1. Valor: La fe Realidad : Existen diferentes formas de vivir la fe en los jóvenes de hoy: Los que dicen pertenecer a la iglesia católica pero no creen en los principios, ni siguen sus normas, o afirman ser malos practicantes, los que son devotos de rosarios, y estampas, pero nunca van a misa. Los que dicen ser católicos porque van a misa y se confiesan de ven en cuando o lo encuentran en los momentos difíciles. Los que creen algo por las creencias de sus padres, que determina un estilo de vida fundamentada en valores. Los que participan de actividades religiosas, pero niegan la validez de la misma. Los que viven una experiencia religiosa espeto a un Dios que reconocen, aceptan y al cual experimentan tanto a través de la vivencia personal como de los ritos que les agradan y les brindan crecimiento espiritual. Los que viven una religiosidad de forma fanática, que aceptan un dios sin condiciones, al que defienden por encima de todo. SÍNTESIS TEMA I Arraigado en Cristo, caminemos en la fe
2. Reflexión: El mismo Jesús aclara: reconocer en él al Mesías no es una acción que nace de la inteligencia humana, no se trata de intuición, se trata de apertura a la acción del Espíritu que es quien posibilita el surgimiento de la fe y el sostenimiento de la misma. Por esto dice a Pedro, esto no te lo ha revelado ni la carne ni la sangre, no es suficiente con apelar a la investigación genealógica para saber quién es Jesús, puesto que se puede saber de dónde viene en orden humano, pero no hacia dónde va. Por eso cuando Jesús dice: ya conocen el camino a donde yo voy, Tomás le responde: Señor no sabemos a dónde vas como vamos a saber el camino? (Jn 14, 4-5).
3. Iluminación Bíblica I Textos bíblicos : Lucas 9,18-24 Y sucedió que mientras él estaba orando a solas, se hallaban con él los discípulos y él les preguntó: «¿Quién dice la gente que soy yo?» Ellos respondieron: «Unos, que Juan el Bautista; otros, que Elías; otros, que un profeta de los antiguos había resucitado.» Les dijo: «Y vosotros, ¿quién decís que soy yo?» Pedro le contestó: «El Cristo de Dios.» Pero les mandó enérgicamente que no dijeran esto a nadie. Dijo: «El Hijo del hombre debe sufrir mucho, y ser reprobado por los ancianos, los sumos sacerdotes y los escribas, ser matado y resucitar al tercer día.» Decía a todos: «Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz cada día, y sígame. Porque quien quiera salvar su vida, la perderá; pero quien pierda su vida por mí, ése la salvará.
