Venezuela tiene el índice más alto de distancia de poder (PDI) según Hofstede, con un puntaje de 81, lo que indica altos niveles de desigualdad de poder y dependencia. Aunque esta condición es culturalmente aceptada, los jóvenes profesionales tienden a rechazarla y buscan mayores oportunidades de crecimiento. Un PDI más bajo fomenta la participación de los empleados en las decisiones y una comunicación más efectiva entre líderes y subordinados.