2. “El justo aborrece la palabra de mentira; mas el
impío se hace odioso e infame. Proverbios 13:5”
Es increíble, pero la mayoría de personas hoy
en día son muy mentirosas, a tal punto que en
ciertas personas pareciera que la mentira ya es
nata puesto que se ha convertido en parte de su
vida diaria.
3. Nosotros los cristianos no nos escapamos de
este mal, conozco personas con un gran anhelo
de servir a Dios, pero que son muy mentirosas.
Y es que en momento determinado la mentira se
puede convertir en un hábito y de eso quiero
hablarte en esta hora.
4. Antes que nada definamos que es un hábito:
Habito: es cualquier comportamiento repetido
regularmente, que requiere de un pequeño o
ningún raciocinio y es aprendido, más que
innato.
Al leer la definición de hábito nos podemos dar
cuenta que se basa en por lo menos dos cosas:
1. Comportamiento repetido regularmente.
2. Es aprendido.
5. La mentira se convierte en un hábito, cuando se
convierte en algo repetitivo y regular en nuestra
vida. También el hecho de mentir es aprendido,
conforme vamos desarrollando ese habito
también vamos aprendiendo a mentir de mejor
forma, sin darnos cuenta que con ello
ofendemos a Dios y nos engañamos a nosotros
mismos.
6. Y es que para mentir no se necesita decir
palabra alguna, con nuestros actos podemos
mentir también, ya que al fingir algo que no es
verdad estamos mintiendo. Santiago decía en
su epístola: “Pero si tenéis celos amargos y
contención en vuestro corazón, no os jactéis, ni
mintáis contra la verdad” (Santiago 3:14).
7. La palabra del señor nos exhorta a que no nos
mintamos entre nosotros: “no mintáis los unos a
los otros, habiéndoos despojado del viejo
hombre con sus hechos” (colosenses 3:9). Se
supone que los que estamos en Cristo somos
nuevas criaturas, que nos hemos despojado del
viejo hombre y por lo tanto no debería existir la
mentira en nuestra vida.
8. También la Biblia menciona que también
mentimos cuando no estamos llevando una
comunión con el señor: “si decimos que
tenemos comunión con él, y andamos en
tinieblas, mentimos, y no practicamos la
verdad”, (1 Juan 1:5).
9. Ahora bien, examinemos que estamos hablando
y como estamos actuando, ¿será que estamos
manteniendo una comunión real con el señor?,
¿será que nos estamos hablando la verdad el
uno al otro?, cada uno examine su camino pues
la palabra del señor nos dice: “los labios
mentirosos son abominación a Jehová; pero los
que hacen verdad son su contentamiento”
(Proverbios 12:22).
10. Pueda que lastimosamente has caído en el hábito
de la mentira, quizá tu vida gira alrededor de una
mentira, pero en este día Dios quiere que sepas
que puedes ser libre de ese mal, ese mal que
aunque no lo creas puede evitar que heredes la
vida eterna. Apocalipsis 21:8 dice: “pero los
cobardes e incrédulos, los abominables y
homicidas, los fornicarios y hechiceros, los
idólatras y todos los mentirosos tendrán su parte
en el lago que arde con fuego y azufre, que es la
muerte segunda.”.
11. A veces es difícil no mentir, pero no es imposible,
se necesita una determinación y dominio propio
que viene del Señor para decir no a la mentira.
Además debemos reconocer que el único
mentiroso es el diablo, pues el miente desde el
principio, pues es el padre de la mentira (Juan
8:44)
No permitamos que el enemigo nos engañe
haciéndonos creer que una mentirita sencilla no
es mala, toda clase de mentira en cualquier
categoría que la quieras poner sigue siendo
mentira y es abominación delante de Dios.
12. No te conformes a una vida de mentira, porque
se puede convertir en un habido difícil de
contrarrestar y que te puede llevar a la derrota
espiritual. Es mejor hablar la verdad aunque no
guste muchas veces, que decir mentiras que
además de faltarle el respeto a Dios, nos traerá
problemas en momento determinado.
13. Amados, necesitamos urgentemente desechar la
mentira, necesitamos urgentemente practicar la
verdad hasta convertirla en un hábito nuestro. Sé
que muchas veces quizá fallaremos, pero si lo
seguimos intentando te aseguro que un día lo
lograremos, además nunca nadie nos podrá
reclamar que no lo intentamos.
14. Tu relación personal con el señor también te
ayudara a desechar la mentira, entre mas
busques al Señor, mas aprenderás de su palabra,
mas lo adorárás y lo alabarás, entonces mucha
más verdad habrá en tu mente y en tu boca, pues
estarás empapado del señor y recuerda: “de la
abundancia del corazón, habla la boca” (Mateo
12:34).
FUENTE: INTERNET