Louis Jean François Lagrenée. Erotismo y sensualidad. El erotismo en la Hist...
La Odisea
1.
2. ¿Qué es la Odisea?
¿Quién escribió la Odisea?
Conozcamos a Odiseo.
¿Dónde se desarrolla la Odisea?
Comenzamos.
3. La Odisea es un poema que narra el regreso del Valiente Odiseo
a su hogar en la isla de Ítaca, tras luchar y vencer en la guerra
de Troya.
La Odisea es una continuación de otro gran poema, la
Ilíada, que narra la guerra troyana.
Esta impresionante historia fue escrita en el siglo VIII a.C.
Se compone de unos 24 maravillosos cantos, divididos en :
-Telemaquia (del I- IV): Cuentan la aventura de
Telémaco buscando a su padre.
-Aventuras marinas (del V-XII): Narran el
trayecto de Odiseo para volver a su patria.
-Venganza en Ítaca (del XIII-XXIV): Odiseo
regresa a Ítaca y recupera su trono.
4. Tanto La Ilíada como la Odisea fueron narradas por el
gran poeta griego Homero.
No se conoce gran parte de su vida, pero la tradición
cuenta que Homero era ciego.
Se cree que vivió entre los siglos VII-VIII a.C.
(hace casi tres mil años)
5. Odiseo (también conocido como “Ulises” ) era el grandioso
rey de la pequeña isla Ítaca y uno de los míticos héroes
griegos.
Su padre era el gran Laertes (el rey ) y su madre
Anticlea, que murió mientras Odiseo luchaba en la Ilíada.
Su desposada era Penélope y su primogénito era Telémaco.
Odiseo destaca entre los grandes héroes griegos por
su inteligencia práctica, su habilidad para escapar
de trances dificultosos y su gran facilidad de palabra.
Aunque es un personaje de leyenda algunos
descubrimientos arqueológicos indican que éste
héroe pudo existir realmente.
8. Tras diez años de lucha en la guerra troyana y
conseguir esta difícil victoria, los Griegos pueden
regresar por fin a su casa.
Odiseo quiere volver lo más rápido posible a su
querida Ítaca, donde le espera su esposa Penélope
y su hijo Telémaco desde hace diez años.
Desgraciadamente, los dioses ofendidos envían
tormentas y peligros a los que se debe enfrentar.
Odiseo era muy inteligente y astuto y gracias a ello
sobrevivió al largo viaje, que duró otros diez años
más, y que os voy a contar …
9. La batalla contra Polifemo.
Eolo y el odre de los vientos.
La maga Circe.
El extraño inframundo.
El canto de las sirenas.
Escila y Caribdis.
El ganado del sol.
La ninfa Calipso.
Los amables feacios y el regreso a Ítaca.
La matanza de los pretendientes.
Bibliografía.
10.
11. Al salir de Troya, el viento llevó los barcos de Odiseo
al país de los cicones, que habían sido aliados de los
troyanos y, por consiguiente, enemigos de los
griegos. Tras una larga batalla contra los cicones y
perder a muchos de sus hombres
los barcos de Odiseo vuelven al
mar.
Sin embargo, una gran tempestad
que dura diez días, arrastra los
barcos hasta unpaís habitado
por pacíficos seres que se
alimentan con flores de loto:
los lotófagos.
12. Todos los que probaron esas extrañas flores, no
sintieron ya el deseo de regresar a su patria.
Odiseo comprendió el peligro y, venciendo la
resistencia de sus hombres, privados de
memoria, les obligó a embarcarse y, luego de
encadenarlos a sus bancos de remeros, volvió al
mar.
13. Tras varios días de tripulación los barcos habían
atracado en la isla de los cíclopes.
Polifemo era un cíclope que vivía en una cueva
repleta de carneros y ovejas que, cómo no, producían
lácteos que el cíclope Polifemo engullía velozmente.
Odiseo y su tripulación fueron
a refugiarse en una cueva sin
saber que pertenecía a Polifemo.
De pronto escucharon unos
estruendos y el ciclope entró en
la cueva, dejó paso a su valioso
rebaño, tapó la salida con una
gran piedra y encendió una hoguera.
De esa manera descubrió a la tripulación de Odiseo.
14. De golpe, el cíclope cogió a dos inocentes tripulantes y
los lanzó contra una roca; los demás estaban aterrados
por el terrible gigante de un ojo al ver los sesos de sus
dos amigos; para colmo el cíclope engulló a los
fallecidos .
Cada día el ciclope repetía su desagradable
escena, nadie sabía cuando iba a fallecer.
Odiseo tuvo un plan para escapar de ese horrible lugar :
afiló la punta de un tronco de olivo; después ofreció toda
la tinaja de vino que tenían al
ciclope, que quiso más diciendo :
- ¿Quien eres ?
15. Odiseo muy astuto respondió:
- Mi nombre es “Nadie”
y el ciclope dijo:
-Seguiré engullendo de dos en dos
a los tripulantes. Pero a Nadie me
lo comeré el ultimo por ofrecerme
su tinaja de vino.
El alcohol hizo efecto y el ciclope
sucumbió a un gran sueño.
Mientras el ciclope dormía
pusieron la punta de la enorme
estaca en el fuego dejándola al
rojo vivo.
16. Después todos los tripulantes movieron la estaca y la
hincaron en el ojo de Polifemo, luego giraron la estaca
para que no hubiera rastro del único ojo que tenia en
medio de la frente.
Polifemo gritó de dolor
despertando todos sus
hermanos cíclopes,
que preguntaron:
-¿Qué te pasa Polifemo?
-¡¡ NADIE ME HA CEJADO EL OJO !!
- Entonces habrán sido los dioses, así que grita menos
que intentamos dormir –respondieron los cíclopes.
17. Polifemo movió la roca que taponaba la salida y salió
de la cueva con los brazos extendidos para tocar las
cosas que por no tener ojo no podía ver.
Odiseo entonces pensó la forma de escapar:
Se agarraron a la barriga
de las ovejas, excepto Odiseo
que se agarró a la barriga del
carnero más grande.
Al amanecer el rebaño salió
de la cueva Polifemo iba
palpando los lomos de las
ovejas sin darse cuenta de que los tripulantes iban en
las barrigas.
18. Todos lograron escapar y llegar a su barco.
Ya en el mar Odiseo gritó a Polifemo:
-Si te preguntan quien te cegó diles que fue Odiseo hijo de
Laertes
Y rey de Ítaca.
Polifemo ofendido comenzó a lanzar rocas contra el barco.
Además rogó a su padre Poseidón , dios del mar, que
Odiseo no regresara a su patria y que , si lo hacia fuera
tarde, solo y mal.
19.
20. Odiseo y sus hombres llegaron a la isla de Eolia
donde vivía, el poderoso dios de los vientos.
Los acogió como a huéspedes durante un precioso
mes.
Al marcharse les ofreció un gran odre que contenía
unos vientos que desencadenarían un potente
huracán.
Eolo dejó fuera el viento Céfiro para empujar las naves
de Odiseo.
21. Tras nueve días de navegación
estaban llegando por fin a su
patria Ítaca.
Pero los avariciosos hombres de
Odiseo pensaron que el odre
contenía cantidad de tesoros y
lo abrieron pensando poder
repartírselos antes de llega a su
patria.
Al abrir el odre se desató una
gran tormenta que condujo a los
barcos mar adentro.
22. Tras varios días de navegación a punto de
naufragar llegaron otra vez a la isla de Eolia, pero
esta vez Eolo no los recibió como la última vez, y
les grito:
-¡HABÉIS ENFURECIDO A LOS DIOSES! ¡NO
AYUDARÉ A UN HOMBRE AL QUE LOS
DIOSES ABORRECEN!
Odiseo y sus hombres
volvieron a sus naves
pero al no tener la
ayuda de ningún viento,
tuvieron que remar sin
descanso alguno.
23. Tras un semana de navegación llegaron a Lestrigonia.
Odiseo mandó a tres compañeros a explorar aquel
lugar, y cuando los vio su rey Antífates que era de
grande como un monte, cogió a uno de ellos y lo
engulló.
Los demás volvieron a los barcos y huyeron
rápidamente de ese alocado lugar.
Pero los gigantes
lestrigones comenzaron
a arrojar a los barcos
enormes pedruscos.
Solo consiguió el barco
de Odiseo sobrevivir a
ese turbulento ataque.
24. Odiseo comprendió que el gran Poseidón
estaba cumpliendo el ruego de
Polifemo, porque ahora de sus doce naves y
de sus grandes tripulantes, sólo le quedaba
una.
25.
26. Al llegar a Eea, Odiseo y sus acompañantes, durmieron
durante dos días seguidos por el cansancio de haber
estado varios días remando.
Tras reponerse del cansancio Odiseo organizó dos
grupos, uno con veintidós hombres con Euríloco (uno de
los hombres de Odiseo) que fueron los que exploraron la
isla.
En un valle encontraron el palacio de la maga Circe: Una
poderosísima maga hija del sol y nieta del océano.
Al llegar vieron leones y otros
animales que eran totalmente
pacíficos.
27. Circe los recibió con hospitalidad ofreciéndoles
queso, vino de calidad, etc.
Al probar el vino todos fueron convertidos en cerdos
porque habían probado una droga que Circe les había
colocado en la bebida. A continuación los encerró en una
pocilga.
Euríloco, que no había querido
entrar en el palacio, avisó a
Odiseo del peligro que corrían
si entraban al palacio, además
añadió lo ocurrido con los
tripulantes.
28. Odiseo fue a ayudar a sus amigos. Por el camino se
encontró a Hermes disfrazado de joven que le dijo como
actuar:
“Toma esta flor blanca como la nieve y de raíces
negras, tómatela antes de comer y de esa manera no te
hará efecto su droga. Luego haz como si fueras a matarla
y cuando te pida que no la mates y que seáis
amigos, hazle jurar que no te hará daño”.
Odiseo hizo todo lo que le dijo Hermes.
29. Todo salió bien y Circe preparó una comida espléndida para
Odiseo, pero el le dijo que no comería hasta que liberara a
sus queridos compañeros. De esa manera Circe los liberó de
las pocilgas y les devolvió sus formas humanas .
Tras reunirse todos en el palacio de Circe celebraron un gran
banquete.
Odiseo y sus hombres permanecieron en Eea durante un
feliz año.
30.
31. Después de tantos banquetes y comidas, los tripulantes
recordaron a Odiseo que si de verdad quería regresar a
su patria, que dejara esos agradables aposentos y que
embarcaran mar adentro.
Odiseo estuvo pensado en Ítaca y cuando sus tripulantes
dormían el conversó con la maga:
-Si deseas irte, hazlo, pero no sé lo que
necesitas para llegar a tu patria -dijo
Circe-. Tendrás que ir al reino de los
muertos e invocar al espíritu de Tiresias,
el profeta ciego de Tebas.
Circe le explico como llegar al reino
de los muertos.
32. Al día siguiente Odiseo y su tripulación zarparon y un viento
enviado por Circe los empujó en la dirección adecuada.
Tras varios días de navegación llegaron al tenebroso reino de
Hades.
Allí cavaron una zanja donde mezclaron leche, miel y vino
dulce. También sacrificaron a la oveja y al carnero y
derramaron su sangre. Todo este alimento de Odiseo fue
entregado por la poderosa maga Circe.
Los espíritus se acercaron ansiosos de oler la sangre
fresca, pero Odiseo se lo impedía con su espada.
33. Apareció por fin Tiresias y Odiseo le dejó beber de la
sangre, quedando fortalecido. Entonces Tiresias le dijo a Odiseo:
-Poseidón sigue enojado contigo por haber cegado a su hijo
Polifemo y pondrá obstáculos en tu viaje. Llegarás a la isla de
Trinacria donde se encuentran las sagradas vacas del sol, no
debéis de matar a ninguna o un rayo caerá en vuestra nave y os
matará a todos excepto a ti.
Después de hablar con Tiresias, Odiseo
hablo con su madre Anticlea, con el rey
de los griegos Agamenón y con los
héroes de la Ilíada, Áyax y
Aquiles, además de ver a otros espíritus
conocidos.
Al final presas del pánico, Odiseo y sus
hombres regresaron a su barco y
volvieron a Eea.
34.
35. Antes de despedirse de Odiseo, Circe le anunció nuevos
peligros y le explicó como superarlos: las sirenas, los
peñascos errantes, Escila y Caribdis.
Odiseo y sus hombres partieron
de Eea y tras navegar un tiempo
divisaron una isla semejante a un
prado florido desde donde llegó
un dulce canto de mujeres:(las
sirenas, que eran unas mujeres
aladas que atraían a los
marineros con sus cantos para
luego devorarlos)
36. Odiseo, siguiendo las explicaciones de Circe, fundió
cera al sol y la puso en los oídos de sus hombres
dejándolos sordos; luego pidió a sus hombres que lo
ataran al mástil del barco. El no se puso cera en los
oídos para es cuchar sus bellos cantos.
Como pasaban cerca de la orilla, las sirenas les vieron y
empezaron a cantar a Odiseo, diciéndole que se
acercara, que se fuera con ellas porque le relatarían
agradables historias sobre la Ilíada y todo lo que ocurría
en la Tierra.
37. Odiseo movió las cejas a sus compañeros como
diciéndoles que le soltaran, pero unos lo ataron más
fuerte y otros remaron con más velocidad.
Finalmente la isla se perdió de su vista y dejaron de
oírse los cantos de las sirenas.
Los hombres de Odiseo se
quitaron la cera de los oídos
y desataron a Odiseo, que
estaba llorando.
Y así fue como superaron el
primer peligro anunciado por
la maga Circe.
38.
39. Tras un largo periodo navegando divisaron dos grandes
rocas:
-Una de ellas tenía el pico
entre las nubes y su cueva
era tan profunda que una
flecha perfectamente
lanzada no tocaría su fin.
En ese monte vivía
Escila, un monstruo de
seis cabezas que
devoraba a los inocentes
marineros que pasaban
cerca de ella.
40. -En la otra roca se encontraba
una higuera y al lado de esa
enorme roca se encontraba
Caribdis, la poderosa hija de
Poseidón y de Gea, que
tragaba tres veces el agua del
mar y tres veces la devolvía
cada día, formando un remolino
que ningún navío podía
superar.
41. Odiseo fue por la roca de Escila como le había
aconsejado Circe, ya que era mejor perder a seis
marineros engullidos por Escila que morir todos bajo la
monstruosidad de Caribdis.
Así lo hicieron y Odiseo sin decírselo a sus
hombres, les dijo que rodearan la roca de Escila y
vieron como seis de los tripulantes de Odiseo le
llamaban por última vez mientras Escila se los comía
con cada una de sus cabezas.
42. Al final consiguieron escapar de ese
horroroso lugar antes de que Escila se
comiera a otros seis de los mejores
marineros de Odiseo.
43.
44. Ya muy lejos de Escila y Caribdis, Odiseo les comentó
a sus hombres que no debían de ir a la isla
Trinacria, que era donde vivían las adoradas vacas del
dios del sol, Helios, hijo de Hiperión. Pero si iban, solo
sería para descansar, y así hicieron.
Las vacas del sol no se reproducían pero tampoco
morían y este rebaño era muy tentador dado que su
belleza era inmensa.
45. Todos descansaron felizmente después de comer un
poco de lo que Circe les había dado. Así estuvieron
durante muchos días hasta que las provisiones se
agotaron y Odiseo se preocupaba porque si tocaban el
ganado del sol, algo horroroso les pasaría .
Al poco rato se desencadenó una gran tormenta que
duró un mes entero y los tripulantes de Odiseo no
tuvieron mas remedio que engullir unos peces y
algunas de las aves marinas que encontraron.
Odiseo, fue a rezar a los dioses a un templo de esa
extraña isla. Después de un largo tiempo se dejó
vencer por el sueño.
46. Al despertarse, vio que sus hombres estaban
engullendo unas deliciosas vacas, porque decidieron
que no había desgracia mayor que morir de hambre, y
que Helios les perdonaría ya que lo habían hecho por
sobrevivir.
Esto enfadó mucho a Helios que pidió rápidamente a
Zeus que los castigara o no alumbraría a los vivos pero
si a los muertos. Y Zeus dijo que tiraría un rayo al navío
de Odiseo.
47. Al fin desapareció la tormenta y los hombres rápidamente se
hicieron a la mar.
Al montarse todos los tripulantes al barco, un gran rayo partió la
nave en dos matando a todos los hombres menos a Odiseo que
se agarró al mástil del barco juntándolo con una cuerda a la
quilla del barco y se dejó llevar por el rugido de las olas.
Al salir el sol Odiseo se dio cuenta
de que estaba muy cerca de Escila
y Caribdis que rápidamente se
trago las maderas en la que
Odiseo deambulaba. Esperó a que
las vomitara para salir rápidamente
de ese espantoso lugar.
Fue sin rumbo durante 9 días
seguidos hasta que al fin llegó a la
isla de Calipso, donde la ninfa le
acogió y le cuidó.
48.
49. La ninfa Calipso era una ninfa inmortal que vivía en
una isla rodeada de animales y pájaros.
Acogía a Odiseo con mucha amabilidad en todo lo
que quería, y hasta le ofreció a Odiseo la
inmortalidad que este rechazó, pero había una cosa
que Calipso se negaba a ofrecer a Odiseo: era partir
de su isla para regresar a la suya (Ítaca).
No le permitía partir de ese lugar porque al acogerle y
cuidarle se había enamorado perdidamente de
él, pero Odiseo no de ella, solo de Penélope, y se
pasaba todos los días tumbado en la costa
esperando a que llegara un barco que nunca llegaría
para sacarle de aquel lugar para poder llevarla con
Penélope y su pobre hijo que todavía no había
conocido.
50. Así transcurrieron 7 años seguidos, y Odiseo todavía quería
regresar a su patria.
Atenea había estado vigilándole todo ese tiempo y le contó
todo lo sucedido a los dioses, y Zeus rápidamente le ordenó
a su hijo Hermes que le dijera a Calipso que dejara a su
amante Odiseo para que pudiese llegar a su bella patria
Ítaca.
Calipso tuvo que ceder al favor de los dioses.
Encontró a Odiseo en la
playa, como siempre, y
muy entristecida le dijo
que se podía ir, y le dijo
los árboles que podía talar
para crear su balsa, le dio
alimento y le dijo por fin
qué podía hacer para
llegar a su patria.
51. Odiseo fue felizmente con su
balsa por todo el mar yendo en
dirección a un a tierra que creía
conocer (la de los feacios)
para que luego ellos le llevaran
a su amada Ítaca, que no la
veía desde hacía más de 15
años seguidos.
Desgraciadamente Poseidón lo
vio y se encolerizó al saber que
los demás dioses habían
ayudado al hombre que había
cegado a su hijo Polifemo y
desencadenó una terrible
tempestad en la que Odiseo
salió volando de su balsa, y las
olas le hundían sin piedad sin
dejarle respirar nada.
52. Por suerte la diosa Ino se apiadó de él y transformándose
en una gran gaviota le dijo que se quitara las ropas que
llevaba porque se hundiría mas y que se pusiera su velo
debajo del pecho (En la cintura) porque de esa manera le
protegería y no tendría que temer a la muerte; acto
seguido le dijo que nadara con todas sus fuerzas para
llegar a la playa, y que cuando llegara lanzara su velo al
mar con la cara mirando a la tierra.
53. Odiseo le hizo caso, y nadó y nadó hasta llegar por fin a la
playa, y recobrar el aliento. Lanzó el velo y busco un
escondrijo entre los árboles, para que el mar no se lo
llevara, ni los animales le atacaran. Entonces Atenea se
apiadó de él y le cerro los ojos para que pudiera
descansar en paz.
Odiseo había llegado por fin
a la tierra de los feacios.
54.
55. Mientras Odiseo seguía
durmiendo, Nausícaa (la hija
del rey de los feacios) había
hecho su colada y estaba
disfrutando con sus criadas
jugando a la pelota cerca de
donde dormía Odiseo.
De pronto Nausícaa lanzó muy
fuerte la pelota, que cayó dentro
de un remolino en el rio y una
de las criadas gritó
asustada, cosa que despertó a
Odiseo de su sueño. Se acercó
a ellas tapándose un poco, ya
que estaba desnudo, y todas
asustadas salieron corriendo
porque tenía un aspecto
horroroso, menos una que era
Nausícaa.
56. Odiseo le contó como Helios le lanzó un rayo a su nave
y como había llegado allí, y ella le dio comida, vestidos
y le dijo como llegar al palacio de su padre Alcínoo.
Odiseo le hizo caso a Nausícaa y emprendió el viaje tal
y como se lo había dicho Nausícaa hasta llegar al
palacio del rey.
Allí le recibieron Arete y Alcínoo con amabilidad
, además de preguntarle a Odiseo su nombre que este
se negó a decir hasta que se lo confesó cuando el
juglar ciego Democodo cantó relatos de la Ilíada, cosa
que le recordó a Odiseo muchas inolvidables batallas
que tuvo, luego les contó todas sus aventuras y hasta
participó en sus juegos feacios en los que superó a
todos con el disco y finalmente, los dioses le
prometieron al día siguiente un barco y cincuenta
hombres para guiarle.
57. Odiseo llegó a Ítaca gracias al barco con los obsequios que
le habían regalado los amables y generosos feacios.
Se despertó porque le habían dejado dormir en una playa
que desconocía y lloró porque no sabía qué hacía en aquel
lugar.
Atenea lo había cubierto con una nube que lo hacía invisible.
Atenea de pronto se le apareció en forma de pastora y le
preguntó como había llegado a ese lugar; Odiseo sin saber
muy bien como había llegado a ese lugar, y desconfiando de
ella porque no la conocía le mintió.
58. Atenea sonriendo le dijo quien era y le explicó todo lo que
estaba ocurriendo en Ítaca y qué debía de realizar para
destruir a los dichosos pretendientes para recuperar el trono.
Además le contó que los pretendientes estaban devorando
su precioso vino y su valioso ganado, pero lo que más rabia
le daba era que le intentaban quitar a su mujer Penélope, a
la que le estaban obligando a casarse con uno de ellos.
Además Telémaco estaba viajando para saber más sobre él
y no lo encontraba.
Diciéndole esto le dijo que fuera con el porquero Eumeo
porque confiaba en el y quería mucho a su familia. Al
terminar estas palabras lo convirtió en un anciano para que
nadie lo reconociera.
59. Odiseo cruzó un bosque hasta donde la diosa le había dicho
que encontraría a el porquero Eumeo.
Cuando llegó a la puerta de la pocilga tres enormes perros le
vieron y empezaron a ladrarle, se abalanzaron a Odiseo
como para descuartizarlo pero se retiraron cuando Eumeo al
escuchar sus ladridos fue rápidamente y los alejó a
pedradas.
Luego invitó a Odiseo en la pocilga donde comieron
bebieron y Eumeo empezó a contarle que su señor había
muerto y que los pretendientes querían destruir a
Telémaco, estaban devorando todo lo que le había costado
tanto trabajo conseguir y como estaban acabando con la
paciencia de su amada Penélope.
Odiseo le prometió a Eumeo que su señor volvería ese
mismo año, incluso que volvería antes de que la luna
cambiase. Pero Eumeo, sin sospechar que estaba hablando
con su antiguo señor, no le creyó.
60. Entonces, Odiseo se inventó otra historia distinta a la que le
había contado a Atenea.
Al bueno de Eumeo, le había dado mucha pena ese viejo
(Que en realidad era Odiseo) por todas las desgracias que
había sufrido según le había contado en la historia.
Eumeo cenó con Odiseo en su casa, pero al poco tiempo se
desencadenó una gran tormenta que no dejó salir a Odiseo
de la casa de Eumeo, así que él le dio buena cama y ropaje
mientras dormía en una cueva con los cerdos para procurar
que no los matara la violenta y retorcida tormenta.
61. Al despertarse, Odiseo oyó unas pisadas y vio que los perros no
ladraban pero sí movían la cola como diciendo ”Entra, no te haré
daño alguno”.
Así que Odiseo le dijo a Eumeo (que acababa de despertarse) que
algún compañero suyo venía a verle. No acababa de terminar
estas palabras cuando de pronto apareció Telémaco, Eumeo al
verle se alegró al verlo sano y salvo, porque los odiosos
pretendientes querían asesinarlo brutalmente.
Eumeo le contó las novedades de Ítaca y después le presentó al
anciano con quien comieron muy gustosamente. Entonces
Telémaco le comentó a Eumeo que debería comentarle
urgentemente a su madre Penélope que había regresado sano y
salvo, porque no quería que siguiera sufriendo por su culpa.
62. Entonces Atenea al ver que se estaban quedando solos
padre e hijo, hizo que Odiseo saliese fuera para
transformarlo en su forma habitual.
Cuando Odiseo volvió a entrar a la cabaña lo vio Telémaco
pensando que era un dios, pero Odiseo le respondió:
-¡No soy ningún dios, Telémaco! Soy Odiseo tu
padre, Atenea me había transformado en un anciano para
que nadie me viera, y me ha devuelto mi aspecto para que
sepas que soy yo.
Se acercaron muy emocionados
y se dieron un gran abrazo
padre e hijo, y lloraron durante
mucho rato sin decirse nada.
63. Después del armonioso abrazo de Odiseo y Telémaco, hablaron de sus
viajes y aventuras pero sobre todo de cómo acabar con los
pretendientes que le habían causado tantos problemas desde que partió
a Troya, y que habían desaprovechado las riquezas que poseía Odiseo.
Pero por lo que Odiseo estaba más enfadado era porque estaban
molestando a su querida mujer Penélope.
Al amanecer del siguiente día Telémaco le dijo al porquero Eumeo que
iba a salir a la ciudad con el viejo anciano (Odiseo) para ver a su madre.
Eumeo acompañó a el que creía por anciano al palacio de Penélope (y
de Odiseo).Eumeo cedió paso a Odiseo para entrar en el palacio, y
tristemente, Odiseo vio a su perro, Argos. Estaba lleno de
garrapatas, enfermo y encima de un montón de estiércol sin poder
moverse, pero reconoció la voz de su amo y movió la cola y levantó la
cabeza, después de ver a su amo, Argos murió.
Odiseo quiso acariciarlo pero no podía
porque creerían que tenía algo que ver
pero al entrar una lagrima rondó por la
mejilla de Odiseo.
64.
65. Odiseo, con la miserable apariencia de un pobre y anciano
mendigo, penetró en el hermoso palacio de Penélope (y suyo) y
comenzó a pedir limosna a los desdichados pretendientes. Algunos
de ellos le dieron algo pero Antínoo, el más cruel y desvergonzado
de ellos, le tiró con suma fuerza la banqueta en la que se sentaba
en el hombro. Odiseo ni se inmutó, no dijo nada, solo movió la
cabeza de un lado a otro, le dolió mucho en el cuerpo y en el alma.
Eumeo le dijo la reina Penélope lo que le había hecho Antínoo al
pobre anciano (Odiseo) la reina Penélope dijo:
-¡Ojalá el dios Apolo, que dispara agudas flechas envenenadas, le
haga el mismo daño que él hace a los demás!-
Luego le pidió al porquero Eumeo
que llamara al mendigo para ver si
le podía dar noticias sobre su
marido Odiseo, al que no veía
desde hacía casi 20 años.
66. Mientras tanto, hartos ya los pretendientes de tanto beber y comer se
fueron todos a sus casas. Entonces Odiseo aprovechó para llamar a
Telémaco y le dijo que era el momento de esconder las armas de todo el
palacio como habían planeado en la casa de Eumeo.
Tras haber escondido todas las armas con ayuda de la vieja aya
Euriclea, Odiseo fue a hablar por fin con Penélope, tal y como se le
había pedido.
Al final de una eterna charla, Odiseo convenció a Penélope de que el
viejo mendigo había visto a su amado Odiseo que no veía desde hacía
20 años consecutivos.
67. Luego Penélope le dijo a su criada Euriclea que le lavase los pies al
anciano extranjero. Euriclea era ya muy vieja, tanto, que de hecho cuidó
a Odiseo en su infancia.
Al lavarle los pies al viejo mendigo, vio que tenía una cicatriz en el tobillo
que una vez le hizo un jabalí a su señor, ella se acordaba muy bien. Una
alegría inmensa invadió su corazón y a la vez un dolor tremendo, no
podía hablar porque la alegría se lo impedía; intentó hacerle un gesto a
Penélope para decirle que tenía delante a su amo pero Odiseo se lo
impidió y le contó su secreto; luego ella le prometió que no se lo iba a
decir a nadie y se puso a lavarle los pies con inmensa alegría.
68. Antes de que Odiseo se fuese a dormir, Penélope
le quiso preguntar su opinión sobre un sueño que
había tenido hace poco.
“Yo tenía en el palacio 20 hermosos gansos a los
que me encantaba observar mientras ellos
engullían unos matojos de trigo que yo les
preparaba, pero en el sueño, un águila bajaba del
cielo y los mataba a todos; yo me puse a llorar y a
gritar pero el águila me dijo:
-No llores Penélope porque esto no es un
sueño, sino una visión; yo (el águila) soy Odiseo
que está matando a todos los pretendientes (los
gansos).
Me desperté y rápidamente me di cuenta de que
todos los gansos estaban perfectamente comiendo
un matojo de trigo como hacían todos los días
normalmente.
Odiseo le respondió que confiara en lo que el
águila (que era Odiseo) le había dicho, pero
Penélope tenía miedo de que fuese un sueño
falso, y esperó con toda su alma que fuese una
visión verdadera.
69. Antes de que Odiseo se fuese a
dormir, Penélope le dijo que al día siguiente
haría una prueba a los pretendientes a la
que llamaría “La prueba de las doce
hachas”.
La prueba consistía en lanzar una flecha con
el arco de Odiseo que tendría que pasar por
los doce anillos de cada hacha, que estarían
incrustadas en el suelo, como realizaba
Odiseo cuando estaba con ella.
Penélope le explicó que quien ganara la
prueba conseguiría su matrimonio. Odiseo le
dijo que lo hiciese enseguida porque su
esposo llegaría antes de que los
pretendientes consiguiesen superar dicha
prueba.
Al amanecer del día siguiente, comenzó “La
prueba de las doce hachas”. Telémaco, con
miedo de que no aceptaran el reto el decidió
apuntarse también, pero al final, no pudo así
que no tuvieron mas remedio que participar
los pretendientes.
70. Ninguno de ellos lo consiguió, porque ninguno de ellos tenía la
fuerza de Odiseo, y ya solo quedaban dos y uno de ellos era el
orgulloso de Antínoo.
En ese mismo instante el porquero Eumeo y el boyero Filetio
salieron de la sala y Odiseo los siguió; ya fuera de la sala Odiseo
les confesó su identidad a sus dos fieles servidores diciéndoles
que necesitaba su ayuda, y para que ellos le creyeran les enseñó
su cicatriz. Los dos al reconocerle lloraron y le abrazaron antes de
decirle que harían lo que él quisiese.
Odiseo les dijo:
-Volveréis a la sala, pero no juntos. Los pretendientes no querrán
darme el arco y las flechas cuando se las pida, pero tú, Eumeo los
coges y me los das. Después di a las criadas que cierren las
puertas de la sala sin que los pretendientes se den cuenta. Y
tú, Filetio cierras las puertas del patio con cerrojo también sin que
los pretendientes se enteren.
71. Luego Odiseo entró en la sala y se sentó donde solía sentarse, y vio
como Eurímaco (otro de los pretendientes) tampoco conseguía tensar
siquiera el arco de Odiseo, y el vanidoso de Antínoo ni siquiera se atrevió
a participar porque tenía miedo de fracasar como un cobarde.
Fue entonces cuando el anciano mendigo les pidió a los pretendientes si
podía participar en la prueba, porque había tenido mucha fuerza y quería
ver si la seguía teniendo.
Todos los pretendientes se rieron de él, pero
Penélope salió en su ayuda. Telémaco le rogó a
su madre que se fuese a sus habitaciones y le
dejara a él que cuidara de los hombres un rato.
El porquero Eumeo le dio las armas a
Odiseo, pero los pretendientes empezaron a
insultarle, y le entró el miedo, pero al final se las
dio y de esa manera Odiseo pudo coger el arco y
las flechas que tan bien conocía.
Después, Eumeo le dijo a la anciana Euriclea que
cerrara todas las puertas de la sala y a Filetio que
cerrara todas las puertas que daban paso al patio.
Hecho esto los dos regresaron a la sala.
72. Odiseo sin esfuerzo alguno tensó el arco y disparó con un gesto de
muñeca una flecha perfectamente lanzada, que atravesó los 12
anillos de cada hacha.
Aprovechando esta distracción de los pretendientes, hizo una seña
a Telémaco y éste se ciñó la espada y cogió la lanza. Entonces
Odiseo se quitó los harapos, saltó al umbral de la sala con el arco
y la aljaba o carcaj llena de flechas y dijo:
-Ahora voy a apuntar a otro blanco.
El primero en caer fue el desvergonzado de Antínoo. Y luego otro y
otro hasta que se le terminaron las flechas.
73. Después apoyó el arco en una columna, se puso el yelmo en la cabeza, el
escudo al brazo y cogió dos lanzas.
Un cabrero traidor, llamado Melantio, fue a buscar armas para dárselas a los
pretendientes. Les llevó 12 lanzas, 12 escudos y 12 yelmos.
Cuando Odiseo se dio cuenta, le dijo a Eumeo que impidiese que les diese
más. El porquero Eumeo y el boyero Filetio mataron a Melantio y volvieron a
cerrar las puertas de las armas de Odiseo.
La lucha fue durísima, porque los pretendientes habían conseguido las 12
lanzas. Eran muchos contra sólo dos, pero entonces Atenea intervino en la
lucha en forma de golondrina y fue a posarse en una de las vigas de la
esplendida sala.
La diosa desviaba todas las lanzas que lanzaban
los pretendientes contra Odiseo y Telémaco. En
cambio las que lanzaban ellos siempre daban en
el blanco.
Los pretendientes que quedaban empezaron a
huir por toda la sala. Solo sobrevivió el juglar
Femio que cantaba a los pretendientes para ganar
un poco de dinero.
74. Odiseo revisó la sala para ver si había algún pretendiente todavía
vivo, y al ver que no, les confesó a todos los que había en la sala
(los/as criados/as, que salieron de sus escondrijos) quién era; Todos
estaban llorando y sonriendo de alegría.
La anciana Euriclea fue a decirle a Penélope que Odiseo estaba en el
palacio y había matado a todos los pretendientes. Los dioses habían
sumido a Penélope en un sueño para que no oyera los sueños y no se
angustiara. La fiel aya se acercó a la cama de Penélope y le dijo:
-Despierta, Penélope, hija querida, para que veas con tus propios ojos
lo que siempre has estado esperando año tras año ¡Ha llegado Odiseo!
¡Y a dado muerte a todos los pretendientes que invadían tu palacio y se
comían tus bienes!
75. Penélope se despertó enseguida, pero le dijo:
-¡Ama mía! Los dioses te han trastornado el juicio. ¿Por qué te
burlas de mí, que padezco tanto, diciéndome mentiras? No había
dormido tan bien desde que Odiseo se fue a Troya, ¡Y tú me
despiertas con embustes!
-No son mentiras, mi reina- le repuso la anciana-, sino la pura
verdad. Odiseo esta aquí, ¡Era aquél viejo mendigo que habló
contigo! Ya lo sabía antes Telémaco, pero se calló para que Odiseo
pudiera realizar su venganza contra todos los pretendientes que le
habían causado tanto daño.
Luego conversaron sobre todo lo ocurrido, y Euriclea le dijo a
Penélope que la siguiera para que pudiera abrazarlo.
Pero Penélope no estaba del todo seguro, y hasta creía que era un
dios el que había matado a todos los pretendientes y no sabía si
preguntarle cosas o abrazarle.
76. Al entrar en la sala, vio a Odiseo sentado
de espaldas a una columna, con la
mirada baja, ella fue a sentarse con
él, junto al fuego.
Estuvieron un rato sin decir nada, hasta
que Odiseo se lavó entero y Atenea le
devolvió su aspecto natural; luego volvió
con Penélope, hablaron durante un
escaso tiempo hasta que se
reconocieron.
Penélope sentía que le fallaban las
rodillas y lloró y abrazó a Odiseo de
alegría; el también lloró
conmovido, porque tenía por fin, en sus
brazos a su amada Penélope.
77. Al día siguiente Odiseo quiso ir a
abrazar a su padre Laertes a ver si lo
reconocía o no.
Estuvieron mucho tiempo hablando de
todo lo ocurrido en Ítaca y Odiseo al ver
que su padre estaba sufriendo mucho
por su pérdida le confesó su
identidad, y para que se lo creyese le
enseñó la cicatriz del jabalí y luego le
dijo todos los árboles que él le había
regalado en su niñez.
Laertes sintió que le fallaban las
piernas, y sumidos en un gran
abrazo, lloraron y se alegraron de estar
juntos padre e hijo.
A partir de este momento la paz regresó
a Ítaca…
78.
79.
80. 1º “La Odisea contada a los niños” por Rosa
Navarro Durán y con ilustraciones de
Francesc Rovira. Editorial edebé.
2º “Las aventuras de Ulises” la historia de
la Odisea por Rosemary Sutcliff y con
ilustraciones de Alan Lee. Editorial Vicens
Vives.