El documento describe cómo las empresas pueden mitigar los riesgos de la volatilidad a través de la optimización de la hoja de balance. La "ecuación de liquidez" es una herramienta clave que identifica elementos como el EBITDA, CAPEX, capital de trabajo y estructura de capital que pueden ajustarse para alinear las decisiones de inversión y financiamiento con los requisitos mínimos de liquidez y así garantizar las operaciones y la sostenibilidad de la empresa. La aplicación correcta de la ecuación de liquidez puede conduc
1. Mitigación de riesgos
a través de un
del balance
Todas las empresas enfrentan día a día
el reto de gestionar la incertidumbre
para crear valor de forma sostenible en
un entorno cada vez menos predecible.
Cambios en la estructura de los
mercados, las preferencias de los
consumidores y el marco regulatorio se
conjuntan con operaciones complejas
y, por ende, volátiles.
La volatilidad es un obstáculo para el
sano crecimiento de las empresas.
Organizaciones de cualquier tamaño y
en todas las industrias han visto cómo
las fluctuaciones propias del mercado
impactan repetidamente de forma
negativa su posición financiera,
desaceleran sus planes de expansión y
desafían la estabilidad de sus
operaciones.
La crisis financiera iniciada en el 2008
puso de manifiesto ante la comunidad
global la relevancia de la relación que
existe entre la volatilidad de los
mercados y las ganancias esperadas de
una empresa. Los movimientos en las
tasas de interés, el tipo de cambio y
otras variables críticas provocaron
pérdidas muy significativas e hicieron
que inversiones que parecían infalibles
bajaran de valor abruptamente, incluso
con consecuencias catastróficas, como
la necesidad de intervención
gubernamental, las adquisiciones
hostiles e incluso la quiebra.
Las mejores prácticas administrativas
exigen que sea la alta dirección la que
determine la cantidad de riesgo que la
empresa está dispuesta a asumir para
lograr sus objetivos: definir su apetito
al riesgo.
Asociada a lo anterior está la imperiosa
necesidad de crear las acciones, procesos,
herramientas y reportes necesarios para
que la organización en su totalidad sea
capaz de optimizar la relación riesgo-
retorno y actuar conforme a una lógica
de prevención y mitigación de la
volatilidad, que solo puede surgir cuando
los riesgos y sus fuentes se identifican y
valoran apropiadamente.
Una de las formas más efectivas para
disminuir la volatilidad y contrarrestar
sus efectos negativos es la optimización
de efectividad de la hoja del balance
(Balance Sheet Effectiveness). Manejar
de una forma eficiente el balance
permite a cualquier organización
prepararse para crecer y optimizar su
posición financiera.
2. Ecuación de liquidez
Dificultades
asociadas a
la generación
de efectivo
CAPEX
Otros
ajustes
Capital Deuda
Efectivo para
cumplir los
requerimientos
de negocio:
crecimiento y
sustentabilidad
EBITDA
Tesorería
Capital
de trabajo
Requerimiento
de efectivo
De la
problemática...
... al
resultado
ECUACIÓN
DE
LIQUIDEZ
Menos efectivo generado
por la operación
Crecimiento orgánico
e inorgánico
Servicio de deuda
y compromisos
de dividendos
CAPEX
Restricciones crediticias
Flujo de
efectivo
2 1
4
3
5
Entender qué produce la diferencia entre necesidades de efectivo y disponibilidad de efectivo
Identificar posibilidades de mejora en todas las palancas → benchmarking
Simular fácilmente cómo impactan diversas estrategias en los diferenciales de efectivo
Levers de liquidez
LA ECUACIÓN DE LIQUIDEZ
La herramienta fundamental que utilizamos en
Accenture para lograr la optimización del balance es
la «ecuación de liquidez», un marco conceptual a
través del cual se pueden identificar los elementos
críticos de gestión de una compañía (levers) que
facilitan el alineamiento entre las decisiones de
inversión y fondeo con los requerimientos mínimos
de liquidez para garantizar la operación y la
subsistencia.
3. Aumentar el EBITDA
Su tratamiento es el enfoque clásico en
el que suelen basarse las principales
decisiones del equipo gerencial en la
mayoría de las instituciones.
Identificar áreas de mejora en el
EBITDA implica un profundo análisis
de la rentabilidad financiera,
considerando un aumento en los
ingresos operativos y una disminución
del costo real de financiamiento por
cada producto o línea de interés.
Es fundamental incorporar indicadores
que, además de la visión clásica de
rentabilidad, permitan hacer ajustes
basados en el riesgo intrínseco de cada
transacción. Muchas instituciones
reemplazan ya el tradicional retorno
sobre el capital (ROE) por el más
completo retorno ajustado al riesgo
sobre el capital económico (RAROC).
Estos ajustes implican una forma
distinta de pensar y operar que
alcanza a las metodologías, los
procesos y los sistemas.
Optimizar el CAPEX
Una gestión eficiente del CAPEX tiene
como objetivo principal optimizar la
asignación dinámica del capital con el
fin de satisfacer las necesidades futuras
de equipo conforme a los planes de
inversión de la compañía.
Entiende las características de cada
inversión (costos, objetivos,
requerimientos, riesgos) con el fin de
promover aquellas que representen
mejores retornos con los menores
riesgos, para mejorar la TIR, el VPN y
el flujo de efectivo.
Garantiza la disponibilidad oportuna
de los recursos con las necesidades de
inversión, evitando cuellos de botella
administrativos, posibles proyectos
fallidos por falta de recursos, la
generación de sinergias en el fondeo de
iniciativas y la administración
dinámica del flujo de caja y, con este,
el valor de la empresa.
Hacer más eficiente
el capital de trabajo
La dinámica del capital de trabajo es
tal que en ocasiones las empresas
pueden gozar de rentabilidad operativa,
pero con un flujo de caja muy
limitado, por lo que es indispensable
incorporar un análisis realista y
efectivo de los verdaderos
requerimientos de capital para operar.
Dicho análisis se concentra en mejorar
el ciclo de conversión del efectivo de
tal manera que se salvaguarde la
continuidad y eficiencia de la
operación sin destruir valor
financiero.
Mejora los procesos y políticas con el
fin de disminuir los costos de trabajo
(activos y pasivos).
Optimiza el desempeño de los
inventarios (tanto de bienes terminados
como de inversiones) para compaginar
los indicadores financieros con las
acciones operativas.
Integra a la administración del capital
de trabajo con otros procesos críticos
de la planeación financiera para evitar
procesos independientes que puedan
generar ineficiencia y costos
incrementales.
Centralizar las decisiones
de inversión
Se trata de asegurar que todas las
inversiones y decisiones financieras
clave se integren bajo una sola
administración.
Permite a la empresa mejorar su
desempeño al aumentar los volúmenes
de operación (y, por tanto, las
condiciones de mercado), previendo así
mejores coberturas.
Separa el riesgo por tasa de interés de
las operaciones, asignándolo
directamente a la Tesorería y
permitiendo a las unidades de negocio
concentrarse en los factores de riesgo
que están bajo su control y en la
propia operación.
Exige que la institución cuente con un
gobierno corporativo en el que la alta
dirección participe activamente en la
vigilancia del marco de gestión de las
inversiones.
Optimizar la estructura
de capital
Se trata de asegurar que la empresa
cuenta con la estructura de
apalancamiento y la calidad de capital
óptimas dado su apetito al riesgo, el
tipo de operación y las necesidades de
inversión.
Encuentra el balance correcto entre
capital y deuda para que el costo de
capital sea el menor asequible para la
empresa (optimización del WACC).
Formula la composición correcta de
pasivos y capital para que se satisfagan
las necesidades de liquidez, se
minimice el costo de fondeo y se
maximice la rentabilidad ajustada al
riesgo. Entre otras, las estrategias de
optimización incluyen la compra o
emisión de coberturas y la retención de
ganancias. La creatividad y flexibilidad
de las instituciones impactan de
manera directa el éxito de sus
estrategias y la generación de valor.
1
2
3
4
5