16. EL CACHARRERO o EL PUESTO DE LOZA (1778) Representa un puesto ambulante , ante el que pasa un coche con lacayos , expresando el contraste entre dos mundos distintos, el de los vendedores y el de sus habituales compradores y el de los nobles que pasan sin prestarles atención. El tema esta tratado de una manera alegre y sencilla , donde los personajes, gente humilde, se mueven con naturalidad
22. De los “retratos de aparato”, de tipo BARROCO y excesivos efectos teatrales, pasa a la elegancia refinada de signo ROCOCÓ, a base de grises, verdes pálidos, algunos negros y rojos ( Marquesa de Pontejos) . Después inicia una tendencia hacia la SÍNTESIS. Los tonos anteriores son sustituidos por coloraciones muy ricas con oros, rojos (Familia de Carlos IV) . Mas tarde insiste en los tonos fuertes, pero no numerosos, ejecutados con materia pastosa , y en los que sobre los fondos oscuros aparecen seres abocetados. Tras la guerra, la LIBERTAD DE EJECUCIÓN es total. El toque es enérgico y los efectos que logra son impresionantes, como en el retrato de Fernando VII. En todos los retratos el pintor va consiguiendo una gran capitación psicológica de los personajes, agilidad en el pincel y un mayor interés por la luz.
23. LA MARQUESA DE PONTEJOS Elegancia refinada de tipo rococó RETRATO CORTESANO EL CONDE DE FLORIDABLANCA
40. LA FAMILIA DE CARLOS IV D. Carlos María Isidro Fernando VII Goya La prometida de Fernando VII Dª Isabel Reina Mª Luisa Infante Francisco de Paula El rey Carlos IV El príncipe de Parma - D. Antonio Pascual y Dª Carlota Joaquina La Princesa María Luisa con su hijo
44. En 1804 provocó un escándalo con ellas, identificadas de forma equivocada con la duquesa de Alba, aunque, por otro lado, tambien se le llamó “la Gitana” a la desnuda (primera que pintó). Goya nos da en ellos una versión de la Venus clásica acostada; pero aquí no hay una diosa, sino una mujer española, una mujer real, que en la vestida luce calidades muy ricas en los ropajes y en la desnuda nos ofrece un cuerpo de tonos nacarados . El modelo clásico se halla también modificado por los grandes cojines que elevan la figura, rompiendo con la disposicion tradicional de la figura. Goya tuvo que comparecer ante la Inquisición, por considerarse obscena la “maja desnuda” En ambas pinturas se retrata de cuerpo entero a una misma mujer recostada plácidamente en un lecho con cojines, mirando directamente al observador El rostro está idealizacido; es casi un bosquejo —como un falso añadido— que no representa el rostro de ninguna mujer conocida de la época