22. Juan 13 3 sabiendo Jesús que el Padre le había dado todas las cosas en las manos, y que había salido de Dios y a Dios iba, 4 se levantó de la cena, se quitó su manto y, tomando una toalla, se la ciñó. 5 Luego puso agua en un lebrillo y comenzó a lavar los pies de los discípulos y a secarlos con la toalla con que estaba ceñido.
23.
24. Lavar los pies era una de las labores más humillantes que alguien pudiera efectuar.
25. El lavado de los pies no era meramente una costumbre ceremonial. Era una práctica importante y necesaria.
26. Los discípulos de Jesús no estaban dispuestos a hacer este trabajo por dos razones: (1) La ley rabínica sostenía que si bien los discípulos debían hacer muchos servicios por sus maestros, ellos podían poner el límite en no sacar las sandalias y lavar sus pies. (2) Lucas menciona que los discípulos estaban en medio de su discusión favorita: “cuál de ellos era considerado superior” (Lc 22:24).Lucas 22 25 Pero él les dijo: --Los reyes de las naciones se enseñorean de ellas, y los que sobre ellas tienen autoridad son llamados bienhechores; 26 pero no así vosotros, sino que el mayor entre vosotros sea como el más joven, y el que dirige, como el que sirve, 27 pues, ¿cuál es mayor, el que se sienta a la mesa o el que sirve? ¿No es el que se sienta a la mesa? Pero yo estoy entre vosotros como el que sirve.
27. 6 Cuando llegó a Simón Pedro, este le dijo: --Señor, ¿tú me lavarás los pies? 7 Respondió Jesús y le dijo: --Lo que yo hago, tú no lo comprendes ahora, pero lo entenderás después. 8 Pedro le dijo: --No me lavarás los pies jamás. Jesús le respondió: --Si no te lavo, no tendrás parte conmigo. 9 Le dijo Simón Pedro: --Señor, no solo mis pies, sino también las manos y la cabeza. 10 Jesús le dijo: --El que está lavado no necesita sino lavarse los pies, pues está todo limpio; y vosotros limpios estáis,aunque no todos.
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29. No se trata de ser “convertido” de nuevo, sino de que sus pies sean lavados.
30. No podemos “lavarnos” (justificarnos) notros mismos. Debemos dejarnos lavar por Cristo.
31. Es necesario confesar nuestro pecado a Dios (1 Jn 1:9) y recordar que por ese pecado Cristo murió. Es necesario ser lavado constantemente para tener comunión con Cristo y poder servirle.
32. Cuando un creyente ha pecado, su comunión con Cristo se interrumpe. La salvación ni la vida eterna no se pierden. Pero es necesario volver al Señor y confesarle nuestras faltas (arrepentimiento).
33. La Biblia es el espejo que pone en evidencia nuestro pecado (Stgo 1:23).
34. La Biblia nos da los recursos para no pecar (1 Jn 2:1).
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37. Mateo 27 20 Pero los principales sacerdotes y los ancianos persuadieron a la multitud que pidiera a Barrabás y que se diera muerte a Jesús. 21 Respondiendo el gobernador, les dijo: --¿A cuál de los dos queréis que os suelte? Y ellos dijeron: --A Barrabás. 22 Pilato les preguntó: --¿Qué, pues, haré de Jesús, llamado el Cristo? Todos le dijeron: --¡Sea crucificado! 23 El gobernador les dijo: --Pues ¿qué mal ha hecho? Pero ellos gritaban aún más, diciendo: --¡Sea crucificado! 24 Viendo Pilato que nada adelantaba, sino que se hacía más alboroto, tomó agua y se lavó las manos delante del pueblo, diciendo: --Inocente soy yo de la sangre de este justo. Allá vosotros.
43. El Lavacro: La Purificación / Santificación del Cristiano. 2. El Lebrillo de Jesús: El servicio humilde a nuestros semejantes. 3. La Palangana de Pilato: Excusas para no involucrarse en el servicio.