltrato de su padre], pero lo único que parecía importarle era su tarea escolar”.
En efecto, un factor esencial para recibir una buena educación es el interés por aprender. Un
joven neoyorquino comentó: “Hoy en día el progreso del estudiante en la escuela depende de
cuánto se motive y discipline a sí mismo”.
Por ejemplo, cierto maestro le dijo a una madre preocupada por la educación de su hijo: “No se
preocupe, señora Smith, Justin es tan listo que no tendrá que saber ortografía. Le encargará la
tarea a una secretaria”. Pero prescindiendo de lo inteligente que sea un niño, es importante que
domine la lectura y la escritura, lo que incluye tener redacción clara, letra legible y buena ortografía.
Sorprendentemente, algunos educadores se quedaron callados cuando el renombrado
psicólogo Carl Rogers afirmó: “Nadie debería tratar de aprender algo que no le parece importante”.
¿Por qué es un equívoco esta afirmación? Como es obvio, normalmente el niño no puede prever la
utilidad que tendrá lo que se le pide que aprenda. En muchos casos esa utilidad no se percibe sino
hasta la edad adulta. Está claro que hoy en día el niño debe preocuparse por obtener una buena
educación.
Cindy, una joven de 14 años que cursa noveno grado, es un buen ejemplo de alguien que
manifiesta ese interés. Ella explicó: “Me quedo después de clases para hablar con los maestros y
conocerlos. Trato de determinar qué esperan de sus estudiantes”. También presta atención en
clase y considera importantes sus tareas. Los buenos estudiantes tienen el hábito de tener a mano
lápiz y papel para tomar apuntes cuando escuchan al profesor o leen.
Para obtener una buena educación, también es importante resolverse a evitar las malas
compañías. Cindy relató: “Siempre busco a alguien de buena moralidad. Por ejemplo, pregunto a
las compañeras qué piensan de que cierta estudiante use drogas o se acueste con cualquiera. Si
dicen algo como, ‘¿y qué hay de malo?’, me doy cuenta de que no son buena compañía. Pero si
alguna desaprueba ese comportamiento y dice que quiere ser distinta, me siento con ella a la hora
del almuerzo”.
Está claro que en la actualidad hay muchos obstáculos para obtener una buena educación, pero
es posible adquirirla si los estudiantes y los padres toman en cuenta estos factores. A continuación
examinaremos otra provisión que puede ayudar muchísimo a obtener una buena educación.
[Fotografía en la página 8]
Escuche respetuosamente al maestro si tiene quejas de su hijo
[Fotografía en la página 9]
Pregunte diariamente a su hijo cómo le ha ido en la escuela
[Recuadro en la página 7]
¿Consentir, o disciplinar con amor?
La Biblia advierte que mimar a los jóvenes trae malos resultados. (Proverbios 29:21.) De acuerdo
con esta idea Albert Shanker, presidente de la Federación Americana de Maestros, dijo: “Algunos
padres piensan que están actuando bien con sus hijos si hacen todo como estos desean. Pero
sabemos que no es así”.
Incluso muchos jóvenes saben que no está bien que se les consienta tanto. A principios de este
año un periódico de Massachusetts informó: “Una encuesta realizada a 1.572 estudiantes de West
Springfield de entre sexto y doceavo grado reveló que la ‘permisividad de los padres’ influye más
en que los hijos consuman drogas y alcohol que la presión de otros jóvenes”.
Malcriar a los jóvenes también ha contribuido a propagar la promiscuidad sexual. No hay duda de
que, como dice la Biblia, la falta de disciplina avergüenza a la familia. (Proverbios 29:15.)
[Recuadro/Ilustración en la página 10]
Qué pueden hacer los padres
• Conozca la escuela a la que va su hijo: sus objetivos y actitud para con los valores y creencias
que usted tiene.
• Familiarícese con los maestros de su hijo y trate de crear una buena relación de trabajo con ellos.
10. • Interésese profundamente en las tareas de su hijo. Lean juntos con frecuencia.
• Controle lo que ve su hijo por la televisión y el tiempo que pasa frente a ella.
• Vigile la nutrición de su hijo. La comida basura puede incidir negativamente en su concentración.
• Asegúrese de que su hijo duerma lo suficiente. Los niños cansados no aprenden bien.
• Trate de ayudar a su hijo a escoger amistades sanas.
• Sea el mejor amigo de sus hijos. Necesitan el mayor número posible de amigos maduros.
Qué pueden hacer los jóvenes
• Con la ayuda de tus padres, ponte metas relacionadas con la educación y trata de alcanzarlas.
Comenta estos objetivos con tus maestros.
• Elige cuidadosamente las asignaturas con la ayuda de tus maestros y tus padres. Por lo general,
los cursos opcionales fáciles no son los mejores.
• Trata de llevarte bien con los maestros. Averigua lo que esperan de ti. Comenta con ellos tu
progreso y tus problemas.
• Pon buena atención en clase. No imites el comportamiento indisciplinado.
• Selecciona bien tus amistades. Estas pueden fomentar u obstaculizar tu progreso en la escuela.
• Haz tus deberes y asignaciones lo mejor que puedas. Dedícales tiempo. De ser necesario, pide
ayuda a tus padres o a otro adulto maduro.
Una educación básica
La educación empieza antes de que el niño vaya a la escuela. El padre cristiano que es sabio
entrena a su hijo desde la mismísima infancia. ¿En qué debería consistir dicho entrenamiento? El
apóstol Pablo recordó a Timoteo que a él le habían enseñado “desde la infancia” a conocer “los
santos escritos,” la porción de la Biblia que existía en aquel entonces. (2 Timoteo 3:15) Por lo tanto,
los padres pueden enseñar a sus hijos acerca de Jehová Dios, Jesucristo, la importancia del reino
de Dios, y otras verdades de las Sagradas Escrituras, mientras que los niños todavía estén
jóvenes.
Si el pequeñuelo puede aprender dichas cosas, entonces evidentemente también puede
empezar a aprender a leer y escribir, y los padres que son sensatos sacan tiempo para enseñarle
estas cosas también. Así, la educación del niño debería empezar desde temprana edad.
¿Tiene esto un precio? Cuesta muy poco dinero, pero el costo consiste mayormente en tiempo
y energía. No obstante, vale la pena. Con dicha educación a temprana edad, el hijo puede
desarrollar un amor profundo para con Jehová y rápidamente desarrollar las aptitudes básicas que
se necesitan para aprender.
En la mayor parte de los países, el estado proporciona una educación seglar básica para los
niños cuando éstos llegan a más o menos los seis años de edad. Aunque la educación se paga
mayormente con el dinero que se recibe de los impuestos, bien puede ser que acarree otro costo.
La influencia que ejercen ciertos factores que los padres no pueden controlar empieza a moldear el
modo de pensar del hijo. El jovencito, por primera vez en la vida, se ve separado de sus padres por
varias horas al día. Quizás se asocie con niños a quienes no se les ha enseñado a comportarse de
manera verdaderamente cristiana, y, por lo tanto, los padres tienen que asegurarse de que él no
olvide el entrenamiento que recibió a temprana edad.
¿Vale la pena hacer esto? A la mayor parte de los padres les parece que sí. En las escuelas,
los niños reciben una educación amplia que abarca muchas ramas de conocimiento. Tal vez
también empiecen a aprender oficios que les serán valiosos durante toda la vida. Y aunque estén
viviendo con sus padres, tienen la oportunidad de demostrar su amor para con Jehová mientras
estén lejos del ojo vigilante de ellos.
11. No obstante, hay un precio que los padres cristianos que son sabios no están dispuestos a
pagar. Ellos no ejercen presión en sus hijos para que éstos estudien tanto que les quede poco
tiempo y energía, o nada de tiempo y energía, para estudiar los “sagrados escritos” o servir a Dios.
¿Por qué no? Porque, aunque la educación seglar tiene cierto valor, solo la educación basada en
los “sagrados escritos” puede hacer que la persona sea ‘sabia para la salvación.’ (2 Timoteo 3:15)
¿Cuál es de mayor importancia: una educación seglar que equipe a uno para unos cuantos años
de vida, o una educación que prepare a uno para la vida eterna?
Los colegios y las universidades
En muchos países, después de la escuela primaria, los jóvenes normalmente van a la escuela
secundaria para continuar su educación. Muchos padres cristianos, cuando sus hijos alcanzan este
nivel de educación, recuerdan que Jesús recibió entrenamiento para ser carpintero, y por eso
animan a sus hijos a obtener alguna clase de entrenamiento vocacional. (Marcos 6:3) Saben que
cuando los jóvenes lleguen a ser adultos, tendrán responsabilidades, y ahora es un buen tiempo
para empezar a equiparles de manera que puedan desempeñarlas.—1 Timoteo 5:4, 8.
Algunas personas se preguntan si deberían hacer que sus hijos fijen la vista en una educación
universitaria. ¿Por qué? En países pobres, el obtener una educación universitaria tal vez parezca la
mejor manera de mejorar su situación. Tal vez parezca ofrecer seguridad financiera, y hasta otras
ventajas más. Un educador de Nigeria dijo: “Los padres ... quieren que sus hijos se hagan médicos,
ingenieros, arquitectos, contables, a fin de que la familia alcance un nivel social más elevado.”
Pero, ¿son éstas las cosas que el padre cristiano debería poner en primer lugar al planear la
educación de su hijo? A muchos padres les parece que no. Prefieren investigar otras maneras de
preparar a sus hijos para la vida. ¿Por qué? Debido a que los beneficios de una educación
universitaria no siempre valen la pena.
12. Q00 22/12 3
¿Dónde puede conseguirse la mejor educación?
“La educación hace al alma lo que la escultura a un bloque de mármol.”—Joseph
Addison (1711).
¿FUE usted a la escuela? La mayoría de las personas pueden contestar afirmativamente, pero
no todas. Al umbral del siglo XXI, todavía quedan incontables millones de niños sin escolarizar.
Dado que esta lamentable situación ha existido desde hace años, ya hay cerca de 1.000 millones
de adultos que son analfabetos.
No obstante, una buena educación es una necesidad fundamental. Muchos no la ven como un
lujo inalcanzable, sino como un derecho de todos, tanto de niños como de adultos. Pero ¿cómo
obtenerla si no se dispone de los debidos recursos, no hay libros ni escuelas suficientes, y faltan
maestros capacitados?
¿Dónde puede conseguir la gente una educación de calidad que fomente la participación
personal, amplíe su conocimiento del mundo que la rodea y le proporcione valores espirituales que
transformen su vida? ¿Qué clase de educación da importancia a las sanas normas de moralidad,
muestra el camino a una mejor calidad de vida y ofrece una esperanza sólida para el futuro? ¿Está
ese tipo de educación al alcance de todos?
La base para la mejor educación
Por sorprendente que parezca, podemos responder con confianza que sí, que toda persona
tiene a su alcance una educación de calidad. La razón es que existe una poderosa herramienta
que sirve de base para dicha educación. Se trata de un “libro de texto” consagrado que está
disponible, completo o en parte, en más de 2.200 idiomas. Prácticamente toda persona del planeta
tiene acceso a él en una lengua que entiende. ¿Cuál es ese libro?
Es la Biblia, una obra que ha sido ampliamente aclamada como la más importante que se ha
escrito jamás. “A todo el que conozca bien la Biblia puede considerársele verdaderamente culto —
dijo William Lyon Phelps, erudito de principios del siglo XX—. No hay ninguna otra clase de saber o
cultura, por extensa o elegante que sea, capaz de sustituirla.”
La Biblia es una colección de libros escrita a lo largo de un período de mil seiscientos años.
Respecto a esta importante biblioteca, Phelps añadió: “Nuestras ideas, nuestra sabiduría, nuestra
filosofía, nuestra literatura, nuestro arte y nuestros ideales se basan más en la Biblia que en todos
los demás libros juntos. [...] Opino que un conocimiento de la Biblia sin una carrera universitaria es
de más valor que una carrera universitaria sin la Biblia”.
Hoy día, la comunidad cristiana de los testigos de Jehová está llevando a cabo en todo el
mundo una extraordinaria obra educativa cimentada en la Biblia. Dicha educación no se limita a
enseñar a leer y escribir. Fomenta el desarrollo mental y moral, e influye de manera positiva en la
actitud de la gente hacia el futuro, pues ofrece la esperanza bien fundada de que el porvenir es
mucho mejor que el pasado.
Tenga la bondad de leer el siguiente artículo, que le informará de este programa de educación
que prepara para la vida.
13. Los maestros de nuestros hijos
Piense ahora en las personas que se dedican a enseñar a niños y adultos a leer y escribir, así
como ortografía, aritmética, ciencia elemental y conducta en el lugar de trabajo, es decir, los
componentes de una educación básica. En los centros de enseñanza superior, los educadores
imparten derecho, medicina, química, ingeniería y alta tecnología, campos que copan los puestos
de trabajo más lucrativos en esta era del espacio y la informática. Debido a la enorme importancia
de la enseñanza, ¿no deberían estos educadores ser dignos de un rango salarial que guarde
proporción con el inestimable servicio que rinden? Cuando se les compara con personas que
perciben salarios desproporcionadamente altos en relación con su trabajo, parece que la sociedad
valora en poco la profesión docente.
En las postrimerías de este siglo XX, la enseñanza se ha convertido en una ocupación muy
arriesgada en algunos lugares, no solo en los centros de enseñanza secundaria, sino también en
las escuelas elementales. En algunas ciudades se dice a los maestros que entren en las aulas y
zonas de recreo con palos para defenderse de los niños ingobernables. Escolares de todas las
edades llevan pistolas y cuchillos encima o en los recipientes para la comida.
Tanto los maestros como las maestras han sido objeto de agresiones físicas por parte de sus
alumnos. En los centros de enseñanza secundaria de Estados Unidos, más de cuarenta y siete mil
profesores y dos millones y medio de estudiantes han sido víctimas de actos delictivos en los
últimos años. “El problema existe en todas partes —publicó la revista NEA Today, dirigida al
personal docente—, pero la situación es peor en las zonas urbanas, donde el profesor tiene todos
los años una posibilidad entre cincuenta de ser atacado en la escuela.” El consumo de drogas y de
alcohol es tan común en las escuelas que los profesores se sienten cada vez más frustrados.
Para hacérselo aún más difícil, en algunos lugares se espera que los profesores continúen
ampliando sus conocimientos a lo largo de su carrera, que utilicen sus vacaciones para seguir
cursos superiores o para asistir a congresos o seminarios relacionados con su especialidad. Sin
embargo, ¿le sorprendería saber que en algunas ciudades importantes de Estados Unidos, los
conserjes de las escuelas —personas que tienen a su cargo la limpieza y el mantenimiento—
pueden ganar hasta 20.000 dólares más que los profesores?
El sueldo de un profesor varía de un país a otro, de un estado a otro y de un distrito a otro. En
algunos países su escala salarial es la más baja. Hasta en las naciones más prósperas, los datos
indican que los salarios de los educadores no son equitativos en vista de la carga que descansa
sobre ellos.
En el periódico The New York Times se publicaron las siguientes palabras de un crítico de la
escala salarial de profesores y educadores: “En Estados Unidos, las profesiones vocacionales,
como la enseñanza [...], siempre han estado muy mal recompensadas o remuneradas. El público
siempre ha pensado: ‘Bueno, eso es lo suyo, es lo que les gusta hacer’. No creo que eso sea muy
justo ni muy inteligente”. Considere, por ejemplo, esta noticia de The New York Times: “El
incremento salarial del profesorado universitario en el curso académico de 1991-1992 fue el más
bajo de los últimos veinte años”: un promedio del 3,5%. “Si a este 3,5% de incremento salarial se le
quita la tasa de inflación —dijo una investigadora—, los salarios solo aumentaron en un minúsculo
0,4%.” Cada vez preocupa más que debido a los bajos salarios que se pagan a estos educadores
14. responsables, muchos se ven obligados a abandonar su profesión por un trabajo mejor
remunerado.