El documento describe la arquitectura de las primeras iglesias cristianas entre los siglos IV y V. Se menciona que las primeras comunidades cristianas se reunían en catacumbas y lugares de culto subterráneos hasta que el cristianismo fue legalizado. Luego se adoptó el modelo de basílica romana para las iglesias, con ábsides, naves y atrios. Se incluyen reconstrucciones de plantas y alzados de la Iglesia del Santo Sepulcro en Jerusalén y la Basílica de San Pedro