Este documento resume las principales ideas de Sigmund Freud sobre la represión, las neurosis obsesivas y la evolución de sus teorías sobre la neurosis. Explica que Freud inicialmente creía que los traumas sexuales en la infancia causaban las neurosis, pero luego reconoció el papel de la fantasía. También describe las tres etapas típicas del desarrollo de una neurosis obsesiva y las tres variedades clínicas de síntomas. Finalmente, analiza el caso de Dora y cómo Freud interpretó sus síntomas como resultado de traumas reales y fantas
1. Teórico 24/08- Fabián Schejtman 2010
-1-
Lo esencial de la represión no es que una representación
devenga inconsciente, sino el divorcio del afecto de esa
representación, el debilitamiento por lo que, por ejemplo, en
las neurosis obsesivas el sujeto recuerde la representación,
pero consiste en que a esa representación insoportable se le
quita su afecto. Más adelante, cuando postule ese tiempo primero
de la represión primaria, que lo que hace que una representación
devenga inconsciente no es la represión secundaria, sino que lo
que lo vuelve inconsciente es la atracción de lo reprimido
primario. Lo reprimido primordialmente atrae para sí la
representación debilitada. Pero si esa representación se
mantiene en la conciencia –escenas del hombre de las ratas de
mirar bajo las faldas- no quiere decir que no haya operado la
represión. Son representaciones debilitadas.
Trayectoria típica de las neurosis obsesivas: distinguí lo que
llame la variedad clínica de los tipos de síntomas que presenta
Freud en esa trayectoria típica. Los tipos de síntomas son 3:
primero, síntoma defensivo primario –no forman parte de la
enfermedad propiamente dicha. Había un periodo infantil de
predisposición. El tercer tiempo se cierra con la formación de
síntomas defensivos primarios. No hay todavía neurosis obsesiva,
desencadenamiento. Sin embargo, hay síntomas que no son síntomas
del fracaso de la defensa o del retorno de lo reprimido. Una
primera clase de síntomas correspondientes al tercer tiempo del
periodo de predisposición del enfermedad, que constituyen el
carácter del obsesivo. Apoyan la represión. Luego hay un segundo
tipo de síntoma, que llama del retorno de lo reprimido, suponen
ya el fracaso de la defensa, supone ya el desencadenamiento de
la neurosis. el tercer tipo, la defensa se toma un desquite,
viene a combatir los síntomas del retorno de lo reprimido,
síntomas defensivos secundarios. Vuelven a apoyar a la defensa.
Son intentos de resolver, solucionar, los problemas que traen en
el primer caso, el recuerdo del trauma sexual infantil asociado
con el reproche, se produce la represión y se cierra en el nivel
de los síntomas defensivos primarios. Resuelven el asunto que el
sujeto recordó la escena activa, se asocio un reproche, una
represión y eso lo mantiene reprimido. El síntoma del retorno de
lo reprimido significa que la defensa fracaso y o la escena o el
reproche vuelven desfigurados. Esto plantea un trabajo para el
aparato psíquico. Es preciso defenderse: síntomas defensivos
secundarios.
Freud describe tres variedades clínicas, que se van a ubicar una
vez que se desencadena. Corresponden dentro de los síntomas del
retorno de lo reprimido, había dos opciones, que retorne la
escena o el afecto, reproche. Dos variedades iniciales: las
representaciones obsesivas y los afectos obsesivos –vergüenza,
angustia social. La tercera variedad clínica son las acciones
2. Teórico 24/08- Fabián Schejtman 2010
-2-
obsesivas, que toman fuerza una vez que se ha conseguido
reprimir los síntomas del retorno de lo reprimido. La acción
obsesiva supone que el afecto, ese exceso se desplazo sobre la
medida preventiva misma, la tercera variedad clínica, donde el
sujeto está obligado a ritualizar su mundo. Ya no aparecen
afectos o ideas obsesivas, porque ese quantum se desplazo sobre
la acción obsesiva misma. Estas variedades se pueden dar en un
mismo sujeto.
La histeria logra con sus síntomas una solución más eficaz
que la NO. Lo que Freud llama conversión en la histeria, pasaje
del afecto al cuerpo, logra una solución que se mantiene más o
menos estable en el tiempo. En cambio la NO es una defensa
permanente que no logra terminar de resolverse.
Segundo Freud. Lo vamos a ubicar entre 1900 y 1914. Su
neurótica le miente, y no eran traumas efectivamente acontecidos
aquellos que descubre tras los síntomas histéricos, y no es que
encuentra en todos los casos un padre efectivamente seductor,
abusador de su hija. Le da importancia a la fantasía como origen
de la formación de síntoma. En el primer Freud lo que tenemos
tras los síntomas neuróticos es un trauma sexual infantil
efectivamente acontecido. Habla de una irritación efectiva de
los genitales. La fantasía no tira por tierra el lugar del
trauma. Tiene su lugar una vez que ubique a la fantasía entre
trauma y síntoma. Una de las consecuencias que se sigue de la
teoría traumática es que existen los normales. Aquellos que han
tenido padres que no son perversos no son neuróticos. Además,
está la posibilidad de la psico-profilaxis: Freud incumpla a los
padres, hermanos mayores, al personal de servicio por los
síntomas histéricos. Se seguiría la posibilidad de prevenir la
neurosis. Si la neurosis es efecto de un trauma acontecido,
entonces con anular el trauma se anula la neurosis. Encuentra
después de 1900 síntomas neuróticos demasiado generalizados como
para suponer que en todos los casos hubo un hecho traumático
efectivamente acontecido, además que termina por encontrar
difícil de creer que no sea otra cosa que fantasías. Desde muy
temprano, Freud vacía el lugar del trauma de contenido e
interpola entre el trauma y el síntoma el campo de las
fantasías. Con la idea que tiene que el trauma supone dos
escenas, habla de los efectos post mortem del trauma, no alcanza
con el trauma infantil, sino que todo depende de la lectura que
se haga de una segunda escena de ese trauma. Solamente
considerar que no se trata del trauma sino también de la lectura
que se haga a posteriori del nivel que Freud llama fantasía, que
le da una significación, un sentido, ya eso tira por tierra la
posibilidad de la psico-profilaxis.
3. Teórico 24/08- Fabián Schejtman 2010
-3-
Que en 1905 haya escrito 3 ensayos y que uno se dedique a
la sexualidad infantil es una consecuencia de la caída de la
teoría del trauma. No es que niños con poca suerte han sido
seducidos por un adulto, sino que plantea una sexualidad
infantil universal, generalizada. Se desprenden dos
consecuencias: uno, no hay normalidad. La neurosis está ligada
al campo del fantaseo sexual. Dos, no hay psico-profilaxis
posible. No es que el trauma ha desaparecido. El trauma para
Lacan es un agujero en el origen. En el nivel de ese primer
Freud la causa era clara: el padre era la causa de las neurosis.
Lo que descubre es que en el nivel de la fantasía la histeria
atribuyo al padre la causa de la neurosis. La fantasía lleva al
padre al lugar de la causa, es despojarse de la responsabilidad
de los síntomas –Lacan. Freud vacía ese lugar donde ubicaba al
padre y lo que va a presentar es la fantasía introduciendo una
significación respecto de un punto que es insensato, que no
tiene significación, que con Lacan llamamos real. En el origen
hay un agujero y por eso, entre otras cosas, el psicoanálisis
tiene problemas para abordar la etiología porque lo que
encuentra es una agujero. Las fantasías en el nivel individual,
subjetivo, son análogas a lo que son los mitos en el nivel
social, también construyen una teoría en el nivel del origen.
Cada uno en su fantasía se hace una teoría del origen, solo que
esa teoría da lugar a formaciones sintomáticas. Otra cuestión.
La sexualidad infantil no es solamente fantasía sexual. En el
lugar del trauma vaciado de contenido, en ese lugar, va a
encontrar la prevalencia de la pulsión. En el primer Freud
suponía un padre perverso que seduce. En el segundo Freud, lo
perverso es el niño (perversión polimorfa infantil). Entre
pulsión y fantasía vamos a establecer una separación. La
neurosis por la vía de la fantasía lleva al padre al lugar de la
fantasía. El psicoanálisis no responsabiliza al padre de la
neurosis. Si el psicoanálisis, desde Lacan, supone atravesar las
fantasías, que vienen a velar, a llenar de sentido ese agujero
del origen, si conduce a un atravesamiento del fantasma, el
psicoanálisis devuelve la responsabilidad al sujeto por sus
síntomas.
Caso Dora. Algunos síntomas de ese historial están pensados
como traumas acontecidos y otros abordados desde el campo de
las fantasías. Intenta ubicar el trauma psíquico detrás de
ellos: la alucinación sensorial -presión en el pecho-, un cierto
asco y cierta aprehensión a acercarse a los hombres en tierno
coloquio. Llega a la escena en la tienda: tiene 14 años y el
señor K la invita a un festejo que se realiza cerca de su tienda
y quedan solos porque los empleados se van. Le pidió que lo
aguardara cerca de la puerta mientras cerraba las cortinas.
Cuando regresó en lugar de pasar por la puerta abierta, estrechó
4. Teórico 24/08- Fabián Schejtman 2010
-4-
a la muchacha contra si, y le estampó un beso en los labios.
Sintió en ese momento asco, y salió. A diferencia de la
diferencia de la escena del lago, no corta relaciones con los
señores K. En esa escena posterior, el señor K no le da ningún
beso ni se le acerca, pero ella le dice al padre que se alejen
de ellos, que el padre la quiere entregar al señor K. En esa
escena, él le dice: mi mujer no es nada para mí. En la tienda,
lo único que hay es un abordaje un poco subido, pero no hay
palabras. A partir de esta escena Freud explica los síntomas
ligados a este trauma acontecido. Dice: en el caso de la
paciente habría que poner en relieve el trastorno del afecto. Se
ha producido un desplazamiento de la sensación: en lugar de la
sensación genital le sobreviene la sensación de displacer, de
asco. La escena dejo otra secuela: la alucinación sensorial, la
presión del abrazo sobre la parte superior del cuerpo.
Reconstruye la escena así: opina que durante el abrazo sintió
también la presión del miembro erecto contra su miembro. Esta
percepción repelente fue eliminada del recuerdo y sustituida por
la inocente sensación de la presión en el tórax que recibía de
la fuente reprimida su intensidad hipertrófica, dada por el
falso enlace: el afecto proviene de la representación reprimida.
La alucinación está ubicada como retorno de lo reprimido.
Desplazamiento de la zona inferior a la zona superior.
Finalmente, no querer pasar frente a cualquier hombre a quien
cree sexualmente excitado, porque no quiere volver a ver el
signo somático de ello. Esos tres síntomas provienen de una
misma vivencia efectivamente acontecida. El síntoma de la tos
tiene para Freud un origen distinto. En principio, para la
afonía de Dora, encuentra una interpretación simbólica. Desde
hace tiempo ella ha aprendido de la señora K a utilizar
enfermedades. Entonces, ella se daba cuenta que cuando el señor
K volvía de viaje, la señora K se enfermaba. Explica la afonía
de Dora como una identificación por la señora K: ella también
hace uso de las enfermedades, pero con un signo inverso: cuando
el señor K se iba, ella enfermaba. Cuando el amado estaba lejos,
ella renunciaba a hablar. Lo que está detrás de la afonía de
Dora es el amor por el señor K. A partir de la interpretación
que hace de la afonía, se pregunta si los síntomas histéricos
tienen origen psíquico o somático. Los síntomas histéricos no
pueden producirse si no hay en juego cierta solicitación
somática. Todo síntoma histérico requiere de la contribución de
las dos partes. Esa solicitación somática esta brindada por un
proceso normal o patológico en el interior de un órgano del
cuerpo. Si esta la solicitación somática nada mas, el síntoma no
se repite, no se produce más que una sola vez si no posee un
sentido, una intencionalidad psíquica. El síntoma histérico se
repite porque a la solicitación somática, a ese proceso en algún
órgano, se le agrega, se le suelda, se le adiciona un sentido o
5. Teórico 24/08- Fabián Schejtman 2010
-5-
una intencionalidad psíquica. En termino diacrónicos: Freud no
duda qué es lo que viene primero. El síntoma histérico no trae
consigo este sentido. Ese sentido le es prestado, le es soldado,
y en cada caso, ese sentido puede ser diverso. Un síntoma puede
tener diversos sentidos de acuerdo con la naturaleza de los
pensamientos reprimidos que pugnan por expresarse. El sentido de
los síntomas proviene del retorno de lo reprimido. El trabajo
del Inconsciente en el retorno de lo reprimido le presta al
síntoma un sentido que él no trae. La causa de los síntomas no
son los pensamientos inconscientes ni el retorno de lo
reprimido. Eventualmente, el trabajo del Inconsciente le agrega
un motivo, pero este no es la causa del síntoma. Al comienzo, el
síntoma no cumple cometido útil, la utilidad la encuentra
secundariamente. El síntoma es inicialmente un cuerpo extraño,
ajeno al psiquismo, un grano de arena. La causa del síntoma no
es psíquica para Freud. Al síntoma se lo vuelve familiar por el
trabajo del Inconsciente que le agrega, con Lacan, por la vía
del trabajo significante, sentido. El sentido se produce por la
articulación significante. El Inconsciente le aporta al síntoma
significación, lo vuelve útil. Con Lacan: Lacan define al goce
como aquello que no sirve para nada. El síntoma inicialmente es
goce. La utilidad del síntoma, el trabajo de del aparato
psíquico en el nivel del tratamiento significante simbólico
imaginario que se hace de ese real. La cara real del síntoma
seria la solicitación somática, el grano de arena. Luego está la
envoltura del grano de arena que hace a la perla neurótica, que
supone un síntoma que el sujeto no quiere ser despojado porque
ese síntoma le sirve. Le proporciona ganancia secundaria del
síntoma. El síntoma esta allí y hay que encontrarle una
utilidad. Y en el nivel del retorno de lo reprimido el
Inconsciente se sirve de ese síntoma que ya está allí. El
Inconsciente no es la causa del síntoma, es un trabajo que se
sobre agrega a un síntoma que ya está allí. Le da al síntoma
motivos. El trabajo del aparato es volver lo extraño del síntoma
en algo familiar, le da significación. El síntoma no es una
formación del Inconsciente. El Inconsciente es una formación del
síntoma. El síntoma en su dimensión real es la causa del trabajo
del Inconsciente. No confundir la ganancia secundaria del
síntoma, que es haberle encontrado un sentido y es el yo el que
gana, con la ganancia primaria, que es el ello el que se
satisface. Hay una dimensión no simbólica, no interpretable en
el síntoma. La fantasía se expresa en el síntoma. Ej., tos.
Ocurre que cuando Dora habla del padre, tose. Por la vía de la
relación entre padre y tos, Freud llega a la cuestión que ella
hablaba del padre para quejarse que el padre tenía un amante, la
señora K. Freud piensa que un síntoma significa la figuración de
una fantasía de contenido sexual. Cuando insistió en que la
señora K solo amaba al papa porque era un hombre de recursos,
6. Teórico 24/08- Fabián Schejtman 2010
-6-
acaudalado, por la equivocidad que tiene esa expresión, Freud
cree que Dora está diciendo que su padre es impotente, un hombre
sin recursos sexualmente hablando. Le dice a Dora: está diciendo
que su padre es impotente? Como puede ser que señale que su
padre le mete los cuernos a su mama y que al mismo tiempo lo
trate de impotente? Y Dora dice, querido Freud, aunque se sea
impotente, se puede engañar de todos modos. Cuando le preguntó
Freud si conocía el uso de otros órganos que los genitales para
el comercio sexual, Dora le dijo que sí. Pensó en aquellas
partes del cuerpo que en Dora se encontraban en irritación. Con
su tos espasmódica, Dora se representaba una situación de
satisfacción por la boca, oral. Esa situación sexual no es otra
que la fellatio (succión del miembro viril). Lacan señala que
el que chupa es el padre. Señala que en la escena fantaseada es
el padre el que chupa y Dora está identificada con su padre:
donde el padre chupa, Dora tose. La fantasía es de sexo oral,
pero no es la mujer la que utiliza los labios allí. Esta
fantasía de sexo oral es el sentido que se agrega al síntoma. El
síntoma es un compuesto. No es solo el sentido que descubre por
la interpretación. Freud ubica la precondición somática de la
solicitación somática actual, ese cosquilleo en la garganta que
le provoca la tos. Freud dice: un hecho notable proporcionaba la
precondición somática para la creación de la fantasía de este
orden: ella había sido en su infancia una chupeteaDORA. Habla de
la autosatisfacción por el chupeteo. La intensa activación de
esta zona erógena oral a temprana edad es la condición para la
posterior solicitación somática. Ésta es el cosquilleo actual
que está condicionada por una pulsión oral prevalente. El núcleo
del síntoma en la tos no es la fantasía, el sentido al que se
accede, sino que es un goce oral ligado a lo que llama intensa
activación oral a temprana edad. En ese nivel encuentra
satisfacción pulsional en Dora.
El síntoma neurótico tiene dos caras. Un núcleo, nódulo
patógeno del síntoma, un grano de arena, que es la causa del
síntoma y que está indicando en este caso que tiene que ver con
lo pulsional. Hay una satisfacción, un goce en juego. Y luego,
el trabajo del Inconsciente, aporta secundariamente sentido. El
sentido se suelda secundariamente con este núcleo, para Lacan,
real del síntoma.
En fantasías histéricas y su relación con la bisexualidad,
Freud establece que todo síntoma neurótico es un sustituto de la
masturbación infantil. Dice: el acto onanista se compone en la
época infantil de dos fragmentos, la masturbación también es un
compuesto. La convocación de la fantasía y la operación activa
de auto satisfacción en la cima de ella. Esta composición
consiste en una soldadura. En términos diacrónicos dice:
originariamente la acción masturbatoria es una empresa auto
7. Teórico 24/08- Fabián Schejtman 2010
-7-
erótica pura. Esta auto satisfacción nos conduce a lo que hemos
llamado autoerotismo, que es la satisfacción anárquica de las
pulsiones parciales. La causa del síntoma es la satisfacción
anárquica de las pulsiones parciales y el trabajo del
Inconsciente es un intento de simboliza esa satisfacción
pulsional. El trabajo del Inconsciente provee a esa
satisfacción, que es el núcleo del síntoma, de un sentido, que
son las fantasías. Toda empresa auto erótica más tarde se
fusionó con una representación deseo tomada del círculo de amor
de objeto, que llama mas tarde Complejo de Edipo. El complejo de
Edipo atribuye al padre esa satisfacción inicial. Freud dice que
el síntoma neurótico proviene de una autosatisfacción ligada a
la pulsión y que el sentido del síntoma se agrega
secundariamente, y en el nivel de la fantasía se intenta hacer
pasar ese goce pulsional por el lugar del Otro. Atribuirle al
Otro la causa del síntoma.
El niño se masturba, es un hecho. En determinado momento,
periodo de latencia, la masturbación cesa. Cesa la masturbación
y el fantaseo. Y la fantasía esa de consiente que edra deviene
inconsciente. O sea, que opera allí la represión. Freud dice, si
en la fase adulta el sujeto no encuentra algún orden de
satisfacción, si hay un orden de frustración en juego, la
satisfacción pulsional va a ir a refrescar las fantasías
inconscientes. y entonces, si no se interpone otra modalidad de
satisfacción, si la persona permanece en abstinencia y no
consigue sublimar su libido, está dada la condición para que la
fantasía inconsciente se refresque, prolifere y se abra paso
como síntoma patológico. El síntoma histérico comporta la
contribución de las dos partes en las que estaba compuesta la
masturbación infantil. Comporta un núcleo de satisfacción
pulsional y luego el sentido que es aportado por el trabajo
psíquico del inconsciente, la fantasía.