Pepito quería ingresar a la escuela para aprender a leer rápidamente. Le gustaba ver a los alumnos pasar frente a su casa con sus mochilas. Un fin de semana, Pepito imitó el peinado punk de dos desconocidos que vio, cortándose el cabello de forma ridícula. Sus padres decidieron mandarlo así a la escuela durante una semana para que aprendiera la lección.