1. CAFÉ DOCENTE
INICIATIVA PARA LA MEJORA CONTINUA
Por Jorge Eduardo Grisales López.
Docente.
Lograr sinergia, compartir experiencias, inquietudes, recibir por parte de los
compañeros docentes nuevas ideas para mejorar la técnica pedagógica que
asegure una exitosa transferencia de conocimientos hacia los estudiantes, con el
consecuente aprendizaje intrínseco, son apenas unas pocas razones que justifican
la bondad e importancia de este espacio de reflexión.
Liderado por el Centro de Investigaciones y Asesorías, el Café Docente se impone
ya no como una oportunidad de mejora en los aspectos referidos, sino como una
necesidad y si quiere obligación por parte de un docente comprometido consigo
mismo en su difícil tarea de ser maestro y conductor de grupos humanos que
creen y confían en él.
En el Café Docente, cuyas sesiones se realizan cada mes, se tiene la oportunidad
sin igual de escuchar grandes pensamientos y puntos de vista filosóficos y muy
razonados sobre el estado del arte de muchas disciplinas inherentes a los propios
participantes. Allí, en un ambiente académico, amigable y de respeto por la
divergencia, se abordan temas que van desde la problemática de la educación
superior en sus diversos matices, hasta los desafíos que la modernidad con su
exigencia tecnológica demanda para el éxito del ejercicio docente.
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2. Uno de los aspectos importantes del desarrollo tecnológico japonés, es conocido
como la “tecnología de lo obvio”, en virtud de la cual, es por demás
contraproducente e irracional invertir recursos inventando lo que ya está inventado.
Nada más lógico este razonamiento. Según ellos, la estrategia adecuada es
aplicar los conceptos del Benchmarking; es decir, mirar, estudiar y analizar la
competencia con sus bienes y servicios y mejorar sus propiedades agregando
valor a ellos.
Este razonamiento es el que impera, precisamente, en el Café Docente. Allí, los
profesores comparten experiencias, se comparan con sus similares en técnicas
pedagógicas, manifiestan casos exitosos y de fracaso, socializan vivencias,
exponen inquietudes sobre el devenir y se plantean escenarios futuros que la
prospectiva estratégica permite en su afán por anticiparse razonadamente a los
hechos venideros y, en función de ello, desarrollar las mejores habilidades y
competencias que un maestro tendrá si está convencido de su necesidad de
cambio, acorde al nuevo orden.
Si las premisas manifestadas son ciertas, surge entonces la inquietud dirigida a
quienes siendo docentes, no participan de esta tertulia enriquecedora. Quizás la
única explicación válida para ello es que, su conocimiento es de tal magnitud que
sobrepasa los límites de lo normal y los sitúan en otros contextos en los cuales el
Café Docente no les aporta valor agregado a su gestión. No obstante, huelga decir,
que en la mayoría de casos, sus pupilos; en este caso los estudiantes, piensan
muy diferente.
Así las cosas, es un hecho cierto que en las clases de gerencia, los docentes
insisten y muchos hasta se rasgan las vestiduras, para evidenciar ante sus
estudiantes, la importancia del sentido de pertenencia para con la institución o
empresa en donde prestan sus servicios. Se insiste en la necesidad de
involucrarse en los procesos, de ser parte activa de su desarrollo, de proponer,
crear, ser innovadores y, en suma, agregar valor a su gestión. El Café Docente,
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3. como no podría ser de otra forma, es la excusa perfecta para demostrar con
hechos, en especial consigo mismo, con sus alumnos, colegas y directivos, la
concordancia entre el discurso académico en el aula de clase y la práctica
propiamente dicha; su propio sentido de pertenencia.
En comunión con lo referido, podría hacerse sin temor a equivocaciones, un
Vademecum interminable de motivos que se esgrimen para no asistir al Café
Docente. Ellos van desde el día, la hora, la fecha, la lluvia, el sol, la enfermedad,
las múltiples ocupaciones, el ambiente político del país, el empleo, el desempleo,
la polución, “una uña encarnada”, una abuela que se fue al cielo justo ese día, el
calentamiento global, el pico y placa y así, y así y así y así……… todo ello se
entiende y se justifica, porque a la postre, será el propio mercado quien se
encargue, por selección natural, de reconocer a los mejores, aquellos para
quienes el sentido de pertenencia los cobija y les permite reconocer sus
limitaciones y, en consecuencia, los faculta para abrir las puertas de la mente al
conocimiento, al valor agregado como símbolo distintivo de una mejora continua
que es exigida cuando se está, como en este caso, ante la responsabilidad de ser
mentores y ejemplo de una sociedad que urge y demanda cambios y mejoras
competitivas a granel. Es éste el desafío, colegas.
Finalmente, y como autor de este artículo, permítanme pasarme a la primera
persona, para felicitar a quienes desde la Universidad y con el apoyo de las
directivas, nos brindan la oportunidad a quienes participamos del Café Docente de
incrementar nuestro mayor activo intangible, aquel que nos hace diferentes de los
demás: EL CONOCIMIENTO.
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