Los niños iban al final del verano a una arboleda sola a recoger manzanas para llevar a sus casas. El dueño de la arboleda salía de viaje por semanas. Una mañana fueron sorprendidos recogiendo manzanas sin permiso porque el dueño había regresado. El dueño se enojó y los retó, prohibiéndoles volver y diciendo que hablaría con sus padres, pero éstos nunca los retaron.