2. ¿Dónde están los milagros? Preguntan los
hombres y mujeres de hoy, que van buscando por
el mundo, pruebas del infinito amor de Dios.
¿Dónde los estamos buscando, si somos el Milagro
más grande de la creación?... El milagro de abrir
los ojos a un nuevo día, el tener la oportunidad de
hacer de tu vida lo que quieras hoy, el sentirte vivo
a pesar de cualquier momento asumido, el ser
capaces de sentir los latidos que da sin parar el
corazón.
3. Basta creer, no perder nunca la fe, ser capaces de
ver más allá, tener esa capacidad de asombro que
nos ayuda a disfrutar de la magia que nos ofrece
la naturaleza y toda la grandeza que en nosotros a
semejanza de Dios, hay. Cuando se es niño, se
cree en los sueños, la magia y la fantasía,
tenemos la certeza que Dios todo lo puede y que si
luchamos por ello, nuestras ilusiones se pueden
hacer realidad; a medida que pasa el tiempo y
vamos creciendo, los momentos fantásticos se
volverán cada vez más cortos;
4. Sin darnos cuenta, nos olvidamos de muchas
cosas y dejamos de creer en casi todo. Hay
quienes consideran que en las personas con
discapacidades no existe la perfección de Dios;
¡qué ciegos son, aún teniendo ojos que ven!,
porque no logran comprender, que en lo más
pequeño y aparentemente imperfecto, ahí es
donde se dan tantos milagros que a todo aquel
que lo descubra le ha de sorprender.
5. ¿Quién no logra asombrarse cuando ve a un ser
humano que sin manos pinta con la boca o con los
pies? ¿Quién no llora de emoción, cuando
descubre que alguien con alguna limitación
alcanza cosas más grandes que aquellos a quién
aparentemente nada les faltó? Cuando se piensa
que se tiene todo, se limitan los sueños, se
debilita la fe, se acaba el sentimiento de
búsqueda, nada se espera, se estancan las
ilusiones, se acomoda el ser.
6. Por eso existe en la debilidad y fragilidad, un
milagro más que nos da la capacidad de llorar, de
buscar, de esperar, de llamar a la puerta y tener la
certeza de que seremos escuchados y se nos
abrirá. Muchos están a la espera de un milagro:
una sanación, un empleo, una conversión; y
cuando no se da lo que tanto pedimos, así como lo
esperamos, nos sentimos frustrados, creemos que
Dios no nos ha escuchado o nos ha abandonado.
7. No siempre los milagros suceden como los
anhelamos, quizás nos vienen de otra forma y ni
cuenta nos damos; no podemos permitir que nada
nos quebrante la fe, estamos vivos hoy, y mientras
eso pase, muchas cosas suceden y otros más
están por suceder; por eso, no dejemos de pedir y
mucho menos, de agradecer.
FUENTE: INTERNET