2. los buenos de los falsos profetas: “¿Acaso se
cosechan uvas de los espinos o higos de los
cardos?” Sin duda las uvas y los higos de los
castellanos y leoneses, su contribución “al
acervo cultural común de todos los españo-
les”, como rezaba la primera convocatoria de
los premios, es la mejor manera de reconocer
la identidad incontestable de esta tierra. Tie-
rra de palabra, de valores, de cultura, de pa-
trimonio, de paisaje, de emoción contenida…
Y tierra de integración. Obras del ingenio y
del esfuerzo humano, fruto de los mejores
entre tantos hombres y mujeres de Castilla y
León que, en la estela de los siglos, tan firme
y tan calladamente han contribuido a engran-
decer el tesoro común de ese país llamado
España. Un país de cuya identidad tampoco
tiene nadie dudas en el mundo… excepto los
propios españoles.
Don Miguel Delibes, signo puro de estos
reconocimientos como galardonado en su pri-
mera edición, ya había convertido la identi-
dad de Castilla y León en símbolo literario
universal cuando recibió el Premio de las Le-
tras. Quienes han venido detrás en las letras,
en las artes, en las ciencias, en la investiga-
ción, en las humanidades, en el deporte, en
los valores humanos, en el patrimonio, en el
medio ambiente o en el deporte, han hecho y
siguen haciendo cada día con sus obras, con
sus frutos, que Castilla y León sea ese territo-
rio esencial que, con los pies en la tierra, mira
al cielo sin límites. Merece la pena recordarlo
treinta años después.
En 1975, con la Dictadura española en su
lecho de muerte y unos cuantos años antes de
que Castilla y León soñara con ser una co-
munidad autónoma, Francisco Umbral evoca-
ba en ‘Mortal y rosa’, su libro más poético
y personal, las cualidades de su abuela “cas-
tellanoleonesa”. Lo que durante más de tres
decenios ha sido una obsesión de nuestra au-
tonomía, la búsqueda de una identidad común
frente a la impronta avasalladora de las nueve
provincias que la conforman, cada una con su
historia y con su carácter indiscutibles, ya era
una referencia clara para el gran escritor y pe-
riodista forjado en las páginas de ‘El Norte de
Castilla’. Como lo era para la inmensa mayo-
ría de los españoles.
Construir la identidad, o mejor dicho:
reconocer y señalar la identidad de los cas-
tellanos y leoneses ha constituido una tarea
permanente para los distintos gobiernos de la
región, desde la promulgación del Estatuto de
Autonomía en 1983. Y muchos han sido los
trabajos y labores emprendidos en este sen-
tido desde cada uno de los ámbitos de la so-
ciedad. Pero sin duda una de las acciones que
más han contribuido a cumplir este objetivo
ha sido la entrega, año tras año desde 1984,
de los Premios Castilla y León. Primero en su
núcleo duro: Letras, Artes, Ciencias Sociales
y Humanidades e Investigación Científica y
Técnica; más tarde, y progresivamente, Pro-
tección del Medio Ambiente (1989), Valores
Humanos (2001), Restauración y Conserva-
ción del Patrimonio (2001) y Deporte (2003).
“Por sus frutos los conoceréis”, se dice en
el Evangelio de San Mateo, para distinguir a
Carlos Aganzo
EL NORTE DE CASTILLA
POR SUS FRUTOS LOS CONOCERÉIS
Primera edición de los Premios Castilla y León
3. PREMIOS
CASTILLA
Y LEÓN 30 AÑOS
grandes y merecedores, como antes lo fueron
otros, de este premio.
Pero no solo por sus acciones, por su tra-
bajo o por su investigación diaria son grandes
los ocho premiados. A esa labor, a ese desem-
peño profesional se suma su valor humano.
Ellos, no son solo el reflejo de lo que mucho
y bien que se trabaja y de los grandes profe-
sionales con los que cuenta esta Comunidad.
Aglutinan, además, el valor del respeto a los
demás. Uno es más grande cuanto más respe-
ta a sus semejantes.
Castilla y León puede presumir, y estos
premios así lo demuestran, de contar con
grandes profesionales, cada uno en su activi-
dad, y mejores personas. Gentes que tienen el
respeto como máxima en su vida diaria, en su
trabajo diario.
Los territorios no son nadie sin sus gentes.
Ahí reside su fuerza y su grandeza. Y eso es
lo que hoy se premia, además del esfuerzo, la
dedicación y los éxitos profesionales. Porque
por encima de éstos están las personas. To-
das ellas diferentes. Todas ellas singulares. Y,
cada uno en lo suyo, ejemplo de cómo y por
dónde se debe guiar en la vida para alcanzar
el éxito.
Ellos son el espejo al que todos nos de-
bemos mirar en nuestro día a día, personal y
profesional. Espejos de una sociedad rica en
singularidades. Eso es Castilla y León.
La fuerza de Castilla y León está en sus
gentes, reflejo de ese amplio bagaje patrimo-
nial, cultural y paisajístico que destila el vasto
territorio de una Comunidad, a la que tan bien
retrató Machado y que es el principal germen
en el que nacen las singularidades, que desde
hace años glosan los Premios Castilla y León.
Un territorio, una sociedad es más grande
y más rica cuanto más y mejor sabe recono-
cer a los suyos. A sus paisanos. Gentes que,
con su labor, con su trabajo, con su esfuerzo,
con su dedicación y con su amor a esta tie-
rra contribuyen como nadie a hacer Castilla
y León. Personajes ilustres que, uno a uno y
todos en su conjunto, son verdaderos espejos
en los que se refleja lo mejor de esta sociedad
nuestra plural y repleta de singularidades.
Y esa es, precisamente, la fuerza de Cas-
tilla y León. Un potencial que debe saber
aprovechar como motor para el desarrollo de
futuro. Ahora, que muchos buscan en sus di-
ferencias, en sus singularidades el fin último
para separar, el ejemplo de estos ocho ilustres
personajes, que aglutinan y representan los
mejor de la Comunidad, tiene que servir de
reflejo para el conjunto de la sociedad.
Castilla y León es la forja de las gentes
que, a lo largo de sus años de historia, han
ido haciéndola más importante, más grande y
más realidad. Una realidad que ya nadie niega
y que se ve reflejada en los premiados. Cada
uno en su campo, valores humanos, artes, in-
vestigación científica, medio ambiente, letras,
ciencias sociales y humanidades, patrimonio
y deporte, es diferente. Eso es lo que los hace
Pablo R. Lago
EL MUNDO
ESPEJOS DE UNA SOCIEDAD
RICA EN SINGULARIDADES
Entrega de los Premios Castilla y León celebrada en
el Monasterio de Santa María de La Vid, Burgos
4. ten unos curritos. Nada más. Que saben que
la honestidad es negocio. Gentes de la tierra
adentro con ideas claras. Mujeres y hombres
peculiares y únicos; sobrios, de pocas alhara-
cas y hechos contundentes. Entregados a su
oficio con espíritu sereno y buen ánimo. Con-
vencidos de que casi nada en la vida es tan
bueno, ni tan malo, que no deba tomarse con
moderación y cierta distancia. Gente feliz, por
más tropiezos que encuentren en el camino y
por más ásperos que sean. Porque la dicha es
vivir para los demás, no es otra cosa. El que
sabe compartir es feliz. Así que es bueno y,
muy necesario, ciertamente, reparar en ellos.
Detenerse en esas vidas que son un ejemplo y,
todavía más, en estos tiempos en los que nos
sentimos sacudidos por tantos desasosiegos,
metidos en tan inciertas aventuras.
Las personas, como los tiempos, los ofi-
cios y los días, tienen aspectos peculiares y
muy propios. Y por estas tierras de la mese-
ta castellana, suelen sus gentes ser mujeres
y hombres de índole sencilla y laboriosa; de
tranquilo y buen hacer. Las personas son el
mayor tesoro en cualquier territorio. Porque
son ellas las que levantan la vida y la aúpan
con sus obras, pensares y sentires. Mujeres y
hombres corrientes y molientes que, a su tra-
bajo acuden, con su dinero pagan y, al decir
del poeta, les debemos cuanto hacen. Gentes
de veras y no de burlas. Que pasan por la vida
siendo útiles y haciendo el bien a manos lle-
nas. Estoy hablando de los Premios Castilla
y León. Hay pocas convocatorias que remue-
van tanto nuestros afanes y esperanzas y nos
coloquen ante los valores imprescindibles
del esfuerzo, la honradez y el empeño. “Es
conveniente saber que hay algunas cosas im-
portantes y otras muchas que no lo son. Me
siento feliz con lo que hago. Dedico mi vida
a lo que más quiero. ¡No puedo tener más”.
Me lo dijo el soriano Sergio Muñoz, Cam-
peón de España de Gimnasia Artística, sien-
do apenas un adolescente, cuando le pregunté
por sus alegrías, afanes y miedos. Importa lo
que importa. Eso lo saben bien los mejores
de entre nosotros. Ellos, que son y se sien-
Jesús Fonseca
LA RAZÓN
GENTES DE VERAS Y NO DE BURLAS
Entrega de los Premios Castilla y León celebrada en el Monasterio de Santa Mª de Valbuena, San Bernardo, Valladolid
5. PREMIOS
CASTILLA
Y LEÓN 30 AÑOS
Inauguración de la exposición “30 años de Premios Castilla y León”, Sala de exposiciones del Monasterio de Ntra. Sra. De Prado, Valladolid, 2014
Por ello, y aunque es verdad que aún nos
queda mucho recorrido para sentir esa mani-
da conciencia regional de la que se presume
en otros territorios, quizá no haya que dedicar
demasiados esfuerzos por encontrarla. Estoy
seguro de que el reconocimiento social que
suponen estos galardones es la mejor prueba
de que en esta Comunidad nos empezamos
a querer más de lo que realmente pensamos.
Cada año la foto de familia de los premiados
en el escenario constituye una instantánea que
recoge lo que hemos sido, lo que somos y lo
que queremos seguir siendo. Ellos son el es-
pejo en el que mirarnos, un ejemplo que dig-
nifica al castellano y leonés, otrora más acos-
tumbrado al derrotismo y al victimismo.
Los Premios Castilla y León deben servir
para que esta tierra olvide de una vez por to-
das sus complejos, ya que a base de repetir-
los como un mantra hemos llegado a interio-
rizarlos. Hay que levantar la cabeza, sentirse
orgullosos de ser lo que somos, y agradecer
a esa ya larga lista de premiados que hayan
puesto a nuestra disposición todo su talento
y conocimiento.
La excelencia, los valores, el conocimien-
to, la sabiduría…No hay que irse muy lejos
para encontrar ejemplos de personas que
aglutinan estas importantes cualidades. Y no
hay que hacerlo porque las tenemos aquí, a
nuestro alrededor, en Castilla y León. Una
tierra cada vez más activa, dinámica y vital
gracias al trabajo y al esfuerzo de unas gen-
tes que, de forma silenciosa, pero imparable,
han empujado desde siempre, y siguen ha-
ciéndolo en la actualidad, a esta Comunidad,
consiguiendo que se hable de ella dentro y
fuera de nuestras fronteras. Y la mayor parte
de las veces, lo han hecho sin que apenas nos
demos cuenta.
Ya se sabe, aquí no hay grandes revolu-
ciones, ni algaradas. Nuestro carácter nos
lo impide, pero somos una tierra de gentes
con gran potencial y recursos. Podría decir-
se que en Castilla y León contamos con un
cuerpo social consagrado a su profesión, en-
tregado de lleno a su actividad y, en muchas
ocasiones, ejemplo de auténtica vocación.
La nómina de castellano y leoneses que in-
tegran los Premios Castilla y León, con 30
años ya a sus espaldas, así lo pone de ma-
nifiesto, desbordando desde luego cualquier
expectativa inicial.
José Luis Martín Alonso
ABC
SIN COMPLEJOS
6. castellano leoneses les debemos la preserva-
ción, cuando no la salvación directa de espa-
cios tanto de esta como de otras comunidades
autónomas, de espacios que hoy son enseña
mundial como el parque de Doñana, al que
dos de los premiados de esta larga lista de los
25 años transcurridos, José Antonio Valverde
Gómez, el primer galardonado, y Miguel De-
libes Castro, distinguido en 2001, entregaron
todo su buen hacer como especialistas, pero
también como amantes de la riqueza natural
que aprendieron a conocer y a vivir de niños
en su región natal.
Biólogos, naturalistas, veterinarios, que
han luchado y luchan porque esa biodiversi-
dad se mantenga mediante la investigación
de la evolución y el comportamiento de las
especies animales y vegetales, pero también
con el arrojo que supone, a veces, arrancar
de las manos mercantilistas paisajes que hoy
no existirían sin su acción decidida. Estudios
imprescindibles para orientarnos y evitar con-
secuencias irreversibles del cambio climá-
tico cuyas consecuencias son ya, evidentes.
Científicos y colectivos conservacionistas
juegan un papel trascendental pero no siem-
pre conocido ni reconocido. El valor de estos
premios Castilla y León de la Protección del
Medio Ambiente es, por ello, doble, por el re-
conocimiento colectivo que supone y por la
divulgación del trabajo de personas compro-
metidas, en definitiva, con el futuro. La tarea
que exige, además, un esfuerzo en vigilancia
y prevención para evitar el fuego, ese gran
destructor que arrasa todo vestigio de vida en
las miles de hectáreas que, desgraciadamente,
arden cada año en nuestras sierras. Esfuerzo
que a veces pagan con la vida los agentes en-
cargados de la extinción de lo que, en dema-
siadas ocasiones, provocan indeseables para
quienes solo cabe esperar la actuación riguro-
sa de la Justicia.
Rara vez se alude al patrimonio natural
de los territorios como parte intrínseca de su
riqueza activa. Ciertamente, la masa forestal,
los acuíferos, la presencia de flora y fauna au-
tóctonas, nunca cuentan a la hora de calcular
las balanzas fiscales ni repercuten directa-
mente en el Producto Interior Bruto o la Ren-
ta per cápita de las comunidades autónomas.
Sin embargo, el Medio Ambiente influye en
la economía como generador de recursos, y
sobre todo, es la base sobre la que se sustenta
buena parte del bienestar y de la calidad de
vida de una sociedad.
Sin agua, sin vegetación, sometidos úni-
camente a la erosión de la naturaleza y a la
destrucción que tantas veces viene de mano
del hombre, cualquier actividad devendrá, por
fuerza, en un futuro estéril. La inmensa rique-
za que atesora Castilla y León, con sus cerca
de cinco millones de hectáreas de superficie
verde y la enorme biodiversidad de la que es
poseedora, son activos en cuya preservación
radica el devenir de la sociedad castellana y
leonesa y con él el del resto de España y de
todo el continente europeo. Una tarea difícil
no solo por la extensión a conservar mediante
unos recursos limitados, sino porque la labor
se desarrolla en una comunidad donde la ma-
yor parte de los parajes naturales de importan-
cia conviven diariamente con la actividad hu-
mana, especialmente con el trabajo agrícola y
ganadero, sector fundamental de la economía
castellana y leonesa y para el que no siempre
se halla la fórmula exacta que permita alcan-
zar el deseado equilibrio.
La labor de investigación y de promoción
de actuaciones en pro de la conservación de
los espacios naturales, de la limpieza del aire
que respiramos, del agua que bebemos, son
méritos que merecen reconocerse y divulgar-
se mediante galardones como el creado por la
Junta de Castilla y León en 1989. A muchos
Marisol López del Estal
LA OPINIÓN
EL CORREO DE ZAMORA
LA VIDA MISMA
Entrega de los Premios Castilla y León
en el Monasterio de la Santa Espina, Valladolid
7. PREMIOS
CASTILLA
Y LEÓN 30 AÑOS
1ª Edición / Premios Castilla y León 1984 2ª Edición / Premios Castilla y León 1985
3ª Edición / Premios Castilla y León 1986 4ª Edición / Premios Castilla y León 1987
5ª Edición / Premios Castilla y León 1988 6ª Edición / Premios Castilla y León 1989
7ª Edición / Premios Castilla y León 1990 8ª Edición / Premios Castilla y León 1991
8. 9ª Edición / Premios Castilla y León 1992 10ª Edición / Premios Castilla y León 1993
11ª Edición / Premios Castilla y León 1994 12ª Edición / Premios Castilla y León 1995
13ª Edición / Premios Castilla y León 1996 14ª Edición / Premios Castilla y León 1997
15ª Edición / Premios Castilla y León 1998 16ª Edición / 1999
9. PREMIOS
CASTILLA
Y LEÓN 30 AÑOS
17ª Edición / Premios Castilla y León 2000 18ª Edición / Premios Castilla y León 2001
19ª Edición / Premios Castilla y León 2002 20ª Edición / Premios Castilla y León 2003
21ª Edición / Premios Castilla y León 2004 22ª Edición / Premios Castilla y León 2005
23ª Edición / Premios Castilla y León 2006 24ª Edición / Premios Castilla y León 2007
10. 25ª Edición / Premios Castilla y León 2008 26ª Edición / Premios Castilla y León 2009
27ª Edición / Premios Castilla y León 2010 28ª Edición / Premios Castilla y León 2011
29ª Edición / Premios Castilla y León 2012 30ª Edición / Premios Castilla y León 2013
PREMIOS
CASTILLA
Y LEÓN 30 AÑOS
11. PREMIOS
CASTILLA
Y LEÓN 30 AÑOS
Día de Castilla y León esté dedicado a quie-
nes se aplican con dedicación, denuedo y
entusiasmo al descubrimiento, el cuidado, la
preservación y la promoción de estos bienes
tangibles e intangibles.
Desde su primera edición, personas y
entidades de reconocida profesionalidad y
solvencia se han hecho merecedores de este
galardón. En unos casos por su labor divul-
gadora a través de los medios, en otros por
sus investigaciones históricas y arqueológicas
o por sus estudios lingüísticos y artísticos, sin
olvidar el campo del mecenazgo, la creación,
la sensibilización y la conservación. Nadie
es imprescindible, pero es una evidencia que
sin estas personalidades, fundaciones y aso-
ciaciones, el patrimonio castellano y leonés
seguiría siendo igual de rico y diverso, pero
estaría un poco más desprotegido y algo me-
nos conocido.
Hay que seguir trabajando en este ámbito
hasta que el espíritu de protección, amor, res-
peto y divulgación de lo mejor que tenemos
cale en todos y cada uno de los ciudadanos y
lo apliquen como una de sus máximas vitales.
Los galardonados serán el mejor de los ejem-
plos para conseguirlo.
Desde que lo recibiera en 2001 nuestro
colega Luis del Olmo, hasta el que recogerá
de forma más que merecida mi paisano Án-
gel Sancho, un número 13 en el que no cabe
la superstición y sí la alegría, los premios en
la categoría Restauración y Conservación del
Patrimonio han hecho justicia a una realidad
de esta Comunidad.
El hecho de que Castilla y León esté en po-
sesión de una ingente riqueza patrimonial de
todas las épocas y estilos, que abarca además
ámbitos tan diversos como la arqueología, la
historia, el arte en sus distintas vertientes y
la etnología, exige una atención y un cuida-
do exquisitos por parte de las Instituciones
públicas, las entidades privadas y los propios
ciudadanos. Y requiere además el destino de
importantes partidas presupuestarias para su
conservación, mantenimiento y divulgación y
una imprescindible labor de coordinación entre
todos los estamentos con responsabilidad en
ese campo para que ese patrimonio siga con-
figurando una de nuestras señas de identidad
más significativas y la mejor herencia para las
nuevas generaciones.
Por ello es bueno que uno de los premios
que cada año se entregan coincidiendo con el
que con sus 12+1 campeonatos del mundo se
convirtió en un referente para los extraordina-
rios pilotos que mantienen a España en la cima
mundial del motociclismo. Y qué decir de las
jugadoras y el cuerpo técnico del CB Balon-
cesto Perfumerías Avenida, un equipo capaz
de pasear con orgullo el nombre de Salaman-
ca y de Castilla y León por Europa; un grupo
que demuestra que el deporte femenino sigue
en auge. Su tarea no es sencilla, pues mucho
han tenido que luchar las mujeres para que se
reconozca su contribución al deporte, aunque
su aportación, como la de la vallisoletana Mi-
riam Blasco, la primera española en ganar en
judo un oro olímpico, resulta incuestionable.
Pero si por una disciplina deportiva destaca
la Comunidad es por el atletismo. Solo hay
que recordar los triunfos conseguidos por los
sorianos Fermín Cacho y Abel Antón, los pa-
lentinos Marta Domínguez e Isaac Viciosa y
el leonés Manuel Martínez, que certifican que
Castilla y León es y seguirá siendo cuna de
grandes atletas.
Orgullosos pueden estar los castellanos
y leoneses de la valía profesional y personal
que caracteriza a todos los galardonados con
el Premio Castilla y León del Deporte, emba-
jadores de lujo de la Comunidad por todo el
mundo y artífices de triunfos que saboreamos
como propios. Así lo demostró el segoviano
‘Perico’ Delgado, ciclista con garra y ambi-
ción que ‘conquistó’ París en 1988 al ganar el
Tour de Francia, una gesta que reeditó años
después Carlos Sastre, digno merecedor del
galardón por su trayectoria y por apoyar a
los más desfavorecidos. En los deportistas
de elite tan importantes son los triunfos que
cosechan como los valores humanos que
transmiten, que son, en definitiva, los que les
permiten ganarse el respeto y afecto de sus
seguidores. Tesón, trabajo en equipo, calidad
humana y compañerismo caracterizan el buen
hacer del salmantino Vicente del Bosque, que
con magistral destreza dirigió a la Selección
Española de Fútbol campeona del mundo y de
Europa. También se ganó el cariño de los afi-
cionados al motor el zamorano Ángel Nieto,
Mónica Fuentes
HERALDO DE SORIA
Carlos Santoyo
DIARIO PALENTINO
12. Pocas cosas resultan tan gratificantes
como recibir un premio. Constituye el moti-
vo por el que muchos luchan, tanto de forma
individual, como colectivamente. El deporte
representa uno de los ejemplos más evidentes,
aunque en el lado opuesto se encontraría el
que tiene un objetivo científico, pues aunque
el mérito del galardón corresponde al premia-
do, el beneficio redunda en la colectividad.
Hace tiempo que las organizaciones em-
presariales se dieron cuenta de la rentabilidad
que aportan estos reconocimientos. Se perpe-
túan mucho más en el tiempo. Representan la
forma de elevar la moral del equipo, una he-
rramienta eficiente para fomentar el desarrollo
profesional y la compensación al trabajo bien
hecho. Para quien lo recibe supone una retribu-
ción poco equiparable a lo que habitualmente
se compensa de forma más discreta -también
justificada-, como el sueldo o las vacaciones.
Pero olvidamos a menudo la importancia
que tiene en sí la convocatoria de los premios
que se entregan de forma pública. Alguien
debe poner en marcha una iniciativa para in-
centivar esta lucha competitiva, tanto en el
terreno laboral, como en el deportivo, en la
investigación, en el arte o en cualquier otra
materia. Abusando de la teoría de Darwin,
estas convocatorias ayudan a los humanos a
mejorar como especie. El caso de los premios
sobre investigaciones científicas y técnicas es
el ejemplo más claro.
La Comunidad de Castilla y León concede
desde 1984 sus premios anuales a los caste-
llanos y leoneses destacados en distintos cam-
pos. De ellos destaca la enorme valía de quie-
nes han recibido las distinciones en el campo
de la investigación, algo tan poco valorado
frente a otro tipo de galardones. El elenco de
condecorados en las tres últimas décadas nos
ayuda a conocer e incluso a descubrir a per-
sonas, colectivos o instituciones que atesora
nuestra región. Pero también contribuye a que
nuestra sociedad continúe progresando en el
sentido biológico y social.
Como castellanos y leoneses debemos agra-
decer y sentirnos agradecidos quienes formamos
parte de la Comunidad, porque este tipo de grati-
ficaciones se mantenga en la actual época de cri-
sis. Muchas veces no existen suficientes recursos
para valorar el esfuerzo y la capacidad de quie-
nes esconden muchos méritos que se resumen en
un premio científico. En el fondo esconde una
gran remuneración difícilmente cuantificable.
Enhorabuena a todos los premiados, por-
que con ellos también el resto hemos de sen-
tirnos gratificados.
PREMIADOS Y VICEVERSA
Florentino Descalzo San Frutos
EL ADELANTADO DE SEGOVIA
Fiesta de entrega de los Premios Castilla y León en el Centro Cultural Miguel Delibes, Valladolid
13. PREMIOS
CASTILLA
Y LEÓN 30 AÑOS
los demás, y en particular a los jóvenes, del pa-
lentino Rafael del Río; el ejemplo de coraje y
dedicación hacia los más desfavorecidos en el
corazón de África de la religiosa María Presen-
tación López Vivar; esa mano amiga que llega
cuando arrasan los sucesos o las catástrofes
más devastadoras desde el Grupo de Rescate
y Salvamento de Castilla y León; la defensa
del diálogo para la resolución de conflictos del
jesuita salmantino José María Martín Patino;
la ingente labor por mejorar la calidad de vida
de enfermos y familiares de la Asociación Es-
pañola contra el Cáncer en Castilla y León; la
preocupación por aliviar el sufrimiento común
desde la colaboración social a través de orga-
nizaciones como Cáritas Regional, Cruz Roja
Española de Castilla y León y la Federación
de Banco de Alimentos de Castilla y León, o a
quienes antepusieron el porvenir frente el pasa-
do, como el político Francisco Laína y el poeta
Marcos Ana, colofón a un premio con una his-
toria que no ha hecho más que comenzar.
Nombres que no sólo han apuntalado
nuestra historia, sino que han logrado dirigir-
la hacia el bien común. Ejemplo de sacrificio
y superación, y la mejor referencia en la que
nos podemos mirar con orgullo.
La inclusión de la categoría Valores Huma-
nos en los premios Castilla y León desde 2001
es en sí mismo un hito, porque son un modelo
a seguir, que nos sirve no sólo a sus vecinos
sino a todos los ciudadanos del mundo donde
han llevado el nombre de Castilla y León. Per-
sonas y asociaciones que nos han de motivar
y llenarnos de esperanza, porque nos permiten
crecer y creer en nuestra Comunidad. Son pie-
zas clave de nuestra identidad, y de los valores
humanistas por los que siempre han destacado
los ciudadanos de Castilla y León, de la que
ellos son los mejores exponentes.
En singular y en plural, han dejado inscri-
to para la historia sus méritos: la defensa de la
dignidad humana de Nicolás Castellanos; los
esfuerzos a favor de la igualdad de derechos y
oportunidades del CERMI; la inclusión social
de los desamparados por los Hermanos Fran-
ciscanos de la Cruz Blanca; el desinteresado
y solidario gesto que permite salvar miles de
vidas cada año de los Donantes de Sangre; la
labor humana y humanitaria de la ya fallecida
Catalina Montes en El Salvador, donde intentó
reconstruir el mundo; el ejemplo de esfuerzo
y espíritu de superación de la atleta invidente
burgalesa Purificación Santamarta; la entrega a
mujeresalosquesuspaisanoshandistinguidocon
losPremiosCastillayLeóndeCienciasSocialesy
Humanidades. Son ya treinta los elegidos para esa
lista de insignes de la creación y la investigación.
Treinta maestros convertidos en genios a base de
hurgar en los secretos de la historia, la sociología,
el derecho, la economía, el arte, el folclore y, de
forma especial, el castellano como lengua univer-
sal nacida y pulida en la Comunidad.
Los galardones instituidos en 1984 por el
Gobierno autónomo han venido a reconocer,
casi siempre al final de largas y prolíficas vi-
das, el desempeño ejemplar de sus profesio-
nes, la dedicación en cuerpo y alma a las cien-
cias y la excelencia en sus hallazgos y escritos.
La obra de los premiados posee tal enverga-
dura y vastedad que podría constituir un com-
pendio fascinante de los saberes en torno a la
sociedad de los hombres y mujeres de Castilla
y León, pero también de España, de Europa y de
América. Porque si hay una marca que impregna
el espíritu de todos ellos es la universalidad par-
tiendo del terruño, la mirada de horizontes am-
plios que desentraña el mundo desde la meseta.
Los hombres y mujeres de Castilla y León
forjaron con su audacia y su tesón la historia
de España. Desde el siglo XI hasta el XV los
castellanos y los leoneses protagonizaron la
construcción de la nación española para lanzar-
se después a descubrir América. Y no fue tanto
con la espada sino con la pluma y el papel como
hicieron grande a España, cuando fue grande.
El afán por penetrar los secretos de la tie-
rra, el interés por conocer otros hombres y
otras costumbres y la inquietud por llevar su
cultura a los rincones más alejados del pla-
neta movieron a los reyes, a los guerreros, a
los científicos y a los exploradores que partían
de la meseta hacia los cinco continentes. Era
el ansia por dominar y comprender el mundo
que durante siglos no ha dejado de arder en
el corazón de los habitantes de la cuenca del
Duero, herederos del fuego de Atapuerca.
Esa llama del conocimiento humanístico,
comodeseoinsaciableporaprehendertodocuanto
se relaciona con el hombre, se ha mantenido viva
en las últimas décadas y ha brillado con un fulgor
especial en la obra de un puñado de hombres y
Pablo Serrano
DIARIO DE ÁVILA
Julián Ballestero
LA GACETA DE SALAMANCA
LA IDENTIDAD DE
CASTILLA Y LEÓN
REFLEJADA EN LOS
VALORES HUMANOS
PREMIOS
CASTILLA Y LEÓN
DE LAS CIENCIAS
SOCIALES Y
HUMANIDADES
14. Es obvio que cada una de las trayectorias
profesionales de los galardonados correspon-
de a un trabajo individual, pero no es menos
evidente que todos ellos se basan en el desa-
rrollo colectivo. Eso es lo que hace grande a
una Comunidad Autónoma como ésta, en la
que se combina de manera notable la valía
con la valentía. En ningún lugar es fácil ser
escritor, ser un creador de historias, un conta-
dor de momentos, de viajes, de pasiones, pero
en Castilla y León parece más meritorio que
en cualquier punto del planeta. Es difícil ser
profeta en tierra propia. Y, sin embargo, de
sus rincones han salido grandísimas figuras
de la Literatura, ya reconocidas con este mis-
mo Premio como Miguel Delibes, el primero
de la lista y quizá el más notable, como José
Jiménez Lozano, Antonio Gamoneda, Rosa
Chacel, Torrente Ballester y un largo etcéte-
ra hasta llegar a la edición de 2013 con Jesús
Hilario Tundidor. Todos ellos representan de
manera excepcional los valores de Castilla
y León dentro y fuera de las fronteras regio-
nales. Cada uno con su estilo y su brillo ha
contribuido a la exaltación de las peculiarida-
des de esta tierra y desde ella han aportado
su granito de arena a la Cultura universal. No
hay mejor argumento para rendir homenaje a
todos y reconocer el acierto de quien impulsó
el nacimiento de estos premios.
Repasar con detenimiento la nómina de
escritores que han sido reconocidos con el
Premio Castilla y León de las Letras desde su
nacimiento produce un enorme vértigo para
cualquiera que tenga la más mínima inquietud
por el idioma y por contar historias. Si quien
se asoma a esa lista es un periodista aficiona-
do a la literatura, el vértigo es doble. No cabe
ninguna duda de que año tras año el jurado
ha acertado con el nombre, pero es necesario
decir que Castilla y León es una tierra plagada
de escritores que podrían engordar esa nómi-
na y que, a buen seguro, lo irán haciendo a
medida que pase el tiempo.
Cuando allá por 1984, la Junta de Castilla
y León creó estos galardones es más que pro-
bable que sus responsables no llegasen a pen-
sar en la importancia que tienen hoy en día en
todas las especialidades que se recogen. Cada
una de las personas que los recibe atesora no
sólo una inmensa capacidad creativa, inves-
tigadora o sencillamente humana, sino que
simbolizan la crudeza de una tierra en la que
se mezclan los paisajes del mismo modo que
lo hacen las personas, los caracteres, todos
ellos recios y leales de manera que en cada
curva del camino el lugareño y el visitante
encuentran un amigo. Simbolizan además la
lucha, el esfuerzo que sólo se concibe por su
amor a la tierra y a sus paisanos, y que es pro-
pio de cada una de las nueve provincias que
hacen de Castilla y León un todo.
Joaquín Sánchez Torné
DIARIO DE LEÓN
Entrega de los Premios Castilla y León celebrada en el Monasterio de San Zoilo, Carrión de los Condes, Palencia
EL VÉRTIGO DE LOS MEJORES
15. PREMIOS
CASTILLA
Y LEÓN 30 AÑOS
sino también por el enorme esfuerzo y sacri-
ficio que todos ellos han tenido que derrochar
para alcanzar la gloria; esa grandeza reservada
solo para un puñado de elegidos. Sin olvidar a
ninguno, tengo que quedarme por cercanía con
dos: Luis Sáez y Modesto Ciruelos, que encar-
nan además ese afán de superación que suele
ser marca de la casa de todos los galardonados.
Su ejemplo, su capacidad de ser vanguardia tras
dominar los cánones tradicionales y también su
inconformismo fue lo que les llevó al recono-
cimiento internacional que, por abundar en lo
dicho anteriormente, llegó antes que el domés-
tico. “Mis enemigos me acusan de trabajar mu-
cho”, me contó Luis Sáez en la última entrevis-
ta que concedió y fue entonces, y solo entonces,
cuando comprendí que la inspiración es poco
más que la acción de llevar aire a los pulmones.
Esta abundancia de talento en la región
y ese miedo atávico al reconocimiento han
acrecentado la importancia de estos premios
que, al menos en la categoría de Artes se han
quedado pequeños para acoger a todos los que
merecen su concesión.Aglutinar en un mismo
galardón siete disciplinas diferentes obliga a
restringir un abanico amplísimo, lo que ya en
si mismo lleva aparejada una injusticia. Por-
que son los mejores, sí, pero también son mu-
chos y no es cuestión de regatear un mimo a
quien de verdad se lo merece, que bastante lo
hemos hecho ya durante demasiado tiempo.
“Nuestros mejores”.Así, de forma directa,
certera y brillante, alguien definió hace años
los premios Castilla y León en sus diferentes
modalidades. No ha habido, desde entonces,
mejor manera de referirse a unos galardones
que ya han traspasado fronteras y son refe-
rente de cómo una comunidad autónoma es
capaz de reconocer a los más meritorios en di-
versos ámbitos. Con la sencillez y austeridad
que nos caracteriza, pero también con todo el
calor que ponemos cuando las cosas salen del
alma, demostramos así nuestra admiración
hacia aquellos que más destacan. Pero no se
trata solo de un merecido reconocimiento,
sino que estos premios van mucho más allá.
Aunque se den en vida, llevan también implí-
cita la admisión de una deuda; la que genera
una tierra poco dada al halago y refractaria a
mostrar en público los afectos.
Y si esa deuda es general, quizá el caso más
palpable lo tenemos en el apartado deArtes. No
hay más que echar un vistazo al listado de los
premiados desde que se instituyeron en 1984
para comprobar, en primer lugar, como esta co-
munidad sigue siendo líder en cuanto a genios.
Si la financiación autonómica no dependiera
de la población o del territorio sino del talento,
Castilla y León no conocería el déficit. Desde
Juan Manuel Díaz Caneja, el primer galardo-
nado, hasta Concha Velasco y Lola Herrera,
las últimas, la sucesión de nombres apabulla,
no solo por la incuestionable valía profesional,
Raúl Briongos
DIARIO DE BURGOS
MEJORES PERO TAMBIÉN MUCHOS
Actuación durante la entrega de los Premios Castilla y León celebrada en el Palacio de Congresos de Ávila
16. 2003. Eduardo Galante Patiño
2004. Estanislao de Luis Calabuig
2005. Soria Natural, S.A.
2006. Los Agentes Medioambientales y Celadores
de Medio Ambiente de Castilla y León
2007. Federación de Asociaciones Forestales
de Castilla y León (FAFCYLE)
2008. Bosque Modelo de Urbión
2009. Atapuerca
2010. Renault España
2011. José Abel Flores Villarejo
2012. Francisco Javier Sierro Sánchez
2013. María del Rosario Heras Celemín
Premios Castilla y León
de los Valores Humanos
2001. Nicolás Castellanos Franco
2002. CERMI Castilla y León
2003. Hermanos Franciscanos de Cruz Blanca
2004. Hermandades de Donantes de Sangre
de Castilla y León
2005. Catalina Montes Mozo
2006. Purificación Santamarta Bravo
2007. Rafael del Río Sendino
2008. María Presentación López Vivar
2009. Grupo de Rescate y Salvamento
de Castilla y León
2010. José María Martín Patino
2011. Asociación Española contra el Cáncer
en Castilla y León
2012. Cáritas Regional de Castilla y León, Cruz Roja
Española de Castilla y León y la Federación
de Banco de Alimentos de Castilla y León
2013. Francisco Laína García y Marcos Ana
Premios Castilla y León de
Restauración y Conservación del Patrimonio
2001. Luis del Olmo
2002. Sebastián Battaner Arias
2003. Juan Carlos Elorza Guinea
2004. Fundación Santa María la Real
2005. Carlos Muñoz de Pablos
2006. José Javier Rivera Blanco
2007. Miguel Manzano Alonso
2008. Asociación Colección Arte Contemporáneo
2009. Concha Casado Lobato
2010. Eloísa Wattenberg
2011. Enrique Baquedano Pérez
2012. Germán Delibes de Castro
2013. Ángel Sancho Campo
Premios Castilla y León del Deporte
2003. Pedro Delgado Robledo
2004. Abel Antón Rodrigo y Fermín Cacho Ruiz
2005. Ángel Nieto Roldán
2006. Marta Domínguez Azpeleta
2007. Miriam Blasco Soto
2008. Carlos Sastre Candil
2009. Vicente del Bosque
2010. Isaac Viciosa Plaza
2011. Club Baloncesto Perfumerías Avenida
2012. Manuel Martínez Gutiérrez
2013. Valladolid Rugby Asociación Club
El Salvador Club de Rugby
1991. Carmen Martín Gaite
1992. José María Valverde
1993. Emilio Alarcos Llorach
1994. Victoriano Crémer
1995. Gonzalo Torrente Ballester
1996. Francisco Rodríguez Adrados
1997. Gonzalo Santonja Gómez-Agero
1998. Antonio Colinas Lobato
1999. Antonio Pereira González
2000. Luis Mateo Díez
2001. Eugenio de Nora
2002. Elena Santiago
2003. Josefina Aldecoa
2004. Luciano González Egido
2005. José Ángel González Sainz
2006. Raúl Guerra Garrido
2007. Gustavo Martín Garzo
2008. José María Merino Sánchez
2009. José Luis Alonso de Santos
2010. Andrés Trapiello
2011. José María Fernández Nieto
2012. Juan Pedro Aparicio
2013. Jesús Hilario Tundidor
Premios Castilla y León de las
Ciencias Sociales y Humanidades
1984. Antonio Tovar Llorente
1985. Enrique Tierno Galván
1986. Elias Díaz García
1987. Julio González González
1988. Editorial Ámbito
1989. Luis Sánchez Granjel
1990. Federico Sopeña Ibáñez
1991. Felipe Ruiz Martín
1992. Santiago de los Mozos
1993. Enrique Fuentes Quintana
1994. Antonio García García
1995. Demetrio Ramos Pérez
1996. Marjorie Grice Hutchinson
1997. Equipo Investigador de Atapuerca
1998. Joaquín Díaz González
1999. Mons. Marcelo González Martín
2000. Juan Iglesias Santos
2001. Julio Valdeón Baruque
2002. Víctor García de la Concha
2003. Germán Sánchez Ruipérez
2004. Olegario González de Cardedal
2005. Gonzalo Martínez Díez
2006. Manuel Fernández Álvarez
2007. Valentín García Yebra
2008. José Antonio Pascual Rodríguez
2009. La Fundación Duques de Soria
2010. Justino Duque
2011. Domingo Emilio Rodríguez Almeida
2012. Julio Borrego Nieto
2013. Tomás-Ramón Fernández Rodríguez
Premios Castilla y León de la
Protección del Medio Ambiente
1989. José Antonio Valverde Gómez
1990. Asociación Fapas y Hábitat
1991. Grupos Ciconia-Meles / Luis Mariano
Barrientos Benitos
1992. Félix Pérez y Pérez
1993. Jesús Garzón Heydt
1994. Asociación Soriana de Defensa
de la Naturaleza
1995. Javier Castroviejo Bolívar
1996. Fundación Oso Pardo
1997. Ramón Tamanes
1998. Carlos de la Prada Redondo
1999. SEPRONA
2000. Fundación Navapalos
2001. Miguel Delibes de Castro
2002. Ricardo Díez Hochleitner
Premios Castilla y León
de Investigación Científica
1984. Joaquín de Pascual Teresa
1985. Julio Rodríguez Villanueva
1986. Ernesto Sánchez y Sánchez Villares
1987. Desierto
1988. Pedro Gómez Bosque
1989. Miguel Cordero del Campillo
1990. Antonio Cabezas y Fernández del Campo
1991. José del Castillo Nicolau
1992. Pedro Amat Muñoz
1993. Juan Francisco Martín Martín
1994. Amable Liñán Martínez
1995. Eugenio Santos de Dios
1996. Antonio Rodríguez Torres
1997. Jesús M.ª Sanz Serna
1998. Antonio López Borrasca
1999. Alberto Gómez Alonso
2000. Benito Herreros Fernández
2001. Luis Carrasco Llamas
2002. Tomás Girbés Juan
2003. Carlos Martínez Alonso
2004. Pablo Espinet Rubio
2005. José Miguel López Novoa
2006. Francisco Fernández-Avilés
2007. Jesús F. San Miguel Izquierdo
2008. José Luis Alonso Hernández
2009. José Ramón Perán González
2010. José Antonio de Saja Sáez
2011. Constancio González Martínez
2012. Alberto Orfao de Matos
2013. Fernando Tejerina García
Premios Castilla y León de las Artes
1984. Juan Manuel Díaz Caneja
1985. Baltasar Lobo y Antonio Baciero
1986. Cristóbal Halffter
1987. José Vela Zanetti
1988. Antonio Fernández Alba
1989. Francisco Regueiro Bravo
1990. Luis Sáez
1991. José Núñez Larraz
1992. Las Edades del Hombre
1993. Comunidad Benedictina de
Sto. Domingo de Silos
1994. Claudio Prieto
1995. José Sánchez-Carralero López
1996. Antonio Giménez-Rico
1997. Esteban Vicente
1998. Modesto Ciruelos González
1999. Dúo Frechilla-Zuloaga
2000. Cristóbal Gabarrón
2001. Venancio Blanco Martín
2002. José M.ª García Fernández “Castilviejo”
2003. Ana Jiménez López
2004. Fernando Urdiales Alaiz
2005. Amancio Prada
2006. José María Mezquita Gullón
2007. José María González Cuasante
2008. Ángel Mateos Bernal
2009. Santiago Martín, ‘El Viti’
2010. Enrique Seco
2011. Alberto Bañuelos Fournier
2012. Jesús López Cobos
2013. Lola Herrera y Concha Velasco
Premios Castilla y León de las Letras
1984. Miguel Delibes
1985. Antonio Gamoneda
1986. Claudio Rodríguez
1987. Julián Marías
1988. José Jiménez Lozano
1989. Francisco Pino
1990. Rosa Chacel
GANADORES DE LOS PREMIOS CASTILLA Y LEÓN