2. Una hermosa noche de diciembre, allá en La
Habana, estaba una pareja de cubanos
mirando el mar, muy acaramelados en
el malecón, cuando de repente, le dice él a
ella:
3. - Chica, ¡déjame tocarte el wiwichu!
- Estás loco, mi negro, ¿cómo crees, si no es
tiempo todavía?
- Anda chica que no ves que es el tiempo
perfecto, ¡déjame tocarte el wiwichu!
4. - ¡No, que no quiero!
- Anda chica, es ahora o nunca, deja que te
toque el wiwichu....
- Bueno, mi negro, sólo porque te quiero
mucho...