1. Jesús amplía la octava bienaventuranza sobre los que sufren persecución y dice que pueden regocijarse a pesar de la persecución.
2. Los primeros cristianos amaban esta bienaventuranza porque sabían que el reino de los cielos les pertenecía y que su recompensa será grande en el cielo.
3. La promesa de Jesús les dio consuelo y fuerza para soportar la persecución, sabiendo que estaban siguiendo el ejemplo de Jesús y los profetas.
2. Mateo 5:10-12 10. Bienaventurados los que padecen
persecución por causa de la justicia, porque de ellos es el
reino de los cielos. Bienaventurados sois cuando por mi
causa os vituperen y os persigan, y digan toda clase de
mal contra vosotros, mintiendo. Gozaos y alegraos,
porque vuestro galardón es grande en los cielos; porque
así persiguieron a los profetas que fueron antes de
vosotros.
4. llegamos al punto de partida, a la
promesa hecha en la primera
bienaventuranza que dice: «… porque
de ellos es el reino de los cielos». En 5.3,
acerca del ser mendigos
espirituales, a saber: mantener
una actitud positiva, incluso
cuando somos perseguidos.
¿Por qué amplió Jesús esta bienaventuranza
y no las otras?
5. Lo que podían esperar del mundo si cultivaban la
clase de carácter descrito en las primeras
bienaventuranzas. Tres versos y no uno
«Acordaos de la palabra que yo os he dicho: El siervo no
es mayor que su señor. Si a mí me han perseguido,
también a vosotros os perseguirán» (Juan 15.20).
6. Lo que Jesús sí dijo es «Bienaventurados los que
padecen persecución por causa de la justicia».
«Bienaventurados sois cuando por mi causa os vituperen
y os persigan» (Mateo 5.11)
Lucas, dijo: «Bienaventurados seréis cuando los hombres
os aborrezcan, […] por causa del Hijo del Hombre»
(6.22)
Pablo le dijo a Timoteo: «Y también
todos los que quieren vivir piadosamente en Cristo
Jesús padecerán persecución» (2ª Timoteo 3.12)
7. Jesús dijo que «la luz vino al mundo, y los hombres
amaron más las tinieblas que la luz, porque sus obras eran
malas. Porque todo aquel que hace lo malo, aborrece la
luz y no viene a la luz, para que sus obras no sean
reprendidas» (Juan 3.19, 20).
8. «Bienaventurados sois cuando por mi causa os vituperen
y os persigan, y digan toda clase de mal contra vosotros,
mintiendo» (Mateo 5.11)
Bienaventurados seréis cuando los hombres os
aborrezcan, y cuando os aparten de sí, y os vituperen, y
desechen vuestro nombre como malo, por causa del Hijo
del Hombre» (Lucas 6.22)
Aborrecimiento Aislamiento.
Vituperios
Calumnias y distorsión
de la verdad.
Una persecución
desenfrenada
9. Persecución: ¿A quiénes?
«porque así
persiguieron a los
profetas…»
Jesús mismo sufrió, pues dice:
«Cristo padeció por nosotros,
dejándonos ejemplo, para que
sigáis sus pisadas»
(1ª Pedro 2.21).Hechos 12:1. En aquel
mismo tiempo el rey
Herodes echó mano a
algunos de la iglesia
para maltratarles.
Y mató a espada a
Jacobo, hermano de
Juan.
Juan fue desterrado
a la isla de Patmos
( Apocalipsis 1.9).
10. • Pedro —• fue crucificado bocabajo
• Andrés —fue martirizado en una cruz en Edesa
• Felipe —fue azotado, encarcelado y luego crucificado en Hierápolis
• Bartolomé —fue azotado y luego crucificado
• Tomás —fue muerto con una lanza
• Mateo —fue asesinado con espada en Etiopía
• Jacobo hijo de Alfeo —fue martirizado en Egipto
• Tadeo —fue crucificado
• Simón el Zelote —fue crucificado
• Matías —fue apedreado y luego decapitado
• Pablo —fue decapitado en Roma12
11. “Gozaos y alegraos” (Mateo)
«Gozaos en aquel día, y alegraos» (Lucas 6.23).
1 Pedro 3:14-15 “Mas también si alguna cosa padecéis por
causa de la justicia, bienaventurados sois. Por tanto, no os
amedrentéis por temor de ellos, ni os conturbéis, sino
santificad a Dios el Señor en vuestros corazones”
Cuando los apóstoles fueron azotados y se les
ordenó no predicar (Hechos 5.40), salieron del concilio
judío «gozosos de haber sido tenidos por dignos
de padecer afrenta por causa del Nombre» (vers.º
41).
12. Cuando Pablo y Silas fueron azotados y
encarcelados en Filipos, en lugar de quejarse, llenaron
su celda con oraciones e himnos de alabanza a Dios
(Hechos 16.25).
Cuando al venerable Policarpo le dieron
escoger entre retractarse de su fe en Jesús o morir,
respondió: «Ochenta y seis años le he servido, y ni
una sola vez me ha defraudado, ¿cómo entonces
puedo blasfemar a mi Rey que me ha salvado?
13. 1.- Debido a lo que la persecución puede hacer por
nosotros. Santiago 1.2–4. “cuando soy débil, entonces
soy fuerte” (2ª Corintios 12.10;
2.- Debido a lo que la persecución puede mostrar. puede
ser indicio de que estamos siguiendo a Jesús. «dignos de
padecer afrenta por causa del Nombre»
(Hechos 5.41).
3.- Debido a que la persecución puede indicar hacia
dónde nos dirigimos. “Gozaos y alegraos, porque vuestro
galardón es grande en los cielos”
14. Los primeros cristianos amaban la octava
bienaventuranza […]. Los hacía sonreír en lo más
amargo de la violencia. Era un consuelo diario,
porque sabían que «el reino» les pertenecía y
que su galardón era grande «en los cielos». Con
la bienaventuranza prometida del Señor como
cinto interno y fortalecimiento espiritual, se
les facultó para soportar un «gran combate de
padecimientos» [Hebreos 10.32].
Entonces Jesús respondiendo, dijo: No sabéis lo que pedís.
¿Podéis beber del vaso que yo he de beber, y ser bautizados
con el bautismo con que yo soy bautizado? Y ellos le
dijeron: Podemos. (Mateo 20:22)
15. • «Bienaventurados los pobres en espíritu, porque de ellos es el reino de los cielos». Ahora
pueden convertirse en ciudadanos del reino de Cristo (la iglesia) y pueden anticipar una eternidad
en el cielo mismo.
• «Bienaventurados los que lloran, porque ellos recibirán consolación». Aquí son consolados por
habérseles perdonado sus pecados. Después de esta vida, serán consolados en la presencia de
Dios.
• «Bienaventurados los mansos [y humildes], porque ellos recibirán la tierra por heredad».
Pueden disfrutar de las verdaderas bendiciones de esta vida y algún día habitarán
«la nueva tierra» (el cielo).
• «Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia, porque ellos serán saciados».
En esta vida terrenal, son nutridos con la Palabra de Dios y el cuidado providencial de Dios. En la
vida venidera, sus almas conocerán la satisfacción absoluta en el cielo.
• «Bienaventurados los misericordiosos, porque ellos alcanzarán misericordia». Aquí
los misericordiosos reciben misericordia de parte Dios y a veces la reciben de los
demás. Por supuesto, la máxima expresión de la misericordia divina será la salvación
eterna en el cielo.
• «Bienaventurados los de limpio corazón, porque ellos verán a Dios». Ahora ven a Dios
con el ojo de la fe, sin embargo, le verán cara a cara en el cielo.
• «Bienaventurados los pacificadores, porque ellos serán llamados hijos de Dios». Hoy son
hijos de Dios en Su familia, la iglesia. Algún día el proceso de adopción se completará
en el cielo.
• «Bienaventurados los que padecen persecución por causa de la justicia, porque de
ellos es el reino de los cielos». Pueden regocijarse ahora porque son perseguidos por
la causa de Cristo. Sobre todo se regocijan porque Jesús prometió que el galardón de