La inspección visual es la técnica más antigua y más utilizada de los ensayos no destructivos. Utiliza principalmente el ojo humano, aunque también se usan instrumentos de magnificación e iluminación. Permite detectar anomalías superficiales como grietas o corrosión de manera económica y sin dañar los materiales. Tiene amplias aplicaciones en industrias como la energía, petroquímica y transporte.