La familia campesina debía caminar más de un kilómetro todos los días para buscar agua. La mamá envió a los hijos y le advirtió a la hermana mayor que cuidara al hermanito. El hermano se cayó a un charco y se ensució. Para evitar que lo retaran, la hermana también se revolcó en el barro para ensuciarse y culparse del accidente.