Este cuento trata de un osito ágil que le gustaba competir con sus amigos trepando árboles. Un día, mientras se burlaba de su oponente en una competencia de agilidad en las ramas, el osito se distrajo y tropezó, golpeándose los ojos. A oscuras, corrió a casa donde su mamá lo cuidó. En los días siguientes, el osito llevaba un parche en el ojo izquierdo.