2. Ramsés II Conocido como 'El Templo de Riamsese-Meryamun', fue construido por Ramsés II e iniciado posiblemente a principios de su reinado. El templo se encontraba totalmente recubierto por la arena hasta el año 1813 cuando J.L. Burckhardt encontró el busto de uno de los colosos. En 1815 Belzoni, después de quitar gran cantidad de arena, descubrió la puerta de acceso.
3. Fachada Los colosos de la fachada representan a Ramsés II con el nemes, la doble corona de las dos Tierras, la barba postiza, símbolo del faraón en vida, el collar y un pectoral grabado con el nombre de coronación. Los cuatro colosos fueron excavados en la roca y están realizados de manera muy cuidada. De ellos, tres se encuentran en muy buen estado, y del cuarto sólo queda en pie la parte inferior
4. Fachada Los cuatro colosos fueron excavados en la roca y están realizados de manera muy cuidada. De ellos, tres se encuentran en muy buen estado, y del cuarto sólo queda en pie la parte inferior, hasta la cintura, mientras que parte de la cabeza y del pecho se encuentran esparcidos por el suelo A cada lado, de cada uno de los cuatro colosos, están representados familiares directos del faraón.
5. Fachada El coloso I (lado izquierdo) contiene la representación de la reina Nefertari, en la pierna izquierda del faraón, Tuya, madre de Ramsés II en la derecha y el príncipe Amonhorjepeshef en el centro. En el coloso II (lado izquierdo) se encuentran las princesas Bentata, Nebettauy y otra que posiblemente representa a Senefra. En el coloso I del lado norte (derecho) está la reina Nefertari en la pierna derecha, la princesa Beketmut en la izquierda y el príncipe Riamsese en el centro. En el coloso II del lado norte la princesa Nerytamun, la reina madre Tuya y Nefertari.
6. Acceso principal El templo se abre con un pórtico que conduce a un atrio y una terraza, donde se encuentra la impresionante fachada, excavada en la roca, de 35 metros de anchura por 30 metros de altura, en la que están los 4 famosos colosos sedentes de Ramsés II de unos 22 metros de altura
7. Planta arquitectónica “La construcción fue planificada de manera que 2 veces al año, cuando el sol salía por el horizonte, sus rayos penetraban por la puerta y tras proyectarse en la gran sala de ocho columnas, la segunda, el vestíbulo y el santuario incidían en las 4 estatuas del nicho de la parte posterior que se iluminaban por completo”
8. Interior Ya en el interior del templo se encuentra la gran sala hipóstila, de 18 metros de longitud y 16 de anchura cuyo techo está sostenido por 8 pilares osiríacos sobre los que se apoyan otros tantos colosos, 4 a cada lado que representan a Osiris con los rasgos de Ramsés II
9. Interior A la derecha de la sala hay 4 cámaras laterales que, con techos estrellados, contienen diferentes grabados. A dos de ellas se accede desde la sala hipóstila y a las otras 2 a través de un pasaje que se abre también en la sala. A la izquierda otra cámara conduce a otras 2 salas, empleadas como habitaciones auxiliares del templo, para guardar objetos y no fueron nunca terminadas
10. Interior La segunda sala hipóstila tiene 4 pilares cuadrados con escenas del rey abrazado por diferentes divinidades. Esta cámara, de 11 metros de longitud y 7.70 de anchura conduce, a través de tres puertas, a la sala de ofrendas, de 3,30 metros de longitud decorada con escenas de ofrendas y adoración.
11. Historia Cuando el viajero deja Asuán y Filae y se dirige hacia el sur no se apercibe hasta su llegada a Abu Simbel, de que ha realizado una especie de viaje iniciático. Ante sus ojos aparece un maravilloso e impresionante templo, excavado en la roca de la antigua Ibsambul. Fue erigido por Ramsés II, a parte de otros cinco (Beit el-Wali, Gerf Hussein, El-Sebua, El-Derr y Aksha) y constituye una de las maravillas que enmarcan la inmensa labor constructiva del Imperio Nuevo. Las primeras noticias de esta edificación compuesta de dos templos, llegó a Europa en 1813 cuando fue descubierto casi por casualidad una parte de un busto de un coloso, por el incansable viajero y explorador suizo Johann Ludwig Burckhardt, y cuatro años más tarde abierto por Giovanni Belzoni. Posteriormente, a inicios del siglo pasado, Howard Carter en su etapa de Inspector General de Monumentos del Alto Egipto y Nubia, se hizo cargo de la instalación eléctrica de los templos de Abu Simbel.