Del semilleros para la participación infantil medellín
Contaminación eléctrica en el hogar
1. Contaminación eléctrica en el hogar
Autor: Mariano Bueno
Area: Salud » Artículos
Son frecuentes los casos de personas que padeciendo trastornos del sueño o dolores de cabeza
pertinaces consiguen resolverlos simplemente desconectando la instalación eléctrica en la habitación
a la hora de dormir. Hay un sinfín de patologías asociadas a la contaminación eléctrica en el hogar. La
mayor parte remiten y desaparecen al poco de dejar de estar expuestos a la contaminación eléctrica.
Hay un sinfín de patologías asociadas a la contaminación eléctrica en el hogar. La mayor parte remiten y
desaparecen al poco de dejar de estar expuestos a la contaminación eléctrica.
En la mayor parte de las prospecciones geobiológicas de viviendas, hallamos habitualmente una serie de
problemas tan cotidianos como poco conocidos y que están muy asociados a las deficiencias de las instalaciones
eléctricas de las casas. En geobiología resulta habitual relacionar graves problemas de salud con la permanencia
en zonas de fuertes alteraciones telúricas corrientes de agua subterráneas, alteraciones magnéticas o geofísicas,
etc. y, sin embargo, hay un sinfín de patologías leves en ocasiones también graves asociadas a la
contaminación eléctrica doméstica o del lugar de trabajo.
¿Duerme mal por las noches? ¿Se despierta con frecuencia? ¿Padece insomnio, nerviosismo o estrés? ¿Se levanta
por la mañana más cansado que cuando se acostó? La respuesta afirmativa a estas preguntas puede dar pistas
para sospechar que está usted expuesto a la contaminación eléctrica, lo que puede ser debido a que tiene
cerca de la cama una lámpara, un radioreloj, un televisor u otros aparatos eléctricos, o a la incidencia
de campos eléctricos presentes en las paredes sobre todo en la del cabezal de la cama que inducen
constantes cargas eléctricas en el cuerpo de la persona que está acostada, alterando determinadas
funciones biológicas y neuronales. No deja de sorprender que existan tantos estudios y conocimientos en
torno a la actividad eléctrica corporal el llamado bioelectromagnetismo y, paralelamente, que resulte un tema
prácticamente desconocido para la mayoría de la gente.
Nuestros conocimientos sobre la electricidad corporal apenas van más allá de hechos tan conocidos como que la
actividad neuronal los pensamientos e imágenes mentales se producen mediante la circulación de electrones a
través de la complejísima red neuronal, o que la fuerza muscular está condicionada por la descarga de electrones
sobre las masas de fibras musculares, lo que provoca su contracción. En la práctica, se ha investigado mucho
sobre la contaminación química (moléculas) o incluso la contaminación sonora (ondas que mueven el aire), pero
apenas conocemos los resultados de las investigaciones en torno a la contaminación eléctrica o
electromagnética.
A menudo nos llegan noticias sobre los peligros que corre la salud de quienes viven en la proximidad
2. de líneas de alta tensión, transformadores o antenas de telecomunicación especialmente peligrosas
son las antenas de telefonía móvil pero son pocos los datos referentes a la contaminación eléctrica a
nivel doméstico. De hecho, lo único que suele preocuparnos al respecto son los posibles riesgos de una
electrocución por contacto con cables eléctricos mal aislados o por deficiencias en la instalación eléctrica; incluso
nos preocupa la posibilidad de un incendio doméstico producido por sobrecarga en la red eléctrica o por el
contacto fortuito de algunos cables en las cajas de conmutadores.
A la mayor parte de quienes, por nuestro trabajo, nos relacionamos con los problemas de salud entorno a las
viviendas, nos gustaría que se tomara más conciencia de otro tipo de problemas y trastornos derivados de las
malas instalaciones eléctricas y que, aunque no se asocian a cánceres o enfermedades graves degenerativas, en
la práctica, de hecho, están mermando la salud general y creando continuas molestias a numerosas personas que
viven en total desconocimiento de las causas de tales trastornos. No obstante, lo realmente triste es constatar
que la mayor parte de tales trastornos desaparecen desde el momento en que se corrigen las
deficiencias de la instalación eléctrica o se la desconecta a la hora de ir a dormir.
Es frecuente encontrarnos con casos de personas que, padeciendo trastornos del sueño o dolores de cabeza
pertinaces para los que no hallan solución por las vías médicas convencionales ni mediante terapias alternativas,
consiguen descansar perfectamente y olvidarse de sus jaquecas con la simple práctica de desconectar la
instalación eléctrica de las habitaciones a la hora de irse a dormir. Hay un sinfín de patologías asociadas a la
contaminación eléctrica en el hogar sobre todo en los dormitorios y debido a que solemos pasar una
media de ocho horas en la cama. La mayor parte de tales molestias suele estar asociada a trastornos nerviosos
excitación neuronal, tensiones musculares dolor, agarrotamiento, cansancio y a problemas cutáneos o
capilares picor, conjuntivitis o pérdidas exageradas de cabello, siendo frecuente que la mayor parte de tales
trastornos remiten y desaparecen al poco de dejar de estar expuestos a la contaminación eléctrica.
Resulta relativamente sencillo detectar la contaminación eléctrica en una vivienda, ya que en las últimas
décadashan aparecido en el mercado detectores de campos eléctricos de bajo costo y suficiente
fiabilidad como para reconocer cuando una instalación eléctrica es defectuosa, debido a deficiencias en
la toma de tierra del edificio o a la inexistencia de la misma; también el cableado juega un importante papel en
este problema, habiéndose constatado que las instalaciones con cables rígidos un solo cable por conductor suelen
tener mayores pérdidas de campo eléctrico que las de cable multifilado múltiples hilos finos en un mismo
conductor. Tengamos también en cuenta que, en las instalaciones de 220 voltios de corriente alterna lo habitual
en la mayor parte de las viviendas, existe una tensión eléctrica constante en todo el circuito, incluso cuando no
hay consumo con todas las luces apagadas y los aparatos eléctricos desconectados. Esta tensión eléctrica
produce una constante fuga de electrones que saltan de la órbita cercana al cableado y circulan a través de las
paredes, los muebles sobre todo los metálicos, como somieres y colchones de muelles y las superficies
plastificadas (electricidad estática). Tales electrones saltan al aire y, desde él, al cuerpo humano, por el hecho de
3. ser éste mejor conductor eléctrico que el aire el cuerpo está compuesto básicamente de agua y minerales, lo que
le confiere una elevada conductividad eléctrica. Esto hace que se induzcan constantemente cargas eléctricas
desde las paredes cargadas y los aparatos eléctricos conectados a la red aunque estén apagados con las
consiguientes sobretensiones eléctricas, capaces de producir los trastornos descritos, sobre todo en las personas
más sensibles.
En este punto cabe señalar que cada individuo posee un particular grado de sensibilidad a la
contaminación eléctrica o al exceso de electricidad estática o ambiental, lo que explica que algunas
personas sufran los trastornos descritos, mientras que otras no acusan molestia alguna. Lo primero
que tenemos que hacer, en caso de sospechar que estamos padeciendo trastornos por exposición a cargas
eléctricas en el hogar, consistirá en probar a dormir varias noches desconectando toda la instalación
eléctrica de la vivienda podemos dejar el sector del frigorífico conectado, aunque no pasa nada por dejar ocho
horas la nevera sin corriente, los frigoríficos actuales no se descongelan en ese lapso de tiempo. Si con esta
sencilla práctica constatamos que dormimos mejor y nos levantamos sin molestias tensiones, dolor de
cabeza…, podemos investigar más a fondo, ya sea pidiendo un estudio de la casa a un experto o adquiriendo
un detector de campos eléctricos; hay, incluso, pequeños detectores de cables empotrados que se venden en
ferreterías y grandes superficies, que pueden resultar útiles.
Una vez constatada la relación trastorno-campo eléctrico, podemos optar por la mejora de la instalación eléctrica,
con la corrección o colocación de tomas de tierra o el uso de cables apantallados. En las viejas instalaciones y allí
donde se haga difícil o excesivamente costosa la mejora de la instalación eléctrica, podemos recurrir a la
desconexión manual por las noches dejando conectado el sector de la cocina o, lo más práctico, instalar
desconectores automáticos de fase activa bio switch, que, en Alemania, llevan varias décadas instalándose,
mientras que, en España, son prácticamente desconocidos; tan sólo existen dos o tres empresas que los importan
de Alemania, Bélgica o Suiza, aunque tenemos noticias de que una marca española Orbis está en fase de
desarrollo y pruebas de un circuito de desconexión con vistas a su futura comercialización. Las instalaciones
domésticas de bajo voltaje 12 o 24 V en corriente continua no crean los mencionados campos eléctricos y pueden
ser una alternativa en algunas casas.
Tengamos claro que, en caso de problemas, siempre pueden existir una o varias soluciones. Lo
lamentable del tema es la total ignorancia al respecto en la que vivimos, lo desconocemos casi todo de cómo
actúa, interactúa o interfiere la electricidad externa natural o artificial en nuestros complejos procesos biológicos.
Más triste aún es constatar el hecho de que las grandes empresas de alta tecnología gastan sumas
millonarias en proteger de interferencias eléctricas o electromagnéticas los sofisticados circuitos
electrónicos de los aparatos que fabrican, mientras que poco se hace por evitar tales interferencias en
los más aún sofisticados y sensibles circuitos bioeléctricos corporales.