GUÍA PARA EL REZO DEL SANTO ROSARIO, tamaño cuartilla A5 .pdf
Crisis de amor
1.
2. El problema está en que en el mundo de
hoy cada vez hay más gente incapaz de
amar...
"Amarás al Señor, tu Dios, con todo tu
corazón, con toda tu alma, con todas tus
fuerzas y con todo tu espíritu, y a tu
prójimo como a ti mismo". Lc 10, 25-37.
La crisis actual no es sólo una crisis
económica. A lo que nos enfrentamos es
a una crisis antropológica, una crisis de
civilización, una crisis moral, una crisis
del concepto de “persona”.
3. “Creó, pues, Dios al ser humano a imagen
suya, a imagen de Dios le creó, varón y
mujer los creó” (Gén1, 27). El ser humano
se parece a Dios, somos imagen de Dios.
Nos asemejamos a Dios en tanto en
cuanto somos capaces de amar, porque
Dios es Amor. Y ahí encontramos la clave
de la crisis actual: nuestra sociedad cada
vez es más incapaz de amar. Nosotros
cada vez somos más incapaces de amar.
4. Ninguna palabra más manoseada y prostituida que
“amor”. Dice el Diccionario de la Real Academia
que el amor es un “sentimiento intenso del ser
humano que, partiendo de su propia insuficiencia,
necesita y busca el encuentro y unión con otro
ser”. Pero el amor no es sólo un sentimiento
(aunque también lo sea). El amor es una realidad
que afecta a la persona en su totalidad: no sólo a la
emotividad. Las emociones y los
sentimientos pueden ser pasajeros. El amor tiene
vocación de eternidad y si no, no es amor
auténtico. El amor es sentimiento, pero también es
mucho más que eso.
5. El amor implica también a la razón, a la
inteligencia, a nuestra capacidad de
conocimiento. Si no conoces al otro difícilmente
lo puedes amar (de ahí la importancia del
noviazgo). Para ser persona tienes que conocerte
a ti mismo y tener capacidad de conocer al otro.
Si no somos capaces de entendernos a nosotros
mismos y entender a los demás, no seremos
capaces de amar de verdad y, en consecuencia,
no seremos verdaderamente personas.
6. El ser humano no alcanza su madurez mientras
no es capaz de conocerse a sí mismo,
aceptándose con sus virtudes y sus limitaciones,
sus puntos fuertes y sus debilidades. Y eso
puede llevarnos la vida entera, porque somos
una realidad dinámica que busca la plenitud; no
algo estático e inmutable. La vida es un camino
en el que vamos tratando de realizarnos como
personas, tratando de ser lo que estamos
llamados a ser: Personas con mayúsculas, que
es lo que los cristianos llamamos “santos”.
7. Todos estamos llamados a la santidad, a ser
personas que aman en plenitud, como Dios nos pide
que amemos: sin límites ni medida, siguiendo el
ejemplo de Nuestro Señor, que nos amó hasta dar su
vida para nuestra salvación.
Pero llegar a amar de verdad, también implica un
ejercicio de voluntad. Amar supone sacrificio y
esfuerzo. Es negarse a uno mismo para buscar el bien
y la felicidad de la persona amada. El amor de los
esposos o de los padres por sus hijos son buen
ejemplo de ello. Por eso el matrimonio cristiano es
indisoluble y no es cosa de dos, sino de tres: el
hombre, la mujer y Dios. Lo que une al hombre y la
mujer es el Amor: es Dios mismo.
8. Dios nos une y nos acompaña y nos regala la
vida de nuestros hijos para que los cuidemos,
los amemos y los eduquemos. Porque el amor de
Dios siempre es creador y dador de vida. Pero
cuántas noches sin dormir, cuántas
preocupaciones y sacrificios de todo tipo supone
educar a los hijos. No obstante, en ese mismo
esfuerzo encontramos a la vez la felicidad, el
sentido de la vida y la plenitud.
9. Amar a la esposa también implica el esfuerzo de
compartir las tareas domésticas, la educación
de los hijos, lo bueno y lo malo; implica el
esfuerzo de mantenerse fieles a la palabra dada
sin dejarse llevar por los instintos o las
emociones, que pueden abocarnos a la
infidelidad y al engaño. Porque el amor y la
verdad tienen que ir necesariamente de la mano.
"No aceptéis nada como verdad que esté privado
de amor.
10. Y no aceptéis nada como amor que esté privado
de verdad. La una sin el otro se convierten en
una mentira destructora", decía Santa Teresa
Benedicta de la Cruz (Edith Stein en el siglo).
Una persona tiene que tener palabra y ser
auténtica y coherente. Si no, no somos personas.
Nada degrada más nuestra dignidad que la
mentira.
11. En definitiva, lo que da sentido a la vida del
hombre es el amor: amor entendido como aquello
que nos dignifica y nos constituye como
auténticas personas y como hijos de Dios. El amor
es lo que nos acerca a Dios, lo que nos permite
ser semejantes a ese Dios que nos creó y nos dio
la vida para que el mundo sea más hermoso y
mejor gracias al amor que nosotros seamos
capaces de repartir cada día a nuestro alrededor.
12. El problema está en que en el mundo de hoy
cada vez hay más gente incapaz de amar:
analfabetos del amor, pobres en amor,
discapacitados para amar. Se nos está diciendo
que lo único que da sentido a la vida es
disfrutar: pasarlo bien, dar rienda suelta al
instinto, beber, viajar, el lujo, la riqueza, la
fama… Es lo que llamamos “hedonismo”.
13. Esa visión de la vida nos incapacita para amar y
nos convierte en auténticos minusválidos ante la
vida y nos condena al vacío, al hastío y a la
desesperación. El hombre no tiene derecho al
placer, sino la obligación de amar, incluso si ese
amor nos provoca sufrimiento. La búsqueda
desenfrenada del placer nos conduce al abismo
del sinsentido nihilista que termina por
destruirnos como personas.
14. El matrimonio está en crisis porque hay gente
que ya no sabe amar. Hay gente que confunde el
amor con la atracción física, con el instinto o con
el enamoramiento pasajero. Y cuando actuamos
así, siempre aparecerá tarde o temprano otra
mujer (u otro hombre) que te resulte más
atractiva y que “te enamore”. Y así, muchas
parejas se rompen sucesivamente sin que el
individuo encuentre nunca la estabilidad
emocional ni un proyecto de vida que dé
realmente sentido a su existencia.
15. La promiscuidad es uno de los signos de los
tiempos. Como lo que importa es pasarlo bien y
disfrutar de la vida, hoy estoy con una y mañana
con otra. Porque el otro no es una persona, sino
algo con lo que pasarlo bien. Una especie de
juguete con el que satisfacer mis necesidades
instintivas. Esto, además, se envuelve con los
ropajes de una supuesta liberación sexual
progresista que nos hace más modernos y así
evitamos cualquier sentimiento de culpa o
cualquier reproche de la conciencia.
16. No nos reprimamos. Así no es de extrañar que
cada día aumente el número de violaciones o que
se multipliquen los casos de pederastia. Eso por
no hablar del gran negocio de la prostitución o la
pornografía que denigran la condición humana
reduciéndola a puro objeto de compraventa. Todo
vale con tal de disfrutar de la vida: incluso
degradar la propia dignidad y la de los demás.
17. La familia está en crisis porque nos hemos
olvidado de lo que es amar. No tenemos hijos
porque no te dejan disfrutar de la vida ni
prosperar profesionalmente. Y si tenemos hijos,
nos vemos obligados a aparcarlos donde sea
porque los dos tenemos que trabajar para poder
vivir bien. Como si “vivir bien” consistiera en otra
cosa distinta de querer a tus hijos y educarlos y
atenderlos.
18. Hay padres que se han olvidado de que lo más
importante en la vida es querer a los hijos y que
lo que tus hijos necesitan no son cosas, sino un
padre y una madre que los quieran, que les lean
libros, que les ayuden a hacer los deberes, que
les escuchen, les consuelen, les orienten, les
ofrezcan principios y valores para llegar a ser
buenas personas y les ayuden a encontrar su
propio camino en la vida. Por eso, pretender ser
“amigo” de los hijos es una perfecta estupidez.
19. Hay padres que han olvidado amar a sus hijos
hasta tal punto, que los matan directamente antes
de que puedan nacer. ¿Cómo una madre puede
llegar a matar a su propio hijo? ¿Cómo un padre
puede consentir tal atrocidad? ¿Cómo se puede
llegar a tal degradación, a tal falta de escrúpulos
y de conciencia? El aborto es el signo más
revelador del grado de barbarie al que estamos
llegando por haber olvidado lo que es amar.
20. ¿Por qué hay tantos jóvenes que caen en las
drogas? ¿Por qué tantos se van de “botellón”?
¿Por qué se dan cada año tantos embarazos no
deseados y tantísimos abortos? Porque no hemos
enseñado a los niños qué es amar y les hemos
dicho que lo importante es pasarlo bien como sea.
Tampoco les hemos enseñado el valor sagrado de
la vida, ni la importancia de la verdad, de la
honestidad, de asumir la responsabilidad de los
propios actos.
21. ¿Por qué hemos llegado a la crisis económica que
padecemos? Pues porque mucha gente sólo quiere
ganar dinero como sea y de la manera más rápida
y fácil posible. Así, la especulación, el robo, la
corrupción y el pelotazo se han convertido en la
mejor forma de enriquecerse. Y a vivir que son dos
días. Y si hay gente que se queda sin empleo, si
aumenta la pobreza y la miseria, no es mi
problema: que lo solucionen el gobierno o Caritas.
22. ¿Creen ustedes que es casualidad que el
concepto de “pecado” haya caído en desuso?
¿Es casualidad la crisis que incluso dentro de la
Iglesia sufre el sacramento de la penitencia?
Nos han engañado diciendo que nada es pecado
y que todo vale.
Y luego nos escandalizan sus consecuencias:
miles de abortos, corrupción generalizada,
consumo alarmante de drogas y alcohol;
proliferación de la pederastia, de la pornografía,
de la trata de mujeres, de las violaciones;
violencia contra las mujeres, contra los niños,
contra los ancianos; niños que crecen
abandonados, ancianos que mueren en soledad;
escuelas que no enseñan, familias rotas.
23. La crisis del amor y la idolatría del bienestar
conllevan el auge del pecado. Pero donde abunda
el pecado, sobreabundará la gracia. Dios nos urge
a la coherencia, a la autenticidad, al testimonio y
a la santidad. Luchar contra la crisis es luchar
contra el pecado: el personal y el social.
24. Tenemos la obligación de luchar contra la cultura
satánica de la muerte para construir la
civilización del amor. Lo que urge es una profunda
conversión personal. Necesitamos santos,
verdaderos testigos del amor de Dios, que animen
a la conversión y a la penitencia. No hay otro
camino. Llevamos las de ganar en Cristo, que con
su muerte y su resurrección ha derrotado al
pecado y la muerte de una vez para siempre. Él es
el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo.
Adorémosle y amemos.
Fuente: Internet
El periódico de México
Autor: Pedro Luis Llera
25. POR ESO EL HOMBRE DEJA A SUS PADRES PARA UNIRSE A
UNA MUJER, Y FORMAR CON ELLA UN SOLO SER.
GÉNESIS 2:24
NUESTRO MATRIMONIO SERÁ SANTO Y FORMAL, FUNDADO
EN EL AMOR Y LA TERNURA.
OSEAS 2:21
DE MANERA QUE YA NO SON DOS, SINO UNO SOLO. POR ESO,
LO QUE DIOS UNIÓ, QUE EL HOMBRE NO LO SEPARE.
MARCOS 10:9
MARIDOS, AMEN A SUS ESPOSAS COMO CRISTO AMÓ A LA
IGLESIA Y SE ENTREGÓ A SÍ MISMO POR ELLA.
EFESIOS 5:25
26. DEL MISMO MODO LOS MARIDOS DEBEN AMAR A SUS ESPOSAS COMO
AMAN A SUS PROPIOS CUERPOS. EL QUE AMA A SU ESPOSA SE AMA A
SÍ MISMO. Y NADIE JAMÁS HA ABORRECIDO SU CUERPO; AL
CONTRARIO, LO ALIMENTA Y LO CUIDA.
EFESIOS 5:28
QUE LOS MARIDOS, A SU VEZ, LLEVEN LA VIDA COMÚN CON TINO,
SABIENDO QUE LA MUJER ES UN SER MÁS DELICADO. ASÍ MISMO, QUE
LES TENGAN CONSIDERACIÓN, PUES HAN DE COMPARTIR JUNTOS EL
DON DE DIOS QUE LLEVA A LA VIDA. HAGAN ESTO Y DIOS NO
DEMORARA EN ESCUCHAR LO QUE LE PIDAN.
1 PEDRO 3:7
MARIDOS, AMEN A SUS ESPOSAS Y NO SE DISGUSTEN CON ELLAS.
COLOSENSES 3:19
GOZA DE LA VIDA CON LA MUJER QUE AMAS, TODOS LOS DÍAS DE TU
VIDA FUGAZ QUE DIOS TE DA BAJO EL SOL, PORQUE ÉSA ES TU PARTE
EN LA VIDA Y EN EL TRABAJO QUE TÚ REALIZAS AQUÍ ABAJO.
ECLESIASTÉS 9:9
27. EL AMOR ES PACIENTE, SERVICIAL Y SIN ENVIDIA. NO
QUIERE APARENTAR NI SE HACE EL IMPORTANTE.
1 CORINTIOS 13:4
NO ACTÚA CON BAJEZA, NI BUSCA SU PROPIO INTERÉS.
EL AMOR NO SE DEJA LLEVAR POR LA IRA, SINO QUE OLVIDA
LAS OFENSAS Y PERDONA.
1 CORINTIOS 13:5
NUNCA SE ALEGRA DE ALGO INJUSTO Y SIEMPRE LE AGRADA
LA VERDAD.
1 CORINTIOS 13:6
EL AMOR DISCULPA TODO; TODO LO CREE, TODO LO ESPERA
Y TODO LO SOPORTA.
1 CORINTIOS 13:7
28. AHORA TENEMOS LA FE, LA ESPERANZA Y EL AMOR, LOS TRES. PERO
EL MAYOR DE LOS TRES ES EL AMOR.
1 CORINTIOS 13:13
PERO POR ENCIMA DE TODO, TENGAN EL AMOR, QUE ES EL VÍNCULO
PERFECTO.
COLOSENSES 3:14
QUERIDOS MÍOS, AMÉMONOS LOS UNOS A LOS OTROS, PORQUE EL
AMOR VIENE DE DIOS.
1 JUAN 4:7
TODO EL QUE AMA HA NACIDO DE DIOS Y CONOCE A DIOS.
EL QUE NO AMA, NO HA CONOCIDO A DIOS, PUES DIOS ES AMOR.
1 JUAN 4:8
DIOS ES AMOR. EL QUE PERMANECE EN EL AMOR, EN DIOS
PERMANECE, Y DIOS EN ÉL.
1 JUAN 4:16
29. CUANDO AMAMOS A DIOS Y CUMPLIMOS SUS MANDATOS
TENEMOS LA CERTEZA DE QUE AMAMOS A LOS HIJOS DE
DIOS.
1 JUAN 5:2
LOS HIJOS DE DIOS Y LOS DEL DIABLO SE RECONOCEN EN
ESTO:
EL QUE NO OBRA LA JUSTICIA NO ES DE DIOS, Y TAMPOCO
EL QUE NO AMA A SU HERMANO.
1 JUAN 3:10
PUES SE LES ENSEÑÓ DESDE EL PRINCIPIO QUE SE AMEN
LOS UNOS A LOS OTROS.
1 JUAN 3:11
ASÍ RECONOCERÁN TODOS QUE USTEDES SON MIS
DISCÍPULOS: SI SE TIENEN AMOR UNOS A OTROS.
JUAN 13:35
30. TENGAN UN MISMO AMOR, UN MISMO ESPÍRITU, UN ÚNICO
SENTIR, Y NO HAGAN NADA POR RIVALIDAD O POR ORGULLO.
AL CONTRARIO QUE CADA UNO, HUMILDEMENTE, ESTIME A
LOS OTROS COMO SUPERIORES A SÍ MISMO.
FILIPENSES 2:2-3
NO TENGAN DEUDA CON NADIE; SOLAMENTE EL AMOR SE LO
DEBERÁN UNOS A OTROS, PUES EL QUE AMA AL PRÓJIMO HA
CUMPLIDO CON TODA LA LEY.
ROMANOS 13:8
HIJITOS, NO AMEMOS CON PURAS PALABRAS Y DE LABIOS
AFUERA, SINO VERDADERAMENTE Y CON OBRAS.
1 JUAN 3:18
“¡FELICES SOBRE TODO LOS QUE ESCUCHAN LA PALABRA DE
DIOS Y LA PONEN EN PRÁCTICA!”
LUCAS 11:28
31. AMARÁS AL SEÑOR TU DIOS CON TODO TU CORAZÓN, CON
TODA TU ALMA Y CON TODA TU MENTE. ESTE ES EL PRIMERO
Y EL MÁS IMPORTANTE DE LOS MANDAMIENTOS.
MATEO 22:37-38
PERO HAY OTRO SEMEJANTE A ÉSTE: AMARÁS A TU PRÓJIMO
COMO A TÍ MISMO. TODA LA LEY Y LOS PROFETAS SE
FUNDAMENTAN EN ESTOS DOS MANDAMIENTOS.
MATEO 22:39-40
LOS QUE CONFÍAN EN ÉL CONOCERÁN LA VERDAD Y LOS QUE
LE SON FIELES ESTARÁN CON ÉL EN EL AMOR, PORQUE SUS
ELEGIDOS HALLAN EN EL BONDAD Y MISERICORDIA.
SABIDURÍA 3:9
32. TRES COSAS ME ENCANTAN, ENCANTADORAS PARA DIOS Y
PARA LOS HOMBRES: LA UNIÓN ENTRE HERMANOS, LA
AMISTAD ENTRE PRÓJIMOS Y EL MARIDO Y LA MUJER EN
PERFECTA ARMONÍA.
ECLESIÁSTICO 25:1
PÓNGANSE, PUES, EL VESTIDO NUEVO COMO CONVIENE A
LOS ELEGIDOS DE DIOS, POR SER SUS SANTOS MUY
QUERIDOS. REVÍSTANSE DE SENTIMIENTOS DE TIERNA
COMPASIÓN, DE BONDAD, DE HUMILDAD, DE MANSEDUMBRE,
DE PACIENCIA.
COLOSENSES 3:12