2. EL MITO DE LA
ENFERMEDAD MENTAL
Szasz, T. (1970)
3. LA ENFERMEDAD MENTAL NO ES UN
OBJETO MATERIAL
La «enfermedad mental» es un concepto virtual:
sólo puede existir en la misma forma en que lo
hacen otros conceptos teóricos.
Las teorías y conceptos son construcciones virtuales
que buscan explicar un fenómeno.
ERROR: las teorías y conceptos (virtuales) se
prestan a que las personas crean que son
«verdades objetivas» o «hechos». (Confusión de
realidades: se confunde un objeto virtual con uno
material).
4. ERROR EN DOS NIVELES:
1. Una representación (de carácter virtual) es
diferente al objeto (material) que representa. La
confusión entre la representación y lo
representado es especialmente equivocada si
hemos construido la representación mental de un
objeto inexistente (e.g.: unicornio).
2. Una teoría, un concepto o una hipótesis son
representaciones mentales con las cuales se
busca explicar un fenómeno; en tal sentido no son
una representación exacta de ese fenómeno (no
son hechos); no son una cosa o fenómeno
material; y no son en fenómeno que intentan
explicar.
5. CIRCULARIDAD
ERROR: conceptos teóricos como brujas, deidades
e instintos llegan a parecer causas (materializadas)
por sí mismas de algunos fenómenos que explican
(son explicación y causa, no hace falta indagar
más).
La enfermedad mental es concebida como la
causa de diversos acontecimientos.
6. NOCIÓN DE «ENFERMEDAD MENTAL»
1. La enfermedad mental es el resultado de una
disfunción o daño cerebral:
En todo caso se hallará un defecto neurológico, así
sea sutil, que explica los trastornos de pensamiento
y de conducta observables.
Lo problemas de la vida se atribuyen a procesos
fisicoquímicos que la investigación médica
descubrirán a su debido tiempo.
Esta enfermedad al afectar el cerebro se manifiesta a
través de síntomas mentales.
7. CONFUSIÓN DE REALIDADES
ERROR: Una enfermedad cerebral es un defecto
neurológico, no un problema de la vida.
Una creencia (distorsionada) no puede explicarse por
un defecto o enfermedad del sistema nervioso.
ERROR EPISTEMOLÓGICO: interpretar
comunicaciones referentes a nosotros mismos y al
mundo como síntomas de funcionamiento
neurológico.
8. PSIQUISMO SUSTRATO MENTAL
La proposición «X es un síntoma psíquico» implica
formular un juicio que entraña una comparación
tácita entre las ideas y conceptos o creencias del
paciente y las del observador y la sociedad en la
cual viven ambos.
9. PSIQUISMO SUSTRATO MENTAL
La noción de síntoma orgánico está ligado al
contexto orgánico y anatómico.
La noción de síntoma psíquico está indisolublemente
ligado al contexto social y particularmente al
contexto ético (Dependencia histórica del
fenómeno).
10. CONCLUSIÓN:
“Para quienes consideran los síntomas psíquicos
como signos de enfermedad cerebral, el concepto
de enfermedad mental es innecesario y
equívoco. Si lo que quieren decir es que las
personas rotuladas «enfermos mentales» sufren
alguna enfermedad cerebral, sería preferible, en
bien de la claridad, que dijeran eso y nada más”.
11. ENFERMEDAD CEREBRAL
Es necesario aclarar un punto:
¿Puede la enfermedad cerebral o del
SNC manifestarse a través de síntomas
psíquicos?
12. MODELO MÉDICO
2. La enfermedad se emplea para caracterizar o
describir cierto rasgo determinado de la
personalidad del individuo.
Esta deformación de la personalidad explica la falta
de armonía en las relaciones sociales.
ERROR: convierte la abstracción «enfermedad
mental» en la causa de ciertos tipos de conducta.
13. ¿Qué clase de conductas se consideran
indicativas de enfermedad mental?
NORMA-COMPARACIÓN:
Enfermedad orgánica: la norma es la integridad
estructural y funcional del cuerpo humano.
Enfermedad psíquica: norma expresada en función
de conceptos psicosociales (e.g.: actuación de un
impulso inconsciente), éticos (e.g.: hostilidad crónica)
y jurídicos (e.g.: homicidio).
Enfermedad mental en tanto conducta que se aparta
de ciertas normas psicosociales, éticas y jurídicas.
14. ERROR: aún así la cura-remedio se busca con
procedimientos médicos.
La definición de trastorno (en tanto desviación
psicosocial o ética) riñe con el modo con que se
busca solucionarlo (médico).
15. ¿Quiénes definen las normas y el
apartamiento de ellas?
La persona misma.
Otros: familiares, médicos, psicoterapeuta,
autoridades judiciales.
El paciente u otros pueden solicitar el apoyo de un
psiquiatra para hacerle algo al sujeto con el fin de
corregir su desviación dentro de un marco
terapéutico-o encubiertamente médico.
16. CONCLUSIÓN:
“Dado que los procedimientos médicos
están destinados a remediar únicamente
problemas médicos, es lógicamente
absurdo suponer que contribuirán a resolver
problemas cuya existencia misma se ha
definido y establecido sobre fundamentos
no médicos”.
17. CONTEXTO SOCIAL: PSIQUISMO Y VALORES
Las dificultades en las relaciones humanas sólo pueden
ser analizadas, interpretadas y dotadas de un significado
dentro de contextos sociales y éticos específicos.
La orientación ético-social del psiquiatra influirá en sus
ideas sobre lo que anda mal en el paciente, sobre lo que
merece un comentario o interpretación, sobre la dirección
conveniente en que debería darse el cambio, etc.
Las intervenciones psiquiátricas que la gente busca y
recibe dependen más de su status socioeconómico y de
sus creencias morales que de las «enfermedades
mentales» que aparentan padecer.
18. PROPAGANDA MENTAL
La visión médica de la enfermedad mental parece
sustentarse en una propaganda psiquiátrica.
Deseo de ser oídos vs pruebas empíricas.
Suerte de engaño: se presenta como un
intervención metodológicamente médica, con el
“prestigio social” que tiene la medicina, pero
basada en gran parte de el criterio personal del
psiquiatra.
19. RETROALIMENTACIÓN
«Enfermedad mental» se refiere a acontecimientos
sociopsicológicos que se ven afectados
decisivamente por el hecho de que se los haga
públicos.
“Así, el psiquiatra no puede mantenerse
aparte de la persona que observa, mientras
que el patólogo sí puede y a menudo lo
hace”.
20. ESFUERZO Y TRABAJO
Tengo la impresión de que en nuestras teorías
científicas de la conducta no hemos sabido
aceptar el hecho simple de que las relaciones
humanas están, intrínsecamente llenas de
dificultades, y de que lograr aunque sólo sea una
relativa armonía en ellas exige mucha paciencia y
trabajo.
21. EL MITO DE LA ENFERMEDAD MENTAL
“La creencia en la enfermedad mental como algo
diferente de los inconvenientes que tiene el
hombre para llevarse bien con su semejante es la
justa heredera de la creencia en los demonios y
en las brujas. Así pues, la enfermedad mental
existe o es «real» exactamente en el mismo
sentido en que las brujas existían o eran
«reales»”.
22. LAS BRUJAS Y LOS DEMONIOS
1. Son representaciones virtuales.
2. No existen o al menos su existencia no ha sido
comprobada.
3. Estas representaciones fueron en alguna
época teorías, cuentos y leyendas con las
cuales se intentaba explicar las dificultades
sociales.
4. Luego su existencia que era hipotética en un
momento se tomó por cierta, y pasaron a ser
cosas reales que explicaban las dificultades
sociales.
23. TRANQUILIZADOR SOCIAL
Una vez que el hombre ha satisfecho la necesidad de
conservación de su cuerpo, y quizá de su especie, se
enfrenta al problema de la significación, personal:
¿Qué hará de sí mismo?
¿Para qué vive? La adhesión permanente al mito de
la enfermedad mental le permite a la gente evitar
enfrentarse con este problema.
26. La “normalidad” es un concepto
anti-analítico más que analítico.
(Confunde, no explica, juzga).
27. PSICOANALISIS
"El análisis se propone como objetivo hacernos
descubrir todo lo que hemos pasado la vida
ignorando, hacernos afrontar todo lo que hay de
penoso, de más escandaloso en el fondo de nuestro
ser, no solamente los deseos eróticos prohibidos,
sino también nuestra avidez por todo lo que no
poseemos, nuestra avaricia insospechada, nuestro
narcisismo infantil, nuestra agresividad asesina”.
28. TERRENO DESCONOCIDO
Pasamos el tiempo explorando y analizando a quienes
nos permiten ver su patología (neurosis, psicosis):
“Para un analista hablar de normalidad
es tratar de describir la faz oscura de la
luna”
29. EL QUE SE DENOMINA NORMAL
“El que se denomina normal no quiere saber de
nosotros. (…) desconfía de nosotros”.
Su normalidad podrá ser patología a nuestros ojos:
no es tan sano como cree.
Su normalidad podrá ser patógena a nuestros ojos: el
que no asuma su enfermedad lo va a enfermar.
30. ¿ARTÍCULO DE LUJO?
Hay personas que no quieren atención
psicoterapéutica:
¿Son por ello anormales?
¿Son normalmente patológicos?
31. DOS ACEPSIONES
Norma estadística (noción de cantidad): “la neurosis
es un fenómeno normal”
Norma normativa (ser conforme las reglas): oposición
entre “normal” y “neurótico”.
32. AMBIVALENCIA
Ambivalencia que se atribuye a la noción de normalidad:
aprobación y condena a la vez.
Queremos ser normales, pero “¿a quién le interesa ser
«ordinario» o «promedio»?”
“Si nos repugna ser «ordinarios», no por ello deseamos
ser «anormales»”.
Dos sectores de nuestro ser:
“Uno busca ser conforme a las reglas”.
“Otro busca escapar de ellas”.
33. LO NORMATIVO ES UN VALOR SUBJETIVO
La idea de normalidad se hace en base en
referencias…
Es forzosamente una relación a una norma
preexistente.
Lo “normal” es lo reconocible, lo que se acepta en
casa (niños- y adultos-).
Lo que se opone desde dentro de nosotros a “lo que
se acepta en casa” nos es familiarmente desconocido:
Das Unheimliche (Lo ominoso).
34. EDIPO
Primero, se quiere ser normal como un
intento de ganar el amor de los padres
respetando sus reglas y aceptando sus
ideales.
“Resolver la situación edípica ¿es la
«buena» normalidad?”
No. Todos llegan a una “solución”: neurótica,
psicótica, perversa, psicosomática, etc
35. “EL QUE SUFRE DEL SÍNTOMA DE
NORMALIDAD”
“Tienen el aspecto de ser conforme a la regla”.
“de estar «en la norma»”.
“A primera vista nada de Umheimlich se descubre en
ellos”.
“Analizandos-robot”: sistema de ideas preconcebidas
que confiere a su estructura una fuerza de robot
programado, la cual les permite conservar intacto su
equilibrio psíquico.
“Hay otros que se proclaman «normales» y que
también vienen en busca de análisis, con frecuencia
para agradar a otros”.
37. La Señora N permanecerá inanalizable“Me siento muy bien en mi piel”.
“«Normal» ante:” Sus propios ojos, su familia, sus vecinos,
sus amigos.
Incapaz de cuestionarse.
Incapaz de preguntarse lo que realmente piensa de su vida
conyugal.
Incapaz de enfrentar lo que puede sentir su marido por
ella.
Incapaz de sospechar la legitimidad de su impresión de
plenitud y bienestar.
Incapaz de preguntarse si en todo eso hay algo ilusorio.
Falta de imaginación de su parte.
“¿Qué más puede pedirse? El psicoanalista en cambio
pide más”
¿Qué pide?
38. El analista no puede evitar la sensación de
falta en “los normales”.
Su esperanza es obrar de modo que el
«normal» sufra por su normalidad.
39. ¿Es normal cuestionarse?
Dudar de nuestras elecciones objetales.
De nuestras reglas de conducta.
De nuestras creencias religiosas y políticas.
De nuestros gustos estéticos.
De nuestras ideas científicas sobre le mundo.
De nuestra identidad: ¿Quién soy yo?.
40. Hay quienes no dudan
Los que parecen estar “demasiado bien adaptados a
la vida”.
Los que no reconocen ningún síntoma.
Los que ignoran el sufrimiento psíquico.
Los que jamás han sido rozados de cerca por la
“tortura de la duda”.
Los que no están capacitados para entender la
enfermedad psíquica en el otro.
Los que no pueden ser analistas.
41. El analizable y el analista dudan
Son testigos de la división del sí mismo.
Buscan sentido en el sinsentido de los síntomas.
Dudan del ser.
La óptica del analista y del analizando no es común.
42. ¿Existe una sexualidad normal?
“Freud considera la vida sexual como regida por el
azar, y una vida sexual exitosa, como un lujo”.
Hay quienes glorifican la pulsión sexual en
detrimento
del objeto.
Hay quienes idealizan el objeto sexual al mismo
tiempo
que menosprecian la pulsión.
44. CASOS
Gabriel: pone el acento sobre la impotencia de la
pulsión y su actividad sexual. Carencia ejecutiva.
Pierre-Alain: pone sus síntomas sobre sus
relaciones objetales. Carencia afectiva.
Se dice que Gabriel tiene un “problema sexual” y que
Pierre-Alain tiene una vida sexual plena.
La vivencia de Pierre-Alain es lo común y lo “ideal”,
mientras que la vivencia de Gabriel se clasifica como
lo inusual-despreciable.
Psicoanalíticamente el estado mental de Gabriel es
más sano y el de Pierre-Alain más patológico (no se
vinculó con el objeto).
45. ANALIZABILIDAD
Si Gabriel, impotente, y Pierre-André, incapaz de
amar, son dos casos de psicoanálisis, no es a causa
de su comportamiento sexual, sino porque se
cuestionan.
Juicio.
La analizabilidad está determinada por la capacidad
de introspección y no por la patología.
46. LA CONVICCIÓN DE NORMALIDAD
La convicción de ser normal es una defensa
caracterial que traba la libertad de pensar.
Detiene la personalidad creativa.
Ojo infantil en búsqueda apasionada.