Un paciente fue llevado de emergencias al hospital para una cirugía urgente en su pierna. Mientras esperaba, el doctor le habló sobre la necesidad de reconciliarse con Dios. El paciente reconoció que necesitaba cambiar su vida. Mientras leía un folleto evangelístico, se dio cuenta que también estaba perdido y le pidió a Jesús que lo salvara. Después de la cirugía, el paciente le contó al doctor sobre su conversión.
La oración de santa Luisa de Marillac por el P. Corpus Juan Delgado CM
TRATADO EL MAESTRO SILENCIOSO "SALVADO DEL ABISMO" No. 196
1. ¡Al Borde Del
Abismo!
(No. 196)
Estaba en la consulta de
Traumatología y Ortopedia en el Hospital
Privado “Centro Policlínico Valencia” y
acudió un paciente en camilla trasladado de
la emergencia y quien tenía que ser
intervenido quirúrgicamente de urgencia
por las graves lesiones en su pierna.
Después de examinarlo, diagnosticar la
severidad de sus lesiones y recomendé unas
Rx. Comencé a hablar con él sabiendo algo
de sus antecedentes y le introduje el tema
sobre la necesidad del “nuevo nacimiento y
la reconciliación con Dios” – “… el que
no naciere de nuevo, no puede ver el
reino de Dios” (Juan 3:16). “… os
rogamos en nombre de Cristo:
Reconciliaos con Dios” 2 Corintios 5:20.
El me dijo que él comprendía que estaba
descarriado y que necesitaba arreglar su
vida con Dios. Le obsequié dos folletos
evangelísticos: “El Gran Blondín” y “Salvado del Abismo”. Le hablé de ambos tratados y sobre
este último le dije muy poco, el se los metió debajo de la camisa. Quedó intrigado sobre este
último y comenzó a leerlo y se identificó con el David de la historia. Este joven David vivía una
vida de parranda sin tomar en cuenta a Dios, tal como él.
2. Mientras esperaba para hacerse las Rx. comenzó a reflexionar y ver que él también estaba
perdido, alejado de Dios, que necesitaba reconciliarse con el Creador y comenzar una nueva
vida. Dios tocó su corazón y conmovido comenzó a llorar. Algunos se acercaron para animarlo
pensando que él estaba afligido por la lesión en su pierna, pero, su problema era aún más grave y
tenía relación con su comunión con Dios. Allí mismo sobre la camilla le dijo al Señor Jesucristo
sabiendo que había dado su vida por él en el Calvario, que perdonara todos sus pecados y entrara
a su corazón. No hay duda que vino a su pensamiento aquel famoso pasaje de la Escritura que
dice el Señor: “He aquí, yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre la puerta,
entraré a él, y cenaré con él, y él conmigo” (Apocalipsis 3:20). Nos despedimos y el subió al
Pabellón para su cirugía reconstructiva. Su mamá que no estaba presente regresó para preguntar
por su hijo, cuál era la lesión que tenía y qué era necesario hacer. También me trajo el mismo
folleto entregado a su hijo y me dijo: -Dr. Él le manda a decir que así está él y que requiere un
cambio urgente- Ya sabemos el final de la historia.
Regresó a consulta para un nuevo control después de ser intervenido quirúrgicamente en
varias oportunidades. Allí me dijo: Dr. - quiero hablar con usted -, y allí feliz, me contó sobre lo
que había acontecido sobre la camilla en el área de la consulta externa y su nueva vida. Este
caso nos hace pensar en que así como él, cuantos hay que necesitan pasar por momentos difíciles
en su vida para reflexionar y darse cuenta que andan por el mal camino que conduce a la
perdición. “Hay camino que al hombre le parece derecho; pero su fin es camino de muerte”
(Proverbios 14:12). El Señor Jesucristo dijo: “ Entrad por la puerta estrecha; porque ancha es
la puerta, y espacioso el camino que lleva a la perdición, y muchos son los que entran por
ella; porque estrecha es la puerta, y angosto el camino que lleva a la vida, y pocos son los
que la hallan” (Mateo 7:13,14).
Ojalá entendamos y reconozcamos que nos hemos desviado del camino, como dice:
(Isaías 53:6). “Todos nosotros nos descarriamos como ovejas, cada cual se apartó por su
camino…”. También, podamos buscar nuevos horizontes y a alguien que nos dé estabilidad,
seguridad y esperanza segura. Te invitamos a asirte de la verdadera vida. Permíteme sugerirte la
solución, Cristo dijo: “Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré
descansar” (Mateo 11:28). Ojalá, abras tu corazón a Jesús ahora mismo, para recibirlo como tu
Señor y Salvador y así tendrás la verdadera vida.
Dr. Luis A. Silva Cisneros.