El documento describe cómo las dificultades y contrariedades de la vida pueden ayudar a las personas a centrarse en Dios y reconocer su dependencia de Él. Al sufrir contradicciones y ser mal juzgados, los creyentes pueden desarrollar humildad y protegerse contra la vanidad. Cuando los hombres los agravian por fuera, buscan a Dios como testigo interior. Las tribulaciones también muestran que sin Dios no pueden hacer nada bueno y que en el mundo no hay seguridad o paz perfectas.
2. 1. Es bueno que de vez en cuando tengamos
algunas penalidades y contrariedades,
porque suelen llamar al hombre a que vuelva
al interior de sí mismo, para que reconozca
que se halla desterrado y no ponga su
esperanza en cosa alguna del mundo.
3. Es bueno que de vez en cuando suframos
contradicciones, y que se opine mal o
menos bien de nosotros, aunque obremos
bien y con buena intención. Estas cosas a
menudo nos ayudan a ser humildes y nos
protegen contra la vanagloria. Porque,
cuando por fuera somos agraviados por los
hombres y no se confía en nosotros,
entonces mejor buscamos a Dios como
testigo interior.
4. 2. Por eso el hombre debería afirmarse
totalmente en Dios, de manera que no le
fuera necesario buscar muchas
consolaciones humanas. Cuando el hombre
de buena voluntad es atribulado, o tentado,
o afligido por malos pensamientos,
entonces comprende mayormente que
necesita de Dios, y descubre que sin Él no
puede nada bueno.
5. Entonces también se entristece, suspira y
ruega a Dios por las miserias que padece.
Entonces le disgusta el vivir por más
tiempo, y desea que le sobrevenga la
muerte, para “ser desatado del cuerpo y
estar con Cristo” (Fip 1,23). Entonces
también comprende cabalmente que en el
mundo no puede existir ni seguridad
perfecta ni paz plena.
FUENTE: IMITACIÓN DE CRISTO
6. EXAMÍNENLO TODO Y QUÉDENSE CON LO BUENO. CUÍDENSE
DEL MAL, DONDEQUIERA QUE LO ENCUENTREN.
1 TESALONICENSES 5:21-22
POR LO DEMÁS, HERMANOS, FÍJENSE EN TODO LO QUE
ENCUENTREN DE VERDADERO, DE NOBLE, DE JUSTO, DE
LIMPIO, EN TODO LO QUE ES HERMOSO Y HONRADO.
FÍJENSE EN CUANTO MERECE ADMIRACIÓN Y ALABANZA.
FILIPENSES 4:8
7. NOS PRESENTAMOS, PUES, COMO MENSAJEROS DE PARTE
DE CRISTO, COMO SI DIOS MISMO LES ROGARA POR
NUESTRA BOCA. Y DE PARTE DE CRISTO LES SUPLICAMOS:
“DÉJENSE RECONCILIAR CON DIOS”.
2 CORINTIOS 5:20