2. A veces la vida parece difícil cuando la miramos desde nuestro punto
humano y no la vemos desde el punto divino. No la vemos como la ve
Dios y tendemos a desanimarnos. Creemos que nuestros años se
escapan como se escapa el agua entre los dedos. Tendemos a
compararnos con otros, y nuestros sueños se acaban. Quiero que veas
la siguiente reflexión conmigo.
3. EL HELECHO Y EL BAMBU
Un día decidí darme
por vencido…renuncié
a mi trabajo, a mi
relación, a mi
espiritualidad…quería
renunciar a mi vida.
4. Fui al bosque para
tener una última charla
con Dios.
“Dios”, le dije.
“¿Podrías darme una
buena razón para no
darme por vencido?”
Su respuesta me
sorprendio…
“Mira a tu alrededor”, El
dijo. “¿Ves el helecho y
el bambú?”
“Sí”, respondí.
5. “Cuando sembré las semillas del helecho y el bambú, las
cuidé muy bien. Les di luz y agua.”
6. “El helecho rápidamente creció.
Su verde brillantes cubría el
suelo. Pero nada salió de la
semilla de bambú. Sin embargo
no renuncié al bambú. El
segundo año el helecho creció
más brillante y abundante. Y
así el tercero, y el cuarto año.
Pero del bambú tampoco creció
nada. Y aún así jamás renuncié
al bambú durante esos años.”
7. “Luego en el quinto año un pequeño brote salió de la tierra. En
comparación con el helecho era aparentemente muy pequeño e
insignificante.”
8. “Pero después de
seis meses, el
bambú creció a
más de 100 pies
de altura. Se la
había pasado cinco
años echando
raíces. Aquellas
raíces lo hicieron
fuerte y le dieron lo
que necesitaba
para sobrevivir.”
9. “No le daría a ninguna de mis
creaciones un reto que no
pudiera sobrellevar”
No os ha sobrevenido ninguna
tentación que no sea humana;
pero fiel es Dios, quien no os
dejará ser tentados más de lo
que podéis soportar, sino que
juntamente con la tentación dará
la salida, para que la podáis
resistir. 1 Cor. 10:13
El me dijo. “Todo este tiempo
que has estado luchando,
realmente has estado echando
raíces. No renuncié al bambú,
mucho menos renunciaría a ti.”
10. Tu tiempo vendrá. ¡Crecerás
muy alto!
Nunca te compares con otros.
“He Aquí que vosotros sois en mi
mano como el barro en la mano
del alfarero.” Jer.18:6
Jesús es el alfarero de tu vida y la
obra que tiene pensada formar en
ti la va a formar, no importa
cuanto le lleve.
“El que comenzó la buena obra
en nosotros la terminará.” Fil.1:6
“Aunque tarde, espéralo; pues sin
duda vendrá y no tardará.”
Habacuc 2:3