Los niños jugaban al "pillar-escondido" en el recreo. Rubén se escondía dentro de los basureros del patio. Una mañana se despertó con granos en la cara y tenía impétigo, una infección con ronchas, por los microbios del basurero. Tuvo que aguantar burlas durante más de diez días hasta que la pomada de su mamá mejoró la infección. Debemos evitar escondernos en basureros para no contraer impétigo u otras infecciones.