1. 21REVISTA DE LA FACULTAD DE MEDICINA - VOL. 8 - Nº 1 (2007)
ESTADO NUTRICIONAL Y HÁBITOS ALIMENTARIOS EN ADOLESCENTES
DEL POLIMODAL DE LA ESCUELA MANTOVANI DE SANTA ANA
Norry, Gabriel A.
Asesor: Dr. Tolaba, Rene A.
RESUMEN
Introducción: Es vital que los adolescentes tengan una adecuada nutrición para que su desarrollo
sea óptimo. Las alteraciones del estado nutricional están relacionadas con una mala alimentación y los
hábitos sedentarios. Objetivos: conocer los hábitos alimentarios, el estado nutricional y la relación
entre ambos, también los hábitos sedentarios y la opinión sobre su peso e imagen corporal. Materiales
y Método: se realizó un estudio descriptivo de corte transversal a través de una encuesta y la toma de
medidas antropométricas en los 196 alumnos entre 15 y 19 años, de ambos sexos, del Nivel Polimodal
de la Escuela Mantovani de Santa Ana en julio y agosto de 2006. Resultados: Del análisis de las
variables se obtuvo que un 91% de los alumnos tenía una alimentación inadecuada, un 21% se encon-
traba con sobrepeso o riesgo de sobrepeso. El 73% veía TV o PC más de 2 horas diarias y el 91%
comía durante esta actividad. El 56% no realiza actividad física y el 88% no realiza dieta alguna, el 23%
respondió que conocía su peso, el 57% estaba conforme con su peso y el 61% con su imagen corporal.
Se encontró asociación entre el hábito alimentario y el sexo (Test Chi cuadrado p=0,02). Discusión: Se
observó que tanto las alteraciones del estado nutricional como los hábitos alimentarios y el sedentarismo
son un problema vigente en esta comuna por lo que se debería implementar un programa de nutrición
y un consultorio con especialistas en la materia en esta comunidad.
PALABRAS CLAVE: ESTADO NUTRICIONAL - HÁBITOS ALIMENTARIOS - ADOLESCENTES
Contacto: Pje. Santiago del Estero 1494, Yerba Buena (C.P. 4107);
Teléfono: (0381) 4252502; correo elect.: g_norry@hotmail.com
INTRODUCCIÓN
Es vital que los niños tengan una adecuada nu-
trición y una dieta sana para que su potencial de
desarrollo sea óptimo. Durante la infancia y la ado-
lescencia, los hábitos dietéticos y el ejercicio pue-
den marcar la diferencia entre una vida sana y el
riesgo de sufrir enfermedades en años posterio-
res (1).
Entre otras citas Eveleth y Micozzi refieren que
”las enfermedades relacionadas con el
medioambiente, como la desnutrición, represen-
tan un tercio de la carga global de mortalidad en
paises en desarrollo” (4).
En otra refiere que un niño obeso tiene hasta
el 40% de probabilidad de seguir cargando kilos
de más en su adultez y se eleva a un 70% si per-
manece en este estado durante su adolescencia
(5).
Varela y Lambruschini expresan que “La ten-
dencia en la alimentación del niño se encuentra
en una exagerada ingesta de alimentos grasos de
origen animal y de carbohidratos y la pérdida de
los alimentos de origen vegetal, con consecuen-
cias a largo plazo de patologías cardiovasculares
y endocrinológicas” (6).
Con fines de aclarar mas la idea de este traba-
jo se citará a Requejo y Ortega que expresan que
“es difícil cumplir una dieta ideal, pero es muy im-
portante acercarse a e ella para educar al niño en
sus hábitos alimentarios, una cuestión que hasta
la fecha no ha sido abordada” (7).
Según la Academia Americana de Pediatría es-
tima que el 22% de jóvenes entre 12 y 17 años
está en riesgo de sobrepeso y el 11% ya lo tiene
(8).
Solorzano aclara “Los hábitos y prácticas
nutricionales en adolescentes requiere especial
cuidado porque es en esta etapa en la que alcan-
za el 20% de la talla definitiva y el 50% del peso
final del adulto” (9).
Los niños que comen con sus padres adquie-
ren hábitos alimentarios más saludables que los
que no practican esta costumbre, según un estu-
dio publicado por la revista Archivos de Medicina
Familiar de los Estados Unidos. La investigación
involucró a 16.000 chicos (hijos de enfermeras que
participan del Nurses’ Health Study II, un trabajo
monumental que incluye a 116.000 de estas pro-
fesionales) y fue realizada por expertos de la Uni-
versidad de Harvard. En los últimos años, la obe-
sidad infantil mostró un incremento atribuido no
sólo a las causas ya conocidas (como la obesidad
familiar) sino al aumento en el consumo de fast-
food o comida rápida. También el sedentarismo
que implica sentarse a ver televisión o jugar con la
computadora se potencia con el comer mientras...,
lo que repercute en forma negativa sobre la salud
de los chicos (10).
En España se ha comprobado que el
sedentarismo y la televisión provocan más
sobrepeso que ingesta de grasas, también los que
ARTÍCULO ORIGINAL
2. 22 REVISTA DE LA FACULTAD DE MEDICINA - VOL. 8 - Nº 1 (2007)
dedican más tiempo a dormir la siesta son los que
ven más la televisión y a menudo son también
quienes tienen más costumbre de comer mucho
entre las horas de las comidas (11).
En una entrevista publicada en la Universidad
de California informa que la comida chatarra, las
gaseosas y otras bebidas con demasiada azúcar,
y sobre todo el sedentarismo asociado con la tele-
visión y juegos que no requieren actividad física,
está elevando las tasas de diabetes y otros pro-
blemas de salud propiciados por el exceso de peso
entre la población infantil de México (12).
Un equipo de médicos de la Universidad de
Queensland en Australia se propuso determinar
la causa del aumento de peso en los empleados
de oficina. Para este estudio, tomaron como uni-
verso alrededor de 1.600 hombres y mujeres, to-
dos ellos trabajadores full time, es decir, que pa-
san gran parte del día en la oficina. Una vez ter-
minado el período de pruebas, los médicos deter-
minaron que los empleados analizados pasan más
de tres horas por día sentados, generalmente fren-
te a una computadora y llevan a cabo un tipo de
tarea que no requiere ejercicio físico. La cantidad
de tiempo durante el que se realiza trabajo seden-
tario fue asociada con un incremento del 68% en
el riesgo de ganar peso y llegar a la obesidad (13).
En un trabajo que se realizó en Buenos Aires
se evaluaron 854 niños, la prevalencia de
sobrepeso y obesidad fue del 30%. Solo el 33%
desayuna todos los días. Se hallaron diferencias
significativas entre la presencia de sobrepeso y
obesidad y: la no ingesta del desayuno (p 0,019),
la baja ingesta de lácteos (p 0,048), y el consumo
diario de jugos y/o gaseosas (p 0,029). También
se halló significación entre baja ingesta de lácteos
y alta ingesta de alimentos no nutritivos. No hubo
diferencias entre estado nutricional e ingesta de
carnes, amiláceos, vegetales y frutas (14).
Entre trabajos de pasantías rurales realizados
por alumnos de la Facultad de Medicina de la Uni-
versidad Nacional de Tucumán, relacionados con
estados nutricionales, en localidades del interior
de esta provincia, se pueden citar trabajos como
el realizado en Aguilares, en el 2004, sobre una
población de alumnos de 152 alumnos entre 12 y
17 años se encontró que 24% padecía de obesi-
dad (15).
En otro estudio realizado en Marapa en el año
2004 sobre un total de 165 personas entre 25 y 69
años se destaco que un 25% eran obesos y el 36%
se encontraba con sobrepeso (16).
Además, en “Evaluación del estado nutricional
y características de la alimentación en escolares
de la localidad de Medinas” se destaca que un 23%
de los alumnos se encontraba con bajo peso, el
5% con sobrepeso y el 4% con obesidad (17).
En el trabajo “Hábitos dietéticos en adolescen-
tes de Villa Rio Hondo” (Santiago del Estero) se
encontró que un 17% de estos se encontraba con
Bajo Peso y un 24% con sobrepeso (18).
Según el INDEC el 10% de la población de es
de adolescentes entre 15 y 19 años constituyen-
do 3.188.304 de habitantes en la Argentina (19).
Como se puede ver la problemática sobre el
estado nutricional está en crecimiento permanen-
te; no se encontraron trabajos acerca del estado
nutricional y hábitos alimentarios en adolescentes
de la Comuna de Santa Ana, por lo cual es de
esencial valor epidemiológico el conocimiento de
éstos, ya que las consecuencias a largo plazo de
la alteración de los mismos en esta edad y la ni-
ñez son determinantes en la calidad de vida del
adulto.
Objetivos:
-Determinar el estado nutricional de los
alumnos del nivel Polimodal de la Escuela Juan
Mantovani en base a tablas de Índice de masa
corporal según edad y sexo en Julio y Agosto de
2006.
-Determinar hábitos alimentarios de di-
chos alumnos.
-Determinar hábitos sedentarios.
-Establecer si existe relación entre los
hábitos alimentarios y estado nutricional existen-
te, y entre éstos, el sexo y la edad de los adoles-
centes.
-Conocer la opinión de los alumnos so-
bre su peso e imagen corporal.
MATERIALES Y MÉTODOS
Se realizó un estudio descriptivo de corte trans-
versal, el mismo se llevó a cabo en la Escuela Juan
Mantovani de la Comuna de Santa Ana en los
alumnos adolescentes del nivel polimodal (n=196)
en el mes de julio y agosto 2006.
Los datos fueron obtenidos a través de una en-
cuesta anónima autoadministrada, confeccionada
para tal fin.
La toma de medidas antropométricas (peso y
talla) se realizó en las instalaciones de la Escuela,
previo consentimiento escrito del director del es-
tablecimiento y de los padres informando la
confidencialidad y anonimato de los datos obteni-
dos, como así también la preservación de la inte-
gridad física de los alumnos.
Variables estudiadas:
Edad: Edad de los alumnos en años cumpli-
dos desde su nacimiento hasta el momento de la
toma de datos.
Sexo: Condición biológica que diferencia al
3. 23REVISTA DE LA FACULTAD DE MEDICINA - VOL. 8 - Nº 1 (2007)
hombre de la mujer, se consideró como femenino
(F) y masculino (M).
Peso (P): Es la fuerza que ejerce el cuerpo de
una persona sobre la tierra, en este caso sobre
una balanza, el cual nos dio como resultado el peso
de la persona en Kg.
Talla: Distancia que existe entre la planta de
los pies al extremo superior de la cabeza de una
persona. Se consideró la altura del paciente en
centímetros medido de pie en un tallímetro.
Estado nutricional: se utilizó el índice de masa
corporal (IMC) según las tablas de IMC para niños
y adolescentes del Centro de Control de Enferme-
dades (CDC). Se consideró Peso Normal (PN)
cuando los valores de IMC se encontraron entre
los percentil 85 y 3; Bajo Peso (BP) cuando el IMC
se encontró por debajo del percentil 3, Riesgo de
sobrepeso (RS) entre el percentil 85 y 95,
Sobrepeso (SP) cuando el IMC se encontró por
arriba del percentil 95.
Nº de comidas que consume diariamente: se
consideró si realizaba entre 1 y 6 comidas diarias,
siendo estos: desayuno, media mañana, almuer-
zo, media tarde, merienda y cena.
Hábitos alimentarios: Es el tipo de alimentación
del paciente, se lo consideró: hábitos alimentarios
adecuados 8 o más preguntas en forma correcta,
hábitos alimentarios regulares entre 6 y 7, y hábi-
tos alimentarios deficientes cuando contestó 5 o
menos preguntas correctas.
Régimen de alimentos para bajar o subir de
peso: Se consideró si la persona realizaba regu-
larmente o no algún tipo de dieta en el último mes.
Horas de Televisión o computadora: Se consi-
deró si la persona veía televisión o usa la compu-
tadora: nunca, menos de 2 horas por día, entre 2
y 4 horas por día o más de 4 horas por día.
Hábito de comer cuando ve Televisión o usa la
computadora: Se consideró las respuestas: siem-
pre, a veces o nunca.
Lugar donde come: se consideró si la persona
comía generalmente: en su casa, bar, comedor,
negocios ambulantes u otros.
Tipo de alimentación según opinión del alum-
no: Se consideró si la persona opina que la ali-
mentación que estaba realizando al momento de
la encuesta es adecuada o no.
Actividad Física: se consideró si la persona rea-
lizaba otro tipo de ejercicio físico aparte del obli-
gatorio realizado en la escuela.
Control de peso: se consideró si la persona se
pesaba regularmente o no.
Opinión sobre su peso: se interrogó a la perso-
na si estaba conforme con su peso o no.
Peso normal de la persona: se consideró se-
gún opinión del encuestado que escriba en kilo-
gramos y en valores numéricos cual opinaba que
sería su peso normal.
Imagen corporal física: se interrogó al
encuestado si estaba conforme con su imagen
corporal o no.
Procedimiento
Los alumnos fueron pesados y tallados, con la
menor cantidad de ropa posible, descalzos y en
presencia de algún integrante de la comunidad
educativa, luego se realizará el cálculo del IMC
según tablas de la C.D.C.
Procesamiento y análisis de los datos
Se realizó un análisis descriptivo de las varia-
bles estudiadas y de asociación entre las de inte-
rés a través del Test Chi cuadrado.
RESULTADOS
Se encuestaron y realizaron la toma de medi-
das antropométricas a 196 alumnos (n=196) del
nivel polimodal de la Escuela Mantovani de Santa
Ana en julio y agosto de 2006.
De este grupo de alumnos el 32% (62) fue de
15 años en su mayoría, siguiendo en orden de-
creciente las otras edades; un 57% (111) fue del
sexo femenino.
Figura 1: Estado nutricional de los adolescentes de la Escuela Mantovani de Santa Ana (n=196).
8
147
23 18
0
20
40
60
80
100
120
140
160
Bajo peso Peso normal Riesgo de
sobrepeso
Sobrepeso
En cuanto al estado nutricional
un 21% (41) IC95%
=[15%-27%] se
encontraba con riesgo de
sobrepeso y sobrepeso; un 75%
(147) de los alumnos se encon-
traba con peso normal, y el 4%
(8) con bajo peso.
4. 24 REVISTA DE LA FACULTAD DE MEDICINA - VOL. 8 - Nº 1 (2007)
Figura 4: Horas de TV o PC diarias en adolescentes de la Escuela Mantovani de Santa Ana (n=196)
Figura 5: Hábito de comer mientras ve TV o usa PC en adolescentes de la Escuela Mantovani de Santa Ana (n=196)
Figura 2: Hábitos alimentarios en adolescentes de la Escuela Mantovani de Santa Ana (n=196)
Figura 3: Número de comidas diarias en adolescentes de la Escuela Mantovani de Santa Ana (n=196)
179
12 5
0
20
40
60
80
100
120
140
160
180
200
Inadecuado Regular Adecuado
Con relación a los hábitos
alimentarios se concluyó que el
91% (179) IC95%
=[86%-95%]
tiene hábitos inadecuados, solo
el 9% (17) presentaba hábitos
regulares o adecuados (Figura
2).
En base a los datos obtenidos sobre los hábi-
tos alimentarios se destacó que un 90% (177) co-
mía carne todos los días, un 86% (168) no comía
carne de pescado nunca o casi nunca y un 66%
no consumía lácteos (129).
También se puede citar que el 76% (148) de
los alumnos opinaba que recibía una alimentación
adecuada.
En cuanto al número de co-
midas diarias que realizan el
35% (68) tomaba 4 comidas
diarias, el 38% (74) 5 o más
comidas diarias y el resto me-
nos de 3 comidas diarias. De
estos se puede recalcar que
solo un 20% (40), generalmen-
te, no desayunaba.
También se vio que el 73%
(144) ven TV o usan la PC más
de 2 horas diarias.
Se pudo observar que el
91% (178) tiene el hábito de
comer siempre o a veces mien-
tras ve TV o usa la PC.
9 11
34
68
44
30
0
20
40
60
80
1 2 3 4 5 6
6
46
68
76
0
20
40
60
80
casi nunca menos de 2 de 2 a 4 más de 4
18
124
54
0 50 100 150
Casi nunca
A veces
Siempre
5. 25REVISTA DE LA FACULTAD DE MEDICINA - VOL. 8 - Nº 1 (2007)
Figura 6: Hábito alimentario según sexos de los adolescentes del polimodal de la Escuela Mantovani de
Santa Ana (n=196)
También se observó que el 56% (110) no reali-
za otra actividad física que la del colegio y un 88%
(172) no realiza ningún tipo de dieta.
Sólo un alumno respondió que generalmente
se alimenta en el comedor escolar.
En cuanto a la opinión sobre el conocimiento
de su peso, el 23% (46) respondió que si lo cono-
cía, en contraposición con la conformidad con su
peso e imagen corporal que en su mayoría esta-
ban conformes en un 57% (112) y 61% (120) res-
pectivamente.
De la relación entre el hábi-
to alimentario y el sexo, se en-
contró que el 86% (73) de los
alumnos de sexo masculino y
el 95% (105) de los alumnos de
sexo femenino tenía hábitos
alimentarios inadecuados, es-
tando estas variables
significativamente asociadas
(Test Chi cuadrado p=0,02).56
7
105
73
0%
20%
40%
60%
80%
100%
Femenino Masculino
Adecuado Regular Inadecuado
El hábito alimentario inadecuado se presentó
en el 100 % (7) de los alumnos de bajo peso, en el
97% (142) y el 100% (42), respectivamente, tenía
peso normal y sobrepeso. También presentaron
Hábitos alimentarios inadecuados el 95% (61) de
los de 15 años, el 92% (46) de 16 años y 84% (21)
de los de 18 años.
Se observó riesgo de sobrepeso y sobrepeso
en el 30% (19) de los alumnos de 15 años, tam-
bién en el 20% (10) y 16% (4) de los de 17 y 18
años respectivamente.
El sobrepeso se presentó en el 20% (22) de
las mujeres y el 22% (19) de los varones.
No se encontró evidencia suficiente para ase-
gurar que el estado nutricional se encuentre
significativamente asociado con la edad (p=0,20)
y el sexo (p=0,19). Tampoco se encontró asocia-
ción significativa entre el hábito alimentario y el
estado nutricional (p=0,42) y la edad (p=0,17).
DISCUSIÓN
En este trabajo se observó que tanto las alte-
raciones del estado nutricional como los hábitos
alimentarios de los adolescentes son un proble-
ma vigente en esta comuna, ésto sugiere que las
enfermedades relacionadas con el medioambiente
(obesidad, desnutrición) están presentes en este
lugar.
Según los resultados obtenidos se puede de-
cir que esta comunidad no esta exenta de las ten-
dencias que existen en cuanto a comer alimentos
ricos en grasa (como la carne vacuna), y a una
baja ingesta de pescado y lácteos, similar a los
textos citados.
Se encontró discordancia entre la referencia
que muestra que los adolescentes que comen con
sus padres adquieren hábitos alimentarios más sa-
ludables que los que no lo hacen, ya que casi la
totalidad de los alumnos comen en su casa e igual-
mente tienen hábitos alimentarios inadecuados, los
que a su vez no tienen el hábito de comer en ba-
res o fast-food, costumbre tal vez poco difundida
en esta localidad, lo cual podría contribuir hasta el
momento como un factor protector.
Sin embargo, no es de menor importancia que
estos alumnos tengan en su gran mayoría hábitos
alimentarios inadecuados, que tal vez en esta eta-
pa de la vida se puedan modificar a través de la
educación alimentaria, si bien se vio que el 75%
se encuentra con peso normal, lo cual podría de-
berse a las largas distancias recorridas a pie o en
bicicleta, en el futuro estas personas (como gran
parte de la población adulta) se trasladarán en
moto o auto, aumentando el riesgo de obesidad y
sobrepeso, así como las enfermedades relacio-
nadas con los mismos.
Es de igual necesidad recalcar la presencia de
hábitos sedentarios como factores de riesgo; la
gran cantidad de horas diarias frente al televisor y
la computadora o comer mientras realizan estas
actividades, así como la falta de costumbre de rea-
lizar actividad física (como hacer algún tipo de
6. 26 REVISTA DE LA FACULTAD DE MEDICINA - VOL. 8 - Nº 1 (2007)
deporte) nos indica la alta probabilidad de los pro-
blemas, ya nombrados, que puede llegar a tener
esta población de adolescentes en su adultez,
demostrado en textos relacionados con este tra-
bajo.
En cuanto a las alteraciones del estado
nutricional en la población de adolescentes de
Santa Ana, se observó que el sobrepeso y la obe-
sidad esta en concordancia con las cifras vistas
en otros trabajos.
Si bien no se encontró evidencia suficiente de
asociación entre el estado nutricional con el sexo,
la edad y el hábito alimentario, así como el hábito
alimentario con la edad, habría que hacer un es-
tudio de seguimiento de estos mismos alumnos
para ver en que grado influirá verdaderamente el
tipo de alimentación recibida.
Es posible que estos adolescentes en el futuro
mantengan este tipo de problemas, ya que, aun-
que en su estado nutricional no se refleja esto, sí
lo está en sus hábitos alimentarios tanto como en
sus hábitos sedentarios, y será una carga futura
tanto para el Sistema de Salud como para sus fa-
milias.
Se podría citar una frase de un autor anónimo
que dice: “Los médicos trabajan para conservar-
nos la salud, y los cocineros para destruirla, pero
estos últimos están más seguros de lograr su in-
tento”, frase en gran parte cierta, ya que estos ado-
lescentes que sufren de una alimentación inade-
cuada debido a comer comidas ricas en grasa du-
rante años, hábito transmitido de generación en
generación, y a las nuevas costumbres de la so-
ciedad, como el uso de Internet y ver programas
de Televisión que imponen una moda, o el uso de
medios de movilidad que no ponen exigencias fí-
sicas a sus usuarios, serán un problema en creci-
miento mayor con el paso de los años.
Es hora que se ponga manos a la obra y se
comience a crear una sociedad que sepa comer y
dar de comer no solo con alimentos sino también
con cultura, por lo que se debería confeccionar y
poner en marcha un programa nutricional para
mejorar los hábitos alimentarios de los adolescen-
tes para identificar anualmente alumnos de la
escuela con alteraciones del estado nutricional y
derivarlos posteriormente al especialista en nutri-
ción, también habría que recomendar a las autori-
dades responsables de la Salud de la zona la ne-
cesidad de implementar un consultorio de Nutri-
ción con especialistas en la materia para tratar a
las personas con este tipo de problemas, tanto de
la escuela como de la comunidad en general.
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