La práctica teórica en la escuela: el desafío de presentar el conocimiento
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4. 1. Los conocimientos que trasmite la
escuela no son verdaderamente teóricos,
pues no disponen de la plasticidad
inherente a lo teórico. Tampoco son
verdaderamente conocimientos prácticos.
7. Puede suponerse que muchos alumnos
(y no necesariamente los mejores) sufren
por el hecho de que los contenidos
enseñados carecen de desafío, lo que a
sus ojos los haría más “interesantes” y
justificaría un interés más serio de parte
de ellos.
2. Se trata más bien de conocimientos
proposicionales que, a falta de un mejor
estatus, resumen el conocimiento bajo la
forma de una serie de proposiciones
conectadas lógicamente entre sí, pero
desunidas.
6. Además, al examinar el nivel de los
objetivos que persiguen las actividades
pedagógicas, se muestra que
corresponden masivamente a la parte
inferior de las taxonomías, como las de
Bloom, en circunstancias de que las
intenciones explicitadas son mucho más
ambiciosas.
3. Se limitan así a enunciar contenidos, lo
que se halla lejos de corresponder a las
exigencias de algo digno de llamarse
teórico.
5. A los conocimientos escolares les
gustaría adornarse con virtudes
provenientes de lo teórico, lo que les
conferiría la legitimidad que buscan. Si
fracasan, es porque les falta desarrollar
un verdadero trabajo de “práctica
teórica”, que sólo sería posible con el uso,
en cada disciplina, de conceptos vivos y
creadores.
8. Se puede afirmar que lo que le falta a la
escuela es saber practicar la teoría, con la
motivación interna que ésta conlleva. Y
ello no es considerado por los que se
dicen –al menos de palabra- defensores
de los contenidos escolares “de alto
nivel”.
5. 1. La manera en que
los textos escolares
presentan el
conocimiento es un
buen reflejo del nivel
del saber en la
escuela.
2. Es
sorprendentemente
alto el número de
unidades de
información
diferentes que
aparecen en una
simple doble página.
3. Tales
informaciones son
de naturaleza muy
diversa
4. Su jerarquización
no es evidente. En
particular, los
conceptos
difícilmente se
desprenden de una
gran cantidad de
elementos fácticos.
6. 5. Tampoco resulta sencillo
distinguir lo que tiene que ver con el
nivel de los datos empíricos (de los
hechos observables) y lo que resulta
de la elaboración de un modelo (que
permanece implícito).
6. Lo que caracteriza al experto es
justamente que, sin siquiera notarlo,
“ve” lo real a través de un modelo
que en cierto modo él mismo ha
“adoptado”.
7. Hace falta también la
“problematización” del saber.
8. En el plano de los textos
escolares, se reencuentra lo ya dicho
sobre la transformación –por parte
de la escuela- de los conocimientos
teóricos en conocimientos
“proposicionales”; ello implica una
desaparición de los desafíos
conceptuales.